Dos pilares de la cultura de Guadalajara

Ha querido la vida, siempre tan caprichosa, que dos de los pesos pesados de la cultura de Guadalajara del último cuarto de siglo hayan pasado a una merecida jubilación, como funcionarios públicos, aunque espero y deseo que en su condición de intelectuales su fuente no se haya apagado. Me estoy refiriendo a Pedro José Pradillo y Esteban y a Plácido Ballestero San José, dos hombres de la cultura por los que siento sincera veneración por sus méritos contraídos con esta tierra, que también es la mía, aunque pase por periodos de desapego.

Pedro J. Pradillo con uno de sus libros sobre Guadalajara. Archivo GUDiario.

Pedro J. ha sido hasta hace una semana el Técnico de Patrimonio del Ayuntamiento de Guadalajara, un cargo al que accedió después de una fructífera colaboración conmigo en el viejo Decano en asuntos de historia y patrimonio, que tuvieron una gran repercusión en la ciudad, como pocas veces se ha visto. A su pluma se deben varios coleccionables, portfolios y libros que vertieron luz sobre la historia y el patrimonio de la ciudad y su provincia, y que además de ayudarnos a conocerla mejor, para así poder quererla (solo se quiere en verdad a lo que se conoce; y el problema de Guadalajara es que es una gran desconocida para muchos de los que la supuestamente la representan). Hasta entonces sabíamos que Pedro J. tenía un currículum envidiable como investigador, doctor en Historia por la UAH, pionero en el estudio de la fotografía histórica de Guadalajara, y especialista en arte, arquitectura y urbanismo, pero además comprobamos que era un excepcional divulgador, por su amenidad y facilidad de palabra. Comprometido e insobornable con lo que creía justo. A buen seguro que desde su puesto oficial, funcionarial y no ejecutivo, contribuyó a que la destrucción de la huella histórica en Guadalajara fuera menor, aunque también comprobó las limitaciones de la administración pública a la hora de poder plasmar proyectos, como pudo ser el Museo de la Ciudad (pendiente), la recuperación de la vieja Hispano Suiza (ya sin apenas rastro) o la continuidad de la     rehabilitación del Fuerte de San Francisco, atravesada por las querellas políticas. Pero también se puede anotar éxitos como el de la creación del Museo Francisco Sobrino en el inmueble del antiguo Matadero Municipal, un artista arriacense internacional al que Pradillo defendió y proyecto sobre su ciudad, que apenas sabía nada de él, y que ahora es un referente de modernidad en una Guadalajara que tuvo su siglo de oro en el renacimiento (la Atenas alcarreña la llegaron a nombrar) y ahora apenas ofrece solares vacíos y una decena de monumentos que han sobrevivido a una planificada destrucción. Peleó con fuerza para evitar que el Alcázar Real fuera otra pura ruina, aunque lamentablemente no tengamos un proyecto de futuro diseñado. Desde el Ayuntamiento, Pradillo fue el impulsor, y comisario, de numerosas exposiciones, catálogos y trabajos, que han permitido conocer mejor la historia de la ciudad a los que acaban de llegar a ella y se creen que somos un barrio sin personalidad en el área metropolitana de Madrid o en el córner de una autonomía lejana. Además de todos esos méritos, que otrora le habría abierto paso en la Guadalajara del Gran Duque del Infantado o del Cardenal Mendoza, Pedro J. es además un reconocido artista de vanguardia, que ha recibido numerosos premios y distinciones, con decenas de exposiciones en su haber. Un pilar de la cultura, de verdad.

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Plácido Ballesteros con su libro sobre Alvar Fáñez, que ha renovado y realzado la imagen del gran guerrero castellano. Archivo GUDiario.

Unas semanas antes de que Pedro J. pasara a engrosar (oficialmente) las clases pasivas, se ha jubilado en la Diputación Provincial, Plácido Ballesteros San José, en su puesto de Jefe de la Sección de Archivos, Biblioteca de Investigadores y Fototeca. Plácido es otro de esos personajes con un profundo bagaje intelectual, que lo sabe todo sobre el pasado de nuestra provincia, doctor en Historia Medieval y profesor asociado del área Medieval de la Universidad Alcalá, una base necesaria que le ha servido para abordar desde la ciencia y el rigor los proyectos que lideró desde la Diputación Provincial. Me estoy refiriendo a los planes para el rescate y la organización de los archivos municipales o al Centro de la Fotografía y la Imagen Histórica  de Guadalajara (CFIHGU),  y que desde hace años es la mejor memoria histórica que tiene esta provincia y la principal fuente para los  nuevos investigadores. Cuando alguna vez he tenido que debatir con algún desinformado sobre la utilidad de las diputaciones provinciales para los pueblos de la provincia, siempre he puesto como ejemplo ese Archivo Histórico que impulsó Plácido Ballesteros y que es imprescindible para constatar la singularidad e historia de esta vieja provincia castellana, diseñada en el régimen liberal de la Constitución de Cádiz,  pero que tuvo mucho antes una gran importancia en la formación de España como reino (se llegó a barajar como capital de España antes de la designación de Madrid), tanta o más que las singularidades que algunos aprovechados esgrimen, ahora, para hacer valer sus escaños de oro.

Se puede decir que Plácido Ballesteros ha estado detrás, en las dos últimas décadas, de todos los proyectos culturales impulsados por nuestra Diputación a lo largo de la provincia, y con su trabajo ha justificado la permanencia de una institución como esta y que no podría ser reemplazada por ninguna otra. A Plácido se debe también con José Ramón López de los Mozos, otro grande, la antigua revista Wad-al-hayara, que tanto echo de menos, los encuentros de historiadores del Valle del Henares (nuestra región natural) y decenas de artículos y libros sobre la provincia; por citar, solo el último sobre la figura de Alvar Fáñez, que estuvo en la gestación de otro gran libro de Chani Pérez Henares, La tierra de Alvar Fáñez, y que nos renueva y realza la figura del gran guerrero castellano, reconquistador de Guadalajara y actor principal en el avance de la Reconquista.     

Pues esto es lo que hay. Siempre he creído que nadie es insustituible, pero también que algunos personajes lo son más que otros. Y tanto Pedro J. como Plácido pertenecen a ese círculo de los elegidos que en el Ayuntamiento y la Diputación se les echarán de menos. Consuela que todavía tienen mucho que ofrecer a nuestra Guadalajara, por lo que les deseo larga vida y salud.            

Más de 40 minutos para coger un autobús

Si hay algo que debería preocupar a nuestras autoridades y al paisanaje político en general son las comunicaciones con Madrid, de cuya área metropolitana formamos parte. Son millares de personas las que viajan diariamente entre Guadalajara y Madrid, o viceversa, ya sea por razón de estudios o de trabajo. Un colectivo que en los últimos meses está maltratado por el transporte público, aunque su atrabiliario ministro Puente está enredado con lo de Ábalos, Koldo, Aldama y compañía, y los asuntos estrictos de su cartera no aparenta que le preocupen mucho. Pero la realidad está ahí: las incidencias en Cercanías están volviendo majaras a sus usuarios, con retrasos al trabajo y a las aulas cada vez más difíciles de justificar, lo que ha llevado a que centenares de ellos hayan cambiado el tren por el autobús, provocando a su vez la saturación del servicio habitual de Alsa.

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Usuarios del autobús Guadalajara-Madrid en las colas interminables que sufren todos los días./GUDiario.

Según los afectados,  desde que empezó el curso escolar, en septiembre, las esperas habituales de 10 minutos que había para coger un autobús el año pasado, se han transformado en 40 minutos. Un largo tiempo de espera que se repite día tras día sin que nadie ponga soluciones. Ni la empresa concesionaria del servicio, desbordada por la avalancha de viajeros, ni la autoridad responsable, empezando por el Ministerio, al tratarse de una línea Interregional, por no hablar ya del Ayuntamiento de Guadalajara o la Comunidad Autónoma, que tiene entre los usuarios a vecinos y electores. La empresa ni tan siquiera se ha molestado en dar una explicación cuando la autora del reportaje, Nuria Fernández, se la pidió para este digital. Y esto es lo que hay. Unos insolventes.  

NO ES MORADO TODO LO QUE RELUCE.- Agricultores de la zona de Brihuega y otros lugares de España, han comenzado a arrancar plantaciones de lavanda por falta de rentabilidad económica. Así lo denuncian agricultores desde Paisajes de Lavanda, hartos de hacer el primo con este negocio y advierten que la única solución que ven es sustituir la lavanda por cultivos tradicionales.

Como bien sabemos, los campos de lavanda de la Alcarria se han convertido en el principal atractivo de la comarca y solo hay que darse una vuelta por las calles de Brihuega allá por el mes de julio y ver cómo turistas de España y el extranjero hacen gasto en la villa después de haberse retratado vestidos de blanco sobre un fondo rabiosamente morado. Pero esto tiene un problema: esos cultivos que son como el telón de una película de Visconti en la Toscana cada vez son menos rentables para los agricultores y denuncian que esa falta de rentabilidad podría provocar hasta el arranque del 90% de las más de 3.000 hectáreas en la provincia de Guadalajara. Los agricultores sienten que sus campos se han convertido en un jardín para los turistas que generan beneficios para otros sectores, pero ellos no reciben nada a cambio.

Si tenemos en cuenta que Guadalajara es el principal productor de lavanda de España y que el turismo entorno a sus campos durante la floración de la Lavándula se ha convertido en un reclamo de gran valor añadido, parece recomendable que todas las partes hagan un ejercicio de diálogo y ver qué fórmulas pueden habilitarse para que los que ponen el decorado para las fotos reciban una parte del pastel. No sé si la CEOE, la APAG, el Ayuntamiento de Brihuega o las consejerías de Agricultura y Turismo podrían ejercer ese papel mediador, pero sí parece que la queja de los agricultores tiene fundamento; y es mejor actuar antes de que sea demasiado tarde y para que, parafraseando al Nobel Cela en su 35 aniversario, la Alcarria siga siendo un país al que la gente le da la gana de ir. Como bien saben los lectores de su famoso viaje, la sentencia de CJC decía todo lo contrario, pero eso fue cuando nuestros campos eran pardos y no se habían atrevido con las delicadezas provenzales de los campos de lavanda.  

Tomey en la liga de los hombres extraordinarios

No hace mucho tiempo que una televisión hizo una serie que tituló “La liga de los hombres extraordinarios”, para definir a aquellos presidentes de clubes de fuerte personalidad y que marcaron una época en el fútbol español por sus abruptas maneras, lejos del convencionalismo habitual. En ese saco metieron a personajes como Caneda, que llevó al Compostela a Primera División, a Jesús Gil de Paolo Futre o al Deportivo La Coruña de César Augusto Lendoiro, doble campeón de Liga y de Copa. Si hubiera una clasificación alcarreña de hombres extraordinarios en ella habría que meter a Francisco Tomey Gómez, que nos ha dejado estos días en silencio, él que pasó por la vida como un torbellino y que siempre se hacía notar.

Creo que fui de los primeros en cambiar la opinión sobre Paco Tomey, un tipo que ganaba mucho en las distancias cortas y las perdía cuando hablaba detrás de un atril. Me lo presentó en el Jovi José Luis Malfeito, concejal y la cara más visible de la Alianza Popular local, que estaba huérfana de liderazgo después de la retirada de la política del abogado Felipe Solano, el hombre de Fraga en Guadalajara de toda la vida. Ya Malfeito me advirtió que Tomey sería el futuro presidente provincial y no me gustó, porque pensé: “Ya está otra vez la derecha con piloto automático desde Madrid”, en lugar de propiciar un liderazgo local, aunque bien es cierto que Fraga lo intentó primero con José María Bris, como cuenta él mismo en este periódico.

Retrato de Francisco Tomey de César Gil Senovilla, que está en la Galería de Presidentes de la Diputación

Muy pronto la gestión de Tomey nos acabó ganando a casi todos, hasta el punto de que yo no he conocido una presidencia con tanta autonomía política para representar a Guadalajara, con mayor trascendencia en el medio rural -pueden leer también el revelador artículo de Jesús Orea al respecto-, con proyectos de la envergadura del Complejo San José  Príncipe Felipe (Polideportivo, Conservatorio de Música, Residencia de Estudiantes , Escuela de Idiomas, Biblioteca de Investigadores, UNED… ) y que buscó la proyección nacional  de la cultura provincial, redescubriendo los premios “Provincia de Guadalajara”, que un año tuvieron a dos premios Nobel (Severo Ochoa y Camilo José Cela) presidiendo la entrega de galardones. Por ello, Tomey fue uno de esos hombres extraordinarios que van más allá de lo que esperamos y que dejaron una impronta en las instituciones que la historia les ha acabado por reconocer. Contando solo etapas democráticas, los conservadores no han tenido un líder más sólido en Guadalajara desde el Conde de Romanones.

Tomey no era un hombre de floridos discursos y varios colaboradores en su entorno tenían un mayor bagaje académico que él, pero ninguno de ellos disponía de su talento político; porque eso no se aprende, es innato y se tiene o no se tiene. Por tenerlo acertó de lleno en su hoja de ruta para hacer del PP el primer partido de la provincia y dotarlo de una autonomía frente a Toledo y Madrid, que luego siguió Antonio Román. Cuando Tomey llega a Guadalajara, AP es una mera sucursal con tanta autonomía como el Ordinario López que iba a Madrid todos los días con su camión y lo experimentó cuando Fraga le  coloca en las elecciones de 1982 a su veterano amigo Manuel Cantarero del Castillo como número 1. Seguí el recuento cerca de Tomey, que era el número 2, desde el nuevo edificio departamental de la Plaza de Beladíez, y presencié como se desesperaba al no salir elegido diputado, porque por primera vez desde la Transición el PSOE de Felipe González fue el partido más votado, sacando dos diputados: el paracaidista Carlos de Luxán y Javier López. Esa noche Tomey entendió que si quería  que AP recogiese el liderazgo de UCD en la política provincial (porque entre AP y UCD todavía sacaron  más votos que el PSOE), primero tenía que hacer un partido de verdad (AP tenía entonces 18 afiliados de pago) y lo debía hacer integrando a UCD, que en sus últimas elecciones todavía consiguió 242 alcaldes y 1.298 concejales en la provincia. Esa derrota en las Generales de 1982 solo podía aliviarse anticipando en Guadalajara la unión del centro-derecha, porque en esta circunscripción quedaron más de 8.000 votos residuales de UCD y que a la postre iban a ser decisivos en las elecciones siguientes. Como así fue; en las locales de 1983, Tomey había facturado con éxito la operación Bris,  el que fuera secretario provincial de UCD, una figura imprescindible para recoger el legado centrista del partido de Adolfo Suárez, aunque fuera con quebranto personal al tenerse que separar de Luis de Grandes, que hasta cuatro años más tarde no se integra en el ya Partido Popular, después del Congreso fundacional de Sevilla en que la vieja AP de Fraga pasa a la familia democristiana del PP Europeo. Por entonces, Tomey ya se había asentado como presidente de la Diputación, con Bris en la vicepresidencia, liderando un partido refundado que en las siguientes elecciones barrió en la provincia y arrebató al PSOE su condición de primer partido. Fueron legislatura triunfales en las que el PP superaba el 50 % de los votos en unas Generales y ganaba con claridad la Diputación y la Alcaldía de Guadalajara, en la que acabó recalando Bris. La aureola de Tomey creció tanto que era también el vicepresidente regional del PP y no llegó a ser candidato a la Junta, porque no era un político de Albacete, Toledo o Ciudad Real, que son las canteras presidenciales tanto del PSOE como del PP. El éxito de Tomey pudo ser también su tumba política, porque sus adversarios le instrumentaron una demanda judicial con tan poca base que fue archivada por la Audiencia Nacional, aunque les valió para salir medio centenar de veces en El País y la revista Tribuna (allí inevitablemente fotografiado de señor feudal, porque tenía la mala costumbre de disfrazarse de Arcipreste en el Festival de Hita, que sostenía la Diputación) . Y como suele ocurrir, del lío se aprovecharon sus adversarios dentro del partido (aunque para Churchill y el Conde de Romanones son los enemigos, porque los adversarios se sientan en la bancada de enfrente) para convencer a Tomey de que su ciclo político había terminado.

Así que don Francisco, aquel señor con aspecto de gobernador mejicano, con orígenes en Villel de Mesa (donde, por cierto,  casi siempre ganaba el PSOE), después de 16 años de fructífero mandato en la Diputación y ser el pegamento del centro-derecha en Guadalajara para crear un nuevo Partido Popular, se marchó a su casa sin montar ningún escándalo, tan silencioso como llegó a Guadalajara en 1982 de la mano de Manuel Fraga. Descanse en paz y sirvan también estas líneas para enviar mi pésame a su esposa Mari Tere y a sus hijas por no haber podido hacerlo personalmente al encontrarme lejos de Guadalajara.          

El agotamiento de una Europa democrática

Esta semana se celebra en Guadalajara la 110 Jornada Mundial del Migrante y Refugiado, según nos recuerda Braulio Carlés, el vicario de Pastoral Social de Cáritas Sigüenza-Guadalajara y máximo responsable en Castilla-La Mancha de Accem, seguramente la ONG que con más dedicación y eficacia trabaja en la recepción e integración del migrante en nuestra comunidad y provincia. La semana tiene por objetivo sensibilizar a la población sobre el fenómeno migratorio, para que sea aceptado de forma natural y sin prejuicios. Una tarea especialmente necesaria en Guadalajara, que será una de las provincias de toda España que más crecerá  en los próximos 15 años, y no porque se espere un espectacular aumento de la natalidad entre los que ahora vivimos en ella, sino porque está entre las que más expectativas tiene de poder ofrecer una ocupación a los migrantes, por su alto potencial en el sector logístico, especialmente, sin olvidarnos de la hostelería y los servicios en el medio rural, amenazados por la despoblación. Según datos oficiales, Guadalajara ganará un 21,7 % de población en los próximos 15 años (2024-2039), último año en que alcanzaremos los 341.225 habitantes, 61.000 más que en la actualidad.  Por lo tanto, si hay una provincia que se la juega en España y que tiene necesidad de acertar con las políticas de integración hacia el migrante es Guadalajara. Pocas bromas a este respecto.

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Braulio Carlés en la presentación de las jornadas.

Braulio Carles recordaba que España va a necesitar 24 millones de personas trabajando en las próximas tres décadas y que a día de hoy son muchos los oficios que no se cubren por falta de mano de obra. El problema es cómo conciliar esa necesidad objetiva con la recepción de migrantes no regularizados, y que las costuras de la sociedad no se rompan. En ese sentido, tanto en España como en la Unión Europea en general,  estamos fracasando en la gestión de esa migración irregular, porque después de poner los pies en Europa -los que no mueren en el mar- no estamos teniendo capacidad para su asimilación, porque o bien les faltan papeles o carecen de la mínima formación, con lo que esos oficios a los que se refería el vicario tampoco se cubren. Un escenario que no se lo puede permitir el declinante estado de bienestar europeo, ni los propios migrantes a los que se condena a la economía sumergida en trabajos en negro que no reportan ingresos a la Seguridad Social para contribuir a su sostenimiento.

Decía también Braulio Carlés que le preocupaba el mensaje populista de ciertos responsables públicos y que trata de identificar al inmigrante con el delincuente, subrayando que eso no es cierto y que hay que desterrar ese y otros prejuicios. Estoy de acuerdo con el vicario, pero ello no nos debe impedir analizar con objetividad la realidad más allá de simplezas y populismos baratos. Porque tan demagógico es hacer creer a la gente que el problema se soluciona con poner las vallas más altas y deportar masivamente a los migrantes (¿adónde?); como estúpido es pretender que esto se soluciona abriendo las fronteras y que venga todo el que quiera, porque la capacidad de absorción de nuestro mercado laboral no es infinita y pronto se vendría abajo el estado del bienestar que tanto nos ha costado levantar en Europa tras la II Guerra Mundial. Y con él, no lo duden, la propia democracia, porque esa decadencia europea se vincularía a la inmigración como se vinculó sibilinamente por los nazis la hiperinflación con los judíos en la República de Weimar en los años treinta. Con los resultados por todos conocidos: Hitler llegó a la cancillería por la vía democrática, aunque en poco tiempo liquidó el Estado de Derecho que le permitió su acceso al poder.

 El gran problema que los partidos democráticos de gobierno se resisten a ver es que cada vez más gente cree que desde un régimen autocrático y cerrado  se gestiona mejor desafíos como la inmigración o los efectos de la globalización; y ponen como ejemplo a la Rusia de Putin y sobre todo a la China de Xi Jinping. Así, hay que estar ciego para no darse cuenta de que la reciente victoria de la ultraderecha alemana (AfD) en dos estados federados tiene su origen en que cada vez más electores piensan que el gobierno del socialdemócrata Scholz ha fracasado en la gestión de la inmigración. ¿Y cómo ha reaccionado el canciller? Poniendo unos controles fronterizos aleatorios al margen del espacio Shengen, lo que es una simpleza mayúscula. Así no va a lograr Scholz frenar a la ultraderecha en las elecciones federales del año que viene, donde la AfD nos puede dar un buen susto a toda Europa, que podría deshacerse como un azucarillo sin un liderazgo alemán europeísta.            

España no es ajena a esa corriente autoritaria que se extiende por el continente y por ello la inmigración es hoy percibida como el principal problema de los españoles, según el CIS de Tezanos, que en esto no tiene por qué mentir. ¿Y qué está haciendo el Gobierno; buscar un pacto de Estado con el otro gran partido democrático? Todo lo contrario: presenta a Feijóo como un ultra de la Afd y mete al problema de la inmigración en su agenda partidista, el puñetero muro, como si fuera la financiación singular de Cataluña o cualquier otro enjuague con sus desleales socios separatistas, que coinciden con el populismo de extrema derecha en una idea: la supresión de las políticas de cohesión en los estados y la UE a costa de supeditarlo a sus políticas identitarias e imponer los privilegios fiscales, a los que ahora llaman criterios de ordinalidad, para así disfrazar su insolidaridad.

Mientras que el asunto de la inmigración no se gestione con más acierto y forme parte de un amplio consenso entre las fuerzas democráticas mayoritarias que construyeron Europa y su estado del Bienestar (socialdemócratas, liberales y democristianos) no podremos frenar al populismo que hoy avanza por el viejo continente, como en los años treinta no pudimos detener a los fascismos que acabaron llevándonos a la guerra ante el buenismo de los Chamberlain de turno. Vuelvo a recordar la acertada reflexión de Braulio Carlés cuando reclama para la inmigración “políticas acogedoras y flexibles, con un modelo justo e inteligente que se construya desde la dignidad”. No voy a pedirle más precisiones a Carlés, ni preguntarle cómo se instrumenta eso, porque las hojas de ruta las deben trazar nuestros representantes políticos. Pero de lo que estoy convencido es de que sin un consenso europeo y nacional sobre cómo gestionar en casa y en origen la inmigración -que ahora es ilegal-, será imposible promover y financiar esas políticas acogedoras y flexibles que reclama. Y aun de lograrse, se toparía con un sinfín de dificultades. Lo que es seguro es que cada vez estamos más cerca de que el populismo, que ofrece soluciones simples para problemas complejos, acabe ganando unas elecciones en Alemania o Francia, los motores de la UE, que griparían el sistema en su conjunto y volveríamos a la Europa anterior a la II Guerra Mundial, con todo el riesgo que ello implica.

Esto es lo que hay. El mayor reto para una Europa democrática y social es, hoy, la gestión de la inmigración, pero sucede que los forjadores de ese gran invento que se llama Unión Europea cada vez están más desorientados y sin capacidad de respuesta ante esos cayucos que todos los días desembarcan en nuestros comedores a la hora del telediario.  Y mucha gente apremia a que algo habrá que hacer.       

UN GRAN DEPORTIVO.- Digo yo que el Deportivo Guadalajara jugó probablemente el domingo el mejor partido desde que está en Segunda RFEF. Me gustó mucho el equipo entrenado por Pere Martí ante un Talavera que había ganado todos sus partidos y confío sea una muestra real de sus aspiraciones a final de temporada. Una buena noticia para el nuevo equipo directivo y técnico del club y que contrasta con los sustos de todo tipo de temporadas anteriores. Suerte para lo que queda y si lograran recuperar el escudo original del club, el de Alvar Fáñez de Minaya entrando en la ciudad en la noche de San Juan de 1085, la felicidad de los más veteranos sería completa.

Buen tiempo, buenas Ferias, pero…

No llovió ni un solo día durante la Semana Grande. Es verdad que por las noches refrescaba… ¡pero para eso estamos en septiembre! Y se cumplió el axioma conocido: buen tiempo, buenas Ferias. Desde el jueves, las calles y plazas del casco de Guadalajara, desde el Jardinillo hasta Adoratrices eran un hervidero humano. Y la apariencia es que esta semana ha sido rentable para la hostelería y puestos que se prodigaban por paseos y jardines.

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Las Ferias nos dejaron multitud de actos multitudinarios que aprovecharon carteristas y descuideros para hacer su agosto./ Foto: E. Bonilla.

Este modelo, que lleva tres años (1 con el PSOE y 2 con el PP), de concentrar toda la actividad en esa almendra del casco histórico, resignando a la nada el espacio Ferial junto al centro comercial, aparentemente funciona y va a ser difícil que se toque. Porque gusta a las peñas, que son el poder fáctico de la fiesta, y provoca menos rechazo de lo que cabría imaginarse en un principio cuando lo ensayó Sara Simón, la ex edil de festejos socialista. Por ello, no creo que en estos tiempos políticos donde prima el populismo y el cortoplacismo (soluciones simples y que no quiten votos, aunque tampoco se ganen tantos), alguna Corporación se decida a apostar por llevar todo a un recinto Ferial de verdad, que en Guadalajara supondría la ampliación de los terrenos junto al Ferial Plaza. Es una medida estructural que algún día se tomará, pero por el gasto que lleva y la gestión urbanística que se requiere, va a ser difícil que yo la vea. Mientras tanto, nos resignaremos a mantener una Feria que es menos sostenible que cualquiera que yo recuerde (y he estado en todas en el último medio siglo), porque invade parques, jardines, pistas de atletismo, calles…; y la mayoría de las casetas y atracciones requieren de un generador de energía de petróleo, porque carecen de instalación eléctrica permanente. Además, el próximo año el Ayuntamiento deberá lidiar con un problema más, si comienza la construcción la empresa que ha comprado la parcela frente a la piscina Sonia Reyes y en donde están algunas de las atracciones más voluminosas de la Feria. Este sector de los feriantes, en crisis desde la pandemia, parece ser el que menos ha prosperado desde que se descartó el Ferial promovido por Bris, pero al menos ha sido compensado con menos tasas municipales; o ninguna.

La peña Búfalo’s cumplió 50 años de su fundación. Las Peñas tomaron las calles con más de 8.000 jóvenes deseosos de pasárselo bien./Foto: E. Bonilla.

Dicho esto, los que hace 50 años estuvimos muy activos en la implantación del movimiento peñista en Guadalajara (un saludo a la peña Bufalo’s en su 50 aniversario, de la que participé en su primera junta directiva), nos alegramos del impulso que ha tenido. El desfile de peñas de este año fue el más numeroso de su historia y saber que hay peñas que han llegado a casi un millar de socios te pone los pelos de punta, porque son números a los que no llegan la mayoría de los pueblos de esta provincia. Un dato para la reflexión.

Otro sector que no está en crisis es la tauromaquia en general. Los encierros van a más, porque están muy bien organizados, hay afición y cada vez vienen más y mejores corredores de fuera. Ha sido noticia que hay intención de modificar su recorrido para que pasen por la Calle Mayor o al menos por la travesía de Santo Domingo (un tramo que se corrió en la primera época de los encierros) para lo que habría que montar unos corrales bajo la cubierta exterior del Mercado de Abastos, que además serviría para que los toros de las corridas se pudieran exponer al público, como en el campo del Gas en Pamplona o El Batán en Madrid. La música suena bien, pero retrasar el horario de los encierros al mediodía, para que la hostelería se aproveche de su sinergia hasta el vermut, no me convence. Porque ya sabemos qué ocurre cuando aumenta la presión de corredores, como nos demostró ese encierro nocturno de 1991, que nos trajo el mayor número de heridos de su historia: 20 atendidos. Cuando una cosa va bien, hay que ser especialmente prudente.

Subrayar también la recuperación de las corridas de toros en nuestro país y el sur de Francia, a pesar del ministro Urtasun. No hay como atacar a un sector en concreto para ponerlo de moda en este país. Nos va la contracultura.  Las dos primeras corridas, con dos carteles potentes, arrojaron un casi lleno y dos tercios de entrada, respectivamente; que bajó a poco más de media en el tercero festejo, que otra vez tuvo a El Fandi como cabeza de cartel; para que la empresa tome nota después de haberse dejado fuera a Daniel Luque, Borja Jiménez, Fernando Adrián, Emilio de Justo y la temporada de despedida de Enrique Ponce. La corrida de rejones, de segundo nivel, incomprable en un abono de cuatro festejos. Item más. Después de las broncas que se llevó el presidente el año pasado por salvar la dignidad de la plaza en la concesión de trofeos, este año decidió hacer caso al público y concederle todo lo que le pidieron, con razón o sin ella, porque no va a ser la única persona que no cobra en este festejo la que tenga que recibir la desaprobación del público por no desorejar a cualquiera que pase por ahí. Ya se sabe que para el público de ferias, a diferencia del aficionado en las plazas de temporada, si los toreros no salen por la puerta grande creen que han sido estafados. Así que los estoicos quedan para la Grecia de Pericles.

Si bien, y a falta de que se dé a conocer el parte con las incidencias de Ferias, no han trascendido  agresiones y altercados relevantes, de lo que nos alegramos y felicitamos al dispositivo de seguridad, pero recogiendo también el malestar de las decenas de personas a las que robaron el móvil y la cartera por bandas especializadas que se dan cita en las grandes concentraciones de público. En Guadalajara parece que hicieron su agosto en septiembre.

P.D. Uno de los heridos en el último encierro de Guadalajara fue trasladado, por la gravedad de sus heridas, desde el hospital de Guadalajara hasta el de Toledo. Yo no dudo de la competencia del nuevo Hospital de Toledo, pero sigo sin entender que teniendo Madrid a 54 kilómetros y con los mejores hospitales de España, haya que enviar al paciente hasta Toledo, a 129 kilómetros. La mejor forma de cohesionar el territorio de España, que algunos se empeñan en romper o complicar, sería arreglar estas cosas. Pero si la solución, después de la financiación privilegiada de Cataluña es extender el modelo del cupo al resto de las autonomías, como sugiere la ministra de Hacienda, y que cada cual se apañe con lo que recaude, si las 17 autonomías tuviéramos cupo, España sería un estado fallido. Se lo he oído a Juanma Moreno y sería una consecuencia intrínseca de ese estado confederal que los aliados de Sánchez nos quieren colar por la puerta de atrás, y que no está en la Constitución, aunque no sé si Pumpido se enterará. Pues esto es lo que hay; y aprovecho también para recordar una reflexión de Page en su entrevista con El Mundo este fin de semana: “Las excepciones al principio de igualdad solo pueden establecerse en la Constitución. Ni siquiera el legislador las puede hacer, salvo en un proceso constituyente”. O esto otro: “La riqueza de Castilla-La Mancha es de los castellano-manchegos y de los catalanes y de los andaluces, y al revés. Y la riqueza de Cataluña lo es del conjunto”.

Pues a aplicarlo, señoras y señores, en el día a día.

No hay debate sobre lo que no se conoce

Díganme si no es para comer cerillas. Todo el foco del Comité Federal -¿o debería llamarse ya Confederal, por el PSC?-  del PSOE, celebrado este sábado, estaba puesto en el acuerdo al que llegaron el PSOE y ERC para investir a Salvador Illa presidente de la Generalitat con un programa claramente nacionalista (ver el asunto de la política lingüística en la que el PSOE asume el  discurso de ERC, que pasa por anular el bilingüismo y expulsar al castellano de la administración y las aulas catalanas).

Pues bien, después de no sé cuantas horas de reunión, el secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, ocultó al órgano máximo entre congresos del partido, qué demonios se ha firmado con los separatistas y a qué se compromete el PSOE y el Gobierno de España. Bien que se lo habían pedido barones como Emiliano García-Page [«Yo todavía no he visto un documento firmado, y  si me lo dan, como creo que sé leer con 56 años, a mí no me hace falta que me estén dando explicaciones terminológicas de que si esto es esto…”] Al final no hubo publicidad sobre tal documento, del que solo conocemos parte de la música (y me suena inconstitucional) que nos ha tocado el orfeón de Marta Rovira, con lo que el debate sobre la financiación singular (privilegiada) de Cataluña es sencillamente estúpido. No se puede debatir sobre rumores. Pero los estrategas de Sánchez tienen muy clara una cosa: al no haber publicado el acuerdo, sus dos firmantes, PSOE y ERC, pueden decir sobre los compromisos adquiridos una cosa y la contraria; sin que se les caiga la cara de vergüenza.

 Pero esto es lo que hay: el señor Sánchez ha decidido no dar publicidad a un documento que afecta a todos los españoles y a todas las autonomías, menos País Vasco y Navarra, y en el Comité Federal no le mandan al corral. Lo que cabe preguntarse es para qué van.             

Gloria y honor a un triatleta alcarreño

Dani Molina acaba de conseguir la medalla de oro en los juegos olímpicos de París, la ilusión de su vida después de haber sido no sé cuántas veces campeón de Europa y del Mundo, que hasta hemos perdido la cuenta. No iba a unos Juegos desde Atenas 2004, porque su especialidad no acababa de encajar en la programación olímpica, lo que le motivaba todavía más. Hoy recuerdo con admiración verle entrenar en la piscina del Centro Acuático de Guadalajara y era el mejor ejemplo para los que hacemos deporte para no oxidarnos. Parecía increíble como un deportista al que le falta una pierna, puede marcar ese ritmo en la piscina. Así que gloria y honor para un triatleta alcarreño que ha llegado a lo más alto, un oro olímpico, a base de esfuerzo y dedicación. Cualidades que en una sociedad tan infantilizada como la actual, cada vez se lleva menos. Como así lo corrobora  Andreu Navarra hoy en El Mundo, escritor y profesor que ha dejado el instituto porque le obligaban a engañar al alumnado: “En muchos centros catalanes no se dan las tablas de multiplicar porque se consideran opresoras”.

Molina entrando en la meta de París.

Dani Molina nació en la vecina Madrid, pero él va por el mundo de alcarreño, región a la que llegó en 1994 para trabajar de camarero en el bar de un amigo. Para una persona que había sufrido un gravísimo accidente, en el que perdió una pierna, Guadalajara fue la ciudad que le permitió rehacer su vida y tomar impulso de nuevo. «Estudié aquí, trabajé aquí, me enamore aquí y ahora entreno aquí y estoy muy orgulloso de llevar el nombre de Guadalajara por todo el mundo. Guadalajara es una ciudad donde se respira deporte. Donde se vive el deporte», valoró Dani Molina en el pregón de Ferias que dio con otra atleta de elite, Ana Lozano. Tras el accidente, Molina se agarró al deporte como una tabla de salvación y emergió de ese mundo oscuro que tan a menudo lleva a la depresión después de un accidente como el que sufrió él.  Empezó a hacer triatlón en el año 2012, convencido por un amigo: «siempre pensé que era un deporte de gente que no está muy bien de la cabeza, te pones a nadar, sales del agua te subes a una bici y te bajas y te pones a correr», ironiza. Tras más de 16 años sin correr y sin montar en bici, fue a las pistas de la Fuente de la Niña con su mujer, dio media vuelta a la pista y pensó que se moría. En la bici su inicio no fue mucho mejor: «El primer día bajamos al garaje de casa y Carol me sujetaba la bici por detrás mientras yo daba pedales”, recordaba. Pero siguió adelante, empezó a ganar campeonatos de España, de Europa y del Mundo, hasta el domingo en que se coronó con el título más preciado para cualquier deportista: una medalla de oro en unos Juegos Olímpicos.

El lunes día 10 empiezan oficialmente las Ferias de Guadalajara, con el pregón de Peñas.  Dani Molina sabe muy bien lo que son estas fiestas, primero como dueño de un bar de copas y luego por haber sido peñista de Agapitos. Se me ocurre que sería bonito que Dani fuera el encargado de encender la mecha de ese cohete frente a los miles de peñistas que aguardan con sus pancartas apretujados en la plaza Mayor. No me viene a la cabeza  otro alcarreño que tenga más méritos que Dani Molina, y que sirva de mayor ejemplo de superación a todos nosotros.

UNA DECISIÓN LÓGICA DE PARADORES.- La inauguración del Parador Nacional de Molina de Aragón se ha aplazado, como pueden leer AQUÍ.  Una decisión acertada de la dirección de Paradores, porque es evidente que la infraestructura no superó la prueba que nos envió la naturaleza en forma de tormenta, así que es mejor reparar los desperfectos a que se nos ahogue un cliente en la próxima tromba de agua. Siendo positivos, tal vez haya venido bien, porque ahora la obra está en garantía, con los seguros en vigor y tampoco pasa nada por esperar unas semanas más cuando en Molina llevan 19 años aguardando la inauguración de un Parador que el entonces presidente Zapatero prometió en 2005 tras el incendio de La Riba. A fin de cuentas, ¿qué son unas semanas más cuando han pasado la friolera de 19 años desde entonces?.

TRANSPARENCIA “GIGANTE”.- El Festival Gigante se fue de Guadalajara hasta Alcalá de Henares sin que explicaran sus organizadores muy bien por qué y ha vuelto tres años después, también inopinadamente, coincidiendo con su décimo aniversario, de lo cual nos alegramos todos porque Guadalajara es una ciudad que acoge muy bien a la música en directo, como se ha demostrado también este año en que sin un cartel muy potente(para ser un décimo aniversario) y con una climatología adversa (se tuvo que suspender la jornada del viernes), hubo una entrada razonable. Esto para empezar. A Guadalajara le viene bien el Gigante o cualquier otro festival que se celebre a finales de agosto, en las pre-ferias, porque se aprovecha de un ambiente que empieza a hervir y eso beneficia a la hostelería en general, y sobre todo si se colocan escenarios en la ciudad como se hace en el legendario Sonorama de Aranda de Duero, donde las actuaciones por sorpresa se han convertido en una imagen de marca. Pero esto no quita a que el Gigante, al ser un evento que se realiza con la contribución de fondos públicos, no deba hacer un ejercicio de transparencia que no reclamaríamos si fuese estrictamente privado. En este sentido, el Ayuntamiento debe informar, ahora que tiene datos sobre ello, a cuánto asciende la subvención municipal y los gastos colaterales que lleva consigo el montaje y desmontaje de los escenarios, la cesión gratuita de la Fuente de la Niña y la reparación de su césped, teniendo en cuenta de que se trata de una instalación deportiva que va a estar cerrada casi un mes entre Gigante y Ferias. Por no hablar de los ingresos a cuenta de las barras y que ha tenido también su punto de polémica por los altos precios. Habituales de festivales me cuentan que el vaso de cerveza pequeño estaba a 4,5 euros y 10 euros el grande, un precio que hay que ser olímpico para saltárselo y que es incluso más caro que en el Sonorama, lo que es mucho decir. También ha habido alguna queja sobre el horario de los vermuts que algunos bares habían organizado en plazas de Guadalajara y que les hacían cerrar a las 17.00h, justo cuando empezaba a funcionar la barra del festival Gigante, se supone que para evitar la competencia. Este tuit del Dj y periodista @FernandRojo explica algo.

Celebramos, por tanto, el regreso del Gigante, pero también pedimos que el Ayuntamiento sea más transparente como se debe exigir a cualquier actividad privada en la que se gastan fondos públicos.

TRASIEGO CON LA IMAGEN DE LA VIRGEN DE LA ANTIGUA.- Este año ha habido novedades en torno a la Patrona, la Virgen de la Antigua,  cuya imagen fue trasladada solemnemente a hombros de jóvenes cofrades desde su Santuario a la concatedral de Santa María para la novena, por expreso deseo de su nueva Junta Directiva. En años anteriores, el traslado era hasta la iglesia del Fuerte de San Francisco, donde se celebraba la novena y misas en honor a la Virgen. Esto era así porque el Obispado quiere que dicha iglesia tenga la mayor actividad religiosa posible, a lo que no es ajena la reivindicación para la secularización completa del templo de algún grupo político. Este año se ha buscado una solución de compromiso y si bien la novena se está haciendo en la Concatedral, en la víspera de la Patrona la imagen será trasladada al Fuerte, aunque esta vez en un camión y sin procesión de por medio. De esta manera, la Antigua estará en el Fuerte en su día y presidirá los diversos oficios religiosos que se hacen cada 8 de septiembre, entre ellos la celebración de la Misa Mayor a la que asiste el Ayuntamiento en corporación. Según el programa oficial, la procesión saldrá desde la Concadedral, a las 19,30, con lo que la Virgen tendrá que volver antes a Santa María después de las tres misas que se celebrarán por la mañana en el Fuerte. Este sería, pues, el tercer traslado. De la Concatedral saldrá por tanto la procesión que cada año reúne a miles de alcarreños en las calles de Guadalajara, con independencia de que sean más o menos religiosos. Que por eso es la Patrona. Esto es lo que hay.                           

Sobre Ferias, cachivaches y “Gigantes”

Las Ferias de Guadalajara seguirán, un año más, como poco, apiñándose en el centro de Guadalajara, aunque para 2025 el Ayuntamiento no tendrá más remedio que coger el toro por los cuernos -ya que de fiestas estamos hablando- y tomar decisiones. Sucede que la parcela en la que se venían instalando la mayoría de las atracciones feriales no estará ya disponible, ya que la ha comprado una conocida empresa inmobiliaria, y en ella se pueden construir hasta 5 plantas y un total de 23.000 metros cuadrados, según aparece en la Ordenanza municipal que regula el Fuerte de San Francisco. No es un terreno para construir vivienda, sino que tiene un uso comercial y abarca opciones desde supermercados, almacenes hasta un uso residencial público que incluye hoteles o apartamentos turísticos. La nueva empresa ha pagado al Ministerio de Defensa por esa parcela 2,4 millones de euros, un precio asequible. Hay que recordar que Defensa se quedó con esta parcela (y otra más) en compensación por la venta de la antigua residencia militar de Las Cristinas para construir en ella el nuevo Campus de la Universidad de Alcalá de Henares (UAH) en Guadalajara. El Ministerio la ha revendido con plusvalías, con lo que ya no podrá servir de desahogo para las Ferias.

Si se decidiera por la ampliación del Ferial, para concentrar todo allí, en el entorno hay suficiente suelo para ello.

Por lo tanto, tiene un año el Ayuntamiento para decidir qué va a pasar con las Ferias, después de que la corporación de Ana Guarinos siguiera el complaciente modelo implantado por Sara Simón de concentrar cachivaches y festejos en el centro de Guadalajara, para así contentar a las peñas, que son el poder fáctico de la fiesta. A ello le ayudó esa parcela de 7.000 metros cuadrados y de la que el Ayuntamiento no podrá disponer en las Ferias de 2025. Ante esa tesitura, no les queda otra que buscar otra parcela municipal de quita y pon, más allá de Aguas Vivas, casi en Taracena, recuperar el recinto Ferial de Bris y Román, que ha sido relegado en los dos últimos años, o habilitar un nuevo campo Ferial. Ésta última opción la veo muy complicada, y debería ligarse a la modificación del Plan Municipal de Urbanismo (POM), pero es la más cara por lo que el Ayuntamiento necesitaría de la colaboración de la Junta de Comunidades y acometer un viario de acceso costoso y complejo. Complicadísimo. La ampliación del actual Ferial, ahora marginado, sí sería más viable, porque el suelo existe, y podría concentrar toda la actividad recreativa durante la semana grande; también las carpas de las peñas. Aunque volveremos con la tabarra de siempre de los que dicen que el Ferial Plaza está muy lejos (la misma crítica rancia que cuando barcas, el tren de la bruja y los coches de choque dejaron La Concordia a principios de los ochenta) y que es mejor okupar los parques de Guadalajara cada año, con los daños consiguientes, como se ha hecho en las ediciones de 2022 (Rojo) y 2023, 2024 (Guarinos). El cortoplacismo manda y desde hace tiempo no se lleva ordenar urbanísticamente la ciudad, con los debates ciudadanos necesarios cuando se trata de decisiones importantes. Y las Ferias lo son, pero enmarcadas en esa reforma del POM, si es la decisión que se toma, en lugar de aprobar un nuevo Plan de Urbanismo, que se debería haber abordado en la época de vacas gordas que vivió la ciudad.

LO DE LA MÚSICA, ¿CARO O BARATO?.- En la ciudad, el final del verano comienza a vislumbrarse a partir de la virgen de Agosto, y se nota hasta en las noticias locales. Esta semana los grupos políticos han polemizado sobre si serán asequibles o no las actuaciones musicales de las Ferias, que hasta la alcaldesa ha tenido que salir a dar explicaciones, cosa que debería hacer más habitualmente, porque una cosa es hablar a cualquier hora y hacerse fotos hasta con el Mangurrino (q.e.p.d) y otra taparse en los grandes temas. La explicación que ha dado la alcaldesa me parece verosímil, otra cosa es que la oposición quiera enredar, que para eso está. Guarinos ha ratificado que el Ayuntamiento no se va a gastar más de 383.000 euros en las actuaciones, y no los 840.000 euros a los que se refería la portavoz socialista, que es lo que contempla el contrato global. Lo que ha hecho este ayuntamiento es la fórmula habitual de ceder la contratación a una empresa, que son los que saben -cada vez que los políticos se ponen a contratar cantantes la palmamos- a cambio de una subvención máxima, en este caso de 383.000 euros, que es la red de seguridad con que opera la empresa, para a partir de ahí ganar más dinero, si hay éxito de público, con lo que ese propio fijo podría reducirse al Ayuntamiento. Nada nuevo bajo el sol, otra cosa es que el coste de los conciertos sea mucho u poco, como dicen mis amigos gallegos.  Personalmente, 20 euros para ver a Melendi (los empadronados) o 10 con el Mago de Hoz, me parece un precio razonable, como cualquiera lo puede comprobar por internet, pero lo que discrepo es que el contribuyente en general al que no le gusta esta música tenga que financiarla, como ha pasado en un año electoral. Créanme cuando les digo que nada es gratis y que cada vez que una institución pública presume de regalar o subvencionar algo, antes ha vaciado nuestros bolsillos. O genera déficit; que pagarán nuestros nietos.   

Y ya que escribimos de música, dejar constancia de que esperaba más del regreso del Festival Gigante a Guadalajara y del cartel que han presentado. El Gigante nació en Guadalajara, se fue a Alcalá de Henares -donde le aseguraban un fijo mayor- cuando estaba creciendo y ha vuelto años después sin mayores explicaciones de su organización, como sucedió cuando se fue. La oposición dice que el Ayuntamiento se va a gastar 250.000 con la subvención, sin que todavía haya una cifra oficial, y si es así entiendo que podrían haber abrochado más el cartel con grupos top como Arde Bogotá, Viva Suecia o Vetusta Morla, por citar solo tres, para dar lustre al regreso. Pero esto es lo que hay. Un Gigante pequeño.

Imagen parcial de la explanada urbanizada en la que se instalaba el recinto Ferial hasta 2022 y que tiene espacio suficiente para el Gigante y los conciertos de Ferias, sin necesidad de maltratar las pistas deportivas de la Fuente de la Niña. /GUDiario.

PD.- Sigo reivindicando en el desierto que es impresentable que cada vez que llega el Gigante y luego los conciertos de Ferias haya que maltratar las caras pistas de la Fuente de la Niña, que paga el contribuyente de la capital,  donde se entrenan -entre otros- los olímpicos de Iván Pedroso, el hispano-cubano y cerebro del exitoso laboratorio del triple salto en Guadalajara. No veo ninguna necesidad de cerrar durante casi un mes la actividad deportiva en los campos de la Fuente de la Niña, que se construyeron con ese fin, cuando hay una gran explanada pavimentada en el recinto Ferial, que en los últimos años no se ha utilizado para el fin que se construyó, las grandes atracciones, por el trasiego populista que hemos comentado. Y está disponible: hay espacio suficiente, el piso es liso y está urbanizado. Arriba les pongo la foto, que es bastante elocuente.        

Un golpe irreparable a la España constitucional

Fue en 2015 cuando Mariano Rajoy, presidente del Gobierno de España, recibió el órdago del presidente de la Generalitat, Artur Mas, en uno de sus frecuentes visitas a La Moncloa. Llevaba desde el 2010 planteándolo, pero el gallego le daba largas y mareaba la perdiz, hasta que Mas le chantajeó: o nos concedes salir de la caja común y aceptas un concierto similar al vasco y navarro o abandonaremos la vía autonomista por la independencia. Y así nació el Procés. Que nos ha maltraído hasta hoy.

Nueve años después, otro presidente del gobierno español, Pedro Sánchez, recibió la misma propuesta del presidente de la Generalitat de turno: y esta vez dijo que sí; y por toda explicación acusó al Partido Popular de no haber sabido resolver la situación cuando ellos gobernaban. Él, aparentemente, lo ha hecho: ha aceptado las exigencias de los separatistas (“ha pedido el carnet de ERC”, en feliz expresión de Ignacio Varela, el factótum de la campaña Por el Cambio en 1982) y asunto arreglado. A Sánchez no le importa que hace tres días su ministra de Hacienda, María Jesús Montero, dijera que otro concierto fiscal no era de recibo (“hay que tener los pies en el suelo”) o que no figure en ningún programa electoral socialista o sea directamente contrario a las resoluciones y congresos del Partido Socialista Obrero Español que fundó Pablo Iglesias. Tampoco le importa que atente contra el principio de solidaridad entre regiones, recogido en el artículo 2º de la Constitución. O que en la práctica Sánchez haya aceptado un modelo confederal entre Cataluña y España, que tampoco está en la Constitución, porque Cataluña tendrá con España una relación bilateral, de estado a estado, y  podrá a partir de ahora gestionar todos los tributos que recaude en su territorio, dejando mortalmente tocada esa caja común a la que solo aportarán fondos -hasta que se harten- tres comunidades españolas: Madrid, Baleares y Comunidad Valenciana. El resto recibe los beneficios de la solidaridad, que ahora este pacto Gobierno-ERC va a dinamitar. Y con él lo poco que va quedando de ese espíritu unitario de la Constitución del 78, desde que Sánchez llegó al poder con el apoyo de los separatistas y con el ánimo de dejarla en las raspas.

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Page antes de comenzar, hoy, su declaración institucional a la que acudió con una rosa en la mano, símbolo del PSOE desde el Congreso de Suresnes.

Lo único que no ha calculado Sánchez es que, esta vez, ha jugado con las cosas de comer y se le van a sublevar los suyos. Porque hasta el más simple sabe que si Cataluña (el 19% del PIB español) deja de aportar a la financiación común,  su región va a recibir inevitablemente menos fondos de solidaridad, y el hospital de Guadalajara tardará más en acabarse y equiparse. Y por ello, el presidente socialista Emiliano García-Page ha puesto pie en pared y le ha advertido que “hasta aquí hemos llegado” y que este pacto “ni le representa”, “ni le vincula”. Y ha avanzado a modo de aviso: este planteamiento «no tiene posibilidad ninguna de prosperar en el Congreso, no va a salir adelante en el Congreso. No va a salir adelante. Que no se engañe». Page no aclaró en su mensaje institucional si “ese no va a salir adelante” sería porque los socios del Gobierno no lo respaldarían, empezando por el celoso Puigdemont, o porque esta vez habría diputados en las filas del PSOE que no estarían dispuestos a traicionar a su electorado, del que no tienen mandato para votar este disparate. Como hoy nos advierte el conocido catedrático de Derecho Constitucional, Roberto Blanco Valdés, “aceptar un trato tan desigual constituye una pavorosa irresponsabilidad” y es un premio a quienes en lugar de colaborar no hacen otra cosa que boicotear el funcionamiento del Estado y horadar sus cimientos con la intención de derribarlo. Vayan estos ejemplos: el pacto no solo recoge una Hacienda para Cataluña, con su propia Agencia Tributaria, sino que atornilla, además, la hoja de ruta del separatismo catalán en lo que ellos  llaman proceso de desconexión con el Estado Español, al garantizar la expansión de las embajadas de Cataluña por el mundo; acepta la existencia de un “conflicto político” entre Cataluña y España que deberá ser resuelto en la mesa de negociación y “refrendado por la ciudadanía”; expulsa definitivamente al idioma común del sistema educativo catalán, incluyendo las extraescolares,  a pesar de la sentencia del Supremo para que se imparta al menos el 25% de las clases en castellano; y abre la puerta a la vieja aspiración del separatismo sobre las selecciones catalanas, porque si hay algo que no soporta un independentista es ver a España quedando campeona de Europa y del Mundo con un equipo en el que haya vascos y catalanes.      

Es mentira, señor presidente del Gobierno, mi estimado Chamberlain,  que con este acuerdo el Procés esté liquidado. Todo lo contrario. Si finalmente Salvador Illa es investido presidente de la Generalitat  será revestido con el traje del soberanismo catalán y con una hoja de ruta incompatible con un partido socialista que pretende representar a todo el territorio español.  

“Los indultos, la reforma del código penal para bajar las penas de malversación y la amnistía, todo va en contra de lo prometido a la ciudadanía. Los guionistas son los mismos: los independentistas. Siendo grave todo lo anterior esto rebasa todos los límites porque afecta a la vida real y práctica de la gente y es donde se retrata cualquier partido político», sentenció hoy  el socialista Page en su declaración institucional. Y lo peor de todo es que tiene razón, y que pase lo que pase quien lo va a pagar caro es España y el deseo de igualdad entre todos sus territorios. Porque como se teme Blanco Valdés, lo que ahora perdamos va a ser irreversible, porque la idea de que una mayoría alternativa a la actual recuperaría lo que frívolamente podríamos perder es de una pasmosa ingenuidad: Illa pasará, pero la solidaridad fiscal de los catalanes con el resto de españoles es para siempre, porque si algo nos enseña la historia ya significativa de nuestro estado autonómico es que todos los poderes y competencias que se trasfieren a las Autonomías se entregan sin posibilidad de retorno. Y eso los separatistas lo tienen descontado. Este disparate será para toda la vida, lo que dejaría a España como un estado tan desvertebrado como en la I República de los cantones. Y un estado que no funciona y no tiene medios para que su pueblo prospere acaba deshaciéndose como un azucarillo en el café. Esto es lo que hay.       

Sánchez ya no suma/ Los encierros

Pedro Sánchez sumó justamente ahora, hace un año, un 23 de julio, y se puso a bailar frente a Ferraz con una eufórica María Jesús Montero, por seguir de ministra, mientras anunciaba urbi et orbi: “Somos más”.   Entre los Frankenstein de ese lado del muro había más votos que en el otro, el de la fachosfera, y en un principio le salieron las cuentas para ser presidente. Después de una delirante negociación en Ginebra con el fugado Puigdemont, trocó los 7 votos de Junts a cambio de una amnistía que hasta ayer había sido calificada de “anticonstitucional” por la citada pareja de baile durante la campaña. Pero Sánchez tragó y aceptó dejar impune el “golpe de Estado” -la calificación es del Tribunal Supremo en su recurso ante el Tribunal Constitucional- a cambio de un “pacto de legislatura”, anunció el negociador Santos Cerdán, que el martes ya se vio que no era tal. Y no será porque Puigdemont no se lo había advertido: en Ginebra solo se negoció la investidura de Sánchez a cambio de la Amnistía y ahora lo que quiere Puigdemont es volver a Cataluña como Presidente de la Generalitat. Y cuando lo consiga lo siguiente será el referéndum de Autodeterminación. A Puigdemont y a su tropa le importa un bledo Sánchez, el progresismo, los Presupuestos de España y la estabilidad de su gobierno. Es Sánchez el que echó mal las cuentas esa noche del 23 de julio al sumar a Junts en su parte del muro. Una situación que ha creado un gobierno estéril, incapaz de producir ley alguna al margen de la Amnistía y que cuando le traicionan sus socios echa la culpa a Feijóo, quien ya le había advertido de que no contara con él cuando esto sucediera.

Sánchez ya sabe que no hay agua en su lado del muro. El problema para España es que tampoco la hay en el otro, tan disoluto como entre los socios del Gobierno. Y ante esa tesitura solo tiene dos opciones: hacer un butrón en el muro y llegar a acuerdos con el centro-derecha de Feijóo, lo que no está en su ADN frentista, o repartir nuevas cartas (de la baraja) y convocar elecciones antes de fin de año. Podrá seguir en La Moncloa, porque ya sabe que Feijóo nunca ganará una moción de censura con la actual composición parlamentaria, pero desde esta semana ya tiene acreditado que tampoco él podría superar una moción de confianza. Así que ante los graves problemas que tiene España, un estado al que sus aliados se empeñan en dejar en los huesos y sin recursos, cuanto antes se ponga a contar, mejor para todos. Esto es lo que hay.

Una imagen actual de la Calle Mayor, donde quieren que pase el encierro./GUDiario.

¿TOROS POR LA CALLE MAYOR?.- Me sorprende que el Grupo Socialista vaya a pedir en una moción un cambio en el recorrido del encierro para meter la manada por la Calle Mayor, pero no tanto por la propuesta en sí, que el equipo de Gobierno está dispuesto a estudiar, sino porque para llevar un cambio tan radical al pleno hay que tener las cosas muy estudiadas. Por ejemplo: ¿dónde pondríamos los corrales? ¿Cuánto costaría asegurar con tableros el comercio de la Calle Mayor? Hay que recordar que en el primer recorrido del encierro de Guadalajara, los corrales estaban en un patio, que ya no existe, del antiguo Instituto de Previsión -hoy Seguridad Social- y era pequeño y destartalado. Pero los toros que allí se encerraban eran novillos y erales despuntados, nada que ver con los actuales toros de lidia que se sueltan en las corridas de la Feria. Una asociación taurina habla de instalar unos corrales en el Mercado de abastos, corrales que podrían ser visitables.Desde ahí saldría el encierro hasta coger la Calle Mayor, el Jardinillo y Santo Domingo hasta enlazar con el actual recorrido a la altura de San Ginés. Una propuesta atractiva, pero que necesitaría conocer de su proyecto técnico y el coste para ser valorada.

El recorrido del encierro es mejorable en su primer tramo, eso es seguro, y como ex corredor a mí también me pone ver los toros por la calle Mayor, como los veo por Mercaderes o Estafeta en Pamplona, pero a los que nos gusta el encierro de Guadalajara y peleamos por él hace muchos años, tenemos muy claro que el avance más importante que ha tenido es que se suelten los toros de las corridas y se haga con la seguridad suficiente. Para ello, se necesitan corrales adecuados y apartados -ahora están en el parque de Bejanque y valieron un dinero- por lo que sería una temeridad abrazar propuestas populistas, pero sin valorar su coste económico y los riesgos sobre un encierro consolidado, pero que no necesita de aventuras en los tiempos hostiles en que vivimos. Bastante nos ha costado que los toreros que vienen a la Feria de Guadalajara lo acepten, porque Guadalajara no es Pamplona donde reciben las mejores bolsas de España. Así que bien está el debate sobre cualquier propuesta de mejora, pero dénse los pasos con prudencia y solo tras conocer los estudios técnicos correspondientes y el coste de los mismos .

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