EFECTUANDO OTRO PARÉNTESIS ENTRE los comentarios de la novela (“La sombra del sol”) y de poesía (los seis “Cantil de Cantos”) de este autor que les habla, los cuales han visto la luz en lo que va de año, conviene reparar que este domingo, 23 de abril, es la fecha de la todas las fechas, o la celebración de todas las celebraciones… Y más que debería acumular tal día en nuestra Guadalajara, como ahora veremos.
Festividad religiosa y política
-Oiga, caballero, ¿a qué celebraciones se refiere que ahora mismito no caigo, porque estoy desayunando mientras leo su artículo?
-Pues en primer lugar es la festividad de San Jorge, que de ser un soldado romano de Capadocia (en Turquía, es decir, asiático) ha pasado a ser casi el no va más de los santos y militares de Europa, patrono de numerosos reinos, ciudades y pueblos, a quienes ha ayudado mucho en sus contiendas bélicas.
-¿Una especie de Santiago Matamoros, señor articulista?
-Eso es, pero matando y ayudando a matar a mucha más gente, sin fijación por una sola raza humana o especie animal.
-Ya.
-Sino que San Jorge combate con éxito –y según las normas de caballería, eso sí, que es un santo honesto- a tirios y troyanos.
-A todo el que se le ponga por delante…
-Incluso a animales alados que arrojaban fuego por la boca (vulgo, dragones), con tal de ayudar a la buena gente que le veneraba y ante la que acudía montado sobre caballo blanco desde las llanuras del cielo, donde se distraía practicando ejercicios militares con otros caballeros celestiales.
-¿Acudía?, ¿es que ya no acude?
-Acude, ¡claro que acude! Pero acude menos.
-¡Cómo va a ser eso de que ahora San Jorge acuda menos montado sobre un caballo blanco y armado con lanza para ayudar a las buenas gentes que le solicitan sus favores!
-Es que la Iglesia pone menos empeño en que se tomen por verídicas estas historias y leyendas de siglos pasados, y entonces San Jorge se ha enfadado y acude, ¡claro que acude!, pero menos veces de las que se le solicita.
-Entiendo.
-Bien, pues, el domingo 23 de abril es el día del capadocio San Jorge, que se celebra en media Europa y en otros continentes y religiones (no sólo en el cristianismo). Y en España es el día de Aragón (región) y en general de toda la Corona de Aragón.
-¡Ah! Pues a mí me suena más como día que se celebra mucho en Cataluña y en Barcelona, casi como cosa independiente.
-Es que en Cataluña y Barcelona son muy suyos y les gusta hacer como propio lo que es común, en este caso de la Corona de Aragón, la pobre, que esa sí que es una tierra a la que había que dar más protagonismo de la que se le da en nuestros días.
-Y que lo diga, señor articulista. Pero ¿sabe lo que a mí me parece?
-No, señor lector… Dígamelo usted, que ya está quitándome espacio para escribir mi artículo, como hace usted todas las semanas. ¡Pero le soporto con resignación cristiana!
-Pues que a mí me gusta más, entre los caballeros de cielo que se presentan a las batallas montados sobre caballo blanco y armados con lanza o espada…
-¿Quién? ¿Santiago apóstol, el hebreo?
-¡No hombre, no! ¡Quiá…! ¿Qué me va a gustar a mí más Santiago Matamoros?
-¡Ah, perdón, señor lector! Y entonces, ¿qué caballero celestial le gusta a usted por encima de cualquier otro?
-¡San Millán! ¡San Millán de Castilla, que también es muy combativo, monta un caballo blanco precioso y tiene una espada de las que hacen mucho daño al enemigo, cuando se le atiza con el filo de ella!
-¿San Millán…? ¿Y por qué?
-Porque es un santo de la tierra, de la Rioja (y no de Capadocia, que queda muy lejos). Un santo ermitaño del siglo V y VII y por eso es el patrón de todo el reino de Castilla.
-Es paisano, no cabe duda.
-Y además de ser fundador de monasterios y culto, a la hora de venir a caballo repartiendo mandobles a mansalva, se presenta por los cielos como el primero.
-¡Ah, me olvidaba que es usted muy castellano, señor lector, y de ahí le viene a usted su devoción por este santo!
-¡Hombre, pues claro! Yo amo a Castilla, que es lo mío. ¿Usted no ama lo suyo, señor articulista?
-Sí, sí, pero veo que soy menos exaltado que usted… De todas formas, no me reprenda tanto, que tengo que continuar escribiendo mi gacetilla noticiera.
-Siga, siga. Uno está hecho a leer cualquier cosa, ¡viniendo de usted!
- Día del Libro y de Cervantes
-Pues muchas gracias por darme permiso para continuar, señor lector.
-Por cierto que ya he visto antes que ha titulado usted su artículo como “Día del Libro y de Cervantes”. ¿Se refiere también al 23 de abril, verdad?
-Eso es, el 23 de abril es el Día del Libro, precisamente por ser la fecha del fallecimiento del mayor genio que nunca ha tenido ni tendrá la lengua castellana, Miguel de Cervantes.
-Eso ya lo sabía, no hace falta que me lo explique.
- Día de Castilla
-¿Y lo del día 23 de abril como “Día de Castilla”, señor lector?
-Eso también lo sé, el 23 de abril es el Día de Aragón, por lo del capadocio mílite cortacuellos y dragones ése, y que Dios me perdone por lo que he dicho, en su infinita misericordia.
-Sí que necesita usted perdón divino, sí.
-Y el “Día de Castilla” porque se perdieron las libertades de Castilla ese día sobre los campos de Villalar de los Comuneros, ante las tropas imperiales del mayor saqueador de las arcas públicas de Castilla que han conocido los siglos, Carlos V…
-Hombre, no lo ha expresado usted muy mal
-¡Y mira que saqueadores de arcas públicas ha habido muchos, en época de Carlos V, y en nuestros días, mismamente y sin ir más lejos!
-Ya veo, ya, que está enterado, señor lector.
-¡Andá esté! ¡Como que se creerá que los que leemos sus artículos somos tontos!
-¡No, ni mucho menos, señor lector…! Y hasta creo que ha habido un poco de elogio hacia mí, en ese comentario suyo.
-Psé… Simplemente he comentado que yo ya sabía todo eso.
-Y nombrado usted al 23 de abril como “Día de Castilla”… Y no “Día de Castilla (la Vieja) y León” como nos venden últimamente.
-Nos menteca(p)tan con eso, es verdad, señor articulista.
-¿Nos menteca(p)tan? ¡Qué palabra tan expresiva! Me la voy a apuntar por si la uso en algún otro texto. Da gusto tener lectores tan inteligentes como usted, amigo mío.
-Pues claro, ¿cómo no va a ser el Día de Castilla entera si lo que se rememora es la Revolución de las Comunidades de Castilla? ¡De todas!
-Claro.
-También de las Comunidades de Guadalajara, de Cuenca, de Toledo, de Madrid… que se levantaron en armas contra el saqueador Carlos V.
-Sin duda, sin duda, de toda Castilla es. No se soliviante usted, señor lector.
-Y si el principal capitán comunero, decapitado en Villalar, fue Juan de Padilla, ¡toledano!
-Efectivamente.
-Y si la revolución comunera, que se había iniciado en Toledo, aún duró varios meses más en esta ciudad castellana, que resistió heroicamente comandada por María de Pacheco, la viuda de Juan de Padilla.
-María de Pacheco, gran mujer, gran castellana, gran luchadora… Oriunda de Guadalajara.
-Pues ya lo sé, no me dice usted nada nuevo, señor articulista. ¡Está usted de un espeso importante, en la fecha de hoy!
- La estatua que Guadalajara debe a Juan Bravo y a María de Pacheco
-Voy a ver si intento ser original en algo, señor lector. Con su permiso…
-Lo tiene. Venga, inténtelo.
-¿Usted sabe que el capitán de las milicias segovianas y segundo de la revolución comunera, Juan Bravo, había nacido en Atienza, dentro de la actual provincia de Guadalajara?
-¿Cómo?
-Aunque fue llevado por su familia de muy niño a Segovia, donde adquiriría fama, reconocimiento y honra…
-¿Ah, sí? ¡Mira qué bien un paisano!
-Y a principios del siglo XX, Juan Bravo alcanzó otra cosa en Segovia: una absolutamente maravillosa estatua callejera, que hoy es uno de los principales atractivos turísticos de Segovia, por su porte y belleza.
-Pues eso del origen guadalajareño de Juan Bravo es algo que no sabía. Se ve que es un dato poco conocido.
-Es que Guadalajara apenas presume ni publicita lo que tiene.
-Así es… (Algo más interesado ya) ¿Pero cuál es la cosa original que usted va a intentar comentarme, señor articulista?
-Pues eso, que Guadalajara debería plantearse erigir una estatua a Juan Bravo en el futuro. Hasta por atractivo turístico, además de por recuperación histórica.
-¡Vaya, pues no está mal pensada la idea!
-Y ya de paso, también otra o en el mismo grupo escultórico a María Pacheco, oriunda de esta tierra… Y así, de paso, nos convertimos en la ciudad más comunera de toda Castilla y del mundo.
-Eso, eso. ¡A pensar a lo grande, y por poco dinero, que tampoco hay que subirse a la parra!
-No, ni falta que haría. Pero bien seguro que sería rentable turísticamente, en poco tiempo… Además que se me ha ocurrido otra idea.
-(Muy extrañado) ¿Dos ideas el mismo día y en el mismo artículo? ¡Me sorprende usted mucho, señor articulista! ¡Venga la segunda idea, por pequeña que sea…!
-Que a lo mejor las autoridades de Guadalajara podrían hablar con las de Segovia, para que -dada la doble tierra o patria de Juan Bravo y la extraordinaria belleza del monumento segoviano-, sacar un molde de la estatua segoviana y colocar una copia exacta en Guadalajara.
-¡Hombre, pues no me parece mal, sino bien y hermosamente pensado!
-Y así, se hermanaban Segovia y Guadalajara, que son limítrofes y tantas cosas en común comparten, incluida una preciosa Sierra.
-¡Vaya, vaya! Pues está empezando a gustarme la idea. (Pausa. El lector se queda pensativo). Óigame usted.
-Diga, querido lector.
-¿Y a usted cómo es que se le ha ocurrido una idea como ésta?
-(Quitándose la importancia que no tiene). Psé… Fijándome en esto y en aquello.
–¿Fijándose en qué?
-Pues en que Madrid, Segovia, Toledo, Salamanca y otras ciudades que fueron comuneras ya tienen calles o estatuas a los comuneros. O sea, que Guadalajara se está quedando atrás, cuando la cuestión nos toca por partida doble.
-¿También Toledo tiene estatua a Juan de Padilla?
-Pues claro, señor lector. ¿Es esto una cuestión que usted no sabía?
-No lo sabía, no. ¿Y desde cuándo ha erigido Toledo esa estatua a Padilla?
-Se inauguró en marzo del año 2015, en la plaza de Padilla, donde en su momento estuvo la casa de Juan. Ese día de marzo se inauguró una bella estatua de bronce al toledano, aunque para mi gusto no tan airosa como la de Juan Bravo en Segovia, que lo es y mucho.
-¡Ah, pues me alegra saberlo! Y fue una decisión consensuada por todos los partidos políticos o motivo de discrepancia entre ellos.
-(Sorprendido) ¡Qué va…! Consensuada por todos los partidos, que allí se reunieron aquel día para festejar a los comuneros y a Juan de Padilla. ¿Qué controversia va a haber, si los comuneros están retratados en el Congreso de los Diputados desde el siglo XIX.
-Ya, ya.
-Pues eso, padres de nuestro sistema democrático. Por eso afirmo que sería más que apropiado recordar a Juan Bravo y María Pacheco en Guadalajara.
-(Pensativo y asintiendo con la cabeza). Sí que es cierto eso.
-En Toledo, estuvieron todas las fuerzas políticas de la ciudad y provincia, desde el entonces alcalde Toledo, Emiliano García-Page.
-Hombre, Emiliano, como San Millán, que es eso exactamente lo que significa “Millán”, Emiliano.
-Bueno, eso no es apropiado para este momento del artículo, le ruego que no me interrumpa.
-Bien, pero lo que digo es que Emiliano, que además de haber nacido en Toledo, es oriundo de la zona de Talavera de la Reina, a mí me cae estupendísimamente. ¡Más castellano resulta difícil ser!
-Yo sólo digo que en la inauguración toledana del monumento a Padilla, acudió el alcalde Emiliano García-Page, que había tomado como cosa propia la creación de una estatua a Padilla en la ciudad, casi desde que entró como concejal en el Ayuntamiento de Toledo.
-¿Ah, sí? Pues que tome nota ahora que es presidente de la Junta de Comunidades para levantar las estatuas a Juan Bravo y a María de Pacheco en Guadalajara (o a ésta última, también en Toledo, que ahora hemos de ser todos feministas, y María se lo merece, al menos, tanto como su marido).
-Y también acudieron concejales de todos los grupos políticos municipales, del PP, del PSOE y de IU. Y además ocurrió una cosa sorprendente en medio del acto.
-¿Qué se apareció San Millán, montado a caballo?
-¡Oiga usted! (Enérgico y enojado). Esto es un artículo (y acaso ya una pequeña obra de teatro) seria y formal, de manera que es improcedente la facecia que acaba de pronunciar.
-Es cierto. Disculpe.
-(Más calmado). Pero de todas formas, no anda usted muy descaminado.
–¿Ah, no?
-Quien apareció de repente fue don José Bono (que no es santo, pero es de lo poco que ya le falta por alcanzar), y no descendió de ningún caballo, sino de muchos…
-¿Eh?
-Sí, de los muchos caballos de vapor del taxi que le transportaba y con el que llegó a la plaza.
-¡Hombre de Dios! Si ya me habían dicho que José Bono tuvo sentimientos castellanistas (de la Castilla integral y entera en su juventud). ¡Se ve que las buenas ideas no se pierden nunca…!
-Bueno, eso sería motivo de otro artículo. Ahora no podemos entrar en ello.
-Le doy la razón.
-Lo que hay que señalar es que fue un acto feliz y festivo, que ya digo que habría que reproducir en Guadalajara.
-Pues estoy plenamente conforme.
-Y también hay que señalar la perseverancia en solicitar esa estatua a Padilla que ha tenido, desde 1988, un partido político como el Partido Castellano, que desde esa fecha la venía solicitando insistentemente.
-¡Ah, caramba! Conozco a alguna persona de este partido, y algunas cosas de interés dicen, y otras que podrían decir, pero no quieren. O no tienen medios suficientes.
-Bien, señor lector, pues este artículo ya va tocando a su fin.
-¿No tiene nada más que contarme?
-Sí, tengo. Y de hecho, hasta que volvamos a comunicarnos la semana que viene le voy a mostrar dos enlaces donde puede ir usted meditando estos días sobre tales cuestiones.
-¿Dos enlaces…? A saber.
–Enlace primero: un relato en verso, recitado, con imágenes fijas y cinematográficas sobre los sucesos de Villalar de los Comuneros del 23 y 24 de abril de 1521.
https://www.youtube.com/watch?v=E8y3IGZkMIc
-Pues muchas gracias.
-Que usted lo disfrute, y fíjese en los versos e imágenes finales, que es cuando se habla de que estos señores son personas de futuro, no de pasado.
-¿De futuro?
-Eso es, su ideario está todavía por llevar a la práctica en su totalidad. Y ese es el principal legado de futuro que nos dejaron.
-¿A qué se refiere?
-¡Vea el vídeo que le he puesto, hombre de Dios! Y fíjese sobre todo en lo que de recita en el poema a partir del minuto 4 (o un poco antes) y ya hasta el final… Eso es lo que nos dejaron los comuneros como herencia ideológica, a través del principal monumento de ideas que nos dejaron.
-¿Desde el minuto 4? ¿Herencia ideológica? ¿Y es?
-“La Ley Perpetua de Ávila de 1520” o “Constitución castellana de Ávila de 1520”, la primera de las Constituciones del mundo (aunque derrotada en Villalar) y más avanzada en muchos aspectos que todas las liberales, socialistas o comunistas que después se han sucedido.
-¡Vaya!
-Mucho que aprender de ella, sí señor lector.
-¿Y el otro enlace que me ha dicho usted que me va a dejar para que lo medite estos días?
-El otro enlace es éste:
http://blogs.periodistadigital.com/juan-pablo-manueco/2015/07/11/himno-cultural-a-castilla-o-madre-nutricia-castilla-de-juan-pablo-manueco/
-¿Y qué hay en él?
-El “Himno Cultural de Castilla”, escrito en 1982 y que desde entonces va dando vueltas por ahí.
-¿Himno cultural?
-Eso es. Castilla es, sobre todo, una cultura, que no puede trocearse. El día que todos los políticos comprendan ese respeto que merece Castilla, ganarán mucho la política, la cultura, Castilla, España y la Humanidad. Porque Castilla es una potencia cultural mundial, indestructible e irrompible, aunque la hayan roto torpemente en lo político, pero nunca lo conseguirán en lo cultural.
-Me deja usted anonadado. Voy a ver inmediatamente esos enlaces.
-Y como el 23 de abril es, para mí y para cualquiera que lo vea con objetividad, una fecha de ideas y cultural, vaya así mi despedida… ¡Viva Cervantes! ¡Vivan los libros! ¡Viva Castilla de ideas! ¡Viva la unidad cultural castellana, que ya existe y sólo debe ser reconocida! ¡Viva la libertad!
-¡Viva!
Y con esto que se dijeron los dos interlocutores de nuestro entremés o pieza teatral breve, se fueron, no sin antes haberse despedido hasta la semana y obrita teatral que viene. Y cuentan que el lector se puso inmediatamente a hojear los dos enlaces descritos…