1714, AÑO EN QUE SE RINDIÓ Barcelona ante el ejército borbónico francés (como antes había caído Madrid, Guadalajara, Brihuega, Villaviciosa de Tajuña o Zaragoza), no fue una fecha que marque ningún intento de secesión de Cataluña, sino uno de los episodios finales de la Guerra de Sucesión de España, donde combatieron catalanes contra catalanes, como castellanos contra castellanos o aragoneses contra aragoneses…
Lo que sí fue es el inicio del enriquecimiento de Cataluña, que en tres siglos llevó a Cataluña de ser el territorio más atrasado de España a ser la región más superdesarrollada del país.
Proceso que culminó durante los 40 años de Franco, que coronó a golpe de decreto político el superdesarrollo catalán, a costa casi todo el resto de España, que se vino abajo.
Guadalajara es un claro ejemplo de las bajas demográficas causadas no sólo por la guerra, sino por los años de la emigración auspiciada por la política de Franco.
Y ello por un motivo esencial durante estos tres siglos: Cataluña ha tenido cautivo el mercado español. Los españoles hemos tenido que comprar productos catalanes, peores y más caros que los europeos.
Con el proteccionismo había que hacer “España”, pero básicamente se ha hecho “Cataluña”, en estos tres siglos.
Aquí pongo un enlace a una conferencia celebrada hace unos días, donde se detalla mejor este proceso histórico veraz, que desde luego nunca será explicado en las escuelas catalanas, ni recogido en sus medios de comunicación a sueldo.
- Entre las consecuencias de este proceso de engrosamiento de Cataluña están que:
A/ Los “sectaristas” decimonónicos de SemiCataluña (ellos se llaman “nacionalistas” y hablan en nombre de toda Cataluña, aunque siguen siendo decimonónicos) se han creído que su riqueza cae del cielo o de sus genes, y no del mercado cautivo al que han empobrecido. Por lo cual al resto de España quizá le iría mejor, económicamente, sin Cataluña.
B/ Pero hay tres millones y medio de castellanoparlantes en Cataluña, a los que no se puede dejar en manos de unos sectaristas decimonónicos que les niegan sus propios derechos (a la educación en su lengua materna castellana).
¿Y por qué perpetran esta iniquidad los “semicatalanistas” de Cataluña…? Porque ellos sí –los sectaristas decimonónicos de Cataluña-, sí son, desde que surgieron y hasta ahora mismo: fachas.
Sí, eso que ellos llaman a quienes no comulgan con sus ideas supremacistas…: eso son exactamente esos caballeros y señoras, tan decimonónicos de principios del XX como sectaristas de sólo un sector de los catalanes.