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Magallanes-Espinosa-Elcano. Olvido sobre el marino castellano

 TENGO PENDIENTES UN PAR de cosas por completar en esta columna (sobre Jesús Torbado y sobre la “leyenda negra castellana”), pero una comparecencia conjunta de los presidentes de España y de Chile, el pasado 9 de octubre, en que anunciaron grandes conmemoraciones para el año que viene de la primera vuelta al mundo iniciada por Magallanes en 1519, me lleva a efectuar la siguiente reflexión…

¿Se va a reivindicar de una vez en 2019 el gran protagonismo del marino burgalés Gonzalo Gómez de Espinosa –el segundo almirante de la flotilla castellana que rodearía el mundo- sin el cual no se hubiera concluido la expedición Magallanes-Espinosa-Elcano?

Gonzalo Gómez de Espinosa, el gran olvidado de la primera Expedición de Magallanes que cincunnavegó el mundo, fue el marino –natural de Espinosa de los Monteros (Burgos)- que tomó el mando de los barcos que quedaban en dicha Expedición –las naos Trinidad y Victoria- tras la muerte de Fernando de Magallanes.

Espinosa descubrió las islas Molucas –objetivo de la expedición- en 1521 y después ordenó volver a Castilla por el oeste, lo que implicaba dar la vuelta al mundo.

Sin embargo, en la nao capitana, la Trinidad, la de Espinosa, se descubrió una vía de agua que necesitó una reparación.

Sorprendentemente, estando al otro lado del mundo, entre las actuales Indonesia y Nueva Guinea, las dos naos castellanas se separaron, y la Victoria siguió su viaje dejando varada a la Trinidad.

Al mando de la nao Victoria se hallaba desde hacía poco tiempo Juan Sebastián Elcano, que ya había participado en las costas de Sudamérica en un motín para intentar regresar a España desde allí, sin proseguir el viaje.

Ello supuso que todos los amotinados fuesen apresados por Magallanes, que contó para ello con la decisiva ayuda de Gonzalo de Espinosa.

Los cabecillas del motín fueron castigados por Magallanes y, poco después, ante la necesidad de hombres, los marineros menos significativos, entre ellos Elcano, fueron perdonados y se reintegraron a la navegación.

¿Siguió Elcano las órdenes de Gonzalo Gómez de Espinosa para proseguir sólo el viaje desde las Molucas o desertó la tripulación de la Victoria dejando al capitán de la flota en situación comprometida, rodeado de peligros y reparando su nave, en el archipiélago de las Molucas?

Los historiadores no se ponen de acuerdo al respecto, ni es fácil que nunca se pueda dilucidar la verdad.

La nao Victoria completó sola la vuelta al mundo, entrando en Sevilla el 8 de septiembre de 1522, con otros diecisiete supervivientes. Pero sorprendentemente Gonzalo Gómez de Espinosa sí regreso a Castilla en 1527, acompañado de otros pocos supervivientes de la primera circunnavegación del mundo.

Espinosa y Elcano nunca pudieron confrontar versiones acerca de lo que había ocurrido en las Molucas y la razón de la separación de sus barcos, porque Juan Sebastián Elcano había partido dos años antes –en 1525- en la segunda expedición a las Molucas, comandada por el ciudadrealeño García Jofre de Loaísa, en la que ambos, Loaísa y Elcano, morirían.

Lo cierto es que Carlos I no fue especialmente efusivo en su recompensa a Elcano, quizá porque alguien de la tripulación dejó entrever que su comportamiento no había sido todo muy correcto a lo largo de la expedición.

En la segunda expedición de 1525, Elcano tampoco fue el capitán general de esa nueva flota, pese a conocer ya las rutas del viaje. Y de hecho al intentar atravesar nuevamente el Estrecho de Magallanes, Elcano hizo que la expedición perdiera el rumbo. Probablememte, porque la primera vez que había pasado por allí estaba encerrado en la bodega de alguno de los barcos, con el resto de los amotinados.

Resumen significativo que, en cualquier caso y dejando al margen lo que hiciera o dejara de hacer Elcano durante la primera travesía, convierte en imprescindible que se recuerde a Espinosa en la conmemoración de la primera vuelta al mundo, ya que sin él no se hubiera producido:

1/ Cuando Espinosa ordenó volver a Castilla desde las Molucas (objetivo único de la Expedición) por el oeste (por territorio enemigo papalmente portugués y vigilado por navíos enemigos de esta otra nación)… no sólo decidió ENTONCES Y ÉL que se diera la vuelta al mundo, sino que además salvó con ello la vida de todos los expedicionarios, incluida la vida de Juan Sebastián Elcano.

2/ Volver por el este, otra vez por el Pacífico, les hubiera sido imposible. Los vientos impiden VOLVER a vela por donde ellos había IDO. Habrían naufragado todos inevitablemente. Se tardarían mucho años -y muchos naufragios- para descubrir que había que subir muy al norte del Pacífico para hacer el CONTRAVIAJE.

3/ Sin Espinosa, Juan Sebastián Elcano habría acabado como: A/ Un amotinado en Sudamérica que habría huido de Magallanes B/ Un ejecutado por Magallanes (parece que fue Espinosa quien convenció a Magallanes para que no fuera excesivamente duro: se necesitaban marineros) C/ Un náufrago si se hubiera intentado volver a Castilla desde las Molucas por el este.

PD: Por último, y ya sin espacio, quiero invitar a los lectores que lo deseen a esta otra reflexión distinta sobre la pasada fecha del 12 de octubre, “Fiesta Nacional de España”:

http://blogs.periodistadigital.com/juan-pablo-manueco/2018/10/12/12-de-octubre-tres-naos-castellanas-hispanidad-y-castellanidad/

 

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