REFRENAMOS MOMENTÁNEAMENTE LA EXPOSICIÓN que estamos realizando en exclusiva para los lectores de GuadalajaraDiario de la documentación hallada en Sigüenza acerca del encuentro, conversaciones y viaje que realizaron juntos Miguel de Cervantes, Alonso Quijano y Quesada y el cura seguntino Pedro Pérez de Abajo en 1601, según se recoge en el libro “La sombra del sol”, para dar cuenta de otra noticia cultural y libresca que se nos ha colado entremedias y que además viene multiplicada por seis.
-¿Ha dicho usted multiplicada por seis o por doce?
-He dicho por seis
-Pues en el título pone “Guadalajara por doce”.
-En el título pondrá lo que quiera, pero yo he dicho por seis.
-Pues no lo entiendo.
-Mire usted, señor lector, antes del verano van a ser “Guadalajara por doce”, pero ahora mismo, en primavera, son “Guadalajara por seis”, y de esto es de lo que yo voy a hablar en este artículo, si usted me lo me permite.
-Naturalmente que lo permito, e incluso le diré que estoy muy interesado en ello.
Y bien, la noticia cultural y libresca consiste en que la semana pasada alumbré -y ya están en las librerías- media docena de churumbeles librescos en el mismo día, lo cual no es frecuente que ocurra… De hecho a mí, no me había ocurrido nunca hasta el martes de la semana pasada.
A los sextillizos se les ha puesto el nombre común de “Cantil de Cantos”, el subtítulo común de “Poemas Ejemplares”, y luego ya a cada cual su nombre propio e intransferible, que son los siguientes:
-Cantil de Cantos. Poemas Ejemplares I. Los sonetos alcarreños.
-Cantil de Cantos. P. E. II. Las octavas olas o coplas alcarreñas.
-Cantil de Cantos. P.E. III. Las estrofas ´castellanas´
-Cantil de Cantos. P.E. IV. Las ribereñas.
-Cantil de Cantos. P. E. V. Saetas a las Semanas Santas de España.
-Cantil de Cantos VI. Las leyendas medievales y otras estrofas nuevas.
-Y por qué les ha puesto usted el nombre de “Cantil de Cantos”, señor articulista.
-Porque son efectivamente un “cantil” o “cantera” de donde extraer muchos cantos.
-¿Cantos de cantar o de piedra?
-De cantar, naturalmente; ¡los cantos de piedra o pedruscos son los que yo le voy a lanzar a usted, como no me deje terminar mi artículo…! ¿No ve que me está esperando mi señora para salir un rato a pasear, aprovechando el buen comienzo de abril que nos está haciendo?
Les decía, preciados y discretos lectores, que “Cantil de Cantos” se llaman todos por el número de cantos que pueden extraerse de esa cantera o acantilado lleno de cantos.
-Y lo de “Poemas Ejemplares” como subtítulo, ¿a qué se debe?
-¿Otra vez usted, impertinente lector?
-Ya ve, es que me interesa saberlo.
-Pues se debe a que se ponen “ejemplos en los poemas” que componen los libros. De ahí que se llamen “Poemas Ejemplares”
-¿Y cuántos ejemplos se ponen?
-Pues unos mil versos de ejemplo en cada libro de los seis.
-Pero ejemplos ¿de qué?
-De nuevas estrofas métricas.
-¿De nuevas estrofas métricas? Pero ¿eso es posible…? Yo creí que ya estaban inventadas todas.
-Y yo también lo creía, hasta que me he puesto a inventar y a crear otras muchas estrofas nuevas, que no existían previamente.
-¡Qué hombre, qué lince! (“bueno, pensó el lector impertinente, ya pensaré después si me decanto por lo primero o por lo segundo”).¿Y cuántas estrofas, exactamente?
-Quince estrofas inéditas y desconocidas hasta la fecha, que ahora se estrenan.
-¿Quince…? Y por qué van a ser, antes del verano, “Guadalajara por doce”.
-Porque van a ser doce los libros que se editen con ejemplos de mil versos cada uno, para las doce mejores estrofas. Y sólo algunos ejemplos de las estrofas que no les veo que puedan tener mucho recorrido; pero sí alguno. Y por eso publicaré también algunas muestras de ellas.
-¿Y qué tiene que ver Guadalajara con todo ello?
-Mucho.
-¿Por ejemplo?
-Que varias de las estrofas están bautizadas como “alcarreñas”, por los motivos que usted comprenderá en cuanto las lea. Y porque una en concreto –la ribereña– está muy relacionada con el marqués de Santillana. Y también porque los libros se iban a llamar en principio “Arriaca, cantil de cantos”, aunque al fin vi que ya era mucho guijarro, pedrezuela y cascote, y decidí hacerme más internacionalista, y dejarlo en lo que se ha quedado.
-Ah, pues me parece muy interesante. ¡Corro a echar un vistazo a esos “cantiles” en la primera librería que encuentre!
Y de esta forma fue cómo conseguí quitarme de encima al lector impertinente. De forma que, tras poner punto final a este artículo, ya podré salir a pasear un rato del brazo de mi señora.
Eso sí, les aseguro que como vuelva a interrumpirme en mi paseo el lector impertinente, voy a ir bien armado de cantos, guijarros y chinazos para dejarle debidamente descalabrado.
Un abrazo y un saludo cordial, preciados y discretos lectores que hasta esta línea habéis mostrado la paciencia de llegar. Quedamos emplazados para la semana que viene.
PD.: Como estos cantos han salido muy cantables y gratos de leer o de entonar, comento que ya los están cantando por diferentes partes de España.
Aquí va un ejemplo visual y sonoro, para que ustedes lo disfruten.
Que ustedes lo entonen bien:
https://www.youtube.com/watch?v=RPlHSeF_tsY