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Siete libros en un mes, y los que vienen

ESTE MES DE JUNIO de 2016 tiene que quedar necesariamente en mi memoria personal como un mes productivo, que dudo mucho pueda volver a repetirse. Publicar siete títulos distintos, en un solo mes, no es cosa que esté al alcance de todas las mensualidades de la vida.

Tampoco hay cuerpo humano que lo resista ni incluso manos sobre el teclado que soporten zurrarle y fustigarle de tal modo a las teclas, so pena de graves daños para los dedos (y para el teclado, que también es objeto sufriente), como siguiera a este ritmo.

Pero así ha sido. De todas formas, vayamos poco a poco, que en los nidos de antaño, no hay siete pájaros sueltos hogaño, pero sí siete títulos de libros y relatos diferentes.

Por fin salió mi “Viaje a la Alcarria, versión .XXI”, en donde el punto significa “siglo”, obviamente… La cuestión, al menos para mí, estaba clara desde el principio, al ver los números romanos; pero pronunciado de viva voz me ha supuesto tener que explicarlo a cada persona que lo ha oído, ya que, a bote pronto, no lo entendía.

Una gruesa novela de 356 páginas, que comencé a finales de abril y que a mediados de mayo ya estaba terminada. Y ahora circula por ahí a lomos de un Alcarriante –o, en versión más completa: Alcarriante de la Alcarria– que, quien quiera saber qué persona, animal o cosa sea eso, no tiene sino acercarse a una librería y hojear el libro.

No pido otra cosa, para asegurar que la curiosidad le sobrevendrá de inmediato a quien tal cosa haga.

Desde luego, la novela tiene como protagonista a la Alcarria de nuestros días, la del siglo XXI, viva y existente, y no a una apolillada Alcarria de los años 40, que ya en la década siguiente rechinaba de puro vieja. Cosa impropia de un libro que quieren presentar como un clásico.

En la Alcarria de este pobrecito escribidor, 70 años después, ya no hay posguerra, ni pueblos bombardeados, ni mulas, ni carros, ni alcaldes maulas, ni delatores, ni piojos ni chinches por sus hoteles. Aunque siempre puede quedar alguno de todos estos ejemplares, por algún sitio, como muestra… Pero, vamos, que ya no es eso el paisaje ni el paisanaje alcarreño.

En realidad, no es un “Viaje a la Alcarria del siglo XXI”. Son dos. Uno completo enteramente, o sea, que se recorre la Alcarria de Guadalajara, de Cuenca y de Madrid. En pura prosa de la que la gente espera en una novela.

Y otro en verso, para aquellos que se atrevan con las metáforas, después de haber asistido a la lectura de las realidades… El “Viaje a la Alcarria” en verso tiene un título tan poético que no voy a mencionarlo aquí, porque he decidido que este artículo sea en prosa. Pero para título poético, ya adelanto que se las trae.

Por si fuera poco, el “Viaje a la Alcarria del siglo XXI”, tiene dos novelas distintas, y con sentido completo en sí mismas, aunque ensambladas con el itinerario, que estas dos sí que voy a citar sus títulos: “La novela de Tórtola de Henares” y “La novela de Torija”. Muy sencillas de estilo, y, a mi modo de ver, bastante amenas de leer.

Y ya van cuatro. En conjunto, viene a ser la historia novelada de esta provincia desde los años 50, pasando por los 80, hasta nuestros tecnológicos principios del siglo XXI… Por intentar cosas, que no quede.

¿Los otros tres títulos del mes que, ahora sí, constituyen volúmenes distintos y diferentes?

Estos son. “Castilla y el primer Villalar de 1976”, “Cuatro entremeses al modo de Cervantes” y “La comedia de la Vieja y Nueva Política ó El Antimaquiavelo”.

No va más el espacio de este artículo. El que quiera saber de que van todos estos títulos, incluso los tres últimos mencionados, que los teclee en Google, que ya se sabe que lo que no conozca este semidiós, es que aún no ha llegado al cielo del ciberespacio.

Por otro lado, a veces me preguntan que cuándo los presento. Con siete libros publicados en un mes, si además los presentara físicamente, no haría otra cosa. Estas cosas se presentan en nuestros días –a todo el planeta- informáticamente. Y ahí puede enterarse quien lo desee de qué se escribe en todos esos libros.

PD. Y ya vendrá julio, que llegará con noticias de publicaciones librescas que, si no por su número, quizá resulten aún más sorprendentes por su contenido.

 

 

“Viaje a la Alcarria”, un libro viejo y apolillado

PUES, SEÑOR, PASAN LOS DÍAS y el “Viaje a la Alcarria, versión .siglo XXI” de este pobrecito escribidor ya falta menos para que comparezca en las librerías, porque ha entrado en estos días en la imprenta.

Falta menos para hacer un viaje a la Alcarria que no suene a desfasado, subdesarrollado, rústico, basto y burdo, donde la mosca, el piojo, las malas posadas, las ruinas, los burros, los asnos y los carros son los reyes de la Alcarria.

Este pobrecito escribidor esta asombrado del paroxismo que le ha entrado a las fuerzas vivas de esta provincia por el exaltar el “Viaje a la Alcarria” al séptimo cielo de la gloria, o aún más alto, si hubiera para tanto cielo.

Si todo ello se hiciera para exaltar a Cela de los “apuntes carpetovetónicos”, autor que para este escribidor está a sólo un paso del Quevedo de la España negra y sucia de los “Sueños” y los “escritos satíricos y burlescos”, lo comprendería y lo aplaudiría.

Pero ¿qué queda, pues, en estos momentos, de la Alcarria de 1946 que visitó Camilo José Cela, si el contexto ha cambiado y sus personajes murieron o nunca fueron otra cosa que ficción?

¿Es bueno promocionar la Alcarria de hoy, a partir de una tierra subdesarrollada, rústica, basta y burda que, además, ya no existe con tales características?

Los personajes de “Viaje a la Alcarria” tampoco adquieren la condición de arquetipos de nada, porque Cela no supo darles esa grandeza: podrían estar o no estar en sus páginas o ser sustituidos por otros sin que nadie les echara en falta…

¿Qué puede aportar a los lectores del XXI el “Viaje a la Alcarria” de Camilo José Cela, además de la mitificación que ha caído sobre él, y que, indudablemente ayuda -es lo que más ayuda- a la hora de mirar con ojos arrobados un libro cualquiera?

Su Alcarria está rebasada, vencida y sobrepasada casi desde la década siguiente a la publicación de la novela.

¡Cómo ha caído el tiempo sobre ella, que es precisamente lo contrario que debe esperarse y debe decirse de aquello que aspire a ser clásico!

¡A ver si se va a hacer promoción de Guadalajara con una Alcarria que ya no existe, cuando resulta que de aquellas ruinas y de aquella triste década de los 40 ha surgido una Alcarria bastante más presentable! Y a través de un libro que adormece y aburre más que entusiasma y encandila.

PD. Como quiera que, entre unas cosas y otras, llevamos un par de semanas sin poner enlaces al “Poema de la Caballada de Atienza”, que estábamos reproduciendo, aquí va el último, con el cual concluiremos sus entregas a los lectores de “GuadalajaraDiario”.

http://blogs.periodistadigital.com/juan-pablo-manueco/2016/02/10/libro-poema-de-la-caballada-de-atienza-la-luna-en-harina-baila-de-manueco/

Por cierto que en los versos finales se ofrece una posibilidad interesante que debería tener en cuenta la Diputación de Guadalajara, o los Ayuntamientos de Guadalajara y de Atienza, porque ofrece unas posibilidades de promoción del Turismo en Guadalajara, bastante mayores que el desfasado “Viaje a la Alcarria” de las mulas subdesarrolladas de Cela.

 

 

 

 

Viaje a la Alcarria, versión XXI o los tiempos mudan

QUIEN QUIERA ECHARLE UN PULSO a Camilo José Cela, lo pierde. No en balde este gachó o menda es el tercer mejor prosista de la lengua castellana de todos los tiempos, en opinión de quien esto escribe. Y a notable distancia de quien sea el cuarto, que este pobrecito escribidor no sabe quién ocupará ese cuarto puesto, el cual probablemente esté muy disputado.

Ahora bien, si Camilo José ocupa ese puesto preeminente dentro de los prosistas en español no es por sus novelas (que pueden tener parangón y algunas son decididamente fallidas), ni siquiera por sus libros de viajes (para los que también pueden hallarse semejanzas)… Donde es imbatible, salvo para los dos grandes, es en el mismo “género” donde fue único el segundo de los grandes: Quevedo.

-¿Dónde fue único Quevedo y resulta imbatible para los demás el menda este gallego y de Padrón, señor pobrecito escribidor?

Pues en el género de los escritos inclasificables, en el campo de los “Sueños” y las obras festivas y burlescas, no sujetas a patrón, el madrileño, y en el campo de lo mismo, pero ahora llamados “apuntes carpetovetónicos”, pero donde se toma a chanza y a burla todo que sale en sus páginas, en el caso del paisano galaico.

-¿Y entonces por qué vamos a echar las campanas al vuelo con la celebración del “Viaje a la Alcarria”, del que en este mes de junio se celebra el setenta aniversario de que se efectuase, en 1946?

-Por eso, señor lector, porque estamos en la Alcarria, y hay que celebrarlo.

-¿Pero el libro no es genial?

-No. Es la obra de alguien que llegaría a Nobel, pero que entonces tenía 30 años y estaba empezando. Y además fíjese en ese dato: 1946.

Posguerra española. Un país y una provincia devastados. Unos meses después del fin de la II Guerra Mundial.

Una Guadalajara llena de mulas, asnos, carros, moscas, chinches, malas posadas, peores caminos, alcaldes maulas y miradas de recelo y de sospecha y usuarios vomitando en el coche de línea sobre el pasajero de enfrente.

Donde además no pasa nada. Lo advierte el propio Cela al hacer el resumen de su viaje, y yo, que tengo la experiencia de habérselo hecho leer a mis alumnos de Bachillerato cuando me dedicaba a la enseñanza, sé cuál es la respuesta unánime de los alumnos, curso tras curso: “profesor, esto es aburridísimo, en este libro no pasa nada”.

¡Bienhallados sean los viajes que se hagan en homenaje a la Alcarria del subdesarrollo y todos los actos de promoción que se acompañen!

Pero, ojo, que la Alcarria que ese libro va a transmitir (aparte del valor sentimental que los oborígenes de la provincia queramos darle) está afortunadamente superada desde hace mucho.

¡A ver si vamos a hacer promoción de Guadalajara con una Alcarria que ya no existe, cuando resulta que de aquellas ruinas y aquella triste década ha surgido una Alcarria bastante más presentable!

Por mi parte, puesto que el mes de junio de los fastos se nos ha echado encima, adelanto que en unos diez días estará en las librerías mi nueva novela, “Viaje a la Alcarria, versión .XXI”, en donde obviamente no intento echarle un pulso al Camilo de sus geniales escritos incalificables, pero sí se  hace un viaje a la Alcarria de nuestros días (en realidad, dos viajes en el mismo libro). Concretamente, a la Alcarria del 2 de mayo de 2016, en pleno siglo XXI.

Ahí va, como primicia para los lectores de “GuadalajaraDiario” la portada del libro nuevo del que estamos hablando.Cubierta_01 (16)

 

Y ya hablaremos más la semana que viene.

 

PD. Puesto que ya nos hemos excedido de espacio, no me parece oportuno poner los dos enlaces (a una novela, y a un largo poema provincial), que estamos reproduciendo en las semanas anteriores. La próxima semana seguiremos con ello, y con muchas cosas más.

 

 

 

 

 

 

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