-Y BIEN, SEÑOR ARTICULISTA, ¿hoy se va a ganar usted el sueldo escribiendo por sí mismo algo de interés o bien voy a tener que ser yo, mero y sencillo lector, quien va a tener que escribirle el artículo, como ocurrió en el número anterior de Guadalajara Diario?
-¡Psé…! Procuraré ser yo mismo quien lo escriba, sin que tenga que recurrir a su auxilio. De esta forma, el director no me acabará llamando la atención por escribir dopado a menudo con su abrigo, su asistencia y con el refuerzo de su limosna de imaginación, cuando la mía flaquea y se parece más a un yermo erial baldío que a un florido jardín de articulista.
-¿Y de qué va a hablarnos hoy, según la planta que florezca en el parterre de su no muy probada inspiración?
-¡Demontre!, si usted me lo permite, señor lector, hoy pienso hablar de un nuevo libro que acabo de sacar a la luz del mercado y que, además, por su temática viene que ni pintiparado y muy conveniente y acicalado para estas fechas por las que transitamos…
-¡Ah!, ¿pero usted saca libros de vez en cuando a la luz del mercado?
-¡Recórcholis que sí, tengo esa práctica y esa orientación de vez en cuando, amigo lector!, ¡no puedo evitarlo! ¡Es como mi identidad de género literario…!
-Yo, como le veo tan indeciso y poco ducho a la hora de redactar artículos de prensa, pues no sabía que tenía usted esos otros usos y costumbres… Y dígame, ¿por qué se trata de un libro muy oportuno y conveniente para estas fechas?
-Porque trata de la Revolución de las Comunidades de Castilla, ya sabe, Villalar, Toledo, Padilla, Juan Bravo (que era de Atienza), María Pacheco (que ya he dicho más de una vez que fue oriunda de Guadalajara, y, en realidad, pienso que habría que considerarla directamente de Guadalajara), y todo ese conflicto armado con que se encontró Carlos de Habsburgo cuando desembarcó en Castilla para hacerse cargo del reino.
-Guerra que ha sorprendido siempre a los historiadores, Castilla en rebelión, ¡cosas veredes!
-Así es… Sorprende además por la radicalidad de sus planteamientos políticos y porque durante dos años expresó un profundo malestar de Castilla ante el nuevo papel que se le asignaba, como sostén de una dinastía imperial centroeuropea, con poco interés por fomentar los provechos de Castilla y muchas implicaciones en las Guerras de Religión que iban a desangrar Europa en esa época, arrastrando a Castilla a unas guerras costosísimas en donde nada podía ganar y sí mucho que perder, pero donde los Austria o Habsburgo se jugaban sus posesiones familiares…
-Ya, ya… Veo que el tema no está exento de interés. Puede comenzar su artículo cuando quiera, señor articulista.
-Pues le diré con su permiso, señor lector, que “Historia de las Comunidades de Castilla y de Castilla en los principios del siglo XVI”, que es su título completo, es un libro de Historia cronológica. En realidad, es una Cronología de hechos, año a año, mes a mes y día a día, entre 1492 y 1522.
-Pues ahora acaban de prohibir la cronología en la Historia…
-La Historia o es una Cronología de hechos (que son objetivos y objetivables) o es una interpretación subjetiva de fenómenos sociales, una Sociología subjetiva destinada a adoctrinar y a manipular a quienes se les va a hurtar los hechos y su secuencia temporal, para aleccionarles a modo, según las conveniencias del Gobierno de turno.
-Pues ahora que lo pienso, creo que tiene usted más razón que Descartes, señor mío… ¿Y qué más me puede decir sobre ese libro que ya empieza a interesarme?
CONTENIDO
-LE DIRÉ QUE ESTA historia cronológica intenta ser lo más clara, diáfana, comprensible, didáctica e instructiva posible sobre las Comunidades de Castilla y sobre la Corona de Castilla en los principios del siglo XVI.
Desde 1492 hasta 1522, Castilla inauguró la Edad Moderna, descubrió todos los continentes y océanos descubribles, se convirtió en la primera potencia mundial y estuvo a punto de gestar también la Edad Contemporánea, mediante la Revolución de las Comunidades de Castilla (1520-1522), que con sus propuestas ideológicas y políticas apunta al mundo de nuestros días e incluso presenta avances democráticos que aún no han sido alcanzados.
La Primera Globalización del mundo, la Primera Vuelta al Mundo, la primera moneda mundial (el Real de a ocho de plata), la primera Revolución democrática liberal… y todo ello sucediendo a la vez en Castilla y en los mares del mundo.
La obra permite al lector ver cómo se van sucediendo a la vez ambos desafíos, ideológico y geográfico, lo que se convierte en el principal atractivo de ella.
Lo fundamental del libro es el orden cronológico de los acontecimientos, de tal modo que los 30 años del contexto general y los dos años de conflicto de la “Guerra de las Comunidades” se pueden examinar paso a paso, con claridad de fechas y nombres de protagonistas.
Cuenta con 140 páginas, entre las que aparecen 55 ilustraciones a todo color: mapas, retratos, símbolos, lugares de celebración de las Cortes de Castilla, descubrimientos y navegaciones, primera Vuelta al Mundo que es coetánea a la Guerra de las Comunidades, batallas…
-Impresionado me ha dejado usted.
-¡Y eso que todavía no ha empezado usted a ojearlo y leerlo!