“El sol universal” y “Don Quijote de la Sagra”

-¡MI QUERIDO AMIGO ARTICULISTA…! Me ha llegado la noticia de que ha incursionado usted recientemente en la novela y que ha alumbrado un nuevo título suyo, que se llama “El sol universal” o algo así…

-Pues son muy felices, prósperas y bienaventuradas noticias las que han llegado hasta usted, señor lector, aunque yo no diría que “he incursionado en la novela”, puesto que se trata de una actividad en la que no “incursiono” ocasionalmente, sino que llevaré escritas unas cuarenta novelas y un sin parar de libros de versos innumerables y de obras de teatro irrepresentables.

-¿Irrepresentables…? ¿Tan malas son?

-No lo digo por lo malas que sean, sino porque no moviéndome yo por los complejos ambientes teatrales y siendo bastante caras de montar, prefiero darlas a la estampa y que sean leídas buenamente, aunque no alcancen la condición de ser contempladas sobre un escenario.

-Irrepresentadas, podíamos decir, con más amor y dulzura hacia ellas, en tal caso.

-Sí. Esa palabra más blanda y afable podríamos utilizar evitando la acedía y la acerbidad de decir que son “irrepresentables”. Gracias, señor lector.

-De todas formas, usted, señor articulista, ya no incursiona en la literatura, sino que sobreabunda, rebosa y se desborda en tintas y líneas como un cielo lleno de gotas de lluvia inspiradas por su musa persobal o como un embalse a punto de verterse por encima de toda contención.

-Eso es más exacto… No incursiono, no, sino que peleo directamente en la batalla de hacer sangrar a las letras algunos relatos y escritos que merezcan la pena de escribirlos y leerlos.

-¿Y este “El sol universal” del que ahora se hacen lenguas todos los mentideros y mentaderos literarios de la zona… de qué trata?

-Pues “El sol universal” hace referencia a algo que sucede al final de la narración, una sorpresa inaudita y una explosión de luz que sucede en las últimas páginas de la novela.

-Sorpresa intrigante que no puede decirse en este momento, claro.

-Naturalmente que no, amigo lector, es máximo secreto… Ahora sólo puedo decir que en la realidad “El sol universal” son tres novelas en un solo volumen, tres relatos distintos que se enlazan pero que en el fondo son independientes y con sentido propio en sí mismos.

LAS PARTES VIII, IX Y X DE “LA SOMBRA DEL SOL”

-¿Y por qué se aventura ahora a publicar tres novelas en un solo volumen, señor autor?

-Porque se trata de las partes VIII, IX y X y ya última de “La sombra del sol”, novela inicial, que en el año 2016, obtuvo el Premio Cervantes-Cela-Buero Vallejo, otorgado por la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha, y ahora me complacía bastante llevar a buen puerto y a digno remate, cosa que en este volumen creo haber logrado.

-¿Y esos relatos o novelas son?

-1/ Don Quijote de la Sagra. 2 / El perro castellano 3/ El sueño de Lázaro.

-¿Y qué es “Don Quijote de la Sagra”?

-Es el relato de nuestros días, plenamente del siglo XXI, en el que se refiere lo que le sucede a Quijote de Castilla y Castilla, un vecino de La Sagra toledana, que está oficialmente inscrito en el Registro Civil con este nombre y apellidos, y que es conocido como Quijote de la Sagra por sus amigos.

-¡Ah! Interesante que esté ambientado en nuestros días y circunstancias. ¿Y a qué se dedica el protagonista de su historia, señor autor?

-Se trata de un investigador cultural, especializado en La Sagra, que, en unión de Constanza de Toledo, otra investigadora de la provincia, conciben un plan para reconquistar culturalmente la Península Carataria de Toledo, convenciendo a los duques, ductores y barones que rigen dicha Península de la necesidad y conveniencia de reafirmar las raíces castellanas de esa Carataria toledana.

LA PENÍNSULA CARATARIA DE TOLEDO

-¿LA PENÍNSULA CARATARIA DE Toledo…? Un mucho de mordacidad, un bastante de sarcasmo, un algo de burla, sorna y puya y un ápice de guasa y reticencia… noto yo en eso de la Penísnula Carataria de Toledo, sobre todo si la pongo en relación con otra Ínsula Barataria, de felice memoria.

-Todos esos componentes y algunos otros más he puesto en las páginas del relato, es cierto.

-Pues me sorprende que su novela esté totalmente incardinada en nuestros días del siglo XXI.

-Sin duda, sin duda, Quijote de Castilla y Castilla o Quijote de la Sagra está totalmente inmerso en nuestros tiempos del Tercer Milenio.

-¿Y para que dice usted que van a la Península Carataria de Toledo…?

-Van persiguiendo un sueño de justicia: pretenden que las diez comarcas de Toledo (La Sagra, Torrijos, La Sierra de San Vicente, La Campana de Oropesa, Talavera, La Jara, Toledo, Los Montes de Toledo, La Mesa de Ocaña y La Mancha) sean igualmente respetadas en su integridad territorial y en sus legítimos componentes culturales, como dignísimas partes de Castilla que todas ellas son.

-Pues en esa Península Carataria de Toledo se encontrarían con verdaderos enemigos de ese propósito, como verdaderos gigantes en su contra.

-Ciertamente… Lo que les sucedió en Toledo, en esta descomunal aventura contra las gigantescas fuerzas oficiales que van a oponérseles y que se empeñan en ver monótonas, pobres y sin matices a las enriquecedoras y variadas comarcas de Toledo, como a las otras muchas y diversas y singulares comarcas de la encantadora región histórica de Castilla la Nueva, compone algunas de las mejores páginas de la desaforada novela.

-¿Y de “El perro castellano” o de “El sueño de Lázaro” que componen los otros dos títulos de la trilogía “El sol universal”… qué me puede decir?

-Nada… Eso quedará para más adelante, para otra entrega de artículos en que volvamos a encontrarnos, querido lector.

-Pues entonces este artículo de comentario literario puede decirse que ha acabado.

-¡Ni mucho menos, lector amigo! Hasta ahora lo único que hemos hecho es dar algunas pautas sobre el argumento de “Don Quijote de la Sagra”, que efectivamente es todo lo que suele hacer una crítica literaria al uso.

-¿Y debería hacer otra cosa, quiere usted decir, señor novelista…?

-¡Pos supuesto que sí…! Dar una idea sobre el argumento no es una crítica literaria, aunque sea todo lo que hace una crítica literaria en nuestros días…

-Pues ¿qué falta?

-Lo más importante… Dar voz a la propia obra, dejando que ella misma se presente a sí misma con sus propias palabras. De esta forma el lector sabrá de lo que se le está hablando exactamente, y podrá decidir por su estilo si desea degustar ese manjar literario que se le presenta… Pero lo esencial es que hable la novela por sí misma… De manera que voy a añadir a este comentario algunos párrafos de la propia novela y estará usted al cabo de la calle, señor lector, para que corra a buscarla a una librería o decida no hacerlo.

CAPÍTULO I. Sobre el lugar sagreño donde esta historia sucede y el nombre de nuestro héroe

EN UN LUGAR DE LA SAGRA, de cuyo nombre hay varias versiones, no ha mucho tiempo que vivía el ingenioso investigador cultural del siglo XXI don Quijote de Castilla y de Castilla, puesto que éste era el nombre y apellidos que figuraban en el Registro Civil, los mismos por rama materna como paterna, dentro de una familia de acrisolada raíz sagreña desde hacía muchas generaciones.

En cuanto al porqué de su nombre de pila, también totalmente oficial pese a lo extraño que puede hacérsenos al oído acaso, más adelante se explicarán cumplidamente las razones que habían llevado a sus padres a inscribirle al nacer con dicho sonoro apelativo, de tantas resonancias en la cultura castellana y española.

Sus apellidos los tenía, su nombre queda dicho y en cuando al “don” también podía usarlo, puesto que había superado los estudios de Bachillerato, que son los que facultan para portar tal distinción en nuestros días del siglo XXI, tan poco habituados ya a hacer estas diferencias, puesto que se ha igualado todo por abajo…

En efecto, la discriminación positiva de reconocer grados y esfuerzos académicos ya no existía apenas, salvo si se trataba de inventar nuevas titulaciones estrambóticas y estrafalarias cobradas a buen precio por la Administración y las Universidades privadas, pues entonces sí se despachaban rangos, ringorrangos, graduaciones y jerarquías a porrillo.

El escalafón de las excelencias a tanto el centímetro cuadrado de vanidad, titulo comprado, tesis o tesinas con remiendos que algunas venían ya desde los tiempos de Mari Castaña y desde la corte de los faraones del Rey que Rabió, eran tienda de mercadería ilimitada y un negocio muy boyante, en estos tiempos de las falsías académicas y políticas industrializadas.

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