Lo de Román, un mal “ejemplo”

“La ciudad está bien gobernada y atendida. Estoy al frente de la Alcaldía y lo seguiré estando. En todas las campañas electorales que he realizado siempre he dejado claro que no abandonaría la Medicina y creo que es perfectamente compatible la actividad profesional con la actividad política. La ciudad sigue gobernada de manera satisfactoria”.

El alcalde Antonio Román hacía esta declaración el viernes por la mañana  en un acto público momentos antes de celebrarse el pleno municipal  en el que se iba a votar la moción del PSOE en la que se le exigió la dedicación exclusiva a sus funciones de alcalde.  “Estoy al frente de la  Alcaldía y lo seguiré estando”. El aserto no era gratuito por cuanto en los días anteriores se había extendido la especie de que Román podría otra vez encabezar la lista al Congreso ante los malos resultados  obtenidos por el PP en Guadalajara el 20-D, y luego ya se vería si dejaba o no la Alcaldía a Jaime Carnicero. La presentación de la  moción de Daniel Jiménez no era ajena a toda esta rumorología, y en cualquier caso buscaba poner en aprieto a Román en un asunto en el que nuestro alcalde se mueve con incomodidad.  Román no ocultó sus reproches al portavoz de Ciudadanos, Alejadro Ruiz,  a quien  le llegó a recriminar que permitiera con su abstención la aprobación de una moción en la que se reclama la “exclusividad” del alcalde en contra de lo que ha venido defendiendo en los últimos días.  Un servidor nos descartaba que Ciudadanos se acabara subiendo al carro de Jiménez, pero me sorprendió que no se negociara una transaccional en la que se dejase claro que no se estaba prohibiendo que al alcalde pudiera ejercer la medicina, aunque de una manera residual, como había defendido tradicionalmente laa formación naranja.  Finalmente, Ciudadanos, tras ese ejercicio previo de funambulismo se quedó a mitad de camino con una abstención que en la práctica supone un voto afirmativo; y Jiménez se llevó el gato al agua al conseguir aprobar su moción sin que se le cambiase una coma. Y si algún día  volviera a traerse al pleno la solicitud de  compatibilidad para que el alcalde pudiera ejercer la medicina en una clínica privada de forma residual, ya sabemos cuál será el voto de la izquierda: lo rechazarán, como lo hicieron cuando el propio Ruiz y el vicealcalde Carnicero obtuvieron la compatibilidad para poder ejercer  su profesión de abogado a pesar de la “exclusividad” de la que ambos disfrutan en el Ayuntamiento.

Tenemos, por tanto, una  moción aprobada  en la que se reclama a Román que se dedique en “exclusiva” a la Alcaldía; y la respuesta inmediata del interesado: eso lo hará cuando él lo decida, porque de la misma manera que él no les dice a la oposición qué concejales debe liberar, tampoco acepta que sea la oposición la que haga lo propio con el equipo de gobierno.  El asunto tiene su enjundia. Veamos.

A mi juicio ambas situaciones no son comparables, porque no tiene la misma trascendencia  qué concejales se “liberan” en la oposición con la situación, digamos que contractual,  del alcalde de Guadalajara.

Se han hecho muchas críticas al respecto sobre si el trabajo que Román desempeña por las mañanas en el Hospital supone el abandono de sus funciones como alcalde. Pero nada de lo que hemos conocido hasta ahora me permite certificar que eso sea cierto. Es verdad que la actividad representativa se ha trasladado a la jornada de tarde, pero esta no ha dejado de ser intensa a pesar de que  Román trabaje por las mañana en el Hospital. Una jornada de tarde que el alcalde prolonga hasta bien entrada la noche como si en lugar de ser democristiano fuera una fanático calvinista  en lo que supone un sacrificio personal importante. Que él se lo ha buscado, evidentemente.

No es verdad, por tanto, que Román tenga desatendida la Alcaldía, ni que la ciudad esté penando por ello. Es cierto que el vicealcalde tiene que estar más pendiente de los asuntos diarios, y especialmente los que suceden por las mañanas,pero tampoco la situación es muy diferente al papel que desempeñó Ricardo Calvo (q.e.p.d.)  en la época de Javier de Irízar, que con buen criterio jamás llegó a cerrar su despacho profesional –porque la política no es para toda la vida—o incluso compatibilizó la Alcaldía con cargos en el Congreso, el Senado o la presidencia de las Cortes regionales. Forma parte de un discurso populista el que une dedicación a un cargo público con la exclusividad, y posterga otros méritos como la capacidad o la eficacia. Siempre que esa actividad compatible con el ejercicio público se haga con transparencia.

No creo por tanto que Román se haya despreocupado del Ayuntamiento, y me consta que su dedicación a él es más larga que la mayoría de los ediles que tienen dedicación “exclusiva”, sin embargo sí me parece razonable que si Román era el póster y el cartel del Partido Popular estas cosas deben avisarse y explicarse durante la campaña electoral. Román tiene argumentos  de sobra para defender que quiera compatibilizar la política con su profesión de médico, y hay mucha gente que no solo lo critica sino que lo ve como como algo normal; y hasta saludable. ¿Por qué Román no puede trabajar en el Hospital  y en la Alcaldía, y sí lo puede hacer en la Alcaldía y en el Congreso o en el Senado, una práctica habitual en la política española?  ¿ O es que  la estajanovista jornada laboral de Román lo que pone en evidencia a otros que aun teniendo la exclusividad no aparecen por el Ayuntamiento por las tardes?

Ciertamente: no deja de ser chocante que en en un ayuntamiento que tiene 16 ediles liberados,  y en el que todo quisque cobra total o parcialmente del erario público –aunque sea en otras instituciones–, sea el Alcalde de la ciudad el único que no cobre un euro del presupuesto, más allá de las dietas por asistencia a plenos y juntas. Insisto: es chocante, incluso admito que la situación más razonable es que  la actitividad principal en Román fuera su Alcaldía, pero su ejemplo está haciendo que la ciudadanía se plantee: ¿No son demasiados 16 ediles cobrando del erario municipal,  más luego el personal eventual que dispone cada grupo (sólo el equipo de gobierno puede tener hasta 12 técnicos y administrativos más), y luego nos enteramos que hasta para hacer un plan de participación hay que encargárselo a una empresa privada?

El ejemplo de Román puede ser tóxico para los que han hecho de la política una profesión, como si fueran funcionarios, y que incluso pretenden cobrar como si lo fueran; ahí está la petición de Podemos en el parlamento regional. Pero la política debe entenderse solo como una situación temporal en la vida de una persona, que ha tenido la sana intención de dedicarla al servicio público. No creo que solo sea nostalgia mi recuerdo de  las primeras legislaturas democráticas, en que los grandes ayuntamientos estaban formados por cualificados representantes profesionales, líderes obreros y empresariales y de los movimientos asociativos, que en su gran mayoría no tenía una dedicación “exclusiva” para que los ayuntamientos funcionasen. Porque para eso están los funcionarios públicos.

Entonces no habría supuesto ningún escándalo que un alcalde fuera por las mañanas a trabajar al hospital. Más les habría irritado saber que 16 ediles de los 25 están cobrando de las arcas municipales, personal eventual aparte, y todavía a algunos  les parece poco.

En ese sentido, Román está dando un malisimo ejemplo. Como Eladio Freijo, el concejal franquicia de este ayuntamiento, y que solo cobra el 25% del sueldo del municipio, porque el 75% restante lo sigue percibiendo de su trabajo en la Diputación Provincial, en donde sí es funcionario. Esto es lo que hay:  ¡Mire que son ganas de poner en evidencia a la tropa, señor Freijo!

Coda:  Pablo Bellido será el candidato al Congreso del PSOE. Es lo justo después de la mala pasada que le jugó la Justicia al demorar más de la cuenta un pronunciamiento sobre una querella que luego fue archivada. Tras contar con el respaldo de García-Page, el Comité Provincial del PSOE así lo pidió formalmente el sábado. Y la actual diputada, Mari Luz Rodríguez la “breve”, está conforme porque le van a buscar un sitio entre las 6 primeras de la lista en Madrid, después de que Meritxel Batet e Irene Lozano, la hayan hecho un hueco. En el que podría tener sitio destacado Eduardo Madina, aunque Sánchez se está resistiendo. Y este que tras el 26-J. Viene el incierto 27.

 

 

 

Ir a la barra de herramientas