Archive for mayo, 2016

Román se queda en el ayuntamiento y Guarinos no se mueve

Esto es información: el día 5 de mayo Mariano Rajoy visitó Guadalajara. Estuvo en la fábrica de  Witzenmann donde aprovechó el escenario para poner en valor la política económica de su gobierno y las reformas emprendidas para  crear medio millón de trabajos anuales hasta 2019. La propia empresa alemana corroboraba ese optimismo y anunciaba que tiene previsto duplicar su plantilla en los próximos años. A Rajoy se le veía cómodo. Una hora después, Rajoy se daba un corto paseo por la calle Mayor, estrechó manos (si el presidente ha venido en precampaña es de imaginar que no lo hará en la campaña), firmó con María Dolores Cospedal  en un photo-call que le colocaron para pedir la declaración del palacio del Infantado como Patrimonio Mundial de la Unesco. Y el presidente de los populares aun tuvo tiempo para hacerle una propuesta  a Antonio Román, el alcalde de Guadalajara, que ese día se dejó la bata en el hospital y le acompañó durante toda la mañana. Rajoy le ofreció a Román la posibilidad de encabezar la candidatura al Congreso por Guadalajara, para aprovechar su popularidad, pero el alcalde le puso una condición que a la postre resultó insalvable. Quería volver a compatibilizar el escaño con la alcaldía, como ya hizo en la anterior legislatura,  porque según le explicó tiene un compromiso con los vecinos de Guadalajara, expresado repetidamente, y que no quiere dejar de cumplir.  Al final, el asunto no prosperó porque técnicamente hay una incompatibilidad orgánica para que los alcaldes del PP  vayan al Congreso, situación que no se da en el caso del Senado. Claro que Rajoy es el presidente del Gobierno, y del Partido, y bien podría haber establecido una excepción, si él lo hubiera querido. Y esto último ya no es una información; forma parte de la especulación.

Roman-GuarinosPor lo tanto, la propuesta de Rajoy había traído consigo un cambio en la Alcaldía de Guadalajara. Con la Ley en la mano, a Román le habría tenido que suceder Ana Guarinos, la actual vicepresidenta de la Diputación y presidenta del Grupo Parlamentario Popular en las Cortes regionales; y cuya carrera está abrochada a la de Cospedal. No obstante, la sucesión de un alcalde tiene sus complicaciones cuando no se gobierna en mayoría absoluta. Y en este caso la elección de Guarinos habría tenido que ser refrendada por Ciudadanos, que es el mismo partido -¿recuerdan?-, que la vetó en la Diputación, y que dio lugar a la solución Latre. Ya saben: en vista de que el asunto se enquistaba, y ni cenamos ni se muere padre, llamaron al alcalde de Sigüenza, y le dijeron: “José Manuel, que tienes que ser el presidente”. Y este, apenas recuperado de la sorpresa, les  pidió unos minutos por lo menos para avisar a la familia de lo que se le venía encima.  Así que, otra vez, Ciudadanos se habría  cruzado en la carrera política de Guarinos, y al grupo municipal de Alejandro Ruiz, que mantiene una buena relación con ella, le habrían puesto en un brete. Otra posibilidad es que Guarinos le hubiera pasado ese cáliz tan de su agrado al siguiente comensal,  estamos hablando del vicealcalde Jaime Carnicero,  ya que no en vano fue el tercero en la lista.

En cualquier caso, un lío, como diría Rajoy,  y demasiadas  piezas por encajar en el momento menos propicio, así que todo sigue como estaba. Y Antonio Román cumplirá su mandato hasta el final de legislatura, como se comprometió con sus electores antes, durante y después de la campaña electoral. Y supongo que pronto a jornada completa, aunque los tiempos los va a marcar él. Eso ha quedado claro.

Sin Román encabezando la lista al Congreso –como sucedió hace cuatro años, por petición expresa de Cospedal-, la candidatura del PP no se ha tocado, buscando algún rostro más popular, a pesar de los malos resultados el 20-D en los que el PP perdió casi 20 puntos porcentuales en Guadalajara. En esto el PP ha sido conservador hasta los tuétanos, no ha promocionado a ninguno de sus candidatos más jóvenes para bajar la media de edad de la lista, e incluso sigue como número dos Ramón Aguirre, un gestor de confianza de Cospedal, y que aterrizó con éxito en Guadalajara en las anteriores elecciones, aunque al final dejó el Congreso por la golosa presidencia de la Sepi, la joya de la corona de las empresas públicas españolas. Esto quiere decir que el PP no se va a andar con distracciones locales, y que va a hacer una campaña de perfil eminentemente nacional en la que –ya lo verán- va a hablar lo justo del PSOE y Ciudadanos, y más de Unidos Podemos ante los que se presentará como el dique de contención frente al populismo neocomunista. En Guadalajara, como pueden ver por el análisis que les hemos ofrecido, la recuperación de ese segundo diputado por los populares se ha complicado de lo lindo con la unión de Podemos e Izquierda Unida, porque ya no son los 906 votos que les separó de Ciudadanos, sino lo que pueda sumar Podemos tras la absorción en Guadalajara de Izquierda Unida, condenada a un papel electoral irrelevante al no haber podido realizar un proceso  conjunto de primarias con Podemos.  Al final, la designación de  su cabeza de lista, Ariel Jerez, ha seguido el mismo procedimiento que el de su compadre Ramón Aguirre, ambos vecinos y residentes en Madrid. A uno le ha colocado el dedazo de Pablo Iglesias, compañero en la facu de Somosaguas,  y al otro el de Dolores Cospedal. Solo que por lo menos el PP no se anda con postureos sobre la participación de las bases, la renovación y otras mandangas retroprogres.

Estoy convencido: Si Blanca Calvo hubiera encabezado esta lista unitaria de izquierdas a estas alturas solo habría un escaño en disputa, y apenas  tendríamos una duda: si el PP, beneficiado por un clima de confrontación derecha-izquierda neocomunista, conseguiría finalmente el segundo diputado, y si el citado escaño se lo quitaría a Ciudadanos o… al PSOE. Pero tal y como se han hecho las listas, y analizando objetivamente los resultados del 20-D, yo no creo que el escaño de  Pablo Bellido esté en riesgo. Incluso en el  peor de los escenarios posibles, y a pesar de que Pedro Sánchez no tiene precisamente el magnetismo de Felipe González, en Guadalajara el PSOE sigue disfrutando de un colchón en torno a los 1.500-2.000 votos para evitar el sorpasso, que no es que sea como para tumbarse a la bartola, pero tampoco para que cunda el pánico en las filas de la izquierda socialdemócrata.

Por hoy, esto es lo que hay. Ya lo iremos viendo.

Una buena noticia para el Hospital, compatible con el convenio

El presidente regional Emiliano García-Page trajo el lunes una buena noticia para Guadalajara. Además de anunciar algo esperado, la reanudación en los próximos días de las obras del Hospital (en la anterior legislatura solo se acometió el nuevo aparcamiento, y al final de la misma), comunicó que se van a implantar dos nuevas especialidades, Cirugía Pediátrica y Medicina Nuclear, que suponen en torno al 75% de las derivaciones de pacientes guadalajareños a otros hospitales de Castilla-La Mancha y Madrid. Luego, el consejero de Sanidad, Jesús Fernández,  habló incluso de plazos: entre 14 y 16 meses para que terminen las citadas obras de ampliación (entre julio y finales de 2017) y entre 25 y 30 meses (hacia finales de 2018) para que las nuevas especialidades estén dotadas de personal y en funcionamiento.

Nos gusta esta iniciativa del gobierno regional por cuanto aumenta la autonomía del Hospital de Guadalajara y en especialidades muy cualificadas y demandadas. El aserto de García-Page de que prefería gastarse el dinero en Guadalajara que dedicarlo a pagar facturas a  la comunidad  de Madrid por las derivaciones de pacientes que allí se realiza es irreprochable. Cuantos más servicios se puedan prestar en el Hospital de Guadalajara, mejor que mejor. Y nos tranquiliza también escuchar que Castilla-La Mancha no tiene intención de denunciar el convenio con la comunidad de Madrid con independencia de lo que ocurra con la franja norte de Toledo.

En repetidas ocasiones desde Guadalajara Diario hemos defendido el convenio con Madrid porque nos ha abierto unas puertas, que al desaparecer los fondos de cohesión se habían cerrado para nosotros. El gobierno regional tiene que ocuparse de que estas puertas no se vuelvan a cerrar porque se cruce  el conflicto que hay con la atención en Toledo, que desde la Junta se considera lesiva a los intereses regionales.  Sea como fuere, lo único que nos interesa es que la atención en Guadalajara es completamente diferente; se presta toda ella en hospitales públicos madrileños  de acreditada competencia, y se paga en función de lo gastado.

Los gobiernos regionales de Madrid y Castilla-La Mancha deben llegar a acuerdos para separar ambos casos, porque el destino de Guadalajara, por su singularidad que deviene de la geografía, no debe ir atado a los intereses de otras provincias. En ese sentido, no podemos estar más de acuerdo con el presidente regional. Pero hacemos ver la necesidad de seguir manteniendo el convenio con Madrid, con independencia de que sus servicios cada vez sean menos necesarios, por el crecimiento del Hospital de Guadalajara, porque no somos tan optimista como García-Page sobre el retorno de los fondos de cohesión.

El presidente regional reclama que su financiación se debería resolver con los fondos de cohesión y sin necesidad de convenios, porque de lo contrario todo el sistema nacional de salud estaría en peligro. Tan de acuerdo estamos con este planteamiento, que incluso nosotros vamos más allá y seguimos pensando que las transferencias sanitarias especializadas, al margen de la asistencia Primaria, se realizaron demasiado pronto sin haber resuelto antes estos problemas de encaje y que ponen en riesgo la existencia de una verdadera sanidad nacional. No es solo que el gobierno de Rajoy haya reducido los fondos de cohesión: es que las comunidades “ricas” quieren seguir con su adelgazamiento, y nos tememos que esto va a seguir sucediendo con Rajoy, Sánchez, Rivera y hasta con Iglesias y sus nacionalistas. ¡Ojalá no hiciera falta el convenio con Madrid! Pero mientras no haya otro tipo de acuerdos para la financiación de las Autonomías, lo único que nos garantiza que los pacientes de Guadalajara puedan ser atendidos en los hospitales más cercanos es este convenio. Que es perfectamente compatible con el crecimiento de la cartera de servicios del Hospital de Guadalajara en una estrategia anunciada por el presidente regional, que aplaudimos y respaldamos.

Coda: En Guadalajara ya están confirmadas todas las listas menos una, la del PP. Aunque se ha venido a sugerir que no habría cambios, a pesar de los malos resultados en las últimas elecciones, mientras la dirección nacional del PP no las proclame, tiempo hay. En estas fechas en Génova hacen sondeos casi diarios en los que se pregunta por el nombre de diferentes candidatos y su potencial influencia en unas elecciones. Así acabó Román como candidato al Congreso hace cuatro años. Claro que eran otros tiempos. Y otras cospedales. Por lo que supongo que, al final, Román no va a tener más remedio que “liberarse”, para que los plenos no empiecen a las tres de la tarde. Pero…En política, hasta el rabo todo es toro. Y para que el PP pueda optar a recuperar el segundo escaño en Guadalajara no solo van a tener que echar toda la carne en el asador. A lo mejor necesitan hasta género nuevo; y aun así. Esto es lo que hay. Por ahora.

Buscando a Cela en la Alcarria

Este libro que ahora presentamos es la segunda edición del que vio la luz en 1982, cuando España abría la ventana olímpica al mundo, y que escribí mano a mano con mi maestro y director en Flores y Abejas, Salvador Toquero, que  desde hace  nueve  años transita por los eternos paisajes del cielo. A su memoria se lo hemos dedicado, y aquí estamos intentando lidiar esto de la mejor manera posible.

Buscando a Cela en la Alcarria no se iba a llamar en principio así.  Salva y yo habíamos pensado en titularlo: “Tras la huella de 57 personajes”, que son todos los que aparecen en el Viaje a la Alcarria,   pero al final nos pareció que era más expresivo – y comercial, no lo negamos-, sacar a don Camilo a pasear por la portada. Aunque a Cela no le habían concedido todavía el Nobel, era uno de los escritores españoles vivos  más populares, y no solo por sus indudables méritos literarios, sino porque salía en televisión y participaba en alguna tertulia. En nuestro camino por aquella Alcarria de 1982 nos dimos cuenta de que él ya disfrutaba de la púrpura de la fama, circunstancia que nunca le desagradó.  Él siempre fue consciente de que literatura y popularidad favorecían  el éxito, y las ventas, y en ese sentido  Cela fue un adelantado de otros autores famosos

Buscando-CelaPensamos en ese título: “Tras la huella de 57 personajes”, porque como ya señalamos entonces queríamos  saber de la peripecia humana de los personajes del Viaje a la Alcarria.  Habían transcurrido  37 años desde que Cela recorriera, las veces que fuera, la Alcarria para escribir su libro con lo que –imaginamos—si tardábamos unos años más, había serio riesgo de perder la huella de algunos.  Y tengo que decir que en la mayoría de las ocasiones llegamos a tiempo. Pudimos charlar  presencialmente con los personajes del viaje de Cela, con otros lo hicimos por teléfono, y acabamos por  hacerlos nuestros.  Ahora que se conmemora el centenario de su nacimiento ya no sería posible.

Escribir una novela sobre los personajes del Viaje a la Alcarria, 37 años después, ofrecía también otra alternativa que nos apasionó. Cuando el mozo Cela decidió coger morral y venir a la Alcarria, “un país al que nadie le da la gana de ir”, tal y como advirtió a sus lectores, la Guerra civil española había terminado apenas hace 7 años y la rendición de la Alemania de Hitler era muy reciente: hacía un año.  Era una España y una Europa pobre y misérrima, marcada por la contienda,  que no podía escapar a un viaje costumbrista.

Por eso Cela tuvo que salir a los caminos de la Alcarria pertrechado de la correspondiente autorización, que le proporcionó el gobernador de entonces, y que sospechamos hubo por los menos un pueblo en el que no le dio la gana de mostrarla. Es uno de los capítulos más curiosos de nuestro libro. La aparición de algunos fotógrafos  alemanes y de un misterioso personaje que vivía alejado en Trillo, un año después de terminar la guerra, y que según supimos trabajó para la embajada alemana, nos hizo volar la imaginación. Pero ahí lo dejamos. Nuestra misión no era escribir un libro de investigación, sino una novela sobre los personajes del Viaje a la Alcarria y enmarcados en la Guadalajara de 1982.  Una España que vivía los primeros años de su joven democracia tras una compleja y laboriosa Transición para que este país dejara de ser una tierra de vencedores y vencidos. Porque las guerras civiles no las gana nadie; todas se pierden.

Tenemos que decir con satisfacción  que Buscando a Cela en la Alcarria nos fue bien. La Diputación nos ayudó comprando mil ejemplares, que fueron a su protocolo y a  las bibliotecas de la provincia, y el resto hasta 3.000 se vendió en las librerías o por correo, sorprendiéndonos los pedidos que recibimos desde distintas provincias de España y de universidades extranjeras ocupadas en el estudio de la trayectoria literaria de Cela.  Tal es el interés que despertaba la figura de Cela,  que entre Salva y yo comentamos que acabaría recibiendo el Nobel.  Se lo concedieron siete años después, en 1989, y lo más curioso: por entonces ya era vecino de la Alcarria, ya que tenía alquilado  un chalé en El Calvín;  y el dinero del premio le sirvió para comprarse  una casa de campo en la ribera del Henares  en la finca del Espinar.

El resto de los ejemplares los vendimos en actos promocionales que organizamos por la Alcarria.  Nos es obligado  reconocer que en la mayoría de los pueblos se nos dio muy bien. Así que la primera edición terminó agotándose hasta que 34 años después,  y  otra vez con el impulso de la Diputación, siempre atenta a la cultura de la provincia, vuelve a reeditarse el libro, coincidiendo con el centenario del nacimiento de Camilo José Cela, que  se va a celebrar con profusión de actividades. Esto nos permite varias cosas, a saber: corregir el libro y enmendar las erratas que se nos escaparon –más de la cuenta—entre la redacción y la imprenta. Permitir a Luis Barra, nuestro fotógrafo, imprimir con más calidad las fotos que utilizamos para la primera edición, e incluir algunas que se quedaron fuera por falta de espacio. Y para que nada falte, hemos recurrido otra vez a Antonio Burgos para realizar la portada. Un cuadro suyo realizado ex profeso sirvió de portada para la edición de 1982, y es tan bueno que Cela nos lo pidió para su museo. Y allí está, por Iria Flavia. Pocos pintores como Antonio Burgos saben plasmar el paisaje alcarreño con tanta maestría,  así que no podía haber segunda edición sin Burgos.

Y para completar la faena, el editor de esta segunda edición es un chaval que nos acompañó en el asiento trasero del coche en aquella primavera alcarreña de 1982, y que hoy se ha convertido en uno de los mejores diseñadores  que hay en nuestra provincia. Gracias Fernando Toquero por el esfuerzo, en nombre mío y el de de Salva, tu padre, que hoy estaría muy satisfecho sabiendo que el propósito que nos llevó a la carretera y a los pueblos del Viaje a la Alcarria  se vuelve a renovar  34 años después.

Aunque el tiempo ha borrado la huella viva de la mayoría  los personajes del libro de Cela,  y que acabaron siendo nuestros,  el  libro Viaje a la Alcarria está tan vivo como siempre. Y sigue siendo nuestro mejor escaparate  para un país, nuestra Alcarria, al que  la gente ya le está dando la gana de ir.  Ahora no hay fondas, como en 1946, pero sí una cada vez mejor  red de hoteles y casas rurales que tienen un inmejorable producto que vender: el del paisaje alcarreño, y el de sus habitantes, duros como es esta tierra,  que siguen esperando, a nada y a nadie, con una eterna sonrisa de resignación.

Nota del autor:  El contenido de este post forma parte del prólogo a la reedición del  libro Buscando a Cela en la Alcarria, escrito por Salvador Toquero y Santiago Barra en 1982, y que será presentado este miércoles, a las 19,30 horas en el salón Antonio Pérez del centro San José, con entrada libre.   

 

Lo de Román, un mal “ejemplo”

“La ciudad está bien gobernada y atendida. Estoy al frente de la Alcaldía y lo seguiré estando. En todas las campañas electorales que he realizado siempre he dejado claro que no abandonaría la Medicina y creo que es perfectamente compatible la actividad profesional con la actividad política. La ciudad sigue gobernada de manera satisfactoria”.

El alcalde Antonio Román hacía esta declaración el viernes por la mañana  en un acto público momentos antes de celebrarse el pleno municipal  en el que se iba a votar la moción del PSOE en la que se le exigió la dedicación exclusiva a sus funciones de alcalde.  “Estoy al frente de la  Alcaldía y lo seguiré estando”. El aserto no era gratuito por cuanto en los días anteriores se había extendido la especie de que Román podría otra vez encabezar la lista al Congreso ante los malos resultados  obtenidos por el PP en Guadalajara el 20-D, y luego ya se vería si dejaba o no la Alcaldía a Jaime Carnicero. La presentación de la  moción de Daniel Jiménez no era ajena a toda esta rumorología, y en cualquier caso buscaba poner en aprieto a Román en un asunto en el que nuestro alcalde se mueve con incomodidad.  Román no ocultó sus reproches al portavoz de Ciudadanos, Alejadro Ruiz,  a quien  le llegó a recriminar que permitiera con su abstención la aprobación de una moción en la que se reclama la “exclusividad” del alcalde en contra de lo que ha venido defendiendo en los últimos días.  Un servidor nos descartaba que Ciudadanos se acabara subiendo al carro de Jiménez, pero me sorprendió que no se negociara una transaccional en la que se dejase claro que no se estaba prohibiendo que al alcalde pudiera ejercer la medicina, aunque de una manera residual, como había defendido tradicionalmente laa formación naranja.  Finalmente, Ciudadanos, tras ese ejercicio previo de funambulismo se quedó a mitad de camino con una abstención que en la práctica supone un voto afirmativo; y Jiménez se llevó el gato al agua al conseguir aprobar su moción sin que se le cambiase una coma. Y si algún día  volviera a traerse al pleno la solicitud de  compatibilidad para que el alcalde pudiera ejercer la medicina en una clínica privada de forma residual, ya sabemos cuál será el voto de la izquierda: lo rechazarán, como lo hicieron cuando el propio Ruiz y el vicealcalde Carnicero obtuvieron la compatibilidad para poder ejercer  su profesión de abogado a pesar de la “exclusividad” de la que ambos disfrutan en el Ayuntamiento.

Tenemos, por tanto, una  moción aprobada  en la que se reclama a Román que se dedique en “exclusiva” a la Alcaldía; y la respuesta inmediata del interesado: eso lo hará cuando él lo decida, porque de la misma manera que él no les dice a la oposición qué concejales debe liberar, tampoco acepta que sea la oposición la que haga lo propio con el equipo de gobierno.  El asunto tiene su enjundia. Veamos.

A mi juicio ambas situaciones no son comparables, porque no tiene la misma trascendencia  qué concejales se “liberan” en la oposición con la situación, digamos que contractual,  del alcalde de Guadalajara.

Se han hecho muchas críticas al respecto sobre si el trabajo que Román desempeña por las mañanas en el Hospital supone el abandono de sus funciones como alcalde. Pero nada de lo que hemos conocido hasta ahora me permite certificar que eso sea cierto. Es verdad que la actividad representativa se ha trasladado a la jornada de tarde, pero esta no ha dejado de ser intensa a pesar de que  Román trabaje por las mañana en el Hospital. Una jornada de tarde que el alcalde prolonga hasta bien entrada la noche como si en lugar de ser democristiano fuera una fanático calvinista  en lo que supone un sacrificio personal importante. Que él se lo ha buscado, evidentemente.

No es verdad, por tanto, que Román tenga desatendida la Alcaldía, ni que la ciudad esté penando por ello. Es cierto que el vicealcalde tiene que estar más pendiente de los asuntos diarios, y especialmente los que suceden por las mañanas,pero tampoco la situación es muy diferente al papel que desempeñó Ricardo Calvo (q.e.p.d.)  en la época de Javier de Irízar, que con buen criterio jamás llegó a cerrar su despacho profesional –porque la política no es para toda la vida—o incluso compatibilizó la Alcaldía con cargos en el Congreso, el Senado o la presidencia de las Cortes regionales. Forma parte de un discurso populista el que une dedicación a un cargo público con la exclusividad, y posterga otros méritos como la capacidad o la eficacia. Siempre que esa actividad compatible con el ejercicio público se haga con transparencia.

No creo por tanto que Román se haya despreocupado del Ayuntamiento, y me consta que su dedicación a él es más larga que la mayoría de los ediles que tienen dedicación “exclusiva”, sin embargo sí me parece razonable que si Román era el póster y el cartel del Partido Popular estas cosas deben avisarse y explicarse durante la campaña electoral. Román tiene argumentos  de sobra para defender que quiera compatibilizar la política con su profesión de médico, y hay mucha gente que no solo lo critica sino que lo ve como como algo normal; y hasta saludable. ¿Por qué Román no puede trabajar en el Hospital  y en la Alcaldía, y sí lo puede hacer en la Alcaldía y en el Congreso o en el Senado, una práctica habitual en la política española?  ¿ O es que  la estajanovista jornada laboral de Román lo que pone en evidencia a otros que aun teniendo la exclusividad no aparecen por el Ayuntamiento por las tardes?

Ciertamente: no deja de ser chocante que en en un ayuntamiento que tiene 16 ediles liberados,  y en el que todo quisque cobra total o parcialmente del erario público –aunque sea en otras instituciones–, sea el Alcalde de la ciudad el único que no cobre un euro del presupuesto, más allá de las dietas por asistencia a plenos y juntas. Insisto: es chocante, incluso admito que la situación más razonable es que  la actitividad principal en Román fuera su Alcaldía, pero su ejemplo está haciendo que la ciudadanía se plantee: ¿No son demasiados 16 ediles cobrando del erario municipal,  más luego el personal eventual que dispone cada grupo (sólo el equipo de gobierno puede tener hasta 12 técnicos y administrativos más), y luego nos enteramos que hasta para hacer un plan de participación hay que encargárselo a una empresa privada?

El ejemplo de Román puede ser tóxico para los que han hecho de la política una profesión, como si fueran funcionarios, y que incluso pretenden cobrar como si lo fueran; ahí está la petición de Podemos en el parlamento regional. Pero la política debe entenderse solo como una situación temporal en la vida de una persona, que ha tenido la sana intención de dedicarla al servicio público. No creo que solo sea nostalgia mi recuerdo de  las primeras legislaturas democráticas, en que los grandes ayuntamientos estaban formados por cualificados representantes profesionales, líderes obreros y empresariales y de los movimientos asociativos, que en su gran mayoría no tenía una dedicación “exclusiva” para que los ayuntamientos funcionasen. Porque para eso están los funcionarios públicos.

Entonces no habría supuesto ningún escándalo que un alcalde fuera por las mañanas a trabajar al hospital. Más les habría irritado saber que 16 ediles de los 25 están cobrando de las arcas municipales, personal eventual aparte, y todavía a algunos  les parece poco.

En ese sentido, Román está dando un malisimo ejemplo. Como Eladio Freijo, el concejal franquicia de este ayuntamiento, y que solo cobra el 25% del sueldo del municipio, porque el 75% restante lo sigue percibiendo de su trabajo en la Diputación Provincial, en donde sí es funcionario. Esto es lo que hay:  ¡Mire que son ganas de poner en evidencia a la tropa, señor Freijo!

Coda:  Pablo Bellido será el candidato al Congreso del PSOE. Es lo justo después de la mala pasada que le jugó la Justicia al demorar más de la cuenta un pronunciamiento sobre una querella que luego fue archivada. Tras contar con el respaldo de García-Page, el Comité Provincial del PSOE así lo pidió formalmente el sábado. Y la actual diputada, Mari Luz Rodríguez la “breve”, está conforme porque le van a buscar un sitio entre las 6 primeras de la lista en Madrid, después de que Meritxel Batet e Irene Lozano, la hayan hecho un hueco. En el que podría tener sitio destacado Eduardo Madina, aunque Sánchez se está resistiendo. Y este que tras el 26-J. Viene el incierto 27.

 

 

 

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