Archive for mayo, 2019

Éxito de Page y la encrucijada de Ciudadanos

Emiliano García-Page ha ganado por mayoría absoluta las elecciones autonómicas en Castilla-La Mancha y con una diferencia que no se esperaba ni el más optimista entre sus leales: 19 escaños, 2 por encima de la mayoría absoluta, que está en 17.  Si bien es verdad que el Partido Socialista sacó todavía más escaños en 1987, 1991, 1989, 2003  (con José Bono) y 2007 (con José María Barreda) entonces al PSOE le beneficiada el bipartidismo, como fuerza hegemónica, con lo que los resultados de Page tienen tanto mérito o más que algunos de los comicios citados.

Es cierto que la ola que Pedro Sánchez ha impulsado en toda España en favor de su partido llega también a Castilla-La Mancha, pero como sucede también en Extremadura tiene factores endógenos.  Mientras en ambas regiones con Page y Sánchez Vara el PSOE no depende de nadie, en Aragón, Castilla y León, Murcia, Navarra, Asturias, Baleares y Canarias necesita de los pactos para gobernar y es fácil que algunos de estos gobiernos se decanten para el PP, Coalición Canaria o Navarra Suma.

Punto y aparte merece la Comunidad de Madrid, donde la división de Podemos contribuyó a que por los pelos PP, CS y Vox puedan conquistar  el Ayuntamiento y  retener la Comunidad.  Madrid es la joya de la corona de estas elecciones, tal es así que Pablo Casado se agarró a ella como un clavo ardiendo en la noche electoral, porque de haber perdido allí su liderazgo estaría en peligro.

Así que Page y Fernández Vara son los grandes triunfadores del PSOE en las Autonómicas, dos presidentes críticos con Sánchez en sus relaciones con Cataluña, y que saben que en ambas comunidades la cuestión nacional es determinante.  Por ello los mítines de Page estaban sembrados de banderas españolas.  Ahora han ido de la mano y les ha ido bien a los tres, pero eso no tapa las diferencias.

En Castilla-La Mancha, Ciudadanos entra por primera vez en las Cortes con 4 diputados (saca representación en todas las provincias menos en Cuenca), pero sus votos no serán determinantes. Podemos pierde los dos diputados que tenía, por sus divisiones internas, pero también por lo insustancial de su presencia en el gobierno de Page. Llegaron a tener una consejería específica con una pila de gente  para realizar un Plan de Garantías Ciudadanas y no fueron capaces de sacarlo adelante.

En Guadalajara, el PSOE saca su mejor resultado en unas Autonómicas, porque nunca ha tenido dos escaños se diferencia con el PP,  en una provincia -no lo olvidemos-, que dio la victoria electoral a los populares en 2011, y que Cospedal no lo supo agradecer en sus inversiones. Es por tanto un éxito también de la organización provincial que lidera Pablo Bellido, y que con el respaldo de Page va a tener paz interna para afrontar la legislatura. Los sanchistas de primera hora, como Magdalena Valerio o José Luis Blanco (este último se anota un éxito rotundo en Azuqueca) tienen suficiente trabajo como para estar enredando. Como bien evocaba Bellido en la noche electoral, “siete años atrás no gobernábamos nada, hoy lo gobernamos casi todo”. Este hecho bien cierto debería servir al PSOE no para regodearse en la victoria, sino para aprender que en política los ciclos siempre vuelven  y muchas veces se precipitan los cambios cuando el gobierno se ejercita con sectarismo y soberbia. Que se lo pregunten al PP, que hace siete años gobernaba España, Castilla-La Mancha, la Diputación, el Ayuntamiento de Guadalajara y la mayoría de los municipios de la provincia.

El éxito electoral del PSOE tiene en Guadalajara un sabor agridulce, porque si bien vuelve a ser el partido con más concejales en la capital, la suma no le da a Alberto Rojo para formar un gobierno de izquierdas con Podemos y Aike. El futuro  de los ayuntamientos de Guadalajara, Albacete y Cuenca está en manos de Ciudadanos, que se enfrenta a la decisión más difícil de su historia como partido. Tendrá que decidir si seguirá los pasos que en Madrid ha desvelado, un pacto a tres bandas con PP y Vox, en el que los populares son los más votados. O pactar con el PSOE,  y ejercer de partido bisagra, lo que dejaría a los populares y a Vox todo el espacio para la oposición desde el centro-derecha. Es cierto que Ciudadanos  ha mejorado resultados en casi todos los lugares, pero no ha logrado hacer el sorpasso al PP, lo que es un serio inconveniente a la hora de los posibles pactos. En Castilla-La Mancha, además, al sacar el PSOE la mayoría absoluta , Page no tiene nada que ofrecerle a cambio de que no voten a alcaldes populares en las tres capitales citadas.

En Guadalajara, y a pesar de la ola socialista, la suma del centro y la derecha (PP, CS y Vox) reune  más votos que la izquierda (PSOE, UP y Aike): 21.515  por 20.404. Otro dato a tener en cuenta que juega a favor de un posible tripartito. Como también favorece al  PSOE que al ser el partido más votado,  Alberto Rojo sería elegido alcalde solo con que Ciudadanos se abstuviera.

Falta por ver por tanto cuál es la estrategia de CS y si esta se decidirá en el marco local y autonómico o mediante una estrategia nacional, que sería lo más normal para evitar cosas raras. Porque de esta manera, Ciudadanos podría pedir al PP la Alcaldía de Madrid, un suponer,  y a cambio prestar su apoyo en alcaldías como la de Guadalajara donde han quedado muy retrasos respecto a los populares. Ya lo hemos visto en otras épocas con el CDS. Lo que no acabo de entender es que si finalmente hay pacto entre PP, CS y Vox por la Alcaldía tuviera que dar un paso a un lado Antonio Román, cuando los datos nos dicen que ha servido de freno a la caída  de su partido y cuenta con un refrendo popular mayor que cualquier otro candidato del PP. ¿O es que alguien pretende que con 3 concejales se puede ser alcalde de Guadalajara y reeditar la operación Blanca Calvo y sus delirantes consecuencias durante el año que vivimos peligrosamente ?

La conclusión más evidente, después de lo ocurrido en Castilla-La Mancha y en España, es que con la fragmentación del centro y la derecha  tanto Sánchez como Page carecen de alternativa; y eso no es bueno para el sistema, aunque lo tocaremos otro día.

El resultado en la provincia es un descalabro para el PP y un motivo para la reflexión interna en el seno de este partido. No vale con decir que la “ola nacional” nos ha ahogado, como se excusa Núñez, o que no estamos en tiempo de Congresos, como sugiere Guarinos.  El PP ha tenido el peor resultado desde que se unió con UCD en tiempos de José María Bris, y lo único que le salva de la debacle es que Ciudadanos sigue estando muy lejos de disputarle el liderazgo del centro-derecha. Pero la realidad es que, hoy en día, ni uno ni otro son alternativa y que Vox,  con su populismo de derechas,  ha alejado al centro-derecha como opción de gobierno en la Junta(no ha obtenido ni un escaño) y que los electores que no sean de izquierdas se estarán preguntando si ese camino lleva a alguna parte.

Estas elecciones locales y autonómicas tendrán también (es de suponer) consecuencias en la política nacional. Desde hoy, el PSOE de Pedro Sánchez es más fuerte al haber sido capaz el absorber el voto de izquierdas en gran parte por demérito de Podemos y sus confluencias (pierden 70 escaños entre todas las autonomías) , que no han sido solventes a la hora de gobernar y se han pasado la legislatura peleados entre ellos. Tras el 26-M no veo yo a Pablo Iglesias dictando la política del Gobierno de Sánchez y si entra en La Moncloa supongo que será de ficus. Esto es lo que hay.

Un debate discreto con demasiadas vaguedades

Es la primera vez que se produce un debate entre los candidatos a la presidencia de Castilla-La Mancha, anormalidad suficiente como para valorar positivamente lo sucedido ayer en los estudios de la televisión pública regional, que cumplió dignamente su tarea. Una realización correcta y una moderadora que llevó muy bien el debate.

Y sobre el contenido, no pasó de discreto. Al ser tantos y disponer de dos horas a repartir, los candidatos recurrieron demasiado a enunciados generales y se mojaron poco. En muchos momentos se podría decir que los discursos eran intercambiables, salvo en casos muy concretos. Uno de ellos fue los impuestos, donde PP, CS y Vox abogaron claramente por su reducción, siguiendo el ejemplo de Madrid, Page dijo que no los subiría y García-Molina (Podemos) pasó de puntillas salvo en lo referente a la fiscalidad en el medio rural. Los electores de Guadalajara no encontraron referencia específica a nuestra periférica  provincia castellana y cuando se habló de que todos iban a apoyar a la Universidad se referían, claro, a la de Castilla-La Mancha, el nuevo campus de Alcalá en Guadalajara como si no existiera. El debate del agua, nada nuevo. Vox, PP y CS pusieron el acento en que el trasvase  solo se puede resolver mediante un pacto nacional, Podemos se mostró claramente en contra y Page también cargó contra él, pero no supo responder cuando la candidata de Ciudadanos le replicó que para qué valían los recursos que pone la Junta cuando acabamos perdiendo hasta las costas del juicio.

En los debates donde hay varios candidatos y uno de ellos es el presidente, o el alcalde de turno, suele ocurrir que al final todos acaban sacudiendo al que manda. Es una incomodidad,  que se le notó mucho  a García-Page, que quiso imprimir su intervención de una aureola presidencial, como el que está por encima de las demás, y al final se dejó muchas críticas sin contestar. El candidato popular, Paco Núñez, estuvo hábil en lograr un cuerpo a cuerpo con el presidente regional, para visualizar que allí había cinco candidatos pero solo dos presidenciables, él y Page, y estuvo efectista en el reproche, con un folio en blanco, para referirse a las veces que el presidente regional habló del trasvase en el mitin que dio con Pedro Sánchez. El presidente regional en cambio le devolvió el golpe cuando se refirió a él como el candidato de Cospedal, y le desafió en vano a que defendiera la gestión de la expresidenta. En los últimos días, la estrategia de Page es relacionar a Núñez con el regreso de Cospedal, y en los mítines no le llaman por su nombre, Paco, sino «cospedaliano».

A Page se le notó como cansado por tener que atender a varios frentes, caso de la enseñanza privada y concertada, donde recibió críticas a izquierda y derecha por una cosa y la contraria. Y el público no tuvo manera de saber si las listas de espera han bajado, como asegura Page, o si se han disparado, como proclama Núñez.  La canditata de Vox, Carmen Picazo, se mostró dispersa en algunos momentos e ingeniosa en otros como cuando le recordó a Page que el empleo estable lo crean las empresas, porque los planes con los ayuntamientos se terminan a los seis meses. El  candidato de Vox, Daniel Arias, me recordó a Paco Umbral el día que fue a hablar de su libro en el programa de Mercedes Milá. Se le notó su falta de experiencia y prefirió limitarse a leer el programa generalista de Vox en cada uno de los temas que se abordaron sin entrar en debates con los otros candidatos. Ni tan siquiera fue al trapo cuando García-Molina anunció una ley de Memoria para Castilla-La Mancha.

Aunque las encuestas (y esta vez hay muchas menos que con las Generales) coinciden en que el PSOE será el partido más votado (ahora lo es el PP), una ventaja si no hay un gobierno de coalición alternativo, todo presume que estamos ante unas elecciones muy abiertas. Por ello habría sido deseable mayor precisión a la hora de futuros pactos. En esto, los más claros fueron Vox y Podemos. La derecha radical no votará a socialistas y comunistas y la izquierda radical solo formaría gobierno con el PSOE. Page dejó la puerta abierta a Podemos y Ciudadanos. Y los liberales naranjas, en quien podría estar la orientación del gobierno regional, juegan en esta campaña a los misterios, y no sabemos si indultan a Page, que no apoyó a Sánchez en las Primarias, o no. Lo que dejó caer la candidata de Ciudadanos es esto:  «Si nos da la suma para el cambio, vamos a producir ese cambio».   ¿Quiere eso decir que están dispuestos a propiciar un gobierno alternativo a Page, con el PP (y Vox tras las bambalinas), como ocurrió en Andalucía? Pues si es así lo deberían aclarar.

Pero no lo harán, porque como va a suceder con las elecciones municipales, habrá que ver si hay pactos a nivel nacional entre CS y PP, y cuál es el margen de maniobra de los socialistas en las distintas autonomías. Para ello habrá que tener muy en cuenta con lo que pase en la Alcaldía de Madrid y su  Comunidad, la joya de la corona de estas elecciones. Porque si Ciudadanos quedara primero y el PP posibilitara un gobierno de centro-derecha, a buen seguro que los populares se lo cobrarían en otras capitales donde la situación fuera la inversa. ¿Guadalajara?

De ahí que espero que las municipales, en Guadalajara, y seguramente en Azuqueca, sean las más abiertas de los últimos tiempos. No hago pronósticos esta vez. Antonio Román, que es el mejor candidato posible para el PP, lo va a tener más complicado que nunca, y vamos a ver cómo lidia el varapalo que sufrió su partido en las Generales y la aparición de una fuerza política radical a su derecha. Alberto Rojo, un socialista moderado, espera todo un acontecimiento, que el PSOE vuelva a ser el partido más votado, aunque habrá que ver si a su izquierda le salen socios suficientes para gobernar con UP y Aike. O si al final tiene que dirigir la mirada hacia Ciudadanos, que se puede convertir en la Princesa del baile. ¿Rafael Pérez Borda, me anota en su agenda? Tiene toda la pinta.

Por si les sirve de ayuda, en Guadalajara Diario hemos ido publicando sendas entrevistas con los candidatos principales (Vox no la aceptó, ellos sabrán) que con los programas electorales les darán una idea una idea más aproximada de lo que propone cada uno. Esto es lo que hay. Hasta el domingo en que haremos edición especial para tenerles informados al minuto de todo lo que sucede en la provincia y en la comunidad autónoma.

Dos patriotas y un apaciguador

RUBALCABA.- Ha muerto Alfredo Pérez Rubalcaba y no es casualidad, incluso en un país en el que solo se habla bien del prójimo cuando se muere, que mayoritariamente le hayamos cubierto de elogios. No es que don Alfredo fuera infalible, y ahí está su Ley de Educación, con luces y algún borrón, pero muchos coincidimos en que, como otros políticos de su generación, tuvo  talla de estadista, pensó en España y no solo en su partido, que también, y en los diversos cargos que ocupó tuvo una cualidad que tanto ahora echamos en falta a nuestra clase política: su alto sentido de Estado, que acreditó en su lucha por el fin del terrorismo de ETA, el papel de la monarquía constitucional  o su forma solidaria de entender el Estado. Fue todo un patriota sin necesidad de envolverse en la bandera. Ojalá que los que ahora lloran su muerte en las filas del PSOE de Sánchez copiaran algo de lo que nos regaló en vida.

FRAGA.- A Manuel Fraga unos indocumentados de Marea, el Bloque y el PSOE en el Ayuntamiento de A Coruña le han retirado el título de hijo adoptivo de la ciudad. De haber vivido el profesor Rubalcaba seguro que los habría dedicado alguna de sus frases mordaces. Como lo hizo el mejor alcalde que ha tenido en su historia la capital gallega, como bien sabemos los que regresamos a ella tan pronto como podemos. “Una vergüenza”, dijo Paco Vázquez, el alcalde socialista que desde su mayoría absoluta transformó la ciudad. «Una manifestación más del totalitarismo exacerbado al amparo de la Ley de la memoria Histórica, que se apropia del relato histórico con criterios partidistas y determina quiénes son los buenos y los malos».  Porque ese es el problema que tienen estos personajes sacados de las dos Españas de Machado o de la Venezuela de Maduro  y que están incapacitados para entender cualquier cosa que se salga de su escala de valores. De ahí sus formas totalitarias y no ver que Fraga aun formando parte del consejo de ministros de Franco, en el momento de la verdad se alineó con la facción más aperturista del Régimen, acabó formando parte de ese gran pacto que desembocó en la Transición y fue uno de los redactores de esa Constitución de 1978 que al ser de todos,  hizo que la democracia dejara de ser en España un breve episodio en nuestra historia.  Con Fraga de presidente de la Xunta, Galicia dio un cambio espectacular que lo notábamos de un año a otro. Pero hay ciegos que no quieren ver. De la extrema izquierda nacionalista podíamos esperar tamaña parvada, pero de ese grupo socialista coruñes que un día dirigió Paco Vázquez y al que desde Ferraz no han dicho ni Pamplona… Ahí está la explicación a las sucesivas mayorías absolutas de Alberto Núñez Feijóo. Hay gente con la que no se puede ir ni a cobrar una herencia.

ICETA.-  Miquel Iceta va a ser el próximo presidente del Senado español, aunque ni siquiera es todavía senador, ni hay en el parlamento catalán una mayoría que propicie su nombramiento como senador autonómico. Pero nadie duda que si lo ha dicho Sánchez, él sabrá lo que hace y por qué lo hace, aunque ¡esa formas…!. Iceta es un tío simpático, un neonacionalista catalán que sin embargo no abomina de su condición de español; el PSC-PSOE ha sido el segundo partido con más escaños en Cataluña y ha posibilitado con ello que Sánchez pueda formar gobierno; es un político fronterizo que vale tanto para un roto como un descosido y que normalmente no dice tonterías, incluso cuando se refirió a que en 10 años cualquier solución que se dé a este lío del “process” tendrá que tener algún tipo de refrendo. Yo también lo creo, pero una cosa son las soluciones en el marco de la Constitución, incluso de corte confederal, que es lo que viene a proponer Iceta -como antes Durán i Lleida-, que exigiría alguna reforma constitucional, y otra cosa es tirar la Constitución a la basura y romper con el Estado de Derecho, como hicieron los asociados de Sánchez en la moción de censura. Con Iceta de presidente del Senado, Sánchez  está mandando un mensaje a los “indepes” de que se ha cerrado la vía del artículo 155, la de los que creen que con una escuela y una televisión pública combatiente de la idea de España, esto solo puede ir a peor. Pero ha habido unas elecciones, con unos resultados que son los que son, por lo que tampoco nos puede extrañar que Sánchez quiera poner a un apaciguador de presidente del Senado, como el parlamento británico puso a un Chamberlain a pactar con Hitler creyendo que de esa manera iba a frenar al nazismo. Luego se vio que Hitler engañó a Chamberlain, que solo estaba ganando tiempo para planificar su agresión sobre Polonia, Checoeslovaquia y Rusia; la guerra se hizo inevitable y hubo que buscar al viejo Winston para ganarla. Pero esto es lo es lo que hay.  Ojalá que la historia no se repita y Sánchez tenga razón.

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