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El Co-descubridor de América es alcarreño, A. de Ojeda

SÍ, SEÑORES LECTORES, AUNQUE los alcarreños permanezcamos en la inopia porque no se nos explica nuestra historia en los planes docentes, el Co-descubridor de América o por decirlo de otro modo el Descubridor del Continente americano, fue un paisano nuestro de la Alcarria, Alonso de Ojeda, marino arriesgado y valiente que navegó y exploró las costa norte del continente sudamericano, desde Colombia a Venezuela, Guyana, Trinidad, Tobago, Curazao y Aruba.

De hecho, Alonso de Ojeda fue quien dio el nombre de “Venezuela” a las costas y tierras del actual país que lleva este nombre, en la región centro americana y norte de Sudamérica que también pasaría a ser conocida durante algún tiempo como Castilla del Oro.

Aclaremos que Alonso de Ojeda es alcarreño de Cuenca (nacido en Torrejoncillo del Rey, de la provincia alcarreña hermana a Guadalajara) y que acompañó a Cristóbal Colón en el segundo viaje del Almirante al Nuevo Mundo en 1493, que supuso la verdadera Génesis del Nuevo Continente ya que se trasladaron ganados, caballos, vacas, cerdos, gallinas, trigo, cereales, etc., para iniciar un verdadero asentamiento de Castilla en un mundo que se había comprobado que carecía de todos estos animales y plantas en el viaje del año anterior, 1492.

INFORMA DE QUE SE TRATA DE UN NUEVO CONTINENTE

AL REGRESO A ESPAÑA, el alcarreño Alonso de Ojeda, ya experto en navegaciones transoceánicas, consiguió capitular con la Corona de Castilla un viaje propio en 1499, que bajo sus órdenes fue el que llegó al continente sudamericano, que hasta entonces permanecía desconocido para los españoles y europeos. En este viaje de 1499 fue cuando realizó las exploraciones por los actuales países que más arriba se han citado.

La certeza de que ya no estaban en una isla de reducido tamaño, como eran todas las Antillas que hasta entonces Colón había descubierto en sus viajes, sino en un Nuevo Continente la tuvo Alonso de Ojeda al recorrer la impresionante desembocadura del río Orinoco, hoy en Venezuela, el cual es el tercer río más caudaloso del mundo, después del Amazonas y del Congo.

Un río de agua dulce semejante NO podía tomar ese caudal de una isla más como las ya descubiertas, sino que era señal inequívoca de que discurría por un extenso cauce continental nuevo, y esa fue la noticia que transmitió Alonso de Ojeda a su regreso a España… El Nuevo Mundo era Nuevo (no era Asia) y era un verdadero y nuevo Mundo de dimensiones enormes, aunque todavía desconocidas.

DIFUSIÓN MUNDIAL DE “LA CASTILÍADA”

ESTAS Y OTRAS NAVEGACIONES y descubrimientos están relatados en mi más reciente libro digital, del que ya hablé en el artículo anterior, “La Castilíada o la Odisea mundial de la Marina de Castilla”.

Por cierto que este libro digital está conociendo un éxito internacional inusitado porque en un mes han salido las ediciones para Estados de Unidos de América (que ahí sí se valoran y mucho los libros de historia que tengan relación con el continente americano), y también ediciones para Gran Bretaña, para India-Asia-Pacífico y para Australia.

Por su curiosidad y exotismo, pondré el enlace con la edición para India-Asia y Pacífico, que también llega a Sri Lanka, Pakistán, Nepal, Indonesia y Maldivas, pero que hay que adquirir en rupias, de manera que como nadie de Guadalajara creo que disponga de rupias, se ve que el motivo de publicar este enlace es ver hasta dónde llegan los libros escritos de Guadalajara, sin que exista en señalarlo un interés comercial mío, sino informativo.

Y nada más –y nada menos- por hoy. En el mapa de más arriba aparecen los viajes de nuestro paisano Alonso de Ojeda por el continente Sudamericano y por las Antillas… Los alcarreños somos gente, aunque nuestros políticos digan que no somos nadie. ¡Ya quisieran tener las “nacionalidades históricas” la mitad de la mitad de la mitad de la Historia que tiene la Alcarria!

Hasta la próxima, históricos lectores.

La Castilíada, o la odisea de la Marina de Castilla

HA COINCIDIDO CON EL 30 de mayo, día de San Fernando, la salida de mi último libro hasta la fecha, un libro digital titulado “La Castilíada o la Odisea mundial de la Marina de la Corona de Castilla”.

Digo que es buena fecha de salida del libro porque fue precisamente Fernando III el Santo el creador de la Marina de Guerra de Castilla, en el siglo XIII para acudir por mar y río a la conquista de la taifa musulmana de Sevilla, en 1248.

Los barcos castellanos se presentaron ante las murallas de la ciudad de Isbilia y allí realizaron una maniobra naval rocambolesca, digna de ser llevada a la gran pantalla con seguridad de éxito y asombro, que condujo a la toma de la ciudad.

Ya relaté esta conquista en mi novela en papel “La Virgen de las Batallas”, que ocurre entre Guadalajara –de donde partió el rey- y el valle del Guadalquivir reconquistado entero por San Fernando.

Pero no sólo de este hecho inicial de la Marina de Castilla habla el libro, que también, sino de todo lo demás.

El dominio naval de los mares de Europa occidental, que Castilla alcanzó en ese mismo siglo XIII y que ya no abandonaría hasta el XIX… Y también todas las hazañas que obtuvieron los castellanos en todos los océanos y continentes del mundo, que además fueron descubiertos por nuestros paisanos, aunque nosotros, los castellanos de hoy, no lo sepamos, porque no se explica en nuestras escuelas ni se dice en nuestros medios de comunicación.

Desde luego, lo de la “Castíliada, la odisea de Castilla” es un recuerdo de las obras clásicas helenas, no porque esta obrita mía sea comparable, sino porque las hazañas en su breve mar cercano que se relatan en esas obras griegas no son comparables con las realizadas por los castellanos en todos los inmensos océanos del mundo.

En efecto, no se trata de peripecias por el pequeño mar Egeo o Jónico, como sucede con las dos obras citadas, sino de hazañas interminables por todo el mundo a través de inacabables océanos que no eran conocidos siquiera antes de que los descubrieran y domeñaran los marinos de la Corona de Castilla.

Otro día, me referiré más detenidamente al contenido de esta obra digital, al acceso de cualquier lector del mundo. Tecleando el título y mi apellido, sale por internet inmediatamente el libro aludido.

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