El espartero mágico de Tórtola de Henares

LA NAVIDAD Y LA NOCHE de Reyes es periodo adecuado para las narraciones mágicas, los cuentos con niños dentro, las historias con sorpresa incorporada y para las fábulas, quimeras, narraciones y alegorías donde la ilusión nos acerca a realidades paralelas, donde todo se percibe de otro modo.

Al final, dando el relato un giro inesperado, pueden extraerse provechosas experiencias para nuestras existencias cotidianas, volviendo a nuestro espacio real desde aquel universo del relato que parecía tan imaginario y tan distanciado de nosotros.

Esto es lo que ocurre con la alegoría que quiero presentar a los lectores de GuadalaraDiario en estas fechas de la entrada del invierno, que en Guadajara son jornadas para la aparición de elementos mágicos como las botargas y otras representaciones del invierno, las cuales indican que la realidad exterior se ha adormecido y queda espacio para la ensoñación y la aparición de figuras extrañas en nuestro entorno.

Cartulina digital con un soneto que el autor dedicó a Tórtola de Henares, el pueblo de su primera infancia.

El municipio de Tórtola de Henares, donde tuve la fortuna de vivir los primeros siete años de mi vida, antes de salir para la emigración como tantos guadalajareños y castellanos de los años 60, es famoso por su esparto y la calidad de sus esparteros y de los productos realizados a partir de esta materia prima natural.

Un amigo mío de Tórtola, ardiente defensor de la tradición espartera de Tórtola de Henares, Javier Domínguez Nuño, me pidió un día que escribiera algo sobre el esparto o la atocha, que de ambas formas se conoce el vegetal, y Tórtola de Henares.

Yo le entregué al poco tiempo este relato en verso, que me agradeció efusivamente, aunque me pidió que introdujera algunas novedades, cosa que yo he efectuado y es ahora cuando doy a la estampa la versión definitiva de esta mágica ficción de nuestra tierra y nuestra provincia.

EL ESPARTERO MÁGICO DE TÓRTOLA DE HENARES,
Nicanor, María, la Reina de las Nieves y los niños Pedro y María.

Una leyenda de un espartero que recuerda a Gepetto, el creador de Pinocho, pero en esta ocasión a través del esparto tortoleño y no de la madera de pino, mediante Nicanor, el espartero mágico de Tórtola, que con la ayuda de la Reina de las Nieves da vida real a dos muñecos de esparto, Pedro y María, y revive a su esposa fallecida, que interactúan con el mundo de los humanos

Algún vecino de Tórtola de Henares, todavía se acordará de Nicanor y María, un matrimonio sin hijos, que vivían junto a la carretera de Soria, al final del pueblo, donde estaba la cerámica del “Gaucho a caballo” que anunciaba el famoso “Nitrato de Chile”, y también la visible cerámica que anunciaba muy solemnemente, al viajero que llegaba desde Soria: “Tórtola de Henares”.

María murió, y a Nicanor, perfectamente le pudo pasar esto que aquí se cuenta….

«La novela de Tórtola de Henares», un libro digital que el autor de este artículo dedicó a este pueblo de La Campiña hace algunos años.

EL ESPARTERO MÁGICO de Tórtola de Henares

INTROITO

Allí donde alza el Henares
un vuelo como de tórtola,
de las que cantan a albor
a indicar al sol la hora,

ocurriera en otro tiempo
la que hoy se narre: la historia
de un esparto que fue mágico;
aquí, en Torela o Tortolla.

Los ojos se me desvelan
como lámparas redondas,
por los siglos en que Torela
no se llamaba aún Tórtola.

Sí hubiera arrullo que vuela
de una manera amorosa,
y sí crecía en su tierra
el esparto como alfombra.

La planta verde que siembra
tallos altos cual corona
es esparto tortoleño
al que otros llaman “atocha”.

Los ojos se me desvelan
como lámparas redondas,
ante esta historia que empieza
y que aconteció en Tórtola.

EL LUGAR

Es tierra del río Henares,
la tortoleña de Tórtola,
que saca luz del esparto,
que saca luz de la atocha.

Ya sandalias y ya cuerdas
se hacían antes de Roma,
y cuando llegó República
belicosa y escipiona,

seguían tejiendo esparto
entre los campos de Tórtola.
Seguían los tortoleños
trenzando cabello a atochas,

urdiendo con finas cuerdas
alpargatas, cestos, sogas,
para que tenga el Imperio
forma de portar sus togas.

ESPARTEROS Y ESPARTERAS

¡Ah, esparteros de mi Tórtola
qué bien que trenzáis la atocha!
Oíd, oíd, tortoleños
Oíd ahí esta mi historia.

Sueño de los siglos viene
y vosotros como sombras,
seguís entrecruzando eras
seguís entrelazando épocas,

entre la luz que amanece
y caída de las sombras,
empiezo ya para contaros
la maravillosa Historia

Escuderos de las fibras
por donde crece la atocha
por donde hilos de las cepas
de esparto hiláis en Tórtola;

tramáis con barba de cerros
plumas para que Tortolla
vuele y vuele por los siglos
hasta que en hoy desemboca.

Un hoy donde esparto crece
aún por cerros de Tórtola
y con collazo afilado
se rasura y se recorta.

¡Ah, barberos de la tierra,
los que desbarbáis a Tórtola
cómo sabéis que Torela
sus propias barbas las borda!

CARAVANAS DE SIGLOS

Viene después de romana
esta tierra a visigoda,
y después es sarracena;
pero planta a planta Tórtola

llegará a ser castellana
hilando sombra con sombra
y con luz de la mañana.
¡Collazo más tiempo corta!

LAS OBRAS HECHAS CON EL VERDE ESPARTO
QUE EL TIEMPO VA DORANDO

Hácense luego capazos
con el esparto, por obra.
Serones de cereal
cuando la espiga se poda,

cuando el grano ya ha cuajado
en pequeña y gualda roca;
recién ordeñada gleba
y la espiga luego rota

tras que el trillo pusiera
en ellas su recia bota.
Serones para la tierra
que a otra tierra iba remota…

Serones de cargar piedras
que caminaban sonoras…
Aguaderas hace esparto
para cántaro. Interna ola

que viene desde la fuente
y va soñando con bocas…
Esportillos de botijo
para saciar la sed ronca…

Espuertas de varios modos
donde se cargan las cosas…
Esteras, las limpiabarros
para salvar las baldosas…

Esterillas, que son al campo
las moquetas más hermosas…
Cortinas también de puertas
que el esparto bien las dota…

Fundas para las hoces,
de las hoces que más cortan…
Bozales para las mulas
que no se vayan de boca,

que mula que tal lo haga
mala cosa traiga rota…
¡Esparteros los de Tórtola,
siglos trenzando la atocha!

LA MAGIA ENTRA EL TALLER DEL ESPARTERO

Pero un día Nicanor
que lleva la espartería,
su obra maestra ya quiere
llenar de esparto de vida…

Quiere que muevan los ojos
niños que de esparto haría,
niño y niña como hijos
con esparto tejería.

Quiere que muevan los ojos,
no queden sus manos frías,
ni sus piernas queden quietas:
por el pueblo correrían.

A la Reina de la Nieves
Nicanor se lo pedía,
que los dos niños de esparto
se volvieran a la vida,

y que no quedase su casa
siempre triste y tan vacía,
sino viniesen dos niños
a llenarla de alegría.

-Ya estás viejo, Nicanor,
se te ha pasado la vida,
¿cómo les vas a educar
eres vieja compañía?

¡No puede ser, Nicanor,
tu casa es melancolía,
desde que murió tu esposa
la buena difunta María!

-Eso tiene solución,
pues si era alegre María;
con esparto igual la haré,
treinta y cinco aún tendría.

Y a dos atochados niños
perfecta los cuidaría.
Sólo falta Reina de Nieves
que les infundas la vida.

En su interior, Nicanor,
una y otra vez repetía:
-¡Sólo falta Reina de Nieves
que les infundas la vida!

Esa noche, Nicanor,
a esparto da forma viva:
Pedro le ha llamado a uno
y a la niña el de Lucía,

A los dos une mujer
que le recuerda a María,
la mujer que le faltaba,
la mujer que no tenía,

desde que se había muerto
la esposa que le quería,
la bella novia que fue
y ya no era María.

Y esa noche ya se duerme,
la del alba ya sería,
poca va a ser la noche
que tanta emoción había.

A LA MAÑANA SIGUIENTE SE HABÍA OBRADO EL PRODIGIO

-¿Quién eres tú niña bella
en mi casa aparecida?
-Un cartel yo me he encontrado
que dice yo soy Lucía.

Y ese de enfrente, mi hermano
que por Pedro respondía.
Y allí está mi madre amada,
que responde por María.

-Venid a mis brazos todos,
Venid mis brazos, familia,
que vais a ser desde ahora
mi familia más querida.

Iréis pronto a las escuelas,
libros de sabiduría,
para que os cuenten historias
las cuentas y ortografía.

-Yo no quiero ir, padre,
que está la escuela muy fría,
y me han dicho que con vara
pega el maestro a las crías.

-Eso era antes, rapaz.
Hoy escuela es de alegría,
se aprenden las cosas bellas
entre cuentos y armonías.

-Pero yo quiero en esparto
crear más figuras vivas,
para que juguemos todos
mañana, la noche, el día…

Pero le dijo su madre,
de esparto también María:
-“Nos lavaremos la cara
y el cuerpo también lavaría.

Nos iremos a la escuela,
para que aprendáis hoy día,
y a la noche contaremos
lo que aprendimos de día.

-¿Y el esparto, y el esparto,
que por Tórtola crecía,
cuando ya lo tejeremos
figuras de fantasía?

Las figuras tortoleñas,
en España conocidas,
hace Nicanor el padre,
y hace también Lucía,

Pedro teje asimismo,
mejor las teje María.
Pedro teje asimismo,
mejor las teje María.

PERO PEDRO HA SALIDO MENTIROSO EN DEMASÍA

Pero Pedro es que ha salido
mentiroso en demasía,
que cada vez miente mucho
las orejas le crecían…

Puntiagudas del esparto,
por mentir se le ponían…
Puntiagudas del esparto,
por mentir se le ponían…

Y cuanto que más que él miente
más esparto se veía,
en las orejas creciendo,
en las orejas crecidas.

-No mientas nunca, Pedro niño,
que orejas te crecerían,
como agrandan, crecen más
ya por siempre las mentiras.

-Ya no mentiré más, madre,
madre querida María,
no quiero orejas crecientes
al decir una mentira.

-Si así lo hicieres, Pedrito,
ya no más te crecerían,
esas orejas crecientes
cuando dices tus mentiras.

-Ya no mentiré más, madre,
madre querida María,
no quiero orejas crecientes
al decir una mentira.

¡Qué pena pues que a otros muchos
lo mismo les debería!
¡Sí, qué pena que a otros muchos
lo mismo les debería!

¡Fuese fácil descubrir
falsedades y mentiras
si las orejas creciesen
al hablar entre falsías!

Pero son más persistentes
en el mundo las mentiras
e incluso al mucho mentir
le han llamado la Política

y a veces también Cultura
y a veces también principia
con un embuste fundante
casi todo en esta vida.

Juan Pablo Mañueco
Premio Cervantes-Cela-Buero Vallejo, 2016.
Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha

Ir a la barra de herramientas