Sánchez, el Cameron español

Lo desveló recientemente Jordi Évole. A los pocos días de iniciarse la negociación con Podemos, los Redondo, Tezanos  y compañía ya habían decidido que lo mejor era forzar una repetición electoral. Sánchez no se encontraba cómodo con Podemos (ya sabe, un gobierno que son dos) y con el juicio del Procés de por medio, la negociación con los independentistas era más indigesto que beber lejía. Pero los cabezas de huevo de La Moncloa erraron, y como le pasó a Cameron con el Brexit, desencadenaron una decisión peor de la que se partió. David Cameron dimitió al día siguiente de su fracaso.

Una quinta parte del parlamento está formado por partidos que defienden la autodeterminación de las autonomías (algo insólito en Europa) y 29 parlamentarios son declaradamente independentistas. Y un partido ultranacionalista pisa los talones al PP como alternativa de gobierno. Este es el panorama con que nos encontramos.  

Esto es lo que ha dado sí el 10N en España y nuestra provincia.

PSOE: 120 diputados. Pierde 3 y 760.159 votos a pesar de que por el aumento de la abstención solo baja 0,67 puntos. Sánchez se apuntó a lo de “Con Rivera, no”, no se atrevió con un gobierno Frankenstein, lo confió todo al 10N, a modo de segunda vuelta, y ha perdido. Sigue siendo el más votado, pero su posibilidad de formar gobierno pasa por meter todavía más partidos a esa olla Frankenstein, que espantaba al recordado Rubalcaba.  La otra alternativa es un pacto de investidura (y de Estado) con el PP, aunque por lo que dijo Sánchez a los militantes en Ferraz no contempla. A no ser que el PP se haya convertido, para Sánchez, en una alternativa “progresista” de la noche a la mañana. Como sin duda lo debe ser el PNV o ERC.   

En Guadalajara el PSOE pierde 1.531  votos por la caída de casi 5 puntos en la participación, aunque porcentualmente sube 1,33%.  Aumenta su condición de primer partido provincial con más de ocho mil votos sobre la segunda fuerza, que es Vox. Sacó 1 diputado (Magdalena Valerio) y 2 senadores, perdiendo 1 en beneficio del PP  por la estrategia de Vox.

PP: 88 diputados. Gana 22 escaños y 646.216 votos. Casado sube, pero por la fragmentación de la derecha, no tiene posibilidades de conformar una alternativa a la de Sánchez. El presidente en funciones es el que debe tomar la iniciativa y Casado se reservará a adoptar un papel determinante si fracasa Sánchez en la negociación con Podemos y los independentistas.

En Guadalajara el PP gana 1757 votos y 3,02%. Aunque en la noche electoral vendieron que los resultados eran mejores porque tenían más votos y 1 senador más, objetivamente son todavía peores porque, por primera vez en su historia, un partido como Vox los adelanta por la derecha y se convierte en la alternativa ante el PSOE en el Corredor del Henares. Entre los municipios mayores de Guadalajara, el PP solo es la fuerza más votada en Sigúenza y Pastrana.  En la ciudad de Guadalajara mantiene el segundo puesto. José Ignacio Echániz vuelve a ser diputado por Guadalajara.

 Vox: 52 diputados. Gana 28 y 952.100 votos. El partido de Abascal es el que más saca con esta repetición de elecciones a lo que no es ajeno la violencia televisada en Cataluña tras la sentencia del Procés. Pero a pesar de todo, sus 52 diputados no van a contar en cualquier fórmula  de gobierno que se presente; porque no suman. Ejercerán una dura oposición, con las miras puestas en dar el sorpasso al PP si hubiera otra repetición electoral dentro de otros seis meses. Serían los más beneficiados de un escenario de inestabilidad

En Guadalajara se votó en clave nacional y no importó que su cabeza de lista, López Maraver, fuera un “paracaidista” que de Guadalajara  solo conoce algunos cotos de caza. Para ser un partido nuevo, en Guadalajara Vox ha elegido lo peor de la vieja política, el cunerismo. Ni tan siquiera estuvo en la noche electoral celebrando el triunfo y atendiendo a los medios de comunicación. Aun así, Vox obtiene por primera vez 1 escaño. Gana 8099 votos y mejora 7,53%. Su estrategia de presentar solo un candidato al senado supuso un senador más para el PP,  pero  Vox no tuvo premio. En la ,provincia, Vox se convierte en la fuerza más votada en la Guadalajara de los chalets del cinturón de Madrid: Alovera, El Casar, Chiloeches, Mondéjar, Pioz, Torrejón del Rey, Tórtola, Trijueque, Valdeaveruelo y Yebes. 

UP: 26 diputados. Pierde 7 escaños y 533.227 votos. El invento de Errejón (2 diputados) le ha hecho a Iglesias menos daño de lo que creía el viajante, pero aun así Podemos se deja más de medio millón de votos. Vuelve a ser decisivo para que Sánchez forme gobierno y a buen seguro que engrasará todo lo que pueda la negociación  con los independentistas.

En Guadalajara Unidas Podemos baja 2.728 votos, el 1,04%. Cedió votos al PSOE, y algo también por la bajada de la participación.

Ciudadanos: 10 escaños. Pierde 47 escaños y 1.637.540 votos. El partido de Albert Rivera es el gran perdedor del 10N, porque sus electores se han preguntado: ¿Para qué ha servido dar a Ciudadanos la llave de la gobernabilidad si luego la guarda en un cajón? El derrumbe es tal que Cs pierde más electores de los que conserva. En contra de los más sabios del partido, Rivera prefirió jugar a ser la alternativa al PP cuando en las elecciones del 28-A, Casado ya había salvado los muebles. Pudo ser el Hans-Dietrich Genscher español, aquel liberal alemán que daba y quitaba mayorías a socialdemócratas  y democristianos, pero solo quiso ser presidente del Gobierno. En un alarde de honestidad ha dimitido al día siguiente de las elecciones. Falta por saber si Cs, con solo 10 diputados, tendrá un sitio en la política española, como partido de centro liberal, o seguirá la deriva del antiguo CDS de Suárez o la UPyD de Rosa Díez.  

En Guadalajara también fue el partido peor tratado por su electorado. Pierde 16.701 de los 26.817 votos que sacó el 28A, un -7,09% en porcentaje de voto provincial. Como ya le sucedió en la legislatura corta de Rajoy, en seis meses se queda sin diputado. En Castilla-La Mancha tampoco obtiene representación.

ERC:  13 diputados. Gana 2 escaños a pesar de perder 150.458 votos. Por misterios de nuestra Ley Electoral, que beneficia a los nacionalistas, aun teniendo la mitad de votos que Ciudadanos tendría una influencia decisiva en cualquier gobierno “progresista” que quiera encabezar Sánchez. Solo con sus votos no basta para dar la mayoría a Sánchez y a Podemos, pero sin ellos nada es posible. El líder de ERC, el sedicioso (TS dixit) Oriol Junqueras habrá respirado desde su celda. Bien podría convocar a los emisarios de Sánchez en un vis a vis, para decirles que él no se apea un milímetro de su República Catalana, aquella que un ingenuo Mosso expedientado, dijo que no existía. ¡Pues a lo mejor va a ser que sí!

Además de todos estos partidos, hay otras 13 formaciones políticas más, con las que Sánchez puede ensayar su gobierno “progresista”. Entre ellas la CUP, que ha saltado de las barricadas ardiendo en la plaza de Urquinaona al Congreso de España  con 2 escaños.

Que la providencia nos asista, pero esto es lo que hay si los dos partidos que han sostenido el sistema democrático en España desde la Transición no vuelven a coger las riendas de la nación. Como en  Alemania. De lo contrario, las Cortes que nazcan de este 10N pueden enterrar la Transición y sus valores a todos los efectos.

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