Batiburrillo fiscal en Guadalajara

El viernes se debaten las ordenanzas fiscales para 2014, que regirán en el Ayuntamiento de Guadalajara durante el próximo ejercicio. Se trata por tanto de un retrato fiscal en el que el actual equipo de Gobierno no ha resultado muy favorecido, porque lejos de cumplir su programa y contener la presión fiscal, con subidas no superiores al IPC, en la capital se han disparado algunos impuestos con gran incidencia en el bolsillo del ciudadano, como es el IBI o la tasa del agua. El próximo año, sin embargo, el alcalde Antonio Román asegura que se van a pagar menos tasas a impuestos. ¿Es esto verdad? Vamos con ello.

A pesar de que este año, las ordenanzas fiscales son un batiburrillo de subidas y bajadas que pueden marear al contribuyente, hechos son hechos y datos son datos. Hay bajadas en la tasa de vehículos (3%), Basura (3,2%), Plusvalía (que pasa de un tipo de 29,9 a un 27) y Construcciones (del 4 al 3,6) y del IBI un 6,5%, en el tramo que es competencia del Ayuntamiento. Por el contrario, la tarifa que más sube es la del agua –en torno a un 30% de incremento, estima la oposición-, dado que como reconoce el alcalde es debido tanto a que cuesta más cara en alta –por la subida superior al 30% que ha aplicado la MAS—y porque hay que llegar al equilibrio presupuestario en la concesión, como se estipuló en el contrato. Para calcular la nueva tarifa habrá que tener en cuenta lo siguiente: habrá que pagar un 10 por ciento más en el recibo del agua cuando se consuma hasta 60 m3; un 11 por ciento, entre 60 y 90 m3; el 21 por ciento, si el consumo está entre 90 y 120 m3 y si el consumo supera los 120 m3 el recibo aumentará en un 40,7 por ciento. Por último, en el caso del alcantarillado, la actualización del metro cúbico será de entre el 4 y el 7% para el 85% de la población, según cálculo del concejal de Economía.

Estos son los datos. A partir de ahí, cada contribuyente puede hacer sus cálculos en función de los impuestos y tasas que pague, y opinar con mejor criterio sobre lo que dice la propaganda, que Román baja los impuestos y las tasas a los vecinos de Guadalajara o si estamos ante un engaño para disfrazar la realidad (Magdalena Valerio), porque en conjunto la carga fiscal también subirá en el 2014.

De mi cosecha particular, y aunque las celebre, califico de “ligeras” las bajadas en vehículos y basuras, por dos razones: porque Guadalajara sigue teniendo un impuesto de circulación alto en comparación con otras ciudades del entorno y porque en basuras hay un superávit en la liquidación, lo que parece es debido a que se ha mejorado la matrícula al incorporar a contribuyentes que no pagaban, felicidades en este caso.

Mucho más complejo es valorar la subida del agua, que la oposición de izquierdas va a politizar todo lo que pueda y que imputará a la privatización del servicio. A río revuelto…En ese sentido, que la importante subida de la MAS que preside Jaime Carnicero haya coincidido con la regularización del contrato con Guadalagua, para llegar a un equilibrio en la concesión, es munición gratis para PSOE e IU.

Dejo para el final el asunto del IBI, que es lo que peor digiero. El concejal de Hacienda cuantificó la rebaja en un 6,5%, porque bajará del 0,63% al 0,59% el porcentaje que fija el Ayuntamiento, pero la realidad es que la base de liquidación aumentará un 7%, porque en ella hay que repercutir la subida de los valores catastrales aprobada por Hacienda para el año que viene. Esto es lo que me llevan los demonios. Porque mientras los propietarios de una casa en Guadalajara han visto como su valor en el mercado ha caído hasta un 50%, dependiendo del lugar donde esté, la contribución urbana no ha hecho más que subir y subir (hasta un 40% durante el mandato de Román, según estimaciones de la portavoz socialista). Si el valor de los inmuebles ha bajado en España desde finales de 2007 un 50% no puede ser que los valores catastrales se incrementen. A eso se llama saqueo. De hecho, ha habido ayuntamientos que los han bajado, y ya se ha repercutido en el recibo. No es el caso de Guadalajara.

Se empeña el alcalde en echar la culpa a la oposición de que no se hayan podido bajar más los impuestos. Pues vuelve a equivocarse, porque cuando se gobierna, como él, con 3 concejales por encima de la mayoría absoluta, la oposición no pinta ni copas. Así que los responsables en el fracaso de los megacontratos deberá encontrarlos entre los concejales y asesores que han pilotado este tren, y que el Tribunal Administrativo Central mandó parar. No ha sido solo la oposición, sino la Ley y el Estado de Derecho el que lo ha frenado.

Aunque la mayoría absoluta puede acabar distorsionando la percepción de la realidad, como se ha comprobado tantas veces, no le vendría mal a este envarado equipo de Gobierno un mínimo de autocrítica, sobre todo porque la idea de agrupar servicios y aprovechar las sinergias es buena. Sólo que habrá que determinar mejor qué servicios pueden ser agrupados, por cuánto tiempo y en qué régimen de concesión administrativa para que se ajuste tanto a la normativa estatal como a la Europea, y haya un mayor control sobre las empresas que gestionan los citados servicios. En fin, una oportunidad perdida para haberse distinguido de una gestión más heterodoxa en reformas que toquen lo público y que haría un gobierno de coalición PSOE-IU.
Esto es lo que hay.

P.D. 1.-Las rebajas que propone la oposición, todas me parecen bien, pero ni las comento porque el día que vuelvan a ganar se olvidarán de ellas, porque tampoco les cuadrarán las cuentas, y se resistirán a bajar el gasto ordinario.

P.D.2.- Según datos de la Sociedad de Tasación, el precio de la vivienda libre ha caído en España casi un 50% desde los máximos de 2007. El metro cuadrado se paga en torno a 1.200 euros, la mitad de lo que llegó a pagarse cuando la vivienda alcanzó su punto más alto, allá por el segundo trimestre de 2007 y prácticamente lo mismo que en 2002, cuando la burbuja inmobiliaria comenzaba a inflarse.

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