En esta serie de artículos estamos analizando las causas y principales episodios que ocurrieron en Castilla durante la Guerra de las Comunidades o “Guerra de la Dependencia” ante la Casa de Austria. La parte I puede leerse aquí:
La corona y el reino de Castilla, eje demográfico y económico de la Península Ibérica a principios del siglo XVI
EL EJE DEMOGRÁFICO Y económico de la Península Ibérica (Castilla, Aragón, Portugal) a comienzos de la Modernidad era sin duda la Corona de Castilla, con una población de entre 6 y 7 millones de habitantes, ante el millón de habitantes que sumaban en conjunto los territorios de la Corona de Aragón (Reinos de Aragón, Valencia y Mallorca y principado de Cataluña) y el otro millón de habitantes que suponía la población total de Portugal.
Y el núcleo de la Corona de Castilla estaba precisamente en las Castillas Vieja y Nueva.
El Consulado del Mar, radicado en Burgos (una organización de mercaderes), regulaba todo el comercio castellano con el Norte de Europa, a través de los puertos del Cantábrico, hasta el punto de que fueron los comerciantes de Burgos quienes costearon a sus expensas la Expedición a las islas de la Especiaría de 1519-1522, que acabaría convirtiéndose en la Primera Vuelta al Mundo.
Uno de los comerciantes burgaleses con especial importancia en las navegaciones comerciales a las islas de las especias fue Cristóbal del Haro, miembro de una familia de mercaderes y financieros de la ciudad, que financió la primera expedición en llegar al Río de la Plata (1511-1512) y la Expedición de Magallanes (1519-1522), entre otras muchas navegaciones viajes de comercio.
“Burgos, legua cero del Viaje de Magallanes-Espinosa-Elcano”, cartel conmemorativo del 500 aniversario de la Primera Vuelta al Mundo. Sobre el mástil del navío, la bandera de la Corona de Castilla, bajo la cual se realizaba la expedición.
También intervino decisivamente en la puesta en marcha de esta Expedición de Magallanes (portugués de nacimiento, pero nacionalizado castellano antes de recibir el mando de unos barcos castellanos, según la costumbre de esa o cualquier otra época) el obispo Juan Rodríguez de Fonseca, nacido en Toro, obispo de Burgos entre 1514 y 1524, y creador de la Casa de Contratación de Indias (1503), para poner bajo la autoridad de la Corona castellana los viajes que se organizaran al Nuevo Mundo.
En las dos imágenes de arriba, Vasco Núñez de Balboa, descubriendo el Mar del Sur en 1513 y la flota castellana de la Expedición de la Especiaría, las Molucas, que acabaría descubriendo el Estrecho de Magallanes y dando la primer Vuelta al Mundo entre 1519-1522
Las dos Castillas, Vieja y Nueva, eje a su vez de la Corona de Castilla
EN MEDINA DEL CAMPO se asentaba una de las ferias internacionales más importantes de Europa, y de hecho los banqueros de Medina crearon la primera letra de cambio, que empezó a ser la forma de pago internacional más común en todo el continente.
También la industria, las manufacturas, los textiles y los productos ganaderos, laneros y agrícolas castellanos eran significativos en el mercado europeo y posteriormente en el americano.
Las ciudades más populosas de España a principios del siglo XVI (excepción hecha de Sevilla) se encontraban en las dos mesetas. Valladolid, 38.000 habitantes; Toledo, 32.000; Medina del Campo, 20.000; Segovia, 15.000; Salamanca, 13.000; Medina de Rioseco, 11.000…
El historiador y jesuita de abundante bibliografía sobre la Edad Media y Moderna, Gonzalo Martínez Díez, que fue catedrático de Historia del Derecho de la Universidad de Valladolid, obtuvo estas cifras del Archivo de Simancas, harto significativas del papel de Castilla en el XVI, si las comparamos con los datos de la Castilla hundida, derrotada y despoblada de nuestros días
A principios del XVI, una provincia como la de Soria superaba en población a las tres provincias vascas: 190.000 habitantes en el territorio soriano frente a 185.000 en las tres provincias vascas juntas.
La provincia de Salamanca tenía casi tanta población como toda Cataluña. Medina del Campo rebasaba en seis veces la población de Oviedo y La Coruña y en ocho veces la de San Sebastián.
Incluso pueblos no especialmente significativos como Paredes de Nava, Béjar o Ágreda duplicaban a las dos primeras y triplicaban en población a San Sebastián.
Medina de Rioseco o Toro doblaban a Vigo o Santiago. Portillo (Valladolid) resultaba doble que Gijón y tres veces mayor que Eibar. Covarrubias (Burgos) era mayor que Baracaldo.
Concretamente, la Corona de Castilla de principios del XVI contaba con unos 7 millones de habitantes, Aragón 250.000, Cataluña 300.000, Valencia 320.000, Baleares 80.000, Navarra 100.000 y Portugal 1.000.000.