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XXVI. La Feria de Tendilla

XII.- “En llegando la feria de Tendilla, deja tu casa y vente a la mía”, dictado tópico que venía a equivaler a una demostración del gozo y la alegría, propios de estas fechas, hacia los amigos y forasteros que visitaban la villa durante su tradicional feria anual.

Y es que Tendilla llegó a tener una féria, por San Matías, el día 24 de febrero, que duraba nada menos que quince días (75).

Dice don Epifanio que los soportales de la población se llenaban de tenderetes, donde se vendía todo tipo de mercancía: cerámica, porcelana, certería, hierros, espejos, relojes, tejidos, cueros… y, por si fuera poco, en las eras, a la entrada al pueblo, según se mire, un amplio espacio dedicado al ganado, donde los maranchoneros, sonrientes, alardeaban de ofrecer el mejor ganado mular. Los trapicheos los harían, digo yo, sirviéndose de esa jerga especial que siempre los ha caracterizado, que es la “mingaña”, -que nada tiene que ver con esa otra “mingaña”, propia de los esquiladores de Fuentelsaz-, con la que entendían entre ellos, sin que se el cliente lo notara. Los maranchoneros siempre tuvieron fama por su seriedad y las facilidades de pago que ofrecían: la “recoba” o venta a plazos.

Esta de Tendilla es -y ahora vuelve a serlo, después de haber permanecido olvidada desde los años setenta del siglo pasado- una feria heredada de épocas pasadas, de cuando la villa pertenecía al señorío de don Íñigo López de Mendoza, primer conde de Tendilla y marqués de Mondéjar.

A través de la respuesta número 34 de las mal llamadas Relaciones Topográficas de Felipe II (1580) podemos hacernos una idea de cómo eran dichas ferias en aquella época.

Copiamos:

“Tratando de las cosas que mejor se hacen que en otra parte, dia de Sto. Matías, cada un año se hace una feria la mejor que se hace en esta Comarca, de la cual feria resulta mui gran provecho y ganancia a los vezinos, así en las posadas como en otras granjerías que se exercitan los que se quieren aprovechar; tiene treinta días: trataré las calidades que tuviere noticia: la Marcaderia que á esta feria mas viene y hace ventaja á las demás del Reyno, es la mucha suma y cantidad de paños de todas suertes, y para ello concurren mui buenas calidades: la primera, ser la feria de coyuntura que todo el invierno se han labrado los paños, y ser la primera del año; lo otro, estar la villa en parte tan cómoda de donde se hacen y labran, pues esta tan cerca de Segovia, de donde traen tan buenos paños velartes, finos, negros, y rajas, y otras suertes de paños finos; de la Ciudad de Cuenca vienen los mejores Mercaderos: traen mui escogidos y finos paños de subidas, y cendradas colores de todas las serranías y comarcas desta Ciudad de Cuenca, y de Molina, Medinaceli, Siguença, Soria, vienen paños de todos géneros, y cordellates finos, á causa de que en estas partes hay la mas fina lana del Reino: de Aragon vienen Cordellates mui finos; de la Rioja, Torrecilla de Cameros, vienen muchos paños, y asi mismo destas Comarcas y pueblos de Alcarria, y Ynfantazgo, de la ciudad de Huete y su tierra, Marquesado de Villena y Mancha vienen muchas suertes de paños; asi mismo vienen muchas tiendas de paños subidos, granas, paños estrangeros, sedas, terciopelos rasos y damascos que traen mercaderes gruesos de Toledo, Madrid, Alcalá, Medina de Campo y otras partes; para todos estos paños vienen infinidad de mercaderes de todo el Reino y fuera dél, para las quales Mercaderías hay asignadas partes donde se pone lo de Cuenca, Toledo, Segovia, con los demás géneros de paños por buena órden: pónense mui principales tiendas de sedas, joyerías, mercería, que traen mercaderes gruesos que venden á otros de menos cantidad; están juntas estas tiendas que parescen un Alcaicería de Granada que paresce estar toda la vida de asiento: hay otras tiendas de Mercadería de Flandes, lienzos y otras cosas preciadas: vienen muchos vizcaínos con lienzos preciados, y Mercaderías extranjeras: vienen muchos Portugueses, traen muchas suertes de lienzos, y hilo de mucho valor; traen mucha especiería, añir, Brasil y otras muchas cosas curiosas y preciadas, como es drogas y conservas de la Yndia: en ninguna Feria de España se hallegan tantos portugueses: ponense mui grandes tiendas y aparadores de plateros: viene mucha cera, pescados de todos géneros, por ser principio de Quaresma: vendese muchas Cabalgaduras, tíranse á la Andalucía y á los Reinos de Granada, Murcia y Valencia: vienen otras muchos géneros de mercaderçias, que especificarlas sería nunca acabar: dura los quince días la contratación, y para la verdad de los suso dicho, le vale al Marqués mi Señor de Alcabala un quento, y doscientos mil, y no se lleva más de á treinta mrs. el millar: á los mercaderes gruesos, por la conservación de la feria no pagan la quarta parte desto, y á los demás se les hace alguna gracia y muchos que encubren el Alcabala, que si todo fuera por entero subiera en mas cantidad, á lo qual resulta mucho provecho al Señor, y a los vecinos ganancia; hay mui buenos recibos de  Casas y tiendas, importan mucho los portales que aunque llueva contratan las gentes por cauto y limpio; es feria muy abastecida de todo lo necesario: hácese mención della por ser cosas que mejor se hace que en otra parte. Día de San Mateo se hace otra feria menor; tiene treinta días: viene á ella sola la gente de la Comarca á causa de hacerse aquel dia feria en otras partes; se aventaja muy poco, y con esto doy fin á este Capítulo” (76).

Además, añade don Epifanio, Tendilla era uno de los pocos lugares que gozaba de la llamada “Bula de Meco” que dispensaba del ayuno de los viernes, conservando en la comida pescados, huevos y lacticinios; privilegio concedido en 1487 por el papa Inocencio VIII a Mondéjar, Tendilla, Meco, Azañón, Viana de Mondéjar, Loranca y Aranzueque, que formaban el señorío mendocino.

En fin, aquella feria queda recogida en verso:

 

“Sin feria quedó Tendilla,

Que no se marchite el amor,

Pues la vida con calor

Es algo de maravilla”.

Hoy, de menor importancia que antaño, la feria de San Matías de Tendilla reúne vendedores y comerciantes de los más diversos productos de la comarca y de otras provincias: artesanía, derivados de la miel, productos cárnicos, vinícolas, así como manifestaciones de carácter  artístico a imitación del mundo medieval: teatro, gastronomía, cetrería… que hacen la delicia de los asistentes.

(75) Op. cit., pp. 289-290.

(76) LÓPEZ DE LOS MOZOS, José Ramón, Fiestas Tradicionales de Guadalajara, 3.ª ed. Guadalajara, Diputación de Guadalajara, 2006, pp.41-42. En la actualidad la feria de San Matías dura tres días y suele trasladarse al fin de semana más cercano.

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