No se puede negar. La tarifa plana de transporte aprobada por la Comunidad de Madrid y secundada por Castilla La Mancha es la bomba. El ahorro que estamos notando las familias que tenemos hijos estudiando en Madrid es un alivio para cualquier economía doméstica ya que nos ahorramos 58 euros cada mes.
El 1 de octubre fue el día de puesta en marcha y aunque hubo algunos problemas de colas para la recarga o de tarjetas que no funcionaban correctamente, la tarifa plana ya está plenamente vigente. Incluso para los de Guadalajara, usuarios a los que se les permite viajar este mes con el antiguo cupón pero pagando sólo 20 euros. Eso sí, el mes que viene será necesario tener la nueva tarjeta del consorcio de Madrid que se puede obtener presencialmente o por Internet. Si tienen que hacerlo les recomiendo que no esperen mucho ya que hay tantas peticiones on-line que el sistema en muchas ocasiones queda colapsado.
Desde ese punto de vista la medida es magnífica, no sólo porque alivia las cuentas domésticas sino porque afecta a todo tipo de familias y eso la hace muy popular, pero también puede ser una bomba de relojería que explote en la cara de nuestros políticos cuando tengan que rendir cuentas a los ciudadanos.
El debate ya está en la calle y no sólo entre las familias que no se benefician de la medida. Hay muchos que piensan que ante un precio tan bajo se va a producir un auténtico aluvión de peticiones de nuevas tarjetas. Primero por parte de los estudiantes de Guadalajara que van cada día a la Universidad de Alcalá. Hasta hora el viaje les costaba 20 euros al mes, desde ahora, por ese mismo precio, pueden viajar a Madrid o incluso Toledo, cuando quieran y cuantas veces quieran. Otro caso: un abono de 10 viajes en tren de cercanías a Madrid ( lo que supone ir y volver cinco veces) costaba más de 30 euros, eso sin contar los billetes de metro o autobús para moverse por Madrid ¿Qué joven de Guadalajara no va a sucumbir a la tentación de tener la nueva tarjeta?
De momento la Junta de Comunidades de Castilla La Mancha ha previsto un montante de 1,3 millones de euros para hacer frente a la nueva tarifa plana pero todo hace pensar que esa cifra se verá incrementada de forma importante con esta medida porque cuantas más tarjetas se emitan, y más recargan se hagan, más tendrán que subvencionar. En sus previsiones la Consejería de Fomento tuvo en cuenta un incremento de 900 tarjetas, el tiempo dirá si se quedaron cortos.
La idea es desde luego muy popular y va a beneficiar a muchas familias pero soy de las que opinan que habría que haber valorado algún tipo de criba. Quizá habría sido más prudente, por ejemplo, hacer un descuento sobre el precio que estaba marcado. Aunque hubiese sido un descuento alto, de 40 ó un 50 por ciento, conseguirían beneficiar a los que realmente lo necesitan y evitar un aluvión de tarjetas que previsiblemente tendrán un alto coste en los presupuestos regionales.
Claro que en este caso el gobierno regional cuenta con una ventaja: el PP no podrá criticarles, porque fue la propia Dolores Cospedal, anterior presidenta de Castilla- La Mancha la primera que se comprometió con la medida.
Es cierto que el nuevo gobierno regional se ha visto “políticamente obligado” a aceptar el reto de Madrid. No secundar la propuesta de Cristina Cifuentes habría supuesto un gran revés político para el gobierno regional que lidera Emiliano García Page ya que la oposición, e incluso los ciudadanos, le habrían sacado los colores con críticas y comparaciones. Con este acuerdo se ha intentando cortar todo eso de raíz pero esta decisión también puede tener un coste político y, sobre todo, económico.