La reliquia de Palazuelos y el sociocentrismo religioso (y 3)

y III

 

           (Continuación)

 

Según me comenta D. Anselmo del Olmo, natural de Palazuelos y dueño del Museo de los Herrajes, cuando se aproximaba alguna tormenta con evidentes signos de hacer daño a las cosechas de cereal, frutas y hortalizas, los habitantes de la localidad, en compañía del sacerdote o sin él, y un niño de corta edad, acudían a la iglesia.

Allí, en el altar donde está el “Niño de las Flores”, se encuentra la cruz, protegida por una funda de paño, que sacaban y el niño llevaba en sus manos hasta la puerta, al llamado “portalillo”, y acompañado de todos asistentes, que solían ser muchos, la mostraba al exterior, entre rezos y súplicas.

Al parecer, los truenos y relámpagos comenzaban a reducir su intensidad, cesaba la lluvia o el granizo, y la tormenta se alejaba.

Por los años 1950-1960, la población comenzó a disminuir debido al éxodo hacia las grandes ciudades, los seguros amparan las cosechas y la costumbre comienza a desaparecer.

Por el contrario, en Riosalido dicen los mayores que no recuerdan que se sacara santo alguno por el pueblo para pedir agua o para alejar la tormenta y que los dos santos que había y aún están en la iglesia: en realidad una Inmaculada y un San Martín de Tours, nunca se han sacado en rogativa.

Sólo recuerdan que, el 22 de mayo de 1948 (Santa Quiteria), fueron en procesión hasta Sigüenza, donde se juntaron con los demás pueblos de la comarca, para asistir todos juntos en romería hasta el santuario de la Virgen de la Salud, en Barbatona.

Siguiendo a Ayala-Carcedo y a Olcina Cantos, sabemos que “los episodios de pedrisco más intensos eran un riesgo climático con evidentes efectos catastróficos. Asociados casi siempre a una violenta actividad convectiva, pueden seguirse en la documentación a través de los daños producidos en la agricultura y la ganadería. Las autoridades locales hacían un seguimiento especial de estos episodios, encargándose el personal eclesiástico, sacristanes y campaneros de realizar exorcismos o maldiciones contra nebulam o realizándose rogativas ad repellendam tempestades.” (4).

Es decir, contra las nubes y para repeler las tormentas.

De todos modos hay que tener en cuenta que una cosa son las rogativas contra el pedrisco y otra cosa diferente, aunque parecida, son las rogativas pidiendo agua contra la sequía que asola la población, yerma los campos y deja exhaustos pozos, fuentes y manantiales.

Los autores mencionados señalan que de forma general aunque con peculiaridades ligadas a las costumbres y el folklore local, las rogativas pro pluvia llegaban a disponer de cinco niveles de gravedad:

 

Nivel     Efectos en la Agricultura             Acto litúrgico              Ámbito de la rogativa

 

I             Ninguno (preventivo)        Oraciones especiales en        Intra ecclesiam

las misas                                Intra civitatem

 

II            Daños poco importantes   Exposición de reliquias            “          “

ó imágenes dentro de la

iglesia

 

III          Pérdida parcial de las         Procesión general por la       Extra eccesiam

cosechas                             población con reliquias ó      Intra civitatem

imágenes

 

 

IV           Pérdida total de las          Inmersión en agua de las           “           “

Cosechas                          reliquias ó imágenes

 

 

V            Crisis de subsistencia       Peregrinación a santuarios        “            “

de especial veneración

 

(5).

 ______________________________________________________________________

 

Si aplicásemos estos cinco niveles al caso de Palazuelos, teniendo en cuenta que se trata de rogativas en solicitud de lluvia y no contra las tormentas, y que no se ha producido daño alguno, el que más se acercaría sería, creo, el II: la exposición de reliquias ó imágenes dentro de la iglesia y, por supuesto, dentro del pueblo.

Sirvan estas breves notas como contribución mínima al conocimiento de una parcela tan poco estudiada como es la de las distintas manifestaciones folklóricas o etnográficas reflejadas en la literatura contemporánea.

 

NOTAS

 

(4) AYALA-CARCEDO, Francisco Javier y OLCINA CANTOS, Jorge (coords.), Riesgos naturales, 1ª. ed. Barcelona, Ed. Ariel, S.A., (col. Ariel Ciencia), 2002, p. 554.

(5) AYALA-CARCEDO y OLCINA CANTOS, op. cit., p. 555.

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