Archive for agosto, 2019

Confesión de una tomadura de pelo consentida: la OBS de Caja Guadalajara

Recientemente mi amigo y compañero del alma Jesús Orea se ocupaba de uno de los hechos más vergonzosos y que puso en evidencia la inanidad de la clase política que dice representar a esta provincia y a su comunidad autónoma. Cuando alguien me interpela sobre la influencia que tiene la prensa en las acciones de los poderes públicos, yo les respondo que cada vez menos, y en todo caso lo aprovecharán siempre que les interese a ellos. Confieso que el caso del que hoy hago reseña es uno de lo que más frustración me han producido entre los que me topado en mi ya larga carrera profesional, uno de esos ante los que te dan ganas de coger el portante y dedicarte a mejor vida, y no ofuscarse en la ingenuidad de pretender servir a los intereses generales de Guadalajara.

Jesús Orea, que todavía es capaz de indignarse por Guadalajara, se escandalizaba en su post por el triste final que han tenido los últimos restos del naufragio de la antigua Obra Social y Cultural (OBS) de la desaparecida, por reabsorción, Caja Guadalajara. Se refería a los cuadros propiedad de esa OBS que en un principio se guardaban en su mayoría en su antigua sede de la Virgen del Amparo, luego pasaron a Torre Guadalajara -casi vacía como el cerebro de algunos, precisa Orea-, de ahí a una nave azudense y finalmente nos hemos enterado por un reportaje en La Tribuna de Guadalajara que ahora están en un almacén de Sevilla, propiedad de la Fundación Cajasol, sin mayor gloria.

El post de Jesús me hacía recordar con pena una serie de artículos, bien documentados, que escribí ya en este digital sobre el expolio del patrimonio de esa Obra Social, que una vez fue orgullo de esta provincia, y terminó disuelto en la noche de los tiempo sin que en Guadalajara sus instituciones dijeran ni Pamplona. No voy a entrar en detalles, pero al pie de este post les dejo constancia del primer artículo de la serie (5.4.2013) en que hablé de que la citada fundación estaban empantanada. Un segundo (19.11-2014) en la que denuncié que Guadalajara ya había perdido 3,8 millones para Obra Social por los incumplimientos de Cajasol. Otro de 17.11.2014 en el que daba cuenta de que el último presidente de Caja Guadalajara, José Luis Ros, culpaba con un documento esclarecedor a Antonio Pulido, ex presidente de Caja Sol y mandamás de su Fundación, de incumplir los acuerdos a los que en su día se llegaron para la fusión por absorción de ambas cajas. Otro más de 25.3.15 en el que recogía la visita de Antonio Pulido a la Diputación de Guadalajara y en la que nadie le reprochó públicamente el incumplimiento de los acuerdos de fusión, y todos parecían conformes con que Pulido les hubiera devuelto el Retablo Arriacense, una de aquellas obras de la OBS, como si con ello se resolviera el problema.

Nadie parecía estar interesado en hincar el diente a esta pieza, el asunto se enterró hasta que el 12 de marzo de 2018 me llevé una sorpresa y el entonces diputado por el PP de Guadalajara, Ramón Aguirre, osaba dar una rueda de prensa en la que desempoló el incumplimiento del convenio entre las dos cajas. Y en el que pedía a Emiliano García Page “que despierte” y “tome la iniciativa” para que reclame “bien por la vía política o bien por la vía jurídica” el cumplimiento del convenio de integración de Caja de Guadalajara en CajaSol por el que se constituía la Fundación de Caja Guadalajara y se distribuyeran los recursos de su Obra Social. Unos recursos que Aguirre cifró en 15 millones de euros “que se deben a la provincia de Guadalajara y a los guadalajareños”. Bien es cierto que esta demanda de acción Aguirre se la debería haber exigido, además, a la ex presidenta de Castilla-La Mancha, María Dolores Cospedal, que seguía siendo la número 2 del PP nacional, o a las instituciones que gobernaba su partido en Guadalajara, ayuntamientos o la propia Diputación. Pero por algo se empieza. El diputado Aguirre había tenido al menos la valentía de Aguirre de retomar una antigua reivindicación que no había perseguido ninguna institución local, provincial y autonómica y recordaba que el 14 de abril de 2010 los gobiernos socialistas de Andalucía y de Castilla-La Mancha firmaron un convenio relativo a la absorción de Caja de Guadalajara por la andaluza CajaSol. Respaldándolo.

Aguirre siguió interesado por el asunto. Parecía que tenía algo. Yo le invité a escribir un artículo para que dejara constancia por escrito de sus avances, pero con el tiempo se desinfló. Pinchó en hueso. No había encontrado pista libre en su propio grupo parlamentario. Los acuerdos para la fusión y la continuidad de la Obra Social de Caja Sol, en la que se había integrado Caja Guadalajara, parecían esculpidos en piedra. Y los dos partidos mayoritarios, PSOE y PP, no querían enredos.¿Por qué? Misterio.

Así llegamos hasta el punto en que comienza el artículo de Jesús Orea. Lo recuerdo: «al absorber Caja Sol a la Caja de Guadalajara, una de las condiciones que se establecen en ese proceso -y que conocen y aprueban sus respectivas asambleas y tanto la Junta de Andalucía como la de Castilla-La Mancha- es que, con el patrimonio de la antigua obra de la caja guadalajareña y con el fin de mantener su actividad social y cultural, se cree una Fundación Caja de Guadalajara que, inicialmente, tendría una dotación de 5 millones de euros anuales durante los 3 primeros años de funcionamiento. Como es sabido, esa Fundación jamás llegó a constituirse, incumpliéndose así el acuerdo de fusión por absorción de Caja de Guadalajara con Cajasol, hecho que, a mi juicio, podría hacer hasta revisable la validez y eficacia del mismísimo acuerdo y, por supuesto, reclamable su cumplimiento ante las instancias judiciales que proceda». Ciertamente es así, alguien (persona física o institución) podría reclamar ante los Tribunales ese incumplimiento. Pero nadie lo hizo. Hasta hoy.

Y así nos encontramos con que una colección fundamentalmente conformada por pinturas de autores locales de la talla de Alejo Vera, Casto Plasencia, Regino Pradillo, Fermín Santos, Raúl Santos, Santos Viana, González Lamata, Fernández Molina, Antonio Burgos, Carlos Iznaola, José María Ortíz, etc., más otros nacionales que concurrían al Certamen de Pintura que convocaba Caja Guadalajara (ahora los bancos se dedican a otra cosa, ya saben) están depositados, entre ratones, en un almacén de Sevilla.

Propone Orea que una gran sala en el Museo de la Ciudad, con sede en El Fuerte, en la que se exhibieran de manera permanente los más destacados fondos artísticos de la OBS de Caja de Guadalajara, sería un buen destino para ellos. Yo añado que es lo mínimo que se puede pedir. Pero ya verán que ni aun eso conseguiremos.

Esto es lo que hay. ¡Qué triste! Guadalajara, esperando a nada y a nadie con una eterna sonrisa de resignación. ¿Verdad, Salva?

Pies de foto:

Superior: Antonio Pulido y José Luis Ros, en Guadalajara, mirando la fachada de Caja Guadalajara  durante el proceso de fusión de las dos entidades que presidían. Archivo GD.

Inferior:  El protocolo de fusión entre Cajasol y Caja Guadalajara reservaba dos plantas y el salón de actos para la Fundación Caja Guadalajara, que luego no se constituyó. Torre Guadalajara ahora pertenece a Caixabank, que la destina al alquiler. Foto: GD.

La visita de Hugo Morán y el desaire del murciano Egea

«El verano se nota en Sacedón. Esta mañana, a primera hora, las terrazas y bares estaban llenos de gente desayunando, mientras los más mayores estaban sentados en los bancos al sol. Eso, y una gran pancarta diciendo “No al trasvase Tajo-Segura” es lo que se ha encontrado el secretario de Estado de Medio Ambiente en funciones, Hugo Morán, cuando ha llegado hoy a la localidad. No ha habido quejas, ni protestas, ni reivindicaciones vecinales por el trasvase. Simplemente indiferencia».

Así comenzaba Nuria Fernández su crónica de la visita de Morán a los municipios ribereños. No digo que me sorprendiera la indiferencia – a pesar de que la visita había sido publicitada por los medios de comunicación-, porque soy de Guadalajara, conozco el paño y sé que en esto del trasvase la indiferencia tiene su fundamento.  Los que estaban sentados al sol en la plaza de Sacedón, parafraseando la dedicatoria del libro “Buscando a Cela en la Alcarria”, que escribí con el maestro Salvador Toquero, son los que siguen esperando a nada y a nadie con una eterna sonrisa de resignación.

Sí, sucede que medio siglo  después de inaugurarse el trasvase, que inundó las mejores tierras de labor de la comarca, en la ribera del Tajo, ha servido para que una región como Murcia se haya convertido en un vergel desde que accedes a ella por la A-301 hasta que la dejas por la nueva autovía de Almería.  A un lado y otro de la carretera, con un horizonte desértico, contrasta el verde intenso de las explotaciones agrícolas de regadío que con esmero y profesionalidad explotan los agricultores murcianos, y que han convertido a su agricultura en la más puntera de España. También podemos ver desde la autovía carteles con la leyenda “Trasvase Tajo-Segura”, canales por lo que discurre un agua que ha sido providencial para aquella impresionante transformación que enriquece el PIB español.

¿Y qué ha podido ver el secretario de Estado de Medio Ambiente en su visita a los pueblos Ribereños de Entrepeñas y Buendía? Pues unos pantanos que almacenan una cuarta parte de su capacidad, con unos niveles de agua que van y vienen, lo que desalienta cualquier inversión en el sector turístico.  Y lo que no alcanzará a ver, ni con el telescopio de Yebes, son tierras de regadío como en Murcia o Almería. El gran fracaso del Tajo-Segura en su cabecera es que no hemos capaces de crear una agricultura de regadío como la que se desarrolló en Murcia, y que recogieron las originarias Leyes de Compensación que se aprobaron con Franco vivo. Y al no lograrlo, llegó lo que ahora llamamos la España vaciada, y que no es otra cosa que la antigua emigración del campo a la ciudad ante la ausencia de una economía rentable. Por eso en el Levante cualquier cambio del actual estatus se ve como una cataclismo y en los campos secos de la Alcarria guadalajareña y conquense con la indiferencia del que ya no tiene nada que perder.

Pero sí, con la cautela que hay que tomarse cualquier cosa que venga de un alto cargo de Medio Ambiente, me parece muy positiva la visita que el Secretario de Estado hizo a la cabecera del Tajo, aunque solo fuera porque sus antecesores ni se molestaron en venir desde Madrid, aunque esté a una hora de viaje.  Pero es que además algunas reflexiones que hizo, dejan entrever que este equipo ministerial es menos inmovilista que los anteriores.   Me refiero a que Morán ha reconocido que con el actual Memorándum los embalses de la cabecera del Tajo están casi siempre en nivel 3 y señaló que hay que buscar fórmulas para cambiar la situación y que en la cabecera haya una lámina “suficiente y razonable”. “Sabemos cuanta agua entra y cuanta agua sale y con la fórmula que se ha estado usando hasta ahora esto coloca permanentemente a los embalses en una situación de excepcionalidad. Creemos que hay fórmulas razonables para conseguir que haya unos niveles de agua adecuados que no se genere un estrés continuo en la cabecera», añadió. Y esta música, en principio suena bien. Por ello no se entiende el comunicado de rechazo a la visita de los alcaldes del PP de la comarca, y que mas bien parecía estar redactado de antemano.  Es más, mejor habría sido haberle acompañado a la visita, aunque fuera con una pancarta detrás, como hicimos los medios de comunicación.

Sí, yo también creo que algo está cambiando en la toma decisiones sobre la política del agua en España, que tiene dos piedras de toque.  Una de ellas es que el cumplimiento de las sentencias que determinan que hay que aumentar el caudal ecológico del Tajo tiene que reflejarse necesariamente en un aumento del nivel de los pantanos, como reconoció el Secretario de Estado. Morán asume  que los actuales caudales no atendían las exigencias de las directivas marco del agua y ha asegurado que ya se están revisando, un proceso que estará listo en 2021.

Es decir, cambios se van a producir a medio plazo, por lo que es imprescindible que en Castilla-La Mancha se consensúe un Pacto Regional del Agua con el que acudir luego a la imprescindible negociación de un gran Pacto Nacional.  Para ello hay que dejarse de populismos y de propósitos imposibles, como lo que nos llevó a fracasar en las Cortes de España cuando Barreda quiso poner una  fecha de caducidad al trasvase. Por una vez, los partidos de Castilla-La Mancha deberían mirarse en lo que hacen sus compañeros de partido del levante, que saben poner por delante  los intereses de sus territorios cuando del agua se trata. Aunque haya alguno, como le ha sucedido a Teodoro García-Egea, que en ese empeño por defender a su región, Murcia, se le ha olvidado que es el secretario general del PP de toda España, y por lo tanto sus iniciativas deben responder a un concepto más global. En ese sentido, es intolerable que el número 2 del PP de España haya propiciado una  Proposición No de Ley (PNL) pidiendo que los alcaldes ribereños de Entrepeñas y Buendía no entren a formar parte de la Comisión de Explotación del Trasvase Tajo-Segura. En esta petición, que ha sido firmada por la portavoz del PP en el Congreso, Cayetana Álvarez de Toledo,  el propio  Egea y tres diputados de las circunscripciones de Alicante, Murcia y Almería es todo un desaire para Paco Núñez y todos los diputados del PP en Castilla-La Mancha a los que pone al pie de los caballos. La respuesta que ha dado el PP-CLM, a través del vicesecretario de Comunicación del PP de Castilla-La Mancha, Santiago Serrano, asegurando -sin citar el episodio- que Núñez defenderá la región «por encima de todo» en materia de agua, es insuficiente. Si Núñez quiere que le tomen en serio en Génova tiene una oportunidad de oro de labrarse un perfil propio. O  en 2023 vendrá otro, de Madrid, como siempre.

Porque incluso el argumento que da en su exposición de motivos la PNL del PP es falso. Aseguran que dicha comisión de Explotación está formada en la actualidad exclusivamente por técnicos del Ministerio y las dos confederaciones hidrográficas, un carácter técnico que se rompería si entrasen los ribereños. La moción, sin embargo, olvida que los regantes también están representados a través de la Mancomunidad del Taibilla, que se encarga de distribuir el agua que viene del Tajo. Así lo reconoció el propio Secretario de Estado: “ La Mancomunidad de los Canales del Taibilla ya forma parte del órgano de gestión. Lo único que se hace, es que la cuenca cedente tenga su representación igual que la tiene la cuenca demandante. No creo que eso tenga que suponer ningún trauma ni a un territorio ni a otro. Más bien todo lo contrario”.

Pues bien, para algunos ya se ve que sí, aunque lo grave es que lo reclamen en nombre de todo el Grupo Parlamentario del PP del Congreso, como si éste fuera el Grupo Popular del parlamento de Cartagena (sede del legislativo murciano, aclaro, no del cantón de la I República Española).  Teniendo en cuenta que la representación de los Ribereños en la Comisión de Explotación del Tajo-Segura  será puramente declarativa, allí podrán expresar su opinión, pero la decisión sigue siendo competencia del Ministerio, que es quien controla la citada Comisión, lo que desprende esta iniciativa parlamentaria es que Egea trata de mandar un mensaje populista en clave puramente levantina, incompatible con su condición de número 2 del PP español, y de alguien que reclama consenso y un pacto nacional  del agua.

Supongo que la diputada del PP por Guadalajara, Silvia Valmaña, y el resto de parlamentarios populares de Castilla-La Mancha sabrán poner en su sitio a Egea. Por la cuenta que les trae.

Esto es lo que hay. Como diría el Conde de Romanones, ¡vaya tropa!

Puro postureo. Solo gestos. Incompetencia.

Nunca me ha parecido que Pedro Sánchez tuviera intención de acordar un gobierno con alguien. Solo que algunos de sus partenaires tampoco, como Pablo Iglesias y Albert Rivera. Que andan haciendo la competencia a los leones del Congreso. En su estulticia.

Si Sánchez hubiera ido en serio con Podemos habría pactado un acuerdo de investidura, aunque nos hubiera puesto los pelos de punta en estos momentos de desaceleración económica, que nos llega  por la Ruta de la Seda, pero el presidente en funciones y el aspirante a vicepresidente político se enredaron con una negociación sobre cargos y sillas, hasta que Iglesias descubrió que los ministerios que le ofrecía Sánchez eran  humo. Eso pasa cuando te olvidas de los programas, como insistía el califa comunista Julio Anguita: “¡Programa, programa, programa!” Pero Sánchez no dio opción a Iglesias a que negociaran un programa, porque en el fondo nunca ha visto a Podemos como un partido de gobierno a enseñar por Europa, sino como una izquierda agitadora y populista a la que absorber  para ocupar su espacio político. Y como Tezanos e Iván Redondo le están diciendo que si hay  elecciones en noviembre van a quedarse al borde de la mayoría, ¿ para qué vamos entonces a reeditar los pactos Frankenstein con lo mejor de cada casa si en menos de tres meses todo este lío se puede resolver de un plumazo?  Así que España tendrá que aguantar hasta entonces aunque Xi Jinping y el tarambana de Trump nos pueden meter el PIB y el crecimiento por donde amargan los pepinos.

Sánchez tampoco tuvo la mínima intención de llegar a un acuerdo con Rivera y su partido, porque ni tan siquiera le emplazó a retomar el acuerdo al que llegaron ambos en 2015, lo que habría puesto en aprieto al líder de Ciudadanos, atrapado en una estrategia chapucera copiada del propio Sánchez, cuando dijo “No es no” a Rajoy en similares circunstancias y dimitió de diputado antes que abstenerse.  Rivera cree que si pacta con Sánchez, nunca jamás podrá aspirar al sorpasso con el PP. Y en lugar de despejar el camino,  y poner a Ciudadanos ante sus contracciones,  lo que ha hecho el presidente en funciones es levantar un muro más grande que el de Berlín: pactar el gobierno de Navarra con los nacionalistas vascos y meter en el Ejecutivo de Chivite a una ex parlamentaria de Batasuna, Itziar Gómez,  que nunca condenó el terrorismo cuando  estaba en aquella formación.  Silencio general entre los barones socialistas.  Nafarroa nos espera.

Sánchez tampoco quiso pactar con Casado y el PP, porque esto no es Alemania, somos los más guapos del mundo y aquí no hay ninguna necesidad de llegar a grandes coaliciones entre socialdemócratas y conservadores, porque nos podemos permitir el lujo de estar seis meses con un gobierno en funciones…y tres huevos duros. Casado fue el más honesto de todos: sí aceptó ir a La Moncloa cuando Sánchez le invitó de tapadillo, le ofreció pactos en temas de Estado muy interesantes, pero nunca su abstención. Es decir, un souffle de gran apariencia exterior pero relleno de aire. Y Sánchez lo que quiere es seguir, claro.

Esto es lo que hay. Llevan desde el 28 de abril tocando el rigodón, eso sí, cobrando puntualmente la mensualidad, y al final querrán que lo resuelva un electorado cada vez más cansado, que les puede mandar a esparragar. Así que, por favor, aprueben cuanto antes la segunda vuelta, como en Francia,  porque esto es lo que hay. Puro postureo. Solo gestos. Incompetencia.

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