A través de las leyendas marianas que se cuentan como leyendas sucedidas en la provincia de Guadalajara, hemos podido observar una larga serie de casos en los que se suelen dar hechos repetitivos. Muchos se refieren a la aparición de aves, especialmente palomas, pero también a serpientes y culebras.
Hoy hablaremos de los primeros casos, los que tienen algo que ver con las aves. Y el que mejor se nos acomoda es el de la aparición de la Virgen de Mirabueno. La leyenda se cuenta que una pastora de Mandayona encontró en el hueco de una encina una paloma que guarda en su zurrón. De regreso a casa va a enseñársela a su hermano, llamado Bueno, diciéndole:
– Mira, Bueno.
Mientras abría la bolsa con toda su alegría.
Pero, con gran tristeza, se da cuenta que la paloma que había guardado en su zurrón ha desaparecido, por lo que acompañada nuevamente por su hermano regresa al lugar del encuentro y, cosa rara, vuelve a encontrar la paloma en el hueco del árbol. De modo que la recogen nuevamente para llevársela a sus padres; pero, nueva tristeza, al ir a enseñársela con toda la ilusión del mundo, ven que la paloma ha vuelto a desaparecer de la bolsa que la guardaba.
La cosa llama la atención. Son tres las que sucedido y suena algo raro el hecho, que ponen en conocimiento del cura del pueblo, que después de comprobar que se trataba de la imagen de una Virgen, decide construir una ermita en el lugar donde fue encontrada (1).
Muy parecida es la leyenda que explica la aparición de la Virgen de la Torre, en Riofrío del Llano, en un cerro próximo al pueblo, que, desde aquel momento, se conoce como el “Alto de la Virgen”, puesto que allí se apareció en forma de paloma y donde fue recogida por una pastorcilla de Cercadillo, que quiso llevarla a su casa para enseñarla a su familia, comprobando poco después su desaparición. Aunque, más tarde, se apareciera la Virgen en el mismo lugar en que apareció la paloma.
Pero bueno, dejemos aquí el ejemplario y analicemos su significado. Nos daremos cuenta de la relación que existe entre la simbología de la paloma, blanca -con significado de pureza inmaculada (ausencia de pecado)-, con la representación del Espíritu Santo, cuyas apariciones también se ven representadas con forma de paloma.
Además, a todo lo dicho, hay que añadir que la paloma, y más aun siendo blanca, es un animal “juguete” que gusta a los niños. En los casos expuestos, la paloma se deja atrapar por las manos infantiles de una pastorcilla, que, ilusionada, trata de enseñársela a su familia como “juguete-trofeo-hallazgo”. Una niña, una pastora, que se siente feliz al encontrar el ave -un ave- y siente perdida su alegría al comprobar que la paloma ha desaparecido de su bolsa… Pero, queda aún la ilusión de ver si la paloma ha vuelto a su nido en el hueco del árbol donde fue encontrada en un principio. Y así es, pero hasta tres veces la pierde, por lo que el suceso que en un principio es infantil, se convierte en algo de adultos. Interesa el suceso en general y se “cree” y se “piensa” que aquella paloma no era tal y que, en realidad, era una representación de la Virgen.
Y raíz de su construcción nació un pueblo: Mirabueno.
Ahora bien, sería muy interesante ver y comparar el nacimiento de una leyenda, especialmente si ésta es mariana, con el nacimiento de un pueblo. Es posible que nos llevemos muchas sorpresas, y que la fuente “milagrosa” fue en su origen una fuente cargada de leyendas: de ondinas y mujeres serpientes que se peinan los cabellos con peines de oro y permanecen agazapadas en sus pozos a la espera de un incauto que trate sacarlas… Fuentes de aguas medicinales que se convirtieron en salutíferas aguas donde fue bautizado tal vez el protagonista de la leyenda de la Virgen de Sopetrán, o donde aparecieron unas cuantas monedas de oro que sirvieron para aumentar la leyenda de las aguas y de sus habitantes internos (y externos).
NOTAS
(1) GARCÍA PERDICES, Jesús, Cual Aurora Naciente. (Advocaciones marianas de la provincia de Guadalajara), Guadalajara, 1974, pág. 80. Posiblemente, desde que desaparece la paloma, por tercera vez, hasta lo que sucedió al cura y se comprueba que “que era [una] imagen”, hay algo que falta en el relato: ¿Cuál era esa comprobación y en qué consistió? ¿Cómo una paloma, a los ojos de todos, se manifiesta o se transforma en una imagen mariana?
Falta, a nuestro entender, una clarificación, por sencilla que sea, de aquel cambio para completarla: ¿Habló la Virgen al pueblo pidiendo que se le construyera una ermita o cuando el sacerdote fue con la pastora al árbol de la aparición se encontraron ya con una imagen en lugar de con una paloma?