Archive for febrero, 2016

¿De verdad que no se puede hacer nada con los nuevos juzgados?

Días atrás la senadora socialista Riansares Serrano constataba lo que es evidente: que nadie construye en la parcela de los nuevos juzgados, después de que hace cinco meses se pusiera la primera piedra en un acto que, como se acredita, fue puramente electoral. De hecho, los Presupuestos Generales del Estado de 2016 apenas incluyen una partida de 1.900.240 euros de un total del proyecto de 15,2 millones de euros. Y la previsión más optimista que desde el ministerio de Justicia se manejaba entonces es que el  edificio pudiera entrar en funcionamiento en 40 meses, hacia 2019, siempre que no hubiera retrasos en las sucesivas adjudicaciones.

A la vista está de que esta previsión optimista era incluso demasiado optimista  para lo que es la cruda realidad  (ningún obrero cogió luego la pala con la que el señor ministro de Justicia y acompañantes se hicieron la foto protocolaria de la primera piedra), me voy a permitir el lujo de ser políticamente incorrecto y reconoceré que casi me alegro de que no hayan empezado, porque este proyecto para la ciudad de Guadalajara es un disparate. Así de claro.

Yo comprendo a los trabajadores de los juzgados cuando protestan ante la mala situación de un suelo que al parecer desprende algunas sustancias susceptibles de ser inflamables, o por las  deficiencias en la ventilación.  Entrendo también a la Fiscal Jefe de la Audiencia Provincial de Guadalajara, Dolores Guiard, que ha pedido varias veces que el nuevo edificio de los Juzgados de Guadalajara “se construya lo antes posible» en base a la creciente población de una provincia frontera con Madrid que demanda una Administración de Justicia.

Yo participo de ambos deseos, pero confío en que ellos me entiendan también a mí, y como vecinos que lo son de esta ciudad permitan que a la a la vez me pregunte: ¿Qué vamos a hacer con ese edificio lisiado cuando se marchen los juzgados? ¿Cómo repercutirá dicho traslado en la actividad comercial en el casco antiguo, que en esa zona anima en gran medida el funcionamiento de los juzgados? ¿Es normal que nos metamos en dibujos sobre nuevos juzgados cuando hay en Guadalajara edificios históricos, que se están cayendo y que son de titularidad pública? El Fuerte de San Francisco mismamente, que dio buenos dividendos a la Junta de Comunidades con la venta de los terrenos, que el Ayuntamiento recalificó en urbanizables, aunque luego ha incumplido sistemáticamente el convenio que firmó para mantenerlo en buen estado.

Comprendo perfectamente que funcionarios de la justicia, fiscales y jueces (no sé ya qué opinarán abogados, procuradores y usuarios sobre tener que acudir a una ubicación que estaría en medio del campo) sobre la mejora que supondrá para su trabajo unos nuevos juzgados en los que no solo tuvieran cabida los órganos jurisdiccionales que actualmente actúan en Guadalajara sino que también los que pudiera venir en un futuro.

Pero si fuera edil del Ayuntamiento de Guadalajara, y no ya digamos alcalde, tendría una espina clavada por una solución que a corto plazo será buena para la Justicia de Guadalajara, pero a medio plazo agrava aun más la sostenibilidad del propio casco.  ¿Se imaginan, vacío, el actual edificio de los juzgados, cuánto tiempo tardaría en dar trabajo a los modernos juzgados por la acción de los expoliadores? ¿Cómo se degradaría el barrio por no dar una solución urbanística a un problema que también es urbanístico? ¿De qué nos vale hacer nuevos Planes de Ordenación Municipal cuando no hemos sido capaces de cuidar el patrimonio público que tenemos en solares y edificios?

Esto es lo que hay. Parece que somos incapaces de resolver un problema sin crear otro.

CODA 1:  «La educación en Castilla-La Mancha lleva el color rojo, el color rojo del Partido Socialista». Es una frase, claro, ¡pero qué frase! La pronunció la actual consejera de Educación y Cultura, Reyes Estévez, hostigada por el portavoz de Podemos José García Molina, después de pedirle su dimisión, y la consejera se descolgó con esta perla para congraciarse con la bancada socialista. Si algo así se le ocurre al citado Molina, le calificamos de leninista para arrriba. Y si  hubiera salido de la boca de popular Marín, lo de fascista se me queda corto. Pero el problema ya no es solo desbarrar en el fragor de un debate, lo peor es  no pedir disculpas y aclarar qué diablos quiso decir la consejera gallego-alcarreña con que la educación lleva el color rojo del Partido Socialista. “¡Arriba Castilla-La Mancha!”

CODA2: Sigue el postureo del que les hablaba en mi último artículo. No es que sea complicado, sino lo siguiente, intentar pactar por la noche con un partido liberal, que está obligado a defender unos principios sobre la economía de mercado, y al día siguiente con los neocomunistas, que ya no disimulan que lo que pretenden es constreñir al mínimo esa libertad de mercado y limitar la propiedad.  Visto el panorama, ni Pedro Sánchez sabe si al final conseguirá la ilusión de su vida, ser presidente de España, un estado que quieren romper una parte de los que aritméticamente tendrían que respaldarlo. ¿Pero le va a merece la pena? ¿Nos va a merecer la pena?

CODA3: Tras los últimos casos de corrupción que vuelven a salpicar a las cúpulas del Partido Popular en Madrid y Valencia me imagino que  la renuncia de Rajoy “in vigilando” como candidato a algo solo falta ponerle la fecha que más convenga a su partido; aunque me gustaría decir que a España. Otra cosa es que el PP quiera acabar como UCD, lo que a buen seguro no se merecen las muchas personas honradas que todos conocemos militan en ese partido. Pero incluso para ellos: ¡Hasta aquí llegó el agua!

Empieza el postureo

Pedro Sánchez inicia esta semana las rondas  de conversaciones para su investidura. Solo tiene 90 diputados de los 350 que conforman la Cámara, pero la caprichosa aritmética parlamentaria le ha conferido capacidad de veto sobre el partido  que ganó en minoría de las elecciones,  hasta el punto que los 123 escaños de Mariano Rajoy  pesan menos que los 90 de Sánchez. Para ello solo le basta seguir rechazando cualquier tipo de gobierno en el que pudiera formar parte el PP, que a estas alturas se está planteando si debería ir Rajoy a  la entrevista o mejor enviar a Dolores Cospedal a recibir el 18º “no” de Sánchez. Supongo que al final irá Rajoy,  por el qué dirán.

El segundo paso de Sánchez será insistir en que quiere un acuerdo con Ciudadanos, porque es lo más demandado en las encuestas, aunque es puro postureo. Entre PSOE y Ciudadanos solo suman 130 escaños y aunque Sánchez pedirá al PP que se abstenga para ahorrarse la negociación con Podemos, el PNV y la abstención de los independentistas, sabe que incluso para Rajoy es pedirle demasiado,  porque su partido solo tiene 7 diputados menos que PSOE y C’s juntos. No lo conseguiría ni aunque se lo pidan de rodillas los 35 presidentes del Ibex 35.

Por postureo, Sánchez busca formalmente un acuerdo con C’s, sin el PP, aunque ya le ha dicho Albert  Rivera que él no estará en un gobierno con Podemos. Pedir a un partido de ideología liberal que pacte un programa económico con la izquierda populista es más absurdo que nombrar a Maduro presidente del Banco Mundial. No hay donde rascar, por mucho que a Sánchez le ponga presidir un tripartido a izquierda y derecha.

Así que al final llegaremos, inevitablemente, al único camino posible, el llamado “gobierno de progreso” a muñir  con la izquierda más izquierda y la tolerancia de los independentistas. Ahí Sánchez se va a encontrar con enormes dificultades, porque no es lo mismo pactar algunas políticas sociales con Podemos, como ha hecho García-Page en Castilla-La Mancha, que poner sobre la mesa de operaciones  al Estado en toda su magnitud y abrirlo en canal. La negociación entre PSOE y Podemos va a estar dominada por el postureo,  porque  ni Sánchez ni Iglesias quieren ser señalados ante el electorado de izquierdas  como los responsables del fracaso, si finalmente hay que ir a unas elecciones a finales de junio. Es más, más de uno en el PSOE se teme de que esta decisión ya esté tomada por Iglesias, alentado por los últimos sondeos que proyectan a Podemos como primer partido de la izquierda en caso de repetirse las elecciones. En esas circunstancias, ¿qué no podría pedir  Iglesias a Sánchez para aceptar formar parte de su gobierno? En un escenario de confrontación, el líder de Podemos tiene todas las de de ganar porque es mucho mejor actor que Sánchez, y la actual política española se ventila más en los estudios de televisión que el parlamento.  Y ya no digamos desde que Iglesias se ha comprado un esmoquin de primer actor, que ya lució con desparpajo en la noche de los Goya, que como todos sabemos es escenario más solemne que una recepción en el palacio Real.¡Dónde va a parar! Resines con Felipe VI.

Como ya tengo escrito, la negociación con Podemos y sus marcas blancas acarreará la mayor dificultad para que Sánchez sea presidente, y en este sentido habrá que seguir con mucha atención lo pueda contar Jordi Sevilla al respecto, que hasta ahora no ha dicho ni “muuu”.

Si logra el pacto con Podemos,  solo le quedará a Sánchez asegurarse el apoyo del PNV y que los independentistas se vayan al aseo durante la segunda votación, para ser proclamado presidente. Es lo más fácil. De hecho, Sánchez  los va a tratar en sus rondas de conversaciones en el mismo plano que a Rajoy. No les dará el libro gordo de Petete , en el que se encuentran sus propuestas más generales, como hará con Podemos y C´s,   ni habrá una negociación formal para que entren a formar parte de su mayoría. No le hace falta. Esquerra Republicana y el partido postpujolista  lo último que quieren es ver a alguien del PP o C’s en el gobierno, y estarán encantados con poder negociar sobre el derecho a decidir con el ministro de la cosa soberanista que nos quiere colocar Iglesias. Pero también será un fraude, porque no se olvide que ese nuevo “gobierno de progreso” no tendría mayoría cualificada para cambiar una sola coma de los artículos fundamentales de nuestra Constitución.

La única duda es si en el PSOE dejarán a Sánchez que transite por caminos tan inciertos, que le abocarían a ser abandonado a su suerte a las primeras de cambio   (PSOE+Podemos suman 159 votos y PP+C´s llegan a 163), o si preferirán el incierto destino de unas nuevas elecciones que no tienen buena pinta para los socialistas.  Yo tengo pronosticado desde hace un mes que a Sánchez le van a dejar hacer los barones, a no ser que Podemos provoque deliberadamente una ruptura con peticiones desmesuradas,  y que al líder socialista le puede salir la cuadratura del círculo.

¿Quedan más posibilidades? No. Cualquier otra combinación a la italiana exige que  Rajoy y Sánchez den un paso atrás, para que pudiera fraguarse una solución de compromiso en beneficio de España por los dos grandes actores que promovieron la Constitución. Pero ninguno lo va a hacer, porque los políticos españoles no tienen la finezza de los italianos, ni el patriotismo de alemanes o franceses, ni las milicias partidarias se lo van a exigir. Será después. Cuando al  PP no le quede más remedio que dar la vuelta a su partido como a un calcetín,  agujereado por la corrupción,  o acabará como  UCD. Y el PSOE deberá -algún día-  reinventar una alternativa  socialdemócrata si no quiere terminar como el PASOK en Grecia. Pero ahora no estanos en eso.

Ahora lo que toca es que Pedro Sánchez haga de Harry Houdini y con solo 90 diputados sea elegido presidente del Gobierno de España.  Esto es lo que hay.

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