Archive for abril, 2013

Lo peor es la falta de discurso

El viernes fue uno de los días más duros para el Gobierno. Pero Rajoy no se dio por enterado. Un día en el que como han escrito algunos comentaristas el gobierno de Mariano Rajoy reconocía indirectamente que se le hundía la legislatura, porque la previsión es que termine sin haber logrado crear empleo neto. Una montaña insuperable se levanta en el camino de un gobierno que se presentó ante sus electores con el eslogan, Cospedal en Castilla-La Mancha, “si quieres trabajo vota PP”. Pues si no quieres taza… La tasa de paro en la comunidad supera en más de 4 puntos la media española. Sólo en Guadalajara estamos ligeramente por debajo a la media nacional, y eso solo es imputable a nuestra cercanía a Madrid, no nos engañemos, que no logra cercenar nuestra estupidez a la hora de elegir destino autonómico.

macroPero no me quiero ir por los cerros de Úbeda. Lo peor de la presentación del cuadro macroeconómico del Gobierno no es solo que está reconociendo paladinamente que las políticas contra paro no están siendo efectivas para atajar el problema del desempleo en España, que es estructural, es decir no solo producido por la crisis económica, sino la falta de discurso político entre los comparecientes. Los dos ministros de los números, Guindos y Montoro, flanqueados por la vicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría, que estaba allí como una Cariátide helénica, desgranaron cual notarios la cruda realidad que nos espera, pero no fueron capaces de articular no ya un mensaje de esperanza sino tan siquiera dieron la impresión de de saber lo que están haciendo. Todo se fía a una comparecencia sin fecha de Mariano Rajoy en el Congreso, que es insuficiente ante en calado de los acontecimientos.

Es de agradecer que el Gobierno no nos mienta otra vez en sus previsiones económicas, y presente un cuadro tan negativo, que parece que quiere curarse en salud, pero todo esto necesita de un relato político que ni Guindos, ni Montoro son capaces de encarnar en sus tristes figuras. ¿Adónde vamos? ¿Se puede hacer algo más que tomar nota de lo que diga Merkel, Oli Rhen y la patulea de euroburócratas que rigen nuestros destinos como nación? ¿Hay alguna luz al final del camino? ¿O es que no hay camino?

El cuadro macroeconómico del gobierno nos alerta sobre algunas cosas. A saber.

Se ha empezado a reducir el déficit
y de momento esto nos aleja de la quiebra del sistema financiero, pero todavía, España, por cuarto año consecutivo, supera los 100.000 millones de déficit. Es decir, a la menor alegría o tropezón nos vamos con los griegos al despeñadero.

La banca ha recuperado el 25% de sus depósitos perdidos y la deuda de las empresas baja a niveles de 2006. Quiere esto decir que la empresa privada sí está haciendo reformas, aunque sean dolorosas, y empiezan a posicionarse ante un escenario de recuperación, pero entretanto la reforma de la administración sigue embarrancada. El Gobierno no se atreve o no sabe por dónde meter mano a una administración con más grasa que músculo y que entra en constantes duplicidades en sus niveles estatal, autonómico o local.

La falta de discurso del Gobierno, más allá de echar de la culpa de todo a Zapatero, hace que la opinión pública acabe asumiendo que la política económica ha fracasado y que es necesario una política de estímulos. Este es el discurso del Partido Socialista. Bien, ¿pero de qué estímulos estamos hablando? ¿De volver a derrochar recursos en obras públicas sin cuento y en echar cemento por los municipios de España? ¿Tan pronto hemos olvidado de que con las políticas de gasto sin control y el famoso Plan Zapatero pasamos de tener un superavit del 5% a un déficit del 11%? ¿No podría ocurrir, como advierte el economista Daniel Lacalle, que la solución de echar más deuda sobre la deuda es simplemente agrandar el agujero de unos sistemas de bienestar del Estado-que no del estado del bienestar- sencillamente hipertrofiados?

Lo más desesperante de todo esto es que mientras el Gobierno es incapaz de mostrarnos una hoja de ruta más allá de las ocurrencias de la troika europea, desde fuera de él todo se fía a volver a una política de más gasto y más deuda que, como nos recuerda Lacalle, es directamente responsable del paro injusto y antisocial que queremos repetir. Lo más que hemos llegado es a recortar un poco de aquí y un poco de allá, pero sin reformas de calado que ponga las bases para lograr una economía competitiva, que mire más el exterior, única forma de no depender tanto del turismo y los servicios. ¿Cómo se creen si no es así que podremos romper con ese problema estructural de la economía española, que necesita crecer por encima del 2% para crear empleo? Las previsiones sobre la tasa de paro dan verdadero pavor. Pero más todavía que alguien se piense que podemos cambiar este estado de cosas solo a base de milagrosos planes de estímulos y no con reformas para hacer de la economía de este país algo más que servicios, sol y playa.

El derroche y el déficit ya sabemos a los que nos ha conducido. A un agravamiento del paro, por el colapso del sector de la construcción, que era la punta de lanza de la economía, y con él al hundimiento del consumo, que ha congelado a todo el sector productivo.

Algunos sabemos por qué hemos llegado hasta el precipicio. Otros se han olvidado demasiado pronto desde que perdieron el gobierno. Pero los más quieren que el Gobierno les explique cuál es la hoja de ruta y nos de aliento, y que no solo se limite a arrojar el cuadro macroeconómico como si fueran las pesadas ruedas de un molino. Como si fueran meros registradores o notarios. No líderes sociales y políticos.

Esto es lo que hay.

Donde dije digo digo Diego

Desde verano de 2010 la conexión entre el pantano de Alcorlo y la depuradora de la MAS en  Mohernando estaba terminada. Pero nunca se llegó a dar la última paletada, como es la unión física entre la tubería que trae el agua de Alcorlo y la citada estación de tratamiento. Varios millones de fondos públicos estaban, así, muertos de risa en espera de una solución que era más política que técnica. Como se ha visto.

La Mancomunidad que preside Jaime Carnicero, del PP, pretendía que la Junta de Comunidades, gobernada por los socialistas, pagara la mayor parte de la obra, y aludía a que así se había hecho en casos similares en otras provincias. Pues bien, hubo elecciones, el PP gestiona ahora ambas instituciones y esta semana, con los votos en solitario de este partido, la asamblea de la MAS, partida en dos, aprueba un convenio por el que la mancomunidad pagará 12 millones de euros de la citada obra, Europa 14 millones a través de fondos Feder y una empresa pública de la Junta de Comunidades apenas 3 millones de euros. Donde dije digo digo Diego. Y una de dos: o antes desde la presidencia de la MAS se practicó una política obstruccionista o, ahora, se está cayendo en el entreguismo. En cualquier caso, lo que pondría de manifiesto es que las instituciones mancomunadas carecen de una autonomía real y que sus decisiones vienen supeditadas por la política partidista. Se llega o no a acuerdos en función del color político de turno. Y las mayorías no se consensúan. Se imponen por la fuerza de la aritmética. ¡Qué tiempos aquellos fundacionales en los que la MAS tomaba los acuerdos por unanimidad! Y solo cobraban los técnicos.

Al margen de todo este politiqueo barato, no es menos cierto que la conexión Alcorlo-Beleña es absolutamente necesaria para la MAS. La presa de Beleña no tiene capacidad suficiente si vienen dos años seguidos de sequía, mientras que en Alcorlo siempre sobra agua. Y el agua del Alcorlo, procedente del Bornova, es mejor solución que recurrir al canal del Henares, como se ha hecho las veces que ha hecho falta. En ese sentido, no hay discusión posible y la pena es que no se haga (hay informes ambientales que lo desaconsejan; y no hay dinero) la conexión al revés, es decir, Beleña-Alcorlo, para que los años en que Beleña se queda sin capacidad de embalsar, como ha sucedido en este, pueda derivar agua hasta Alcorlo.

También el acuerdo de la MAS se vincula a la llamada Tercera Conducción, que es demandada históricamente por Alcalá de Henares para asegurar su suministro futuro. Con esta Tercera Conducción se podrá duplicar el abastecimiento de agua y en teoría la MAS se podrá abrir a más municipios. Es otra cosa que había que hacer, ahora bien, hay discrepancias en el seno de la MAS sobre el momento elegido para ello y la financiación de la obra, que se traducirá en un encarecimiento del agua en alta, que posiblemente duplique su precio en un periodo de tres años. La realidad es que la Tercera Conducción no va a ser necesaria a medio plazo dado el importante descenso de los consumos, derivado especialmente de la crisis económica y del drástico frenazo a los nuevos desarrollos en el Corredor del Henares. Pero ahí queda.

Nada es gratis, estimados paisanos.

Un autobús no es un taxi, pero…

Les confieso que apenas cojo el autobús en Guadalajara. Pero cuando lo he intentado, y me pasó hace un mes, me tuve que bajar a la Estación en taxi, porque si lo seguía esperando habría perdido en tren. Tradicionalmente he tenido tan poca fe en el servicio de autobuses de Guadalajara, que jamás me he planteado sacarme un abono. Y puestos a confesar, supongo que no deja de tener narices la cosa porque sí tengo una tarjeta recargable de los autobuses urbanos de una ciudad del norte de España a la que me gusta escaparme.
Alguna vez he escrito sobre los motivos de tal desapego: siempre me ha parecido que en Guadalajara había muchas paradas, y que este era el motivo por el que las frecuencias de paso en nuestra ciudad fueran tan largas. También echaba de menos los indicadores sobre el tiempo que falta para que llegue el autobús, que existen en la mayoría de las capitales españolas. Por eso cuando escuché decir a Juan Antonio de las Heras que con las nuevas líneas se iban a afrontar ambas cuestiones ,me alegré. Y no voy a cambiar de opinión: un autobús no es un taxi, que tiene que pasar por todas las calles.
¿Por qué entonces las nuevas líneas están siendo objeto de tanta contestación? Por un lado, yo creo que la campaña informativa a los usuarios ha sido muy precaria. Hay que gastarse más dinero en informar e intentar llegar a todo el mundo en todos los soportes posibles. Y se ha fracasado con el número del teléfono gratuito, que no ha sido tal. Sospecho que es muy difícil que no cunda el pánico cuando se cambian las líneas de la noche a la mañana, sin existir una transición de por medio. ¿No se podría haber hecho de una forma más gradual?

Las críticas están por doquier, y ya no me refiero a las que tienen un interés político, sino a las que te trasladan los vecinos. Por ejemplo, hay barrios importantes de Guadalajara que se han quedado sin conexión directa con el centro: se me han quejado especialmente desde Aguas Vivas y Alamín, aunque también el problema afecta a Constitución, Colonia Sanz Vázquez, Defensores…

Quiero pensar que cuando estén funcionando esos avisadores en las paradas con el tiempo que queda para que llegue el próximo autobús, y circulen los autobuses nuevos, el servicio será más atractivo y competitivo. Pero no estaría de más, ni sería ningún desdoro, hacer algún cambio en los recorridos a la vista de la experiencia y que se analicen sin prejuicios las reclamaciones que se han producido. La filosofía está bien, hay que reducir las frecuencia de las paradas, pero De las Heras tiene que dejar a este niño un poco más apañado.

Esto es lo que hay.

Noy hay ética sin estética

Parafraseando a José Luis Aranguren, no hay ética sin estética. Pues bien, resulta de una estética zarrapastrosa, que no se le habría ocurrido ni al mismísimo Hommer Simpson, que el mismo día en que cuatro de los principales pantanos de la cuenca del Segura están desembalsando agua, porque están hasta arriba, va el ministerio de Medio Ambiente y de no sé cuántas cosas más, y aprueba un trasvase de 228 hectómetros con destino al Levante español. Para mayor recochineo, uno de los pantanos que según reconoce el ministerio de Arias Cañete y no sé cuántos más es el del Talave, que es el que recibe y acopia el agua que viene por el canal del trasvase. Es presumible, por tanto, que el agua que suelta la presa del Talave sea en parte del Tajo, con lo que habremos hecho realidad una expresión que se utiliza aquí como figura retórica no exenta de exageración: Que el Tajo acabaría desembocando en el Mediterráneo y no en el Atlántico.
Dicho todo esto, hay necesariamente que deducir que al ser ésta una decisión carente de toda estética es también un acuerdo que carece de ética. Porque vamos a ver: ¿Qué necesidad hay de tomar, ahora, este acuerdo cuando todavía nadie sabe cuáles van a ser las necesidades reales de la cuenca del Segura en abastecimientos y regadíos? O estamos ante unos borricos burócratas carentes de sensibilidad con el trasfondo político-social que lleva este asunto, o sencillamente son unos provocadores de baja estofa. Porque nadie puede saber a ciencia cierta cuáles serán esas necesidades para la temporada mayo-octubre con el mes de abril que solo acaba de empezar. Sólo la comisión del Acueducto Tajo-Segura, que con la aquiescencia de los burócratas que allí asientan sus posaderas, estimó que serían de unos 228 hectómetros. Dado que esta reserva no tiene que ser trasvasada para guardarla, allí, en sus embalses (como se hacía antes) no sé si será mucho pedir que la Junta de Castilla-La Mancha esté atenta a los trasvases que se hagan y si se ajustan a los fines contemplados en la autorización. ¿O es que habrá que seguir trasvasando aunque la cuenca del Segura tenga agua suficiente en su pantanos?
Pocas veces como en esta ocasión se ha puesto de manifiesto el error técnico que supuso la construcción del trasvase Tajo-Segura en las Entrepeñas del Tajo y en el valle del Guadiela. Al día de hoy, los embalses españoles están al 81,7 por ciento de su capacidad (a los reguladores no les gusta superar el 80% ante posibles avenidas) y entre todos ellos almacenan 45.225 hectómetros. En la cuenca del Tajo han tenido que hacer virguerías para no provocar graves inundaciones en Portugal. Pues bien, en la cabecera alta del Tajo, y a pesar de que se ha llegado a almacenar más de 90 hectómetros en una semana, solo embalsa el 32% de la capacidad total de Entrepeñas y Buendía. Son las peores cifras de toda España en cuanto a cabeceras de cuenca de grandes ríos.¡Hay que ser cenutrios para poner allí el desagüe del trasvase!
Pero también habría que hablar algún día sobre la escasa capacidad reguladora de la cuenca del Segura, que acostumbrada al chollo del agua del Tajo (una relación calidad-precio, imbatible) se han olvidado de seguir construyendo pantanos o ampliar los ya existentes. La cuenca del Segura está al día de hoy al 70,8% de capacidad, lo que equivale a 808 hectómetros sobre una capacidad máxima de 1141. Muy poco, como se ha visto ahora, y por eso se producen los desembalses hasta en la presa del Talave. ¡Tiene tela: El Segura al 71% y la cabecera del Tajo no pasa del 32%!¡ Y se aprueba otro trasvase!
Esto es lo que hay.

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