Archive for enero, 2017

La sombra del sol, Kastilla y kastellanos antikísimos

 PROMETÍ EN MI ANTERIOR ARTÍCULO en GuadalajaraDiario que esta semana hablaría de “La sombra del sol”, mi próxima e inminente novela; pero que por razones varias se va a retrasar una semana más.

Algo digo de ella, y es que quienes ya la han leído me dicen que es mi mejor novela, con diferencia… Ya veremos qué ocurre con ella, como sucede con todo lo que va a nacer

2. De manera que escribiré hoy sobre algo que titulo “De vaskoñas y de kastellanos antikísimos”, y que dice así:

EN UN FB DE UN AMIGO (pero descarriado), me he encontrado las palabras «pintxo» y «perrotxico», porque había ido a tomarse unos pinchos a Vitoria (que es castellanoparlante desde la época de Fernán González e incluso desde época visigoda), así que le he puesto estas notas en su muro o entrada:

Juan Pablo Mañueco: Me encanta todo… menos la TX, y la K, que tienen de vasco lo que yo de marciano. Son letras latinas/castellanas, puestas a «lo raro» para que parezcan vascas… Porque el «puro» -corrompido hasta la médula- vasco no tiene ni alfabeto y ha cogido el abecedario castellano.

Por cierto, ni la lengua vasca ni la vaska son más antiguas que el castellano: ambas son de la misma antigüedad (de cuando la Humanidad rompió a hablar).

Lo que pasa es que el castellano es de padre conocido -desde el latín y éste de otro y éste otro y de otro anterior difuso y ya indetectable, etc., hasta llegar a ser kastellano- y así hasta Adán y Eva, komo todas las lenguas, ya lo he ditxo antes: ke todas las lenguas son igualmente antiguas.

Unas de padre conocido (y con un peso cultural que ya, ya; incluso en tiempos del padre), y otras sin padre apreciable (pero existente previo) aunque sin peso alguno o con poko peso kultural.

Lo que pasa es que el castellano (o bien, dicho a lo «basko» o a lo vallekano) el kastellano ha evolucionado y se ha hecho ágil para el siglo XXI, y el vascuence NO, salvo en lo que copia a las ágiles lenguas modernas como el «kasteyano» (¡demontre, qué peculiar y diferente me ha salido esta última parida y gran txorrada!)

En kuanto se fanaticen unos kuantos kastellanos kambiamos la hortografía y pedimos la independencia, o un concierto económico en base a nuestros antiguos fueros (que, claro es, tuvimos como todo el mundo. De hecho era el rey de Kastilla el que concedía los fueros a los vascos y a los kastellanos)  o por lo menos un Hestatuto de Hautonomía de primera klase, ke eso sí que faría falta y mutxa falta que nos faría a los kastellanos o castellanos…

¡Kuanta gilipollez euskalduna de don Sabino Harana, convertida en dogma de fe fanátika, Jesukristo!

KUANTA VERDAD KE ASÍ NO PUEDE SEGUIR KASTILLA

Pero kuánta verdad en que Kastilla debería ser una, rekonocida y al mismo nibel que las otras ne-cionalidades ispanyolas, ke más que Kastilla no son.

¡Non, non lo son…! Digo, repito y me refago en lo ditxo que non e que non son más que Kastilla!

¡Y a mí que me suena lo de «Perrotxico»…!, -guau, guau- ¡ké basko, koño!

Son cómo niños, y los que no les dicen estas verdades, hacen el juego a los nenes baskistas, ke tienen una inteligencia como la de mi gato txico.

Y por cierto los bárdulos son tan antiguos como los vascos, pero los castellanos presumimos menos de ser antiguos, pese a que somos bárdulos puros (lo que pasa es que no nos ha dicho nadie quiénes son nuestros abuelos los bárdulos: bueno, yo sí lo he ditxo en un libro ke se llama: «Castilla, este canto es tu canto» (2015), en dos tomos de mucho tomo y lomo).

¡Ke el cielo nos hampare de kalimotxeros, ke empinan el kodo mutxo en Bilbo (el Bilbao de toda la vida desde la Edad Media, en Donostia -¡ay, ké daño la hostia,(la hostia de daño me ha hecho Donostia) y eso que es una hostia de San Sebastián!-, y en Gasteiz -desde el siglo VIII, Vitoria, puesto que visigodos fueron sus fundadores, y no baskos-, pero se ve que los kalimotxeros en materia lingüística… vaskoñan por un tubo!

Y menos mal ke ya no matan estos soplatxistus por este alfabeto castellano vaskonizado a golpe de capricho batúa, o sea, inventado… Pero siguen dando la murga, la matraka y la tabarra con este inkordio de querer ser más que nadie, y creyéndose más antiguos e importantes que ninguno.

¡Ké kruz, Maitetxu y Txumari; ké kruz! ¡El día que los castellanos nos empecemos a dar la importancia que sí tenemos, esto de la igualdad entre los habitantes de España empezará a ser real…!

¡Venga, kastellanos, a ver si nos empezamos a dar cuenta ya, que eso sería bueno para nosotros y para la igualdad territorial de España!

¡Ahora, los que deberían kallar por su poka monta kultural, no paran de sakar petxo y de presumir no se sabe de ké! (y de sacar perras txicas y perras grandes y más euros que nadie por ser supuestamente pekuliares más que los demás).

Venga matraka, venga matraka con ke son muy antiguos, vetustos o betustos y antikuados. Bueno, un poco antikuados e imbentandos artificiosamente sí ke son.

Repetabilísimos, y yo les respeto… Pero tanta matraca por tan poka txitxa, y kerer privilegios fiskales por ello, cansa. Oye, para ké nos vamos a engañar: kansa… ¡Kansa mutxo, koñe!

Respeto sí, pero para todos. También para los castellanoparlantes de allá y para la antiquísima Castilla/Castiella/Bardulia de aquí.

ANTIKÍSIMOS PERO IGNORADOS KASTELLANOS

Porque si nos ponemos a hacernos los antiguos, sakamos nosotros a los autrigones, caristios, arévakos, vaceos, carpetanos, vetones, turmódigos, pelendones, berones, titos y belos y etc., y nos kedamos solos presumiendo de pueblos antiguos prerromanos.

Que para eso nuestro territorio castellano es más grande y tenemos más pueblos viejos de los que presumir y estar ufanos, si quisiéramos.

Y por cierto el que quiera saber dónde estaban los bárdulos en época romana (es decir, cuando los vascones se subieron huyendo del invasor hasta los Pirineos, y allí se estuvieron hasta que escampó la dominación romana) que vea el escudo de Guipuzcoa y verá una cartela que pone (en latín, o sea en el padre del castellano, no en vasco): «Fidelissima Bardulia, nunquam superata». 

OJO CON LOS DERETXOS HISTÓRICOS, KE A LO MEJOR TENEMOS MÁS NOSOTROS

Es decir, que si nos pusiéramos tontorrones los bárdulos/castellanos con esto de los deretxos históricos… reivindicamos Guipúzcoa y toda su tierra y costa como tierra nuestra, porque allí estábamos los bárdulos hasta que bajaron del Pirineo después de Roma los vascones, en pie de guerra y sobre todo de hambre, y los bárdulos perdimos a katxiporrazos la «Fidelissima Bardulia…», o sea, la actual Guipúzcoa que algunos llaman…

Aunque yo, en mi círculo de amigos íntimos, llamo a esa tierra Bardulia Vieja, y sé que digo una gran verdad bárdula.

Lo que pasa es que luego los bárdulos nos desplazamos un poco por la costa y fundamos nuestra capital en «Castro Bardulies» o «Castro Vardulies» (el castro de los bárdulos): Castro Urdiales.

De forma que ojito con ponerse farrukos (que ya son 150 años de farrukería). Las dos lenguas de Guipúzcoa y Vasconia son ambas respetables: la más antigua en la zona, o sea, el kastellano; y la más reciente en el lugar, o sea, el vasco.

Pero sin imposiciones monolingüsiticas de nadie: sin tiro en la nuka, ni sekuestro, ni bombazo terrorista, komo hacían algunos hasta hace poko; ni por la abrumadora superioridad de la CULTURA escrita en una de las dos lenguas de Guipúzcoa (y Vasconia) sobre la otra.

Y a ser posible también sin vascoñas sobre ningún tema, porque Vasconia es territorio respetable pero con DOS LENGUAS

Ya lo dice la propia palabra de provincias VASCONGADAS (o sea, «vasconicatas» -en latín-; o vasconizadas -en castellano mas claro-, porque antes de que las vasconizaran los invasores y okupas vascones, NO eran vascas, sino bárdulas, como queda claro)

 

Y LUEGO DESDE CASTRO URDIALES, ¡HALA A CONSTRUIR KASTILLOS Y CASTILLA!

Y desde allí, desde Castro Urdiales, los várdulos cuando llegó la invasión musulmana en el siglo VIII, ¡hala, allá arriba de los peñascales que se fueron, a la Cordillera Cantábrica! ¡A sellar los desfiladeros montañosos con pequeños castros o «castillos» y a ser conocidos ya desde entonces esta tierra y estas gentes (las mismos que los anteriores) como «Castilla» y «los castellanos«.

“Bardulia, que ahora llamamos Castilla”, que dicen los documentos latinos, a partir del siglo IX

¡Así que menos presumir de antiguos, señores y amigos vascos, ke en Iberia, das una patada al suelo y salen antikísimos pueblos por todas partes!

¡Ah, y todavía conservamos en nuestro actual castellano palabras de esos pueblos antiguos que fuimos y somos, aunque sería artículo distinto si ahora me pusiera a hacer relación de dichos términos iberos que perviven en nuestra ágil lengua de hoy!

Así que pondré una palabra solo, a guisa de ejemplo de lo que digo… Va en la firma y concluyo:

Juan Pablo Mañueko, bárdulo puro, como indica mi prerromano/bárdulo apellido.

Posdata para políticos y políticas a los que de verdad les interese la igualdad, y si no hacen caso es que nos les interesa (que a lo mejor es cierto que no).

Polítikos de los viejos y nuevos partidos, ¡a ver si nos enteramos de que akí en España todos somos o deberíamos ser iguales o, si no, los perjudikados, ninguneados, divididos y empobrecidos somos los kastellanos!

¡Y komo que no mola, señores y señoras polítikos y polítikas!

Hagan caso a este artíkulo (con perdón por la terminación), o se notará mutxo que a ustedes los polítikos y las polítikas la IGUALDAD territorial se la refanfinfla.

Y Kastilla/Castiella/Castilla también… aunque esto ya lo vengo yo notando desde hace cinco siglos, más o menos desde Carlos V.

¡No sé si me ekivokaré, ke kreo que non!

¡He ditxo, y en verdad digo que aunque lo parezca, he puesto muy pocas coñas (yo)…!

¡Otros dicen tantas, aunque muy serios, que no pongo yo la mano en el fuego con que se krean o no las koñas que kuentan en sus discursos un poquiello fanátikos!

Pero por esas koñas, más falsas que Judas, piden kuartos, kuartos y más kuartos que los demás, y así están de archihenchidos e inflados de orgullo y vanidad! ¡Por sus grandes koñas imbentadas! ¡Jesukristo, ké fatuos ke son y kuántos kuartos piden por sus vaskoñas!

¡Viva Kastilla, leñe!, con “C” o con “K”, pero que la dejen vivir, y reunificada, que eso será bueno para todos, histórico, natural y, sobre todo, cultural de la misma magnífica cultura castellana.

NOTA FINAL: El artículo ya se ha alargado demasiado; pero en su versión completa aún es más largo… Y se puede leer entero, aquí. Gracias a todos por su tiempo:

http://blogs.periodistadigital.com/juan-pablo-manueco/2017/01/29/de-vaskonas-y-kastellanos-antikisimos/

 

Una estrofa nueva: el romance doble

QUEDANDO A LA ESPERA, como ya anuncié la semana pasada, de que en el artículo siguiente a éste podremos dar aquí una noticia de amplio calado para la literatura, que afecta a Miguel de Cervantes Saavedra y al Quijote, nada menos, escribo este artículo de transición, que tampoco trata de un tema baladí:

Se trata de una estrofa nueva, inédita en la métrica existente, y de la que ya tengo bastantes ejemplos, por lo que puede dar origen pronto a un nuevo libro que ya tiene título y todo.

La nueva estrofa lleva por nombre “romance doble” y como en él se indica se trata de la más genuina estrofa tradicional del castellano, a la que se ha sometido a una ligera modificación, pero que la transforma en otra cosa, doblemente sonora: una doble rima, en versos pares, sí; pero también en versos, impares.

Sencillo de entender y sencillo de hacer. Aquí va un ejemplo:

VIVIENDO, TODO FALTA; MURIENDO, TODO SOBRA

 

Viviendo, todo falta; muriendo, todo sobra.

Y es, por tanto, casi imposible exacto ajustar.

Vivir es siempre estar en el riesgo de zozobra

Yendo de aquí allá. En trance de a pique naufragar.

 

En medio del corazón laten las altas olas

Naufragando barcas, rompe su quilla la mar.

Desvelos entre velas que el huracán azota

Oteas en tu vida, empezando a navegar.

 

TODO a quien vive le hace falta, nada le sobra.

FALTA todo a quien no vive,  aun quisiera bogar.

MURIENDO todo en sobra, de repente, se torna.

TODO le falta a quien aún tiene que zarpar.

 

SOla la barca sola, sin certeza ni antorcha.

BRAceando nada sobra; y todo sobra al llegar.

P.D. Y nada más, interesados lectores de esta sección, hasta la semana que viene en que ya empezaremos a dar noticias sobre esa importante novedad que va a afectar a los estudios cervantinos y quijotescos.

Sólo un enlace a una poesía sobre Guadalajara, que considero buena, y que apareció en mi novela de junio de 2016, “Viaje a la Alcarria”, por desea completar alguien la lectura de esta semana

 

http://www.guadalajaradiario.es/tribuna-gd/20647-oh-arriaca-oh-tierra-oh-cielo-oh-piedra-oh-agua.html

 

 

 

 

Dos peldaños más después del «Viaje a la Alcarria»

Después de “Viaje a la Alcarria-XXI”, subamos dos peldaños más, amables lectores

DICHO DEJÉ EN SU MOMENTO, cuando aún no estaban en las librerías ni mi novela “Viaje a la Alcarria, versión siglo XXI” (junio, 2016), ni la novela “Viaje a Brihuega y las primeras cincuenta castellanas” (septiembre, 2016) lo que voy a repetir ahora, con grave escándalo de muchos, pero que sin embargo no es sólo mi parecer, sino algo que podría probarse si hay buena voluntad de entenderlo y hubiese espacio para probarlo.

Lo diré por partes, para que se siga por su orden el razonamiento.

1. Considero a Camilo José Cela el tercer prosista mayor de la lengua castellana, después de Francisco de Quevedo, que ocupa el segundo lugar, y después del Genio, que en castellano, con mayúscula inicial y artículo inicial de antonomasia, sólo hay uno: Miguel de Cervantes Saavedra.

2. Pero reconozco ese lugar a Camilo José Cela no por sus novelas (que las hay otras del mismo alto valor literario que las suyas, incluso sin salirse del siglo XX) ni mucho menos por sus libros de viajes (que los hay muchos otros de igual o mayor calado que los suyos también en el propio siglo XX).

3. A mí, y esto admito que sea una apreciación discutible, “Viaje a la Alcarria” (1948) NO me gusta apenas. Es más: me decepciona y me aburre. Hay mejores libros de viaje, incluso entre los títulos del propio Cela, y según expuse antes, entre otros autores de su siglo… O sea, que “Viaje a la Alcarria”, de libro genial y admirable, nada de nada.

Libro temprano de su autor y reflejo de una Alcarria caduca, decrépita y gastada. Antediluviana diríamos desde nuestros tecnológicos años del siglo XXI…

Debe tenerse cuidado con asociar Guadalajara con ese libro, porque ni es obra maestra y perdurable en cuanto estilo, ni la imagen que de la tierra y sus paisanos aporta es para enorgullecerse de ella, sino para saberla felizmente superada, en todos los aspectos.

4. El Cela que sube como un cohete de ingeniería lingüística al tercer lugar de los prosistas en castellano es el de los bestiales, atroces, salvajes y geniales “Apuntes carpetovetónicos” donde sí es único en su siglo y en otros muchos.

Y donde sólo le supera, por su mayor retorcimiento conceptual y capacidad  de atroz deshumanización literaria de sus “Sueños” y de sus obras humorísticas festivas en prosa, el  genio segundo del idioma: don Francisco de Quevedo y Villegas, que Dios guarde y guardará ya para siempre Apolo en su sitial preferente del Parnaso.

5. Pero ¿“Viaje a la Alcarria”? Quiá. “Viaje a la Alcarria”, quiá, repito.

Aunque venga bien aprovecharse de la fama (mala, entre quienes no le han leído, que son la gran mayoría) y buena (entre quienes sí han leído sus cosas geniales, y quienes tienen en cuenta el Premio que obtuvo) de don Camilo José.

Cosa que comprendo y aplaudo lo de ese aprovechamiento, pero no aplaudo la obra concreta de la que hablo, e insisto en que debe tenerse cuidado con la imagen provincial que aporta.

6. Yo no le cambio a don Camilo José su “Viaje a la Alcarria” por mis dos viajes a la Alcarria y más completos y actualizados que hay en “Viaje a la Alcarria, versión siglo XXI”, ni tampoco por mi “Viaje a Brihuega y ls primeras cincuenta castellanas”…Y con ello no he dicho que la altura de ninguno de los tres libros sea inalcanzable, si se quiere entender bien lo que claramente se ha dicho y escrito ya varias veces, incluso en este mismo artículo.

7. La mayor parte de las otras cosas que obtuvo don Camilo José Cela en esta vida, si se las cambio, a pies juntillas, a ciegas y a sabiendas de que salgo ganando. Pero el libro mencionado, no.

8. Y ahora vamos a lo que vamos, porque hay que justificar el título de este artículo.

Pero aunque pensaba dedicar a este tema el grueso de este artículo e incluso poner algún ejemplo –a modo de adelanto- de lo que ya está escrito, el tiempo y el espacio vuelven a ser insuficientes para este propósito.

Baste, pues, por ahora con decir que:

1. Los dos peldaños más que han de subirse y ya están en preparación editorial para quien quiera comprobarlo que se suben… apuntan inequívocamente a ese autor, estilo y libro o libros en el que ustedes están pensando. Porque efectivamente en este mismo artículo se ha citado su nombre.

2. Ese autor y ese estilo sí que es inalcanzable y cumbre magistral e imposible para el resto de los mortales.

Por eso, la obra mía de la que estoy hablando y de la que ya la semana próxima hablaré con más detenimiento -y pondré una muestra o adelanto de lo que va a salir en el mes de febrero- se titula: “La sombra del sol”.

Sí, sombra del sol es. Pero es un sol, ese sí, muy magistral, genial, imperecedero, maestro e insuperable.

Con ser su sombra, todo autor que escriba en castellano ha de conformarse y aun darse por satisfecho, idiomáticamente reconfortado y pagado con creces.

Hasta la semana que viene, lector amigo, en que hablaremos con mayor detalle de estas cosas, de otras y de las siguientes.

 

 

 

 

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