No sé si Susana Díaz, la presidenta de Junta de Andalucía, tiene náuseas matutinas a causa de su embarazo pero he de confesar que yo las sentí durante todo el día que se anunció en cada espacio informativo de televisiones, en cada radio, en cada periódico y en cada portal y blog de internet que Susana Díaz estaba embarazada.

Desde aquí felicidades a la Presidenta de la Junta de Andalucía pero realmente ¿dónde estaba la noticia?, un asunto personal ¿merecía tanta difusión? ¿se habría dado tanto “bombo” si el Secretario General del PSOE, Pedro Sánchez, fuese a ser padre por tercera vez?

Por si esto fuera poco no enteramos de que va a ser madre el mismo día que va a visitar un colegio… El pastelón estaba servido. Y la guinda la puso un peque de apenas tres años que le preguntó: ¿es verdad que vas a tener un bebé? Supongo que esta visita escolar estaría planificada con antelación, pero considero que la coincidencia le hizo un flaco favor a la presidenta y consiguió que se hablara aún más de un asunto que como la afectada dijo “es algo íntimo y familiar”.

El hecho es que nos bombardearon durante todo el día con el embarazo y varios días después, siguen haciéndolo. La revuelta situación interna en que se encuentra el PSOE hace que se hable ya de cuándo es mejor que se realicen las elecciones andaluzas y que pasaría si, como se rumorea, la presidenta andaluza tuviese que tomarse una baja en plena campaña electoral por su embarazo.

Que se dé tanto bombo a algo que debe ser aceptado con normalidad no me gusta

¿Se hacen la misma pregunta los medios de comunicación cuando alguien padece de gota? ¿o de lumbago?

Seguro que hay políticos que están en esta situación y ni nos enteramos y con una diferencia sustancial: esas son enfermedades y un embarazo no lo es.

Y esto lo que demuestra es que los embarazos ligados al trabajo siguen siendo un tabú en nuestra sociedad. Una sociedad que hace que las mujeres en general, retrasen hasta los 40 su maternidad, una maternidad a la que hacen frente con la incertidumbre de si su carrera profesional se verá resentida y en muchos casos truncada.

Y lo muestran los datos. Según el informe Panorama de la Educación , presentado recientemente por la OCDE las mujeres son las que tienen más preparación académica pero los hombres son los que consiguen más puestos de trabajo. En España la situación es especialmente complicada: las mujeres tienen más preparación que la media mundial pero menos trabajo que la media.

Una situación social de anormalidad que tienen su reflejo también en los tribunales. Esta misma semana hemos sabido que un funcionario de Guadalajara ha conseguido que un juzgado le reconozca el derecho a tener un permiso de lactancia aunque su mujer esté en el paro. La juez dice que aunque el padre no puede dar, evidentemente, el pecho a su hijo, se trata de tener la posibilidad de un tiempo para cuidar de él y hacer compatible la vida laboral y familiar.

Situaciones que no deberían ser noticia y que nos indican los lejos que estamos en nuestra sociedad de vivir el embarazo con normalidad.

Es necesario que se pongan normas que faciliten que tener hijos sea una apuesta de futuro y no un obstáculo. La más radical sería obligar a coger la misma baja a padres y madres tras el nacimiento de un hijo. Eso acabaría con la discriminación laboral entre sexos, llevaría más igualdad al ámbito profesional e incluso al personal.

Tener y cuidar hijos no debe ser un freno al crecimiento personal y laboral sino una apuesta, algo que nos permita contar en un futuro con mejores beneficios sociales: más seguridad en las pensiones y mayor igualdad entre sexos a todos los niveles.

Tenemos un país cada vez más viejo y a nadie parece importarle. Dejemos de convertir en noticia de primera página hechos que no lo son y demos visibilidad a los que potencian la igualdad, tratando de otra manera asuntos que son crónicos en España y que no hay manera de atajar.