HA SIDO DAR EL TÍTULO DE “La sombra del sol” como el correspondiente a mi próxima novela -que ya ha entrado en imprenta, por lo que estamos a pocos días de que vea la luz pública-, y se han disparado las interpretaciones sobre lo que se puede ocultar sobre un título tan misterioso.
“El sol no tiene sombra” me han dicho los prosaicos.
“¿Te refieres a las manchas solares?” han inquirido los ecologistas y los astrofísicos.
“La sombra la produce algo que se interponga con el sol, como un eclipse o un objeto, pero luz y sombra son antagónicas”. Y en este plan.
A todos les ha parecido un título sugerente, pero incomprensible.
Por ello he tenido que añadirles el subtítulo de la novela “Historia del ingenioso escritor Miguel de Cervantes Saavedra, letrado en esta lengua”… y entonces las caras de duda han dado paso a las de asombro. Todavía no sabían de qué les estaba hablando, pero ya iban atando cabos sueltos, que nada ataban.
Hasta que aclaraba lo que ahora nuevamente aquí aclaro: es algo que nunca se ha hecho.
Un antecedente o precuela del Quijote que se va a dar a la estampa. No una secuela o continuación, que esa vulgaridad sí se ha hecho muchas veces, a pesar de estar prohibidísima por el propio Cervantes en su novela. No, no es una continuación… Es un precedente…
El precedente o fuente original de la inmortal obra cervantina que tanto se había buscado…
Un viaje del escritor Miguel de Cervantes Saavedra, y de los personajes también reales el hidalgo manchego Alonso Quijano y Quesada y del cura seguntino Pedro Pérez de Abajo, por las tierras centrales de España (Madrid, Alcalá, Venta de Meco, Guadalajara, Hita, Jadraque, Sigüenza…) ocurrido en 1601, es decir cuatro años antes de la publicación de la primera Parte del Quijote, en 1605.
El viaje previo y con personajes reales que daría lugar, a través de sus conversaciones, a la fuente al libro quijotesco y cervantino.
Eso es “La sombra del sol”. Eso está a punto de salir, porque ya está en imprenta.