Archive for diciembre, 2018

Román se tira al ruedo

Eran las 10,55 del  lunes cuando Antonio Román llamó al vicesecretario nacional del PP, Javier Maroto, para anunciarle lo contrario de lo que le había anticipado  apenas hace unas semanas: que se presentaría a la reelección para la Alcaldía de Guadalajara. Luego se lo trasladó a su directora de comunicación para que convocara  una rueda de prensa urgente y hacerlo público al mediodía y así evitar filtraciones.  A los concejales del Grupo Popular los citó a las 11,30 para que fueran  los primeros en saberlo, después de su familia,  y a la presidenta del  PP provincial y concejal, Ana Guarinos, que estaba de rueda de prensa en Toledo, le mandó un un WashApp. También habló con Paco Núñez, el presidente del PP regional, que recibió la noticia con alborozo.  Y justo a las 12 en punto lo hizo oficial. Ya no hay marcha atrás. Román será candidato a la Alcaldía por quinta vez consecutiva: la primera oportunidad fracasó, con 12 concejales, por un acuerdo entre PSOE e Izquierda Unida. A la segunda fue elegido alcalde con 13 ediles (mayoría absoluta), en la tercera batió el récord con 16 ediles, y en esta última legislatura bajó a 11 pero gobernó en minoría por el acuerdo de investidura con Ciudadanos.

Antonio Román, que llegó a decir que entre 8 y 12 años de mandato estaban bien  para un alcalde, ha cambiado en los últimos meses de opinión. Fue a raíz del acuerdo de mesa camilla entre la cúpula de los presidentes provinciales del PP, animados por Vicente Tirado, para sustituir a Cospedal de la presidencia regional, y que dejó fuera a algunos barones del PP, entre ellos el propio Román. Un acuerdo que aumentó sus diferencias con Ana Guarinos, quien dio soporte a Paco Núñez en Guadalajara incluso  antes  de descartarse  Román para unas Primarias a las que también concurrió, con escasas posibilidades, Carlos Velázquez, el alcalde de Seseña. Muchos de sus colaboradores no entendieron muy bien por qué Román amagó, pero no dio, y sin embargo les decía que podía ganarlas. Pero lo que el  Alcalde tuvo muy claro entonces es que no le iban dejar pilotar su sucesión e impulsar la candidatura de su vicealcalde, Jaime Carnicero. Si Román quería seguir no iba a tener ningún problema, porque es el más popular en los sondeos internos que hace el PP,  el partido hará piña, y aparcará las diferencias. Pero si renunciaba  ya tenían otro candidato, Alfonso Esteban, el teniente alcalde que ha hecho una buena gestión de la Hacienda municipal, y próximo a la presidenta provincial. Si a esto sumamos que Román se considera el más capacitado para muñir un gobierno de centro-derecha  con Ciudadanos, y que no tiene remilgos en llegar a acuerdos con VOX, algo explica el cambio anunciado este lunes. Lo que pueda pasar a partir de ahora está en manos de los electores.

Las últimas encuestas avanzan  una potente irrupción de VOX  en los ayuntamientos grandes, algo que no le viene mal a los intereses de Román, un democristiano de carné. La autopista se ha ensanchado por los extremos y aunque a algunos de los que vivimos la Transición nos suscitan preocupación los populismos es inevitable que confrontarán en las instituciones locales y autonómicas. La última encuesta de GAD3 corrobora que los resultados de Andalucía son trasladables a las comunidades autónomas sin lengua  vernácula, donde resiste mejor Pedro Sánchez, lo que nos llevaría a una situación insólita: que el PP aun perdiendo votos a chorros  podría ganar gobiernos,  si es capaz de llegar luego a acuerdos con  Cs y VOX en las insituciones. El problema para este PSOE de Sánchez es que ha puesto todos los huevos en la misma cesta, una alianza más a la izquierda con Podemos, y después de haberse juntado con los independentistas le va a costar que la bisagra pueda girar hacia Ciudadanos, un partido antinacionalista. Eso explica algunas conclusiones  de la citada encuesta, como es que a pesar de que el PSOE recupera un millón de votos, y pasaría de 85 a 104 diputados, cede casi medio millón a Ciudadanos, por lo que con la caída de Podemos de 71 a 38 escaños, no le valdría para gobernar.

La radicalización de la política española que se inició con Podemos, y acabó alumbrando a VOX, como reacción a los dislates de los independentistas nos llevará a un campo de juego inédito en grandes ayuntamientos y autonomías no nacionalistas: cualquier cálculo habrá que hacerlo pensando en cinco partidos  y como no es fácil que en unas autonómicas que Ciudadanos pueda hacer el sorpasso al PP,  las posibilidades de Antonio Román o de Paco Núñez se incrementan exponencialmente al número de votos que pudieran perder, hasta dos millones de sufragios que apoyaron a Rajoy el 26-J y que ahora podrían viajar a VOX y Ciudadanos.

Pero esto es lo que hay. Esta vez los restos de la Ley Hont, más que nunca, pueden ser una lotería.

P.D. Impagable el favor que la ministra Ribera, una urbanita a la que se le escapa cualquier clave que se maneja en la España interior, el que ha hecho a PP, Ciudadanos y VOX. A Núñez solo le falta vestirse de torero para la campaña y a García-Page irse por los pueblos de verde oliva y sombrero tirolés como si viniera de cazar. Con amigos como la ministra del cambio climático o el hijo de Carbonerito ¿ para qué hacen falta  enemigos? ¡Ay Page, qué difícil te lo están poniendo!  ¡Solo le faltaba que Sánchez metiera una cuarta urna el último domingo de mayo para liarla del todo!

Un tiempo nuevo, no solo en Andalucía

El resultado de la elecciones andaluzas marcan un tiempo nuevo para la política española, porque se han celebrado en clave nacional y muchas cosas son trasladables fuera de la comunidad  andaluza.

El PSOE aun ganando es el gran perdedor de los comicios, un sabor amargo que ya experimento el PP en multitud de ocasiones, lo que le llevó a practicar un discurso (el del gobierno de la lista más votada) que ha tardado apenas un minuto en olvidar. No sería justo descargar, como intenta la Ejecutiva de Pedro Sánchez, toda la responsabilidad sobre Susana Díaz, aunque la presidenta  pecó de soberbia y de inocencia: debió ser la única que se creyó la patraña del CIS de Tezanos, y dio por hecha su victoria.  Pero ella no puede ser la responsable de que el PSOE-A tenga a dos ex-presidentes procesados, a más de veinte altos cargos enfangados en procesos de corrupción (algunos con puticlubs y cocaína por medio), y que una parte del electorado socialista haya dicho ¡basta!: a estos les viene bien una temporada en la oposición, ha pensado. Hasta ahora, el PSOE andaluz no había pagado por la corrupción y en esto el comportamiento  de su electorado no es diferente al del PP, cuando retiró la mayoría absoluta a Rajoy en un momento en que se empezaba a salir de la crisis.Y Susana Díaz tampoco es responsable de la política de  alianzas de Sánchez con el independentismo, de su alocada moción de censura,  o de los escasos resultados en la política de apaciguamiento que cual Chamberlain practica el presidente de Gobierno en el conflicto catalán.  Todo esto, y el lógico desgaste por los 38 años de gobierno socialista ininterrumpidos se han traducido en una sangría de 14 diputados y casi 16 puntos.

El PP tuvo un resultado objetivamente malo, pero le abre la puerta a lo que no consiguió Javier Arenas con 17 diputados más y casi el doble de votos: llegar al palacio de San Telmo. Ha perdido 7 diputados y casi siete puntos,  aunque por la cara de Moreno Bonilla en la noche electoral se diría que había superado al Partido Socialista, cosa que sí logró Arenas. Hoy, habrá visto las cosas con más sosiego y verá que su investidura está complicada, porque el candidato de Ciudadanos le va a reclamar la presidencia.  Y el PP tiene cinco escaños más.

Ciudadanos ha sacado 12 diputados más que en 2015 y sube del 9,28 al 18,2 % de los votos. No consiguió el “sorpasso” pero es un gran éxito. Y ahora tiene un dilema: sabe que ha recibido esos votos para el gran cambio, lo que le desaconseja un pacto con el PSOE, que tampoco aseguraría nada, porque entre ambos les falta 1 diputado para la investidura. Pero cuando tienen tan cerca el sorpasso difícilmente se van a acomodar  a ir de acompañantes en un gobierno de Moreno Bonilla. Un dilema que van a tardar meses en resolver.

Y luego está VOX, el perejil indispensable en cualquier salsa para investir cualquier gobierno entre PP y Ciudadanos. Han pasado de no tener ningún diputado a lograr 12, con casi un 11 % de los votos. A algunos les habrá causado gran sorpresa. Yo lo llevo advirtiendo desde hace tiempo. ¿Es que alguien piensa que cuando se ha instalado en el parlamento un populismo de izquierdas, que quiere cambiar sin consenso la parte  esencial de la Constitución (la soberanía que sustenta el pueblo español en su conjunto, la monarquía parlamentaria  y la economía social liberal ) no va a salir desde el otro lado un populismo de derechas que defienda todo lo contrario a imagen y semejanza de lo que está sucediendo en Europa, elección tras elección? La historia nos ha enseñado que el populismo y los extremos son vasos comunicantes, y cuando se calienta a la gente con  retórica gerracivilista,  se practica el buenismo en la política migratoria o se contemporiza con los que quieren romper España, y  se deja que se pongan la Constitución por montera, se está dando alas a los populistas que con recetas simples quieren resolver los problemas complejos que presenta la sociedad actual.  Así que no se rasguen ahora las vestiduras con que llega la extrema derecha.

Como dice mi admirado Leopoldo Torres en nuestro Especial Constitución: «Hay un exceso de catastrofismo, se ha hecho sistemático el trato al adversario como enemigo, a menudo con gesto pendenciero y abandono del respeto debido a los rivales y sustitución del debate de ideas por el insulto soez, la injuria, el exabrupto grosero y el discurso del odio, todo ello con descrédito de las instituciones del Estado de Derecho». O como nos advierte mi no menos recordado Paco Palero, el líder del PCE alcarreño en la Transición: «Pero sobre todo quisimos poner fin a esas dos Españas que tan bien retrató el genial Goya con su Duelo a garrotazos, o el poeta Machado -Don Antonio-, cuando años más tarde habló al españolito, afirmando que una de las dos Españas había de helarle el corazón: los constituyentes no queríamos para nosotros, ni para nuestros hijos, ni para nuestros nietos, ni para los nietos de nuestros hijos, más garrotazos ni más españoles helados”. Cuando se juega a sembrar odio, a desenterrar dictadores de los que no se acordaba nadie, a la confrontación en la calle, se ensanchan los extremos, pierde la moderación,  y esto es lo que ha pasado en Andalucía.

No quiero hacer pronósticos sobre cómo terminará este embrollo en Andalucía, aunque sospecho que algo tendrán que acordar PP y Ciudadanos, porque si no son capaces de impulsar ese cambio las urnas no les van a dar una segunda oportunidad.  Pero lo que está fuera de dudas es que la política nacional española ya es cosa de cinco, el bipartidismo quedó más lejos que las guerras carlistas y el mapa andaluz se va a trasladar a los ayuntamientos y comunidades autónomas a partir del mayo, aunque en Castilla-La Mancha la avería para el PP y el PSOE puede ser menor,  gracias…a la reforma jíbara que hizo Cospedal y que nadie ha tocado en la actual legislatura.

Esto es lo que hay. ¿Les parece poco?

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