Las candidaturas provinciales en ebullición

Las candidaturas para las elecciones Generales entran en la recta final. Llega ese momento en que la vida interna de los partidos se asemeja más a esa anécdota atribuida a Winston Churchill cuando un diputado novato le preguntó  si enfrente se sentaban los enemigos políticos: “No, enfrente se sientan los adversarios, los enemigos están en esta bancada”. La condición humana es así, imperfecta, y cuando más opaca es la elección de nuestros representantes más imperfecta. Estamos ante unas elecciones  especiales, porque por primera vez  hay dos fuerzas emergentes, Ciudadanos y Podemos, que van a entrar en el parlamento con un apreciable número de diputados, y una de las dos está llamada a tener un decisivo protagonismo en la formación del nuevo gobierno de España, del que solo me atrevo a pronosticar que  no tendrá mayoría absoluta. A  partir de ahí, todo estará abierto: desde el partido que resulte el  más votado (PP o PSOE, apuntan los sondeos) a la política de alianzas con las nuevas fuerzas políticas emergentes; y sin olvidarnos del nacionalismo periférico, más complicado de encajar por sus veleidades independentistas.

En Guadalajara, el PSOE mete esta semana la directa y en el comité provincial a celebrar el sábado se verá la propuesta que previamente habrá realizado la Ejecutiva Provincial en base a las propuestas que proceden de las asambleas locales. Esta propuesta podrá ser votada por asentimiento o de una manera pormenorizada. Entre los socialistas hay dos postulantes para encabezar el Congreso, y ambos potentes. La actual diputada y secretaria local de Guadalajara  Magdalena Valerio quiere repetir, está muy recuperada de su enfermedad, y le avala su trabajo parlamentario como secretaría general adjunta del Grupo  Socialista del Congreso. Pertenece al círculo próximo del secretario general Pedro Sánchez, quien según nos dijo ella en una entrevista quiere que repita. En el caso de Pablo Bellido, es el secretario provincial y tradicionalmente eso ha significado tener la llave de la designación, ya que es el que controla el aparato del partido. Así ha sido  siempre en el PSOE de Guadalajara salvo una vez, aunque el caso está cercano: la anterior secretaria provincial, María Antonia Pérez León, no pasó el fielato del Comité Provincial, y al final se buscó una solución de compromiso que terminó con Valerio en el Congreso,  y  el veterano Jesús Alique en el Senado. A tener en cuenta también la peripecia procesal  de Pablo Bellido por la querella  del PP en el asunto de las obras en el  centro joven de Azuqueca , y que acabó con su imputación (con la reforma habrá que hablar en el futuro de “investigado” para evitar el estigma de “imputado”). La defensa de Bellido ha pedido a la Audiencia Provincial el archivo del caso, y tiene esperanzas de que haya un pronunciamiento favorable antes de que termine este proceso electoral de elección de candidatos.   De no haberlo, o de mantenerse la imputación, lógicamente jugaría en contra de sus aspiraciones, con independencia de la opinión que se puede tener sobre el fondo del asunto  (yo avancé una a la que me remito) y la repetida advertencia de que en España existe la presunción de inocencia, aunque últimamente por los importantes casos de corrupción que han saltado (lo de Rato le viene muy mal al PP, que otra vez no se enteró de nada) la clase política la haya perdido ante el ciudadano. Una vez aprobada la propuesta de listas para el Congreso y el Senado en el Comité Provincial, la pelota pasa a la Ejecutiva regional, que tiene opción a introducir cambios o no.  Aquí Bellido juega con ventaja, si hacemos caso a su entorno, porque estaría más próximo a Page que Valerio. Es la Ejecutiva Regional la que hace un informe-propuesta que remite a la Comisión Federal de Listas, es decir, ya entraríamos en territorio Ferraz, cuya decisión remite al Comité Federal del PSOE, aunque conviene aclarar que este último trámite suele ser protocolario, ya que si se producen cambios  suelen hacerse en las fase previas. Quiere esto decir que con los Estatutos del PSOE en la mano, una decisión ratificada por la Ejecutiva Regional (Page) podría ser cambiada por la Ejecutiva Federal (Sánchez). Aunque quedaría poco presentable y estas cosas se suelen arreglar antes.

En el PP, la designación de los candidatos sigue siendo una competencia del Comité Electoral Nacional, es decir de Rajoy su equipo, con Cospedal al frente, por lo que todo el proceso de comités electorales provinciales  y regionales es ornamental.  Con decir que a Luis Fraga, el amigo de Bárcenas,  le llegaba a proponer el Comité Provincial cuando en Génova así lo aconsejaban. No obstante, en Castilla-La Mancha al darse la circunstancia de que la presidenta regional es la número dos de Rajoy, no hace falta decir que lo que ella diga va a ir a misa. En el PP,  las expectativas son diferentes, ya que mientras en el PSOE se maneja como seguro un diputado  al Congreso a los populares se les concede a priori  dos diputados y tres senadores. Así ha sido siempre en la historia electoral de esta provincia salvo en 1982 cuando Felipe González llegó a la presidencia del Gobierno. ¿Y los partidos emergentes, Ciudadanos y Podemos, tienen alguna posibilidad de romper la tradición y arañar alguno de ellos el tercer diputado? Respuesta: no es imposible, como sí lo era en anteriores comicios para una tercera fuerza (primero PCE y luego IU), pero es muy improbable.  Ciudadanos y Podemos  en circunscripciones con tres diputados como la de Guadalajara  lo tienen muy complicado porque para sacar diputado tendrían que sumar un voto más que la mitad de lo que alcance el primer partido provincial. Algo heroico teniendo en cuenta que el PP sacó en 2011 el 54,03 % de los votos con 71.282 sufragios. Por tanto, las expectativas de Ciudadanos y Podemos están depositadas en provincias en la que se eligen más de cinco escaños  y en donde el porcentaje mínimo para obtener representación baja. Por ejemplo: con un porcentaje idéntico, Ciudadanos o Podemos podría sacar un escaño en Toledo y ninguno en Guadalajara.

 Las elecciones catalanas les ha salido muy bien a Ciudadanos, ya escribí que el único que pareció enterarse de que la campaña para las Generales había comenzado esa noche fue Albert Rivera, es evidente que van para arriba como de mala manera advierte a los suyos el desabrido  José María  Aznar, pero teniendo en cuenta de que en las autonómicas Ciudadanos consiguió en Guadalajara el  12% y no sacó diputado, si el PP perdiera el segundo escaño en Guadalajara (en la Autonómicas tuvo el 33,7% y en las Generales de 2011 el 54,03%) , María Dolores Cospedal podría decir a Rajoy lo que el conde Romanones sugirió al gabinete ministerial de Alfonso XIII cuando los republicanos de Marcelino Martín ganaron el Ayuntamiento de Guadalajara en abril de 1931: más vale que vayamos haciendo las maletas. Y muy gallardo  se fue a acompañar al rey a la estación de Atocha camino del exilio. A beneficio del partido de Rivera juega que podría absorber gran parte del  el voto de UPyD, que en las elecciones de 2011 fue muy importante en nuestra provincia: 9.933 sufragios, el 7,52%.

Por lo tanto, el segundo puesto de la lista de los populares en Guadalajara va a seguir siendo tan apetecible como siempre. Hasta el día  hoy,  en los mentideros populares han sonado con  fuerza para ocupar las dos primeras plazas  Antonio Román, que no oculta sus deseos de repetir,  y José Ignacio Echániz, uno de los consejeros más potentes  de Cospedal y que mejores servicios la prestó en un departamento sembrado de minas como el de Sanidad, que se encontró sumido en la penuria. Ni se pagaban a las farmacias,¿ recuerdan?  Pero últimamente me cuentan que podría haber sorpresas. ¿Y eso qué significa? Que Cospedal podría colocar en Guadalajara a algún ilustre paracaidista, ya sea de trayectoria conocida, caso de Ramón Aguirre, el actual presidente de la SEPI, u otro que no encuentre acomodo en la lista de Madrid y que Génova quiere que esté en el Congreso.  En el senado, se habla de Ana Guarinos, que entonces dejaría el parlamento regional a Marta Valdenebro, y se apuesta a que repetirá Ana González; hay menos seguridad sobre  Juan Antonio de las Heras, a pesar de que en esta legislatura ha tenido un destacado trabajo como ponente de varias leyes; y el que parece que pondrá fin a su fecunda vida política  es Porfirio Herrero, un caballero de la vieja escuela. Me cuentan que Juan Pablo Sánchez, el secretario provincial y subdelegado, quiere volver al senado.  En el PP comenzaremos a saber las primeras designaciones  entre finales de octubre a primeros de noviembre.

Los de Ciudadanos fueron los más madrugadores en la elección de su candidata a las Generales, se llama Orlena de Miguel,  es licenciada en Filología y  edil del Ayuntamiento de Torrejón del Rey. Nueva en la política. Y Podemos todavía no ha elegido a su candidato al Congreso, pero lo que ya sabemos es que va a tener dura competencia en ese espacio que se disputa a la izquierda del PSOE. Una plataforma de “unidad popular”, que se reivindica anticapitalista y rupturista, Ahora en Común Guadalajara, ya ha anunciado que se presenta, y queda por ver lo que hará Izquierda Unida después de que las conversaciones  entre Alberto Garzón y Pablo Iglesias han fracasado. Muy difícil por tanto que Podemos pueda repetir su éxito e las Autonómicas, pero como he dicho de Ciudadanos:  improbable, pero no imposible.

De momento, esto es lo que hay.

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