“La sombra del sol” llega a Guadalajara

QUIENES SIGAN ESTA SECCIÓN literaria sabrán que abril de este año me trajo la noticia de que premiaban mi novela “La sombra del sol” con el Premio “LOS TRAS GRANDES (Cervantes, Cela, Buero Vallejo)” concedido por la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha.

La novela, que es un viaje ocurrido en 1601, cuatro años ANTES de la publicación del Quijote, plantea un sinnúmero de posibilidades porque precisamente son el hidalgo Alonso Quijano y el cura Pedro Pérez quienes conocen a un Miguel de Cervantes alicaído y desanimado por no encontrar tema sobre el que escribir, el cual decide acompañar a los otros dos viajeros en un viaje que están realizando hasta Sigüenza.

Las tierras de Guadalajara y Sigüenza van a ser recorridas y descritas por estos personajes a lo largo de esta serie de libros (porque serie va a ser: ya escrita también la segunda parte y ando escribiendo la tercera).

Pero incluso en la ya publicada “La sombra del sol” ocurre el momento en que el cura seguntino Pedro Pérez entra en contacto con las tierras de Guadalajara, donde pasó su infancia.

Creo que se produce un momento de gran emotividad, que agradará a los lectores, y además se citan lugares y pueblos de media provincia:

Aquí incluyo este capítulo de “La sombra del sol”

 

Capítulo XLVI. En que el cura Pedro Pérez lleva a feliz término un pequeño sueño que tenía en la mente, parecido al del peregrino que retorna a su patria.

 

ARREÓ LA MULA CUANTO PUDO y pasó al lado de la venta de Meco, sin detenerse, pues era otro el motivo que le impulsaba a su sin freno carrera.

Meco quedaba un tanto separada del Camino Real de Aragón, que seguían nuestros viajeros.

Desde la vía de comunicación se veía del municipio, sobre todo, la imponente parroquia de la Asunción, monumental como un canto gregoriano elevado hacia el sol de Castilla y la tierra de la Campiña para entonar alabanzas de piedra, elogios de espíritu, loas de alma, loores de esencia, ditirambos de ánimo, lauros de aclamación y laureles de esperanza…

(“Alabanzas de piedras, elogios de espíritu, loas de alma…” líricos comenzamos este capítulo”)

Todo ello creciendo en punta hacia el cielo azul de Castilla, como una torre total que absorbiese y concentrase la vista de cuantos junto a ella o lejos de ella pasaren.

Pero ni en la torre de Meco, situada bastante a su izquierda, ni tampoco en la Venta de Meco que estaba dejando al lado, justo a su mano izquierda, el cura Pedro Pérez se fijaba.

Era otra cosa la que traía en suspenso su ánimo.

La villa de Meco había pertenecido en época medieval al común de Villa y Tierra de Guadalajara, y así se lo recordaban a toda la chiquillería que se había formado en la ciudad arriacense, como una espina de injusticia que alguna vez debía subsanarse, por lo que el cura Pedro Pérez ya casi se sentía en su patria chica mientras galopaba a lomos de su mula de viaje.

Pero la realidad era terca. No lo estaba. Debía seguir galopando hasta el límite del término municipal de Meco para lograrlo.

Y eso hacía.

Galopar.

Correr.

Cabalgar.

Desbocarse.

Ir al todo meter de su caballería mular para llegar de inmediato a donde pretendía.

Al borde mismo de Meco.

Hasta el encuentro con las tierras de Azuqueca de Henares, donde ya así podía sentirse en la Guadalajara de su infancia.

Volvía, como el peregrino, a su patria.

Después de mucho, después de tanto, luego de haberse ido, luego de haber soñado durante tanto tiempo con su regreso.

Estaba llegando a la Tierra de Guadalajara.

Detuvo su cabalgadura, para caminar ahora al paso, como un rito, quería saborear el momento en que Pedro Pérez, el niño, que luego fue seminarista, que se había criado entre Guadalajara y Sigüenza, que había partido después para ejercer su ministerio a lejanas tierras, que había recalado finalmente en un lugar de la Mancha, tornaba ahora a su patria, a su ciudad de Guadalajara, medio campiñesa y medio alcarreña.

Debía entrar en su tierra despacio, saboreando el momento.

Y así lo hizo.

Saludaba con ambas manos alzadas mitad al cielo, mitad a la tierra.

Lloraba de los sus ojos, como el Cid cuando partía la destierro.

Se emocionaba.

Reía.

Lloraba.

Estaba en casa, de nuevo.

La mula del sacerdote traspasó el borde arriacense y cuando ya estuvo pon entero dentro, Pedro Pérez detuvo su cabalgadura.

Saludaba a diestra y siniestra

Se inclinaba ante el pasado de su vida, ante su infancia, ante sus padres, sus tíos y tías, sus hermanos, sus primos, sus amigos, sus años niños, mozos, adolescentes, jóvenes… Se inclinaba ante Guadalajara entera.

Se le humedecían los ojos.

Miraba hacia la Alcarria, la comarca más elevada cuyo largo borde corría a la derecha del valle del Henares, semejando una montaña longitudinal boscosa, aunque él supiera que no había tal montaña sino una altiplanicie muy elevada y ancha, la primera de ellas, que luego en su sucesión de ventorreros y altozanos boscosos darían lugar a una de las regiones geográficas más peculiares de España.

Atisbaba hacia esa parte derecha por donde sabía estaban Albolleque, en realidad una gran finca ganadera, y Chiloeches, mitad a pie de monte, mitad subida en él.

Oteaba hacia el frente, donde se divisaban los caseríos de Azuqueca de Henares, Alovera, Quer, Cabanillas del Campo y, recostada sobre su pendiente en ascenso, también medio campiñesa y medio alcarreña, Guadalajara. La Arriaca ibera.

Avizoraba hacia su izquierda, por donde reposaban los casales de Villanueva de la Torre, Valbueno, Marchamalo, Usanos, Galápagos…

Y entrecerrando los ojos, contemplaba en su interior Tórtola de Henares, Torre del Burgo, Hita, Jadraque, Bujalaro, Matillas, Baides, Mandayona, Mirabueno, Aragosa, La Cabrera, Pelegrina, ¡Sigüenza!

Los lugares a los que debían ir en las jornadas siguientes, si todo discurría según lo previsto, hasta completar el motivo y fin de su viaje: llegar a la ciudad mitrada, arriba, en el naciente Henares, el Faenarius romano, el Fenares cidiano, el lugar de heno que Pedro Pérez llevaba en su corazón, desde mucho antes de haberse ordenado sacerdote

«La sombra del sol», Juan Pablo Mañueco. Premio «Los Tres Grandes -Cervantes, Cela, Buero Vallejo-«, otorgado por la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha

 

 

 

 

 

Versos a Medianoche en Guadalajara y Torija. J. M. Alonso

“ÓIGAME SEÑOR AUTOR DE este artículo”, preguntó de nuevo el díscolo, indisciplinado y levantisco lector de prensa que, texto tras texto, intentaba sacar la cabeza fuera de su papel asignado como lector, para convertirse él mismo en el protagonista de la columna.

-Dígame, señor lector, ¿qué quiere…? Ya estaba usted tardando mucho hoy en interrumpirme.

-Que me han dicho que en el mes de julio ha vuelto a publicar usted otros tres libros de versos, igual que en junio, y que no se sabe ya la cantidad de libros que lleva usted publicados desde que comenzó el año 2017

Dieciséis, exactamente. Trece de versos, dos novelas y una obra de teatro… Pero ocurre una cosa con lo que usted dice, señor lector.

-¿Cuál es?

-Que no es ése el tema del artículo que escribo, por lo que debo reconvenirle drásticamente y rogarle educadamente que guarde silencio.

-Usted disculpe. Así lo haré –aseguró el lector-.

Aunque as los pocos segundos, preguntaba:

-¿Y entonces el tema del artículo?

EL TEMA DE ESTE ARTÍCULO son las ediciones de “versos a medianoche” que afortunadamente abundan en una provincia profundamente poética como es la de Guadalajara.

Lo da la belleza de la tierra –una de las más hermosas y variadas de España-, lo ha dado a lo largo de la Historia –pues ha sido una provincia recorrida por la poesía castellana- y lo sigue dando en nuestros días.

Lo fue el martes, 18 de julio, en la plaza del Carmen de Guadalajara, donde se celebró una nueva edición más de “Versos a Medianoche”, de la cual ya publicó este medio una Crónica Rimada, que tiene el lector a su disposición, para releer o leer por primera vez, si no lo hizo en su día,

http://www.guadalajaradiario.es/ocio-y-cultura/23599-versos-a-medianoche.html

Y el sábado 29 de julio la poesía se derrama por la Plazuela de la Iglesia, de Torija, con la edición de “Versos al pie de un soneto”.

Para este festival torijano de versos, no voy a efectuar una crónica rimada, sino que, dada la amistad y la condición de catecúmeno de su sabiduría que tuve con el poeta José María Alonso Gamo, al pie de cuyo soneto se celebra esta edición poética, voy a hacer otra cosa.

 

José María Alonso Gamo, poeta de Torija

Reproduciré exactamente cómo rememoré en 2016, mi vieja amistad con José María Alonso Gamo, cómo es la plazuela de la Iglesia de Torija, cuál es el soneto de Alonso Gamo que allí se inscribe en cerámica y cómo recorrí yo esas callejas en mi libro del año citado, que lleva por título “Viaje a la Alcarria, versión siglo XXI”. 

He aquí los párrafos que se refieren a todo ello, sin más aviso, lo cual servirá para refrescar a todos la memoria de quién fue José María Alonso Gamo, porque hay torijanos, incluso que presumen de serlo, los cuales sin embargo no saben exactamente quién fue su paisano… Pues aquí lo tienen:

“Ruando por las calles de Torija, según se sale de la plaza de la Villa por la calle General Aldeanueva, el escribidor acaba llegando hasta la iglesia, que contempla y disfruta, y también alcanza la plazuela de la Iglesia y se planta en la calle de José María Alonso Gamo, torijano ilustre, con quien el escribidor tuvo amistad en sus años mozos, porque les unía la misma pasión común por la poesía, por Catulo y por la provincia de Guadalajara.

José María Alonso Gamo, caballero donde los haya, había nacido en 1913, y para cuando el escribidor tuvo trato con él era mucho mayor que el pipiolo que por entonces empezaba a escribir.

José María le recibió en su casa del Paseo del Prado, de Madrid, decorada con todo lujo y una asombrosa y valiosa biblioteca, sobre todo, de autores clásicos grecolatinos.

Al escribidor de ahora, José María Alonso Gamo le regaló una traducción suya de los versos de Catulo, dedicada y firmada de su puño y letra, que sacó de una imponente vitrina acristalada, alta hasta el techo, llena de libros estimables. Y también le obsequió con muchos elogios por los pinitos literarios, mayormente versos, que el escribidor entonces componía.

(…)

Ahora el escribidor, mientras pasea por la calle José María Alonso Gamo, de Torija, y por otras adyacentes, le da la razón en muchas de las cosas que le dijo sobre el verso libre y sobre el soneto, y piensa, por pensar algo, en el paso del tiempo y en los caminos y senderos ocultos por donde nos va llevando la vida.

Para rememorar a su amigo, José María Alonso Gamo, y ya que está en su pueblo, el escribidor busca en su aparato móvil, y, cuando encuentra lo que busca, lee para sí:

LO QUE COBIJA HOY TURRÍCULA,

(El castillo de Torija al atardecer)                                                        

 

Cuando veo estas piedras albas rectas,

Umbrías ya de atardecer heridas,

Al sol de oeste ya casi vencidas,

Nobles rocas aún altas erectas.

 

Donde lanchas en cantos revestidas

Obtienen del cuadrado las selectas

Vistas bélicas y hoy en paz perfectas

Escenas de armonías compartidas.

 

Ondear arriba a tus arquitectas

Espuelas diamantinas recorridas

Sobre los siglos- por amanecidas

Tierras al galope de eras provectas…

 

Aún existir las siento, castillo,

SOBRE TU ROCA LLANA de Torija;

turrícula, torrecilla, rendija

asediada hoy sólo por el brillo

 

del atardecer, que tu torre de homenaje guarda, luce y cobija.

 

“Al final, tuviste tú razón, José María”, piensa el escribidor, meditabundo, caviloso y pensativo,  “la rima completa, la consonante y el soneto son la más alta expresión con que cuenta la poesía para fabricar belleza en pocas líneas”.

Y luego, prosigue:

“Aunque, como verás, no es exactamente el soneto en lo que he parado. Creo que al final conseguí innovar algunas cosas clásicas.  Es un soneto especial, de dieciséis versos, dicisiete en este caso, y con otras variaciones que tú entenderás”.

(…)

Al escribidor le da tiempo a acercarse también hasta la airosa picota de Torija, que al entrar a lomos de Alcarriante habían visto, y allí quedándose plantado ante ella, tomando mentalmente algunos datos y una foto de la misma, le da para componer, cuando vuelve a su casa, esta descripción rimada:

 

 

 

 

 

LA PICOTA DE TORIJA

 

Sobre un cielo gris que sirve de contraste,

Obrando el prodigio de ser pilastra

Brava de la historia, que en el libro de la lastra

Recibe la anotación del tiempo que labraste

 

Eres símbolo del fluir de siglos que arrastra

Un corcel de épocas que atrás dejaste,

No solo entre el viento huidizo que pasaste,

Contigo sigue ahora y en la piedra encastra.

 

Incipientes cabezas de león, los cardinales

En punta puntos marcan en lo alto.

Lados en cruz de fiera que casi el salto

Obran de saltar como rugientes animales.

 

Gloriosa villa, que en mi verso exalto.

Rastro de paz y guerra dando señales,

Indicando en cada uno de sus umbrales

Ser ya villa bella de corazón alto

QUE SIRVE DE CONTRASTES celestiales

a esta picota, que de ser villa Torija da señales.

Ruando de nuevo por las calles de Torija, el escribidor rodea la iglesia de la Asunción, y se asoma desde allí hasta el valle. Conforme llega de nuevo a la plazuela de la Iglesia, encuentra adosada a las piedras del templo algo en lo que antes no se había fijado: una notable cerámica muy grande, de varios cuerpos, quince en total, porque el escribidor se entretiene en contarlos.

La cerámica lo que contiene es un bello soneto de José María, dedicado a su pueblo natal, en el que se expresa:

 

Torija. ¡Aquella plaza, aquella calle,

por las que va, de paso, mi costumbre!

Torija en que nací: piedra de alumbre

que mis sueños rodeas con tu talle!”.

 

Del libro “Viaje a la Alcarria, versión siglo XXI” y, dentro de él, de la parte titulada en concreto “La novela de Torija”, Juan Pablo Mañueco (2016)

 

 

 

 

 

 

 

 

Tres libros más. Y agradecimiento a Ahora Guadalajara

  1. Tres libros más, diez en lo que va de año

-ENHORABUENA, SEÑOR AUTOR DE este artículo, me he enterado que en estos días ha publicado usted tres nuevos libros.

-¿Y cómo se ha enterado usted, señor lector?

-¡Pues de esa forma precisamente, leyendo la prensa! Ya sabe que yo soy un lector compulsivo, leo todo lo que se publica y cae en mis manos o se pone al alcance de mis ojos.

-Muchas gracias por la felicitación, le quedo muy agradecido. ¿Y qué le han parecido los títulos y los temas.

-No, de eso no me he enterado bien. Al leer tanto, a veces confundo las cuestiones y desde luego no retengo todo lo que leo: no me cabría en la cabeza. ¿Qué es lo que ha escrito usted?

-Pues después de la novela publicada en enero, «La sombra del sol», ganadora del Premio Regional de Periodismo «Los tres Grandes de 2016 (Cervantes, Cela y Buero Vallejo)» , otorgado por la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha…

-Sí, gran novela, esa sí que la he leído y le felicito por ella. ¡Muy bien trabada, sí señor, y muy distraída en su lectura…!

-Y después también de los seis primeros «Cantil de Cantos», libros de poesía que dan a conocer estrofas nuevas en la métrica universal, que aparecieron en febrero, he vuelto a publicar en el mes de junio tres nuevos «Cantil de Cantos», los numerados con los ordinales VII, VIII y IX.

-¡Vaya! ¡Pues sí que son “Cantiles” para sólo un semestre, que es lo que llevamos de año!

-En realidad, también hay que añadir tres libros que aparecieron en el mes de abril: la segunda edición de la novela «Castilla y el primer Villalar de 1976», con prólogo de Miguel Delibes, la obra de teatro «La Comedia de la Vieja y Nueva Política o Esperando a Prometeo» y el Cantil de Cantos XIII, titulado «Veinte nerudas de amor y una canción propia», que por su singularidad adelantó a los que les preceden numéricamente y se encuentra en las librerías desde hace dos meses.

-¡Cáspita! ¡Un “Cantil” que adelanta a los otros; bueno tiene que ser para que ocurra eso! Y entonces los tres “Cantiles” publicados ahora son…

-Los tres «Cantiles» publicados ahora tienen los siguientes en títulos y temas:

«Cantil de Cantos VII. (Blas de) Otero de poemas y otras estrofas novicias».   Sobre la obra del poeta vasco Blas de Otero y escrito en las estrofas inéditas «española» y «ovillo».

-(Blas de) Otero de poemas y otras estrofas novicias… Pues el título es original. Si además lo es el contenido…

-El siguiente es el «Cantil de Cantos VIII. Los poemas místicos y otras estrofas novicias». Sobre la obra de San Juan de la Cruz y Santa Teresa de Jesús y escrito en las estrofas «lira alcarreña», «romance doble» y «victoriola».

-Mística en el siglo XXI… ¡Por lo menos el propósito es encomiable!

-Y el último, por ahora, es el «Cantil de Cantos IX. Los versos del cardenal y los septetos dobles». Composiciones religiosas y otras dedicadas a España, a Castilla y la provincia de Guadalajara, en las estrofas nuevas «septeto doble» y «septilla».

-Bueno, pues no me parece mala trilogía. Si cae alguno de ellos en mis manos, le echaré un vistazo, y ya le contaré lo que me parecen.

  1. Agradecimiento a Ahora Guadalajara.

HACE UNOS DÍAS PUBLIQUÉ en Guadalajara Diario una leyenda en verso, titulada “La encantada de Usanos”, leyenda verdaderamente misteriosa y con valor y atractivo turístico para el barrio anexionado de Usanos y para la propia capital de Guadalajara, en consecuencia.

http://www.guadalajaradiario.es/tribuna-gd/23204-la-encantada-de-usanos-peine-pelo-espejo-o-daga.html

Envié esta idea de su valor turístico a los cuatro grupos políticos del Ayuntamiento de Guadalajara, pero sólo el grupo de “Ahora Guadalajara” se ha apercibido de los valores no sólo etnográficos, sino efectivamente turísticos, de la leyenda, y me ha solicitado ampliación de detalles sobre la misma y sobre el paraje donde la tradición sitúa los hechos.

E incluso me expone la idea de colocar el texto de la leyenda en algún lugar vinculado con la misma.

Gracias por ello a “Ahora Guadalajara”, grupo al que naturalmente di todos los detalles que me solicitaban.

¿Y los demás grupos políticos a los que también remití la idea…?

Pues uno estará muy ocupados, uno con sus deportes –supongo-, otro se estará reconstituyendo después de sus disputas internas -imagino– y el grupo de Ciudadano-Partido de la Ciudadanía, pues no sé lo que hará… porque he leído que quiere relanzar el turismo en la ciudad de Guadalajara, pero al parecer no ha cogido esta idea al vuelo, a pesar de que sería fuertemente turística y de muy escaso coste.

En fin, la semana, como se ve, ha sido provechosa. Y la que viene, pues ya la andaremos, según nos venga, y así se lo contaremos a nuestros lectores…

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

La lira alcarreña. Pedro Sánchez y Pablo Iglesias.

 POR AQUELLO DE QUE ESTA página es cultural y nada más que cultural, se pondrá aquí el plan de lectura que se propone y luego el que quiera leer la literatura que aquí se plantea que arree con ella, que a su disposición la tiene, y el que no: siga adelante su camino, que puede ser otra de las opciones que elija:

1/ LITERATURA: La lira alcarreña. 

2/ LITERATURA: Algunas cosas que se les dicen en verso a Pedro Sánchez y a Pablo Iglesias.

1/ LITERATURA. La lira alcarreña

LA LIRA ALCARREÑA ES una estrofa con las mismas cuerdas o versos que cualquier otra estrofa lirada, de corte clásico.

Pero a diferencia de la clásica –por llamarla de modo refinado y estiloso- o tradicional –por ser con ella más liso, terso y llano-, la lira alcarreña muestra tendencia a agruparse por parejas, como las cigüeñas y cigüeños que se suben a lo alto de un campanario, mismamente.

-Oiga, eso de “cigüeño” ha sonado un tanto raro, ¿se da usted cuenta de lo que hace y dice? –dijo el lector, que esta semana ha tardado poco en interrumpir al autor de estas líneas-.

-Claro que me doy cuenta, pero haga el favor de no interrumpir ahora, señor lector, porque estoy en pleno proceso explicativo… Luego le daré un turno de réplica, si con eso se aviene a callarse.

-Muchas gracias. Me avengo, pero de todas formas, eso de “cigüeño”…

-El macho de la cigüeña, ¿o es que creía usted que el macho de la cigüeña se llamaba también “cigüeña”?

-Yo ni siquiera me había planteado nunca si la cigüeña tuviera macho que llevarse al plumaje, ¡piense usted que yo soy de ciudad!

-Pues lo tiene, y a mucha honra… Y desde luego al macho de la cigüeña no creo que le agrade que le llamaren “cigüeña”, porque no sería propio de él, y le haría no como de menos, pero sí como de sentirse raro y anómalo, un muy bastante distinto a su ser propio.

-Yo creo que no le importaría tanto; de hecho, a lo mejor es posible que ni se enterara de lo que le están llamando.

-Él quizá no. Pero nosotros podemos diferenciar la distancia que va de ser el cigüeño a ser la cigüeña. ¿O no?

-Sí, sin duda, un poco de idea sí que me hago, no soy tan espeso.

-Sólido me parece a veces usted, no ya espeso.

-¡Hombre, muy agradecido por la comparanza, en la que ya me dice usted que salgo beneficiado, en esta ocasión! ¡Quédole muy agradecido y a su disposición, para lo que guste enjuiciarme!

-Lo que sí puede considerarse usted es bastante locuaz, casi diría que charlatán y hasta un poco bocazas, ¡si no me lo toma a mal!

-No, para qué me lo voy a tomar a mal, ¡si me va a dar lo mismo y, a lo mejor, hasta tengo que enfadarme y todo, cosa que nunca conviene!

-Lo decía por el mal momento que ha elegido usted para hacer uso de la palabra.

-En eso le doy la razón, todos hemos de guardar silencio muy a menudo, y si interrumpimos es natural que nos llamen charlatanes o hasta bocazas.

-¿Podría dejarme continuar?

-Con sumo gusto, ¡si hasta le estoy escuchando con agrado! Prosiga usted con su exposición sobre la lira alcarreña, ese curioso ejemplar de lira que gusta de agruparse por parejas.

Pues verá… En definitiva, una lira alcarreña que se precie, ha de tener al menos diez versos; si bien, si le da esa ventolera a la lira alcarreña, puede constituir una serie indefinida de liras, hasta que se canse de ser lira, inclusive, siempre y cuando mantenga esa tendencia a agruparse dos a dos.

De hecho, podrían ser mayores numéricamente los grupos alcarreños de liras, pero eso ya daría por objeto una sucesión indefinida de variantes en las alcarreñas liras, sonando más o menos armónicamente, según el compositor que las redacte o taña en verso, en cada caso.

-¿Y en qué se nota que las liras se han agrupado de dos en dos, por ejemplo?, ¿lo hacen de forma visual, por el espacio que las separa de las restantes?

-¡No, claro que no es eso! Eso sería una forma muy grosera de manifestar agrupamiento, escasamente poética.

-¿Entonces? ¿Se dan la mano, para indicar que son liras agrupadas?

-Entonces le digo que su pregunta es muy pertinente en esta ocasión, señor lector, porque ello me permite indicar el modo en que se agrupan las liras alcarreñas. Que curiosamente es lo que pensaba hacer cuando usted me ha interrumpido.

-Capto la indirecta.

-La forma en que la lira alcarreña se agrupa con otras es través de la alternancia de las rimas, compartida entre ambas o todas las que formen en grupo lirado.

-¿Podría usted ser más explícito?

-Desde luego, ¡cómo no! Los versos 1 y 3 de la primera lira riman entre sí, así como los versos 2, 4 y 5.

-Eso es una lira clásica, sí señor, compuesta además por sus correspondientes endecasílabos y heptasílabos.

-Pues en la lira alcarreña sucede además que los versos antes citados, por ejemplo el 1 y 3 de la primera lira, pasan a rimar con los versos 2, 4 y 5 de la siguiente; y los que fueron versos 2, 4 y 5 de la primera prestan su rima a los versos 1 y 3 de la posterior.

-¡Vaya movimiento bravío y armonioso, sí señor! ¡Qué lirada maja puede formarse con eso que dice!

-Eso mismo pienso yo.

-¡Qué cosa tan ocurrente y melodiosa! ¡Seguro que eso produce efectos sonoros muy peculiares!

-Esa es la idea, en efecto.

-¿Puede poner un solo ejemplo?

-Pues ahí tiene dos liras alcarreñas, ni mejor ni peor  que otras, pero como ejemplo de lo dicho, vale.

 

Mosquito macho estaba

-que llamemos Mandamás, porque ordena-

y todo lo gravaba

sin que le diera pena

cuantos la plebe pagos concatena.

 

Mandaba a leyes llena

la orden nueva que cada día daba;

preparase la cena

según se le antojaba,

pues todos alimentos bien los grava.

 

2/ LITERATURA: Algunas cosas que se les dicen en verso a Pedro Sánchez y Pablo Iglesias. 

 

-Óigame, señor autor como ejemplo habrá valido, pero me da a mí que ha incursionado usted en temas políticos en estos versos.

-Para nada, aquí se viene a hacer Literatura y nada más, lo que pasa el que el tema literario puede ser uno u otro.

-¡Ah, eso es cierto!

-Por ejemplo voy a poner aquí una especie de frontera para dividir el artículo en dos, como algunos quieren hacer con España, y lo haré poniendo en mayúsculas, lo siguiente:

NO TRAPASE ESTE LÍMITE QUIEN NO PUEDA VITOREAR LO QUE SIGUE: ¡Viva Cataluña plural!

-¿Eh?

-¿Usted puede, señor lector?

-Pues sí, ¿por qué no? ¡Viva!

-Pues entonces adelante, lea usted lo que sigue, que le gustará…

Pero quien no pueda, mejor que se quede aquí porque el artículo se va a adentrar en territorios que les resultarán incomprensibles, aunque se llame el que no puede pronunciar ese vítor Pedro Sánchez, Pablo Iglesias, Josep Guardiola o Carles Puigdemont, por citar algunos nombres.

-Caramba, pues no es un pasaporte tan difícil de pronunciar.

-Pues ya ve, sólo con vitorear eso tan sencillo y evidente… ya mejoraría muchísimo el entendimiento territorial de España, pero hay quien no podrá hacerlo.

-Vaya.

-Así es. Precisamente quienes se pasan el día hablando del carácter plurinacional y plural de España (hecho que ya está recogido en la Constitución y aplicado a través de la autonomías) son incapaces de ver que Cataluña ES MÁS PLURAL Y PLURINACIONAL que España en su conjunto, porque lo es al 50%, mientras que España no lo es en un porcentaje tan alto.

-Sorprendente.

 

  • -Pues a quienes hayan podido aceptar una cosa tan evidente como el pasaporte que se ha pedido para acceder a estas líneas (a los que no hayan podido, se les reitera que abandonen toda esperanza de entender lo que ahora va decirse) se les propone:

A/ Una pregunta muy directa a algún político que se llame o Pedro Sánchez o Pablo Iglesias.

 

http://blogs.periodistadigital.com/juan-pablo-manueco/2017/05/26/pedro-sanchez-y-las-naciones-culturales-de-espana-cual-tu-nacion-cultural/

 

B/  Las autonomías deben cumplir dos condiciones: 1/ Igualdad 2/ Ser leales a España.

http://blogs.periodistadigital.com/juan-pablo-manueco/2017/06/17/autonomias-a-iguales-b-leales-a-espana/

 

C/ Una matización sustanciosa al discurso que el otro día pronunció don Josep Guardiola.

http://www.guadalajaradiario.es/tribuna-gd/23023-guardiola-pide-ayuda-internacional.html

 

D/ Y la verdad sobre Castilla que no hay forma de se escuche en el Parlamento español, donde sin embargo se dice que estamos todos los españoles y todas las provincias representados

http://www.guadalajaradiario.es/tribuna-gd/22967-ocho-apellidos-castellanos.html

 

Y con esto, nada más por hoy, que no ha sido poco.

Después de los sextillizos, trillizos en Guadalajara

DESPUÉS DE LOS SEXTILLIZOS de marzo/abril con que se aumentaron de golpe el número de las criaturas de Guadalajara, ha llegado mayo y, claro, no podía quedarse atrás este mes en el asunto de los prodigios parturientos.

De manera que el mes de las flores (a María o a la dama que cada quién quiera) nos asombra y nos desconcierta un tanto con el alumbramiento de trillizos, los cuales han venido a complementar el número de moradores de la ciudad.

-¿Oiga? Después de sextillizos en marzo, ahora ha habido un parto de trillizos en Guadalajara.

-Eso es.

-¿Y de la misma persona?

-Exactamente. En marzo seis, y en mayo tres, la misma persona. ¡Y eso luego de otra criatura, que había alumbrado en enero la misma persona multípara!

-¡Que bárbaro! ¡Tremendo! ¡Enorme…! A esta paso la provincia va a estar repoblada demográficamente en muy poco tiempo.

-Bueno, demográficamente…

-¡Acabáramos! ¡Ya decía yo que no había forma humana de reponerse en tan poco tiempo de tanto parto…! ¡No estamos hablando de personas, sino de conejos!

-No, señor, no. ¡Se equivoca usted! Bien claro le he dicho que el alumbramiento lo ha efectuado la misma persona humana.

-¿Y entonces?

-Entonces, ¿qué?

-Pues que no estamos hablando de conejos, pero tampoco de críos, nenes o niños.

-¿Y en consecuencia, de que ha sido el alumbramiento?

-De libros.

-¿De libros?

-Eso es, siete, más tres de ahora. Es decir, que ya llevamos diez salidas a la luz en estos cinco meses del año en curso.

-¡Caramba!

-Y por lo que parece, no ha sido el último parto que se espera, antes del verano.

-¿Ah, no? ¿Se esperan más antes del verano?

-Sí. Bastantes.

-¡Pero cómo que bastantes! Esto va a acabar siendo noticia nacional.

-Ya lo es un poco, no se crea…. Porque alguno de los libros ha venido con un pan bajo el brazo.

-Pero ¿cuántos libros más se esperan antes del verano en este asunto multíparo?

-¿Aún no le he hablado de los neonatos y ya quiere usted saber de los venideros?

-Tiene usted razón. ¡Dígame el nombre de los recién nacidos!

-El primero en nacer fue “Castilla y el primer Villalar de 1976”, una novela directa y sencilla, ni muy larga ni muy corta, y que lleva un prólogo que Miguel Delibes escribió para otro libro, quedó inédito durante años, y ahora ha sido de mucha utilidad por lo apropiado de éste.

-¡Vaya! ¿Y el segundo?

-El segundo es de poesía y apunta todo lo alto que se puede apuntar en poesía.

-No le entiendo.

-Le diré el nombre. Se llama “Veinte nerudas de amor y una canción propia”. 

-Original nombre. Neruda convertido en nombre común y con un adjetivo numeral delante… ¡Esperemos que cumpla las expectativas de lo que promete!

-Y luego falta el tercero en nacer.

-¿Con qué nombre?

“La comedia de la Nueva y Vieja política o Esperando a Prometeo”. Esta es una obra de teatro, que según cuentan es divertidísima, aunque también da que pensar.

(Oído lo cual –sobre todo, lo de “divertidísima”-, el contertulio salió corriendo, como si le hubiesen avisado de que se acercaba un toro de lidia, y sin despedirse de su interlocutor, el cual le dijo:)

 

-¡Oiga!, ¿adónde va usted?

-A comprar las entradas del teatro. ¡Esa comedia yo no me la pierdo!

-Pero ¡hombre de Dios! ¡Si aún no está montado el espectáculo, le he dicho que acaba de publicarse en libro la pieza cómica!

-¡Ah, bueno! Como aquí las cosas suceden a tanta velocidad, creí yo que…

-Pues no.

-Y entonces ¿me va a contar algo más sobre ellos o sobre los otros inminentes alumbramientos que van a poner a Guadalajara en órbita, a este ritmo…?

-Sí, pero otro día. Ya en el artículo de la semana que viene.

-Pues quedamos emplazados para entonces, porque verdaderamente he quedado sorprendido en esto, en aquello y en lo de más allá, acá y acullá.

-Pues eso, hasta la próxima semana, amigo mío.

Dicho lo cual, que no había sido poco, los dos contertulios se saludaron y despidieron afectuosamente.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Feria del Libro de Guadalajara, culta y divertida.

Y YA ESTÁN PREPARADAS las hojas verdes del libro, para decirte bien dicho las ideas ideadas por quien ese libro lo ha escrito… Un libro y otro y otro libro, que ya vienen a buscarte alegres, en la plaza Mayor de los mayores y más estimables escritos…

-Óigame, señor articulista, ¿se puede saber de qué nos está hablando hoy? Es que no le sigo en su alegato de letras u homilía de verbos y vocablos. 

-Intentaba hacer un poco de poesía, cuando usted me ha interrumpido, señor lector, como ya tiene por costumbre, cada vez que me pongo a hacer mi artículo.

-¡Ah, intentaba usted hacer un poco de poesía…!

-Efectivamente, cuando usted me ha refrenado con eso de un “alegato de letras” y de una “homilía de verbos y vocablos”.

-Sí, es que yo también me he levantado un poco lírico… Y como le veía a usted tan falto de inspiración hoy en su artículo, me he decidido a ayudarle, dándole yo algunas de las ideas que a usted le faltan.

-Muchas gracias, señor lector. Ya veo que es usted mucho mejor que yo como poeta y también muy buena persona, porque enseña al que no sabe, que es una gran obra de misericordia.

-Psé… No tiene usted nada que agradecerme, señor articulista. Es natural en mí ayudar al prójimo que se encuentra en un aprieto.

-Muy amable.

-Pero dígame, ¿y para qué quería usted comenzar su artículo escribiendo un poco de poesía, que en su caso no puede ser mucho más que unos ripios, viniendo de quien viene?

-Para anunciar a todos los lectores que desde el jueves día 11 hasta el domingo día 14, se celebra la Feria del Libro de Guadalajara.

-¡Ah, caramba! Espléndida Feria, y además de las más cultas que se me ocurren en la ciudad.

-Sí, señor, sí. Así es como usted mismamente dice… Es una Feria cultísima, casi tan culta como Santo Tomás de Aquino, que era un hombre docto, que gastaba numen claro y abdomen prominente, pese a lo cual, ahí lo tiene: llegó a ser santo y a subirse a los altares.

-¡Hombre, digo yo, que no se subiría a los altares él solo!. ¡Digo yo que le ayudarían!

-Mire usted, mi querido lector y amigo, no vamos a ponernos ahora a charlar sobre Santo Tomás de Aquino. No es eso lo que está anunciado en el título.

-Tiene usted razón, señor articulista. Diga lo que quiera sobre la Feria del Libro.

-Que hay magníficas novedades que deberían ser consultadas por los lectores y aficionados a la lectura, y también hay magníficas obras de años anteriores que también merecen ser consultadas aunque no sean novedades.

-¡Andá, casi le ha salido una frase capicúa!

-No era esa mi intención; pero si ha sido así, espero sabrá disculparme, amigo mío.

-Y por qué su interés en esta Feria del Libro, ¿le va algo personal en la misma?

-Mi apoyo genérico a la cultura y también que yo mismo firmo libros una tarde de estas…

-¿Ah sí? ¿Pero usted también escribe libros, además de pergeñar artículos como este? ¿Y cuántos lleva escritos?

-Psé. Unos cincuenta libros, más o menos.

-¿Todos este año? Porque la cifra me parece corriente 

-No, este año solamente siete, y desde la pasada Feria del Libro, nueve novedades presento, oiga. ¡Como los buenos!

-Y me podría recomendar alguno, a ver si lo hojeo, si me acerco. Alguna novela por favor, que es el género que más me gusta.

-Sí, pues ahí van tres títulos, apunte: “La sombra del sol. Historia del ingenioso escritor Miguel de Cervantes Saavedra” 

-Oiga, eso parece una especie de Quijote al revés.

-Pues algo parecido es, efectivamente. E incluso quienes lo han leído lo alaban y lo tienen por bueno.

-¿Alguno más?

“Viaje a la Alcarria, versión siglo XXI” y “Viaje a Brihuega”, dos libros de viajes, que más bien son novelas, con sus personajes reales y ficticios y todo, por la provincia de Guadalajara…

-¡Hombre de Dios! Pero si ese primero que usted dice es muy conocido…

-¿Sí?

-Ya lo creo, si hablan de él y no paran en los periódicos. Que si digno de Cela, que si digna actualización a nuestros días de un libro histórico…

-¡Vaya, pues muchas gracias a quien lo haya dicho!

-Y qué tarde dice usted que firma, así  voy y ya me acerco un poco por la caseta en que le vea…

-La de Editorial Aache…

-Y le saludo.

-Pues el jueves día 11, de siete a nueve de la tarde.

-Pues allí me tendrá hojeando sus libros.

-Y los de mis compañeros…

-Así es, todos somos hijos de Dios, y ha de haber para todos. ¿No tiene nada más que decirme?

-No se me ocurre. Si quiere, le pongo un enlace a unos versos míos (ya sabe, eso que estaba haciendo cuando usted me interrumpió) y como son divertidos, pues así se distrae usted un poco.

-Venga el enlace.

-¡Aquí lo tiene usted, y que lo disfrute!

Y sin más ni más, el articulista le espetó al lector el siguiente versito, que se titula “Padre nuestro rimado del rey Felipe VI”

http://www.guadalajaradiario.es/tribuna-gd/22458-padre-nuestro-rimado-del-rey-felipe-vi.html

 

Y con esto último, que no es poco, se despidieron.

 

 

 

 

Gracias a Page y a Ahora Guadalajara. Y vídeos.

EN MI ANTERIOR ARTÍCULO DE GuadalajaraDiario comenté la posibilidad, la conveniencia política y hasta la utilidad turística de que Guadalajara levantase un monumento al comunero Juan Bravo, el cual, aunque ha pasado a la fama como capitán de los comuneros de Segovia, era natural de Atienza, siendo llevado cuando niño a la hermosísima ciudad castellana del otro lado de la Sierra.

También expuse que cuanto más se pareciese nuestra estatua a la excepcional que luce y asombra en Segovia, mejor para la belleza,  para el gremio de las estatuas y para Guadalajara.

Y dije que si, inclusive, podía ser una reproducción exacta o muy parecida a la bravísima y esbelta que se alza en la plaza de Medina del Campo, de Segovia, aún mejor para Guadalajara, para Juan Bravo y hasta para Segovia, que inició la primacía de tan airosa figura.

Pues bien, Emiliano García-Page, presidente de la Junta de Comunidades (¡qué nombre tan histórico y evocador: el nombre precisamente de la Santa Junta de las Comunidades de Castilla en 1520!) de Castilla-La Mancha ha tenido la amabilidad de dirigirse a mí para indicarme que le parece una muy buena idea, y que ese mismo fue su pensamiento (el de levantar una estatua a Juan de Padilla en Toledo, desde que entró en el Ayuntamiento de la capital regional como concejal) hasta que consiguió verla erigida a principios del año 2015. 

Aplaudía mi opción de dedicar una estatua a Juan Bravo en Guadalajara, y me indicaba no obstante que, siendo competencia municipal, era el Ayuntamiento de Guadalajara quien debía decidir al respecto.

Me he dirigido al Ayuntamiento de Guadalajara (cosa que vuelvo a hacer desde este artículo). ¿Y cuál ha sido el resultado?

Que debo agradecer y se lo agradezco sinceramente a José Morales, responsable del Grupo Municipal de Ahora Guadalajara haberme respondido. Y además, haberme respondido afirmativamente. Indicando que lo ve una buena idea y dándome otros nombres de comuneros de Guadalajara que participaron en aquella jornada, que deberían ser asimismo homenajeados.

¿La respuesta del Grupo Popular, del Grupo PSOE, del Grupo Ciudadanos/Partido de la Ciudadanía?

La estoy esperando… En cuanto me responda alguno, se lo transmitiré a ustedes, con sumo agrado.

Y si no, pues aquí queda formulada nuevamente la petición, a la que sólo le veo ventajas.

O estatua o calle, pero Juan Bravo era de nuestra castellana –desde siempre- provincia. Y toda Castilla, es Castilla, histórica y culturalmente. Ergo… (aquí deben ser también los políticos quienes extraigan la lógica consecuencia, para la cuestión autonómica).

Por si quieren informarse más de los motivos que me llevaron a plantear esta petición, aquí los tienen, “La estatua que Guadalajara debe a Juan Bravo”:

http://guadalajaradiario.es/blogs/jpmanueco/2017/04/19/la-estatua-que-guadalajara-debe-a-juan-bravo/

 

  1. Y como los temas se acumulan y el espacio se abrevia, dos enlaces más para los lectores que deseen seguir leyendo sobre otras cuestiones parejas:

Una petición distinta, pero relacionada, al presidente García-Page:

http://www.guadalajaradiario.es/el-rincon-del-lector/22176-a-mi-presidente-emiliano-garcia-page.html

 

Quiénes son los comuneros, expresado en verso:

http://blogs.periodistadigital.com/juan-pablo-manueco/2017/05/02/coplas-de-llacasti-ay-mi-llacasti/

 

Quiénes son y qué falta por llevar a la práctica de su ideario (más avanzado que los idearios políticos vigentes), en vídeo. Recomiendo escuchar a partir del minuto 4…

https://www.youtube.com/watch?v=E8y3IGZkMIc

 

Y unos versos que apoyan a Cataluña, al PP, al PSOE, a Podemos, a C´s y a España, si es que ellos los quieren aprovechar…

http://blogs.periodistadigital.com/juan-pablo-manueco/2017/05/03/apoyando-a-pp-a-psoe-cs-y-podemos-a-cataluna-y-a-espana/

Gracias a todos. Y yo, al menos, lo he intentado.

 

La estatua que Guadalajara debe a Juan Bravo

EFECTUANDO OTRO PARÉNTESIS ENTRE los comentarios de la novela (“La sombra del sol”) y de poesía (los seis “Cantil de Cantos”) de este autor que les habla, los cuales han visto la luz en lo que va de año, conviene reparar que este domingo, 23 de abril, es la fecha de la todas las fechas, o la celebración de todas las celebraciones… Y más que debería acumular tal día en nuestra Guadalajara, como ahora veremos.

Festividad religiosa y política 

-Oiga, caballero, ¿a qué celebraciones se refiere que ahora mismito no caigo, porque estoy desayunando mientras leo su artículo?

-Pues en primer lugar es la festividad de San Jorge, que de ser un soldado romano de Capadocia (en Turquía, es decir, asiático) ha pasado a ser casi el no va más de los santos y militares de Europa, patrono de numerosos reinos, ciudades y pueblos, a quienes ha ayudado mucho en sus contiendas bélicas.

-¿Una especie de Santiago Matamoros, señor articulista?

-Eso es, pero matando y ayudando a matar a mucha más gente, sin fijación por una sola raza humana o especie animal.

-Ya.

-Sino que San Jorge combate con éxito –y según las normas de caballería, eso sí, que es un santo honesto- a tirios y troyanos.

-A todo el que se le ponga por delante…

-Incluso a animales alados que arrojaban fuego por la boca (vulgo, dragones), con tal de ayudar a la buena gente que le veneraba y ante la que acudía montado sobre caballo blanco desde las llanuras del cielo, donde se distraía practicando ejercicios militares con otros caballeros celestiales.

-¿Acudía?, ¿es que ya no acude?

-Acude, ¡claro que acude! Pero acude menos.

-¡Cómo va a ser eso de que ahora San Jorge acuda menos montado sobre un caballo blanco y armado con lanza para ayudar a las buenas gentes que le solicitan sus favores!

-Es que la Iglesia pone menos empeño en que se tomen por verídicas estas historias y leyendas de siglos pasados, y entonces San Jorge se ha enfadado y acude, ¡claro que acude!, pero menos veces de las que se le solicita.

-Entiendo.

-Bien, pues, el domingo 23 de abril es el día del capadocio San Jorge, que se celebra en media Europa y en otros continentes y religiones (no sólo en el cristianismo). Y en España es el día de Aragón (región) y en general de toda la Corona de Aragón.

-¡Ah! Pues a mí me suena más como día que se celebra mucho en Cataluña y en Barcelona, casi como cosa independiente.

-Es que en Cataluña y Barcelona son muy suyos y les gusta hacer como propio lo que es común, en este caso de la Corona de Aragón, la pobre, que esa sí que es una tierra a la que había que dar más protagonismo de la que se le da en nuestros días.

-Y que lo diga, señor articulista. Pero ¿sabe lo que a mí me parece?

-No, señor lector… Dígamelo usted, que ya está quitándome espacio para escribir mi artículo, como hace usted todas las semanas. ¡Pero le soporto con resignación cristiana!

-Pues que a mí me gusta más, entre los caballeros de cielo que se presentan a las batallas montados sobre caballo blanco y armados con lanza o espada…

-¿Quién? ¿Santiago apóstol, el hebreo?

-¡No hombre, no! ¡Quiá…! ¿Qué me va a gustar a mí más Santiago Matamoros?

-¡Ah, perdón, señor lector! Y entonces, ¿qué caballero celestial le gusta a usted por encima de cualquier otro?

San Millán! ¡San Millán de Castilla, que también es muy combativo, monta un caballo blanco precioso y tiene una espada de las que hacen mucho daño al enemigo, cuando se le atiza con el filo de ella!

-¿San Millán…? ¿Y por qué?

-Porque es un santo de la tierra, de la Rioja (y no de Capadocia, que queda muy lejos). Un santo ermitaño del siglo V y VII y por eso es el patrón de todo el reino de Castilla.

-Es paisano, no cabe duda.

-Y además de ser fundador de monasterios y culto, a la hora de venir a caballo repartiendo mandobles a mansalva, se presenta por los cielos como el primero.

-¡Ah, me olvidaba que es usted muy castellano, señor lector, y de ahí le viene a usted su devoción por este santo!

-¡Hombre, pues claro! Yo amo a Castilla, que es lo mío. ¿Usted no ama lo suyo, señor articulista?

-Sí, sí, pero veo que soy menos exaltado que usted… De todas formas, no me reprenda tanto, que tengo que continuar escribiendo mi gacetilla noticiera.

-Siga, siga. Uno está hecho a leer cualquier cosa, ¡viniendo de usted!

  1. Día del Libro y de Cervantes

 

-Pues muchas gracias por darme permiso para continuar, señor lector.

-Por cierto que ya he visto antes que ha titulado usted su artículo como “Día del Libro y de Cervantes”. ¿Se refiere también al 23 de abril, verdad?

-Eso es, el 23 de abril es el Día del Libro, precisamente por ser la fecha del fallecimiento del mayor genio que nunca ha tenido ni tendrá la lengua castellana, Miguel de Cervantes.

-Eso ya lo sabía, no hace falta que me lo explique.

 

  1. Día de Castilla

-¿Y lo del día 23 de abril como “Día de Castilla”, señor lector?

-Eso también lo sé, el 23 de abril es el Día de Aragón, por lo del capadocio mílite cortacuellos y dragones ése, y que Dios me perdone por lo que he dicho, en su infinita misericordia.

-Sí que necesita usted perdón divino, sí.

-Y el “Día de Castilla” porque se perdieron las libertades de Castilla ese día sobre los campos de Villalar de los Comuneros, ante las tropas imperiales del mayor saqueador de las arcas públicas de Castilla que han conocido los siglos, Carlos V…

-Hombre, no lo ha expresado usted muy mal

-¡Y mira que saqueadores de arcas públicas ha habido muchos, en época de Carlos V, y en nuestros días, mismamente y sin ir más lejos!

-Ya veo, ya, que está enterado, señor lector.

-¡Andá esté! ¡Como que se creerá que los que leemos sus artículos somos tontos!

-¡No, ni mucho menos, señor lector…! Y hasta creo que ha habido un poco de elogio hacia mí, en ese comentario suyo.

-Psé… Simplemente he comentado que yo ya sabía todo eso.

-Y nombrado usted al 23 de abril como “Día de Castilla”… Y no “Día de Castilla (la Vieja) y León” como nos venden últimamente.

-Nos menteca(p)tan con eso, es verdad, señor articulista.

-¿Nos menteca(p)tan? ¡Qué palabra tan expresiva! Me la voy a apuntar por si la uso en algún otro texto. Da gusto tener lectores tan inteligentes como usted, amigo mío.

-Pues claro, ¿cómo no va a ser el Día de Castilla entera si lo que se rememora es la Revolución de las Comunidades de Castilla? ¡De todas!

-Claro.

-También de las Comunidades de Guadalajara, de Cuenca, de Toledo, de Madrid… que se levantaron en armas contra el saqueador Carlos V.

-Sin duda, sin duda, de toda Castilla es. No se soliviante usted, señor lector.

-Y si el principal capitán comunero, decapitado en Villalar, fue Juan de Padilla, ¡toledano!

-Efectivamente.

-Y si la revolución comunera, que se había iniciado en Toledo, aún duró varios meses más en esta ciudad castellana, que resistió heroicamente comandada por María de Pacheco, la viuda de Juan de Padilla.

-María de Pacheco, gran mujer, gran castellana, gran luchadora… Oriunda de Guadalajara.

-Pues ya lo sé, no me dice usted nada nuevo, señor articulista. ¡Está usted de un espeso importante, en la fecha de hoy!

  1. La estatua que Guadalajara debe a Juan Bravo y a María de Pacheco

-Voy a ver si intento ser original en algo, señor lector. Con su permiso…

-Lo tiene. Venga, inténtelo.

-¿Usted sabe que el capitán de las milicias segovianas y segundo de la revolución comunera, Juan Bravo, había nacido en Atienza, dentro de la actual provincia de Guadalajara?

-¿Cómo?

-Aunque fue llevado por su familia de muy niño a Segovia, donde adquiriría fama, reconocimiento y honra…

-¿Ah, sí? ¡Mira qué bien un paisano!

-Y a principios del siglo XX, Juan Bravo alcanzó otra cosa en Segovia: una absolutamente maravillosa estatua callejera, que hoy es uno de los principales atractivos turísticos de Segovia, por su porte y belleza.

-Pues eso del origen guadalajareño de Juan Bravo es algo que no sabía. Se ve que es un dato poco conocido.

-Es que Guadalajara apenas presume ni publicita lo que tiene.

-Así es… (Algo más interesado ya) ¿Pero cuál es la cosa original que usted va a intentar comentarme, señor articulista?

-Pues eso, que Guadalajara debería plantearse erigir una estatua a Juan Bravo en el futuro. Hasta por atractivo turístico, además de por recuperación histórica.

-¡Vaya, pues no está mal pensada la idea!

-Y ya de paso, también otra o en el mismo grupo escultórico a María Pacheco, oriunda de esta tierra… Y así, de paso, nos convertimos en la ciudad más comunera de toda Castilla y del mundo.

-Eso, eso. ¡A pensar a lo grande, y por poco dinero, que tampoco hay que subirse a la parra!

-No, ni falta que haría. Pero bien seguro que sería rentable turísticamente, en poco tiempo… Además que se me ha ocurrido otra idea.

-(Muy extrañado) ¿Dos ideas el mismo día y en el mismo artículo? ¡Me sorprende usted mucho, señor articulista! ¡Venga la segunda idea, por pequeña que sea…!

-Que a lo mejor las autoridades de Guadalajara podrían hablar con las de Segovia, para que -dada la doble tierra o patria de Juan Bravo y la extraordinaria belleza del monumento segoviano-, sacar un molde de la estatua segoviana y colocar una copia exacta en Guadalajara.

-¡Hombre, pues no me parece mal, sino bien y hermosamente pensado!

-Y así, se hermanaban Segovia y Guadalajara, que son limítrofes y tantas cosas en común comparten, incluida una preciosa Sierra.

-¡Vaya, vaya! Pues está empezando a gustarme la idea. (Pausa. El lector se queda pensativo). Óigame usted.

-Diga, querido lector.

-¿Y a usted cómo es que se le ha ocurrido una idea como ésta?

-(Quitándose la importancia que no tiene). Psé… Fijándome en esto y en aquello. 

¿Fijándose en qué?

-Pues en que Madrid, Segovia, Toledo, Salamanca y otras ciudades que fueron comuneras ya tienen calles o estatuas a los comuneros. O sea, que Guadalajara se está quedando atrás, cuando la cuestión nos toca por partida doble.

-¿También Toledo tiene estatua a Juan de Padilla?

-Pues claro, señor lector. ¿Es esto una cuestión que usted no sabía?

-No lo sabía, no. ¿Y desde cuándo ha erigido Toledo esa estatua a Padilla?

-Se inauguró en marzo del año 2015, en la plaza de Padilla, donde en su momento estuvo la casa de Juan. Ese día de marzo se inauguró una bella estatua de bronce al toledano, aunque para mi gusto no tan airosa como la de Juan Bravo en Segovia, que lo es y mucho.

-¡Ah, pues me alegra saberlo! Y fue una decisión consensuada por todos los partidos políticos o motivo de discrepancia entre ellos.

-(Sorprendido) ¡Qué va…! Consensuada por todos los partidos, que allí se reunieron aquel día para festejar a los comuneros y a Juan de Padilla. ¿Qué controversia va a haber, si los comuneros están retratados en el Congreso de los Diputados desde el siglo XIX.

-Ya, ya.

-Pues eso, padres de nuestro sistema democrático. Por eso afirmo que sería más que apropiado recordar a Juan Bravo y María Pacheco en Guadalajara.

-(Pensativo y asintiendo con la cabeza). Sí que es cierto eso.

-En Toledo, estuvieron todas las fuerzas políticas de la ciudad y provincia, desde el entonces alcalde Toledo, Emiliano García-Page.

-Hombre, Emiliano, como San Millán, que es eso exactamente lo que significa “Millán”, Emiliano.

-Bueno, eso no es apropiado para este momento del artículo, le ruego que no me interrumpa.

-Bien, pero lo que digo es que Emiliano, que además de haber nacido en Toledo, es oriundo de la zona de Talavera de la Reina, a mí me cae estupendísimamente. ¡Más castellano resulta difícil ser!

-Yo sólo digo que en la inauguración toledana del monumento a Padilla, acudió el alcalde Emiliano García-Page, que había tomado como cosa propia la creación de una estatua a Padilla en la ciudad, casi desde que entró como concejal en el Ayuntamiento de Toledo.

-¿Ah, sí? Pues que tome nota ahora que es presidente de la Junta de Comunidades para levantar las estatuas a Juan Bravo y a María de Pacheco en Guadalajara (o a ésta última, también en Toledo, que ahora hemos de ser todos feministas, y María se lo merece, al menos, tanto como su marido).

-Y también acudieron concejales de todos los grupos políticos municipales, del PP, del PSOE y de IU. Y además ocurrió una cosa sorprendente en medio del acto.

-¿Qué se apareció San Millán, montado a caballo?

-¡Oiga usted! (Enérgico y enojado). Esto es un artículo (y acaso ya una pequeña obra de teatro) seria y formal, de manera que es improcedente la facecia que acaba de pronunciar.

-Es cierto. Disculpe.

-(Más calmado).  Pero de todas formas, no anda usted muy descaminado. 

¿Ah, no? 

-Quien apareció de repente fue don José Bono (que no es santo, pero es de lo poco que ya le falta por alcanzar), y no descendió de ningún caballo, sino de muchos…

-¿Eh?

-Sí, de los muchos caballos de vapor del taxi que le transportaba y con el que llegó a la plaza.

-¡Hombre de Dios! Si ya me habían dicho que José Bono tuvo sentimientos castellanistas (de la Castilla integral y entera en su juventud). ¡Se ve que las buenas ideas no se pierden nunca…!

-Bueno, eso sería motivo de otro artículo. Ahora no podemos entrar en ello.

-Le doy la razón.

-Lo que hay que señalar es que fue un acto feliz y festivo, que ya digo que habría que reproducir en Guadalajara.

-Pues estoy plenamente conforme.

-Y también hay que señalar la perseverancia en solicitar esa estatua a Padilla que ha tenido, desde 1988, un partido político como el Partido Castellano, que desde esa fecha la venía solicitando insistentemente.

-¡Ah, caramba! Conozco a alguna persona de este partido, y algunas cosas de interés dicen, y otras que podrían decir, pero no quieren. O no tienen medios suficientes.

-Bien, señor lector, pues este artículo ya va tocando a su fin.

-¿No tiene nada más que contarme?

-Sí, tengo. Y de hecho, hasta que volvamos a comunicarnos la semana que viene le voy a mostrar dos enlaces donde puede ir usted meditando estos días sobre tales cuestiones.

-¿Dos enlaces…? A saber.

Enlace primero: un relato en verso, recitado, con imágenes fijas y cinematográficas sobre los sucesos de Villalar de los Comuneros del 23 y 24 de abril de 1521.

https://www.youtube.com/watch?v=E8y3IGZkMIc

-Pues muchas gracias.

-Que usted lo disfrute, y fíjese en los versos e imágenes finales, que es cuando se habla de que estos señores son personas de futuro, no de pasado.

-¿De futuro?

-Eso es, su ideario está todavía por llevar a la práctica en su totalidad. Y ese es el principal legado de futuro que nos dejaron.

-¿A qué se refiere?

-¡Vea el vídeo que le he puesto, hombre de Dios! Y fíjese sobre todo en lo que de recita en el poema a partir del minuto 4 (o un poco antes) y ya hasta el final… Eso es lo que nos dejaron los comuneros como herencia ideológica, a través del principal monumento de ideas que nos dejaron.

-¿Desde el minuto 4? ¿Herencia ideológica? ¿Y es?

-“La Ley Perpetua de Ávila de 1520” o “Constitución castellana de Ávila de 1520”, la primera de las Constituciones del mundo (aunque derrotada en Villalar) y más avanzada en muchos aspectos que todas las liberales, socialistas o comunistas que después se han sucedido.

-¡Vaya!

-Mucho que aprender de ella, sí señor lector.

-¿Y el otro enlace que me ha dicho usted que me va a dejar para que lo medite estos días?

-El otro enlace es éste:

http://blogs.periodistadigital.com/juan-pablo-manueco/2015/07/11/himno-cultural-a-castilla-o-madre-nutricia-castilla-de-juan-pablo-manueco/

-¿Y qué hay en él?

-El “Himno Cultural de Castilla”, escrito en 1982 y que desde entonces va dando vueltas por ahí.

-¿Himno cultural?

-Eso es. Castilla es, sobre todo, una cultura, que no puede trocearse. El día que todos los políticos comprendan ese respeto que merece Castilla, ganarán mucho la política, la cultura, Castilla, España y la Humanidad. Porque Castilla es una potencia cultural mundial, indestructible e irrompible, aunque la hayan roto torpemente en lo político, pero nunca lo conseguirán en lo cultural.

-Me deja usted anonadado. Voy a ver inmediatamente esos enlaces.

-Y como el 23 de abril es, para mí y para cualquiera que lo vea con objetividad, una fecha de ideas y cultural, vaya así mi despedida… ¡Viva Cervantes! ¡Vivan los libros! ¡Viva Castilla de ideas! ¡Viva la unidad cultural castellana, que ya existe y sólo debe ser reconocida! ¡Viva la libertad!

-¡Viva!

Y con esto que se dijeron los dos interlocutores de nuestro entremés o pieza teatral breve, se fueron, no sin antes haberse despedido hasta la semana y obrita teatral que viene. Y cuentan que el lector se puso inmediatamente a hojear los dos enlaces descritos…

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Cantil de Cantos: Guadalajara por doce (inéditas)

REFRENAMOS MOMENTÁNEAMENTE LA EXPOSICIÓN que estamos realizando en exclusiva para los lectores de GuadalajaraDiario de la documentación hallada en Sigüenza acerca del encuentro, conversaciones y viaje que realizaron juntos Miguel de Cervantes, Alonso Quijano y Quesada y el cura seguntino Pedro Pérez de Abajo en 1601, según se recoge en el libro “La sombra del sol”, para dar cuenta de otra noticia cultural y libresca que se nos ha colado entremedias y que además viene multiplicada por seis.

-¿Ha dicho usted multiplicada por seis o por doce?

-He dicho por seis

-Pues en el título pone “Guadalajara por doce”.

-En el título pondrá lo que quiera, pero yo he dicho por seis.

-Pues no lo entiendo.

-Mire usted, señor lector, antes del verano van a ser “Guadalajara por doce”, pero ahora mismo, en primavera, son “Guadalajara por seis”, y de esto es de lo que yo voy a hablar en este artículo, si usted me lo me permite.

-Naturalmente que lo permito, e incluso le diré que estoy muy interesado en ello.

Y bien, la noticia cultural y libresca consiste en que la semana pasada alumbré -y ya están en las librerías- media docena de churumbeles librescos en el mismo día, lo cual no es frecuente que ocurra… De hecho a mí, no me había ocurrido nunca hasta el martes de la semana pasada.

A los sextillizos se les ha puesto el nombre común de “Cantil de Cantos”, el subtítulo común de “Poemas Ejemplares”, y luego ya a cada cual su nombre propio e intransferible, que son los siguientes:

-Cantil de Cantos. Poemas Ejemplares I. Los sonetos alcarreños.

-Cantil de Cantos. P. E. II. Las octavas olas o coplas alcarreñas.

-Cantil de Cantos. P.E. III. Las estrofas ´castellanas´

-Cantil de Cantos. P.E. IV. Las ribereñas.

-Cantil de Cantos. P. E. V. Saetas a las Semanas Santas de España.

-Cantil de Cantos VI. Las leyendas medievales y otras estrofas nuevas.

-Y por qué les ha puesto usted el nombre de “Cantil de Cantos”, señor articulista.

-Porque son efectivamente un “cantil” o “cantera” de donde extraer muchos cantos.

-¿Cantos de cantar o de piedra?

-De cantar, naturalmente; ¡los cantos de piedra o pedruscos son los que yo le voy a lanzar a usted, como no me deje terminar mi artículo…! ¿No ve que me está esperando mi señora para salir un rato a pasear, aprovechando el buen comienzo de abril que nos está haciendo?

Les decía, preciados y discretos lectores, que “Cantil de Cantos” se llaman todos por el número de cantos que pueden extraerse de esa cantera o acantilado lleno de cantos.

-Y lo de “Poemas Ejemplares” como subtítulo, ¿a qué se debe?

-¿Otra vez usted, impertinente lector?

-Ya ve, es que me interesa saberlo.

-Pues se debe a que se ponen “ejemplos en los poemas” que componen los libros. De ahí que se llamen “Poemas Ejemplares”

-¿Y cuántos ejemplos se ponen?

-Pues unos mil versos de ejemplo en cada libro de los seis.

-Pero ejemplos ¿de qué?

-De nuevas estrofas métricas.

-¿De nuevas estrofas métricas? Pero ¿eso es posible…? Yo creí que ya estaban inventadas todas.

-Y yo también lo creía, hasta que me he puesto a inventar y a crear otras muchas estrofas nuevas, que no existían previamente.

-¡Qué hombre, qué lince! (“bueno, pensó el lector impertinente, ya pensaré después si me decanto por lo primero o por lo segundo”).¿Y cuántas estrofas, exactamente?

-Quince estrofas inéditas y desconocidas hasta la fecha, que ahora se estrenan.

-¿Quince…? Y por qué van a ser, antes del verano, “Guadalajara por doce”.

-Porque van a ser doce los libros que se editen con ejemplos de mil versos cada uno, para las doce mejores estrofas. Y sólo algunos ejemplos de las estrofas que no les veo que puedan tener mucho recorrido; pero sí alguno. Y por eso publicaré también algunas muestras de ellas.

-¿Y qué tiene que ver Guadalajara con todo ello?

-Mucho.

-¿Por ejemplo?

-Que varias de las estrofas están  bautizadas como “alcarreñas”, por los motivos que usted comprenderá en cuanto las lea. Y porque una en concreto –la ribereña– está muy relacionada con el marqués de Santillana. Y también porque los libros se iban a llamar en principio “Arriaca, cantil de cantos”, aunque al fin vi que ya era mucho guijarro, pedrezuela y cascote, y decidí hacerme más internacionalista, y dejarlo en lo que se ha quedado.

-Ah, pues me parece muy interesante. ¡Corro a echar un vistazo a esos “cantiles” en la primera librería que encuentre!

Y de esta forma fue cómo conseguí quitarme de encima al lector impertinente. De forma que, tras poner punto final a este artículo, ya podré salir a pasear un rato del brazo de mi señora.

Eso sí, les aseguro que como vuelva a interrumpirme en mi paseo el lector impertinente, voy a ir bien armado de cantos, guijarros y chinazos para dejarle debidamente descalabrado.

Un abrazo y un saludo cordial, preciados y discretos lectores que hasta esta línea habéis mostrado la paciencia de llegar.  Quedamos emplazados para la semana que viene.

PD.: Como estos cantos han salido muy cantables y gratos de leer o de entonar, comento que ya los están cantando por diferentes partes de España.

Aquí va un ejemplo visual y sonoro, para que ustedes lo disfruten.

Que ustedes lo entonen bien:

https://www.youtube.com/watch?v=RPlHSeF_tsY

 

 

 

 

Lo que Cervantes, Quijano y Pérez conversaron, luego de conocerse

SIGUIENDO CON LA TRANSCRIPCIÓN que estamos realizando en exclusiva para los lectores de GuadalajaraDiario de las primeras palabras que cruzaron entre sí el escritor Miguel de Cervantes, el hidalgo manchego don Alonso Quijano y Quesada y el cura seguntino Pedro Pérez de Abajo, cuando se conocieron en la temprana fecha de 1601, es decir, cuatro años antes de la publicación del Quijote, añadiremos lo siguiente.

No sin antes recordar que estos hechos se conocen por uno de los manuscritos que componen el legajo “Munio Juan Montañón y Díez”, descubierto el año pasado (2016) en el Archivo Diocesano de la Catedral de Sigüenza, y que ha sido publicado este año 2017 en la narración y estudio histórico titulado “La sombra del sol”, recientemente aparecido en librerías.

Estos son los textos que ofrecemos en exclusiva a nuestros lectores, en espera de los siguientes:

* * * * * * * * * * *

Capítulo XXIII. En el que se exclama: “¡Tate, tate, folloncicos! De ninguno sea tocada” y otras cosas menos cariealegres y gozosas, pero no menos sentidas, sino más o, cuanto mínimo, lo mismo. 

NO TARDARON EN AMISTARSE Y HACERSE los tres hombres las primeras presentaciones, sobre todo teniendo en cuenta que alguna nombradía y cierta admiración tenían los viajeros que ya estaban en la plaza por quien acababa de llegar a ella.

Acordaron posponer para después las restantes y más detenidas y reglamentarias salutaciones y preámbulos, porque el recién llegado manifestó su deseo pronto de visitar el interior del Colegio de San Ildefonso, cogollo de la Universidad cisneriana, la cual según declaró le traía recuerdos de su infancia, que había pasado muy cerca de aquel lugar, correteando, cuando niño, cerca de la misma y por las calles y plazas aledañas.

-¿De manera que sois nacido en este ciudad de Alcalá de Henares? –inquirió el hidalgo Alonso Quijano a su nuevo acompañante y antiguo conocido por alguna nombradía-.

-Así es, alcalaíno soy de cuna y por decirlo en forma más culta, hallándonos ante la fachada del edificio ante el que nos encontramos, complutense de nación, infancia y primeros años de mi vida.

-Complutense, gran gentilicio.

-Por todos estos lugares tuve mi niñez y primera infancia, hasta que el viento de la vida me ha llevado de acá para allá, como acostumbra –expresó quien había dicho tener por nombre el de Miguel y por patronímico el de Cervantes Saavedra-.

-Bellos lugares para nacer, crecer y corretear señor Cervantes Saavedra –indicó el cura Pedro Pérez, a quien la nombradía del recién llegado resultaba más nombrada y quizá más admirada que a don Alonso, su compañero de viaje-. Aunque no lo son menos los míos.

-¿Y de donde es vuesa merced, señor cura? –preguntó el recién llegado-.

-De un lugar de las tierras de Sigüenza, adonde nos dirigimos mi camarada de viaje don Alonso y yo mismo, porque he prometido mostrársela y enseñársela morosamente.

-Según me cuenta el señor cura es ciudad mitrada con múltiples encantos, catedral de las hermosas de España, castillo de los más espléndidos, palacios de los más notables, primorosos y preclaros e iglesias que son el ‘non plus ultra’ de la Cristiandad y el acabóse de los estilos y las decoraciones.

-Y hasta tenemos Universidad, para no carecernos de nada –añadió el cura, muy ufano, esponjado y carialegre con lo que se decía, como que se podría pensar que lo habían inflado con un fuelle-.

 

 

 

 

 

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