Archive for junio, 2024

Un gran desafío para la Guadalajara que viene

La provincia de Guadalajara afronta un inmenso desafío para el segundo cuarto de siglo que está a punto de iniciarse. Las estimaciones del INE sobre crecimiento de la población (2024-2039) nos devela que Guadalajara estará entre las cinco provincias de España con mayor crecimiento, siendo el suyo el más alto de Castilla-La Mancha, ligeramente por encima de Toledo; mientras que el resto de la región se mueven muy poco hacia arriba.  Todo esto es debido a que Madrid actúa como locomotora del crecimiento y son las provincias de su entorno las que más se benefician de ello. El mapa de España presenta una proyección de población muy desigual. Se aprecia claramente que todo el corredor costero que va desde Gerona hasta Málaga (se frena en Cádiz)  apunta a un alto crecimiento poblacional, mientras que en el interior solo resiste  con nota Madrid y su área de influencia; y un poco Zaragoza y las capitales vasco-navarras. Extremadura, noroeste de Castilla y León, Asturias y Lugo presentan una preocupante decadencia, con saldos negativos.

Gráfico elaborado por PORCENTUAL

En lo tocante a Guadalajara, hasta 2039 podríamos crecer en torno al 25%, empujados por esa cercanía a Madrid, que es buena en términos de dinamización de la economía pero que plantea también sus problemas. Así sucede con la vivienda, porque son cada vez más los madrileños que allí laboran y que tienen su domicilio en Guadalajara, atraídos por sus mejores precios. Solo hay que pasarse por las inmobiliarias para comprobar que la oferta de vivienda está en retroceso, tanto en venta como en alquiler, mientras que la demanda va en aumento por parte de esos nuevos vecinos que llegan a la provincia. Asuntos como el nuevo Plan de Urbanismo de Guadalajara, que debería haberse iniciado en la legislatura anterior, no se pueden retrasar por más tiempo, porque estamos hablando de unos trámites que durarán dos mandatos municipales; y requieren tanto de prolijos estudios técnicos como de la participación ciudadana. Y habrá que abordar muchas cosas, por ejemplo:  ¿Es inevitable que una vez que la expansión ha llegado hasta las puertas de Taracena, por la Ronda Norte, no habrá más remedio que habilitar también para usos residenciales el margen derecho de la A-2, desde el Ferial Plaza hasta más allá del Hospital,  e integrar este nudo de comunicaciones en la ciudad, como ha hecho Alcalá de Henares saltando la A-2 hacia los Espartales? Por algún despacho ministerial estará el proyecto de la variante de la A-2 para salvar Guadalajara, que un gobierno como este, poco amigo de las infraestructuras, difícilmente acometerá.

 Después de que la ciudad ha consumido los nuevos desarrollos que el primer ayuntamiento democrático de Javier Irízar inició con Aguas Vivas, nos llega otra época en que el municipio necesita viajar con luces largas y no solo preocuparse de la gestión diaria. Es el reto del actual ayuntamiento.

Es extraordinariamente importante subrayar que esas previsiones de crecimiento que el INE adjudica a la provincia de Guadalajara (en 2028 pasaremos la barrera de los 300.000 vecinos y se ganará un 21,7% de población) no descansa sobre su población nativa (los de Guadalajara de toda la vida han decidido no tener apenas descendencia) sino en el aporte de la inmigración, que en Guadalajara será mayor a la media española. En 2024, los residentes extranjeros son el 20% de la población total (en España es el 18,1%) pero este porcentaje aumentará de forma exponencial hasta llegar al 30,3% en 2039, uno de los índices más altos de toda Europa y que supera a los de países, como Francia, con una larga tradición de acogida de inmigrantes. Lo positivo para nuestra economía es que entre esa inmigración hay un alto porcentaje del tramo de edades laboralmente activas (entre 25-44 años), lo que asegura un crecimiento sostenible y una mano de obra que no tendrán otros territorios. En ese escenario crecerá el PIB provincial y el consumo, lo que redundará positivamente en el comercio y los servicios. Eso sí, siempre que esos inmigrantes puedan trabajar legalmente y aportar con su trabajo a la sociedad de acogida, porque si ese flujo migratorio no va acompañado de una incorporación al mercado de trabajo, tendremos un problema social muy importante. Ese es el gran desafío para la Guadalajara que viene, aunque no el único. Los nuevos vecinos se incorporan a una sociedad europea que tiene unos valores democráticos y una libertad personal a preservar más allá de cualquier creencia religiosa o de costumbres. Sin integración habrá conflicto.

Por último, la sociedad que viene, que ya está aquí, plantea la necesidad de establecer una discusión pública sin prejuicios sobre las implicaciones a largo plazo para las sociedades envejecidas en términos de integración, ajuste del mercado laboral y poder mantener la protección social. Esto es lo que hay; y esto lo que habrá. La cifra de inmigración en Guadalajara se mantendrá, según los cálculos del INE, por encima de los 5.000 inmigrantes hasta el año 2030. Después iniciará un leve descenso.

10 años cumpliendo con su trabajo; ni más, ni menos

Este miércoles 19 de junio se cumple el 10º Aniversario del reinado de Felipe VI. Y lo mejor que se puede decir de él es que los ha cumplido con estricto cumplimiento de sus obligaciones institucionales; ni más, ni menos.

No fue fácil el acceso al trono de Felipe VI porque su proclamación fue adelantada inteligentemente, con el consenso de los dos principales partidos (¡no quiero pensar cómo habría acabado la misma historia de producirse, ahora, con el país polarizado y dividido por un muro!) tras el desbarre de su predecesor en su vida privada. El nuevo rey no solo no lo ocultó sino que lo puso sobre la mesa, aludiendo a que “los principios morales y éticos nos obligan a todos sin excepción; y están por encima de cualquier consideración, de la naturaleza que sea, incluso de las personas o familiares”.  

Foto: Casa Real.

En este sentido, Felipe VI ha contribuido a consolidar una institución que pasaba tal vez su peor crisis en un país que no es Gran Bretaña y lo hizo sabiendo que su legitimidad se imbrica directamente en la Constitución de la democracia: “Nuestra Constitución es la culminación de un proceso que supone el mayor éxito político de la España contemporánea”. El Rey siempre ha sido leal a la Constitución y el más destacado servidor de ella, porque cuando fue necesario, como hizo su padre Juan Carlos aquel 23-F de 1981, salió en su defensa para evitar que fuera derogada ilegalmente. “Desde hace ya tiempo, determinadas autoridades de Cataluña, de una manera reiterada, consciente y deliberada, han venido incumpliendo la Constitución y su Estatuto”. En esos días críticos, Felipe VI fue el principal soporte de la Constitución y dio un paso más: supo liderar moralmente a la Nación con una energía y claridad a la que no llegaron el presidente del Gobierno (Mariano Rajoy) o el jefe de la oposición (Pedro Sánchez). Por tanto, no son gratuitos los desaires que ha sufrido desde entonces por las autoridades separatistas y sus tontos útiles cuando acude en visita oficial a Cataluña. El independentismo tiene muy claro que la Corona representa como ninguna otra institución la unidad de España, y que sin ella sus objetivos políticos son más fáciles de lograr. Por tanto, no esperen de ellos en este aniversario más que algún rebuzno, ahora que desde Frankenstein quieren iniciar un proceso confederal en la financiación de alguna Autonomía «singular», como paso previo a los referéndums de autodeterminación, se llamen como se llamen.

Felipe VI ha sabido asimilar con inteligencia los grandes retos por los que pasa España y lo demuestra cada vez que tiene ocasión, como en el último mensaje de Navidad en que llamó al pueblo español a “evitar que nunca el germen de la discordia se instale entre nosotros….Porque no nos lo podemos permitir”. El monarca sí ha estudiado nuestra historia, al contrario de otros que desoyen a Ruiz de Santayana quien nos advierte que “el hombre que no conoce su historia está condenado a repetirla”.  

Esto es lo que hay. El reinado de Felipe VI alcanza su 10º Aniversario, en los que el monarca ha cumplido con éxito su trabajo: ni más, ni menos. Ojalá que todos pudieran decir lo mismo.

Las Europeas a pie de tierra

Mi principal conclusión de estas elecciones Europeas celebradas en España es que se habló muy poco de Europa y demasiado de política nacional. Así, podemos decir que el PP de Feijóo cumplió parcialmente con el objetivo de ganar de nuevo al PSOE de Sánchez, y por más diferencia (2 escaños y 4,2 puntos), aunque el éxito no es completo porque hace pocos meses la distancia del PP estaba entorno a los 10 puntos y de haberla mantenido podría haber reclamado un adelanto electoral. Por su parte, Sánchez vuelve a perder ante el PP, pero se agarra a un suelo del 30,2%, pero eso no le dió para haber salido con Begoña al balcón de Ferraz.  Vox amplía su fuerza electoral, aunque no llega a los porcentajes de la derecha extrema en Alemania, Francia o Italia.

Europa: clara victoria del democristiano Partido Popular Europeo con 185 escaños, de los que el PP aporta 22, lo que aumentará la influencia en su grupo. El partido de Von der Leyen, la presidenta del Consejo, que repetirá, tendrá que pactar con socialistas (137 escaños) y liberales (80) para no caer en manos de la extrema derecha, que multiplica su influencia, pero todavía no es decisoria. Un motivo de reflexión para conservadores y liberales, que deben afinar sus políticas o en las siguientes elecciones perderán el liderazgo de la Unión ante los euroescépticos. A destacar el primer puesto de la derecha ultranacionalista de Le Pen, en Francia, que ha obligado a Macron a convocar elecciones anticipadas a la Asamblea Francesa, después de ser doblado en votos por el candidato ultra. En Alemania es sonrojante que los extremistas de AfD superen en votos a los socialdemócratas del canciller Scholtz. Esto viene bien al PSOE, en clave interna, porque a pesar de no ganar en España obtiene un buen resultado entre la socialdemocracia europea, que está de capa caída. Conclusión: las fuerzas europeístas resisten el embate de la derecha euroescéptica, que ha cambiado de estrategia. Ya no pide salir de Europa y se conforma con frenar el poder de su Comisión y del Parlamento Europeo, en beneficio de los estados miembros. Es decir: para atrás como el cangrejo.

España: el PP de Feijóo amplía su fuerza electoral al reducir 14,05 puntos con el PSOE sobre las últimas Europeas, aunque la mejora sobre las Generales de Julio es menor: apenas 1 punto.  La principal conclusión es que el crecimiento del PP es hacia el centro y todavía tiene posibilidad de cierta mejora, mientras que el PSOE de Sánchez ha logrado captar el electorado más a la izquierda, pero a costa de dejar en las raspas a Sumar y Podemos, que están en caída libre y nunca le van a aportar a este PSOE una mayoría de gobierno de izquierdas. El PSOE solo es el partido más votado en Barcelona, Tarragona, Navarra, Álava y Vizcaya, donde se ha convertido en un partido cuasi nacionalista, pero a costa de que perder a chorros votos en el resto de España: el PP ha teñido de azul el mapa. No sería extraño que Sánchez convoque elecciones, si le sale mal la investidura de Salvador Illa a quien no puede relegar a un papel residual después de ganar las elecciones. Los tres diputados del partido gamberro de Alvise Pérez (no tiene ni programa) son un voto de protesta de los que piensan que los partidos tradicionales están a lo suyo, a trincar,  y no les representan. Algo parecido pasó con Ruiz Mateos en 1987 y luego no tuvo más trascendencia.

Castilla-La Mancha: El PP ha ganado en las cinco provincias de la comunidad autónoma y en todas ha superado el 40% de los apoyos de los electores, excepto en Guadalajara donde ha conseguido el 37,18% de los votos. Los populares de Lucas Castillo tendrán que analizarlo con detalle, aunque no parece ajeno a que Vox sigue creciendo en la provincia, para desgracia del PP que no consigue capitalizar el voto útil. Estos resultados demuestran que el PSOE retiene Castilla-La Mancha gracias a la política centrista de Emiliano García-Page en la que se ven reflejados electores que no se terminan de reconocer en el candidato popular, Paco Núñez. Los resultados refuerzan a Page frente a los desbarres de Pedro Sánchez con los separatistas, que en Castilla-La Mancha tienen mala venta.

Guadalajara: El PP da la vuelta a los resultados de 2019, donde el PSOE les arrebató su condición de primera fuerza. Los populares crecen 13,25 puntos sobre las últimas Europeas, pero solo 0.8 sobre las Generales. Los socialistas pierden 6,57 puntos sobre las Europeas y 3.38 puntos en comparación con las Generales, lo que denota un descenso de las expectativas de voto para este partido. Vox sigue creciendo 3,53 puntos y ha reunido el 14,45% de los sufragios, y eso que no ha logrado movilizar a todo su electorado potencial, como lo prueba que en la comparación con las Generales (su techo con el 19,25%) pierde 4,8 puntos. Sumar (4,14%) y Podemos (3,11%) caen en picado hasta el punto de que han sido rebasados por el partido ultrapopulista de derechas La Fiesta, que ha sumado nada menos que 6.750 apoyos en Guadalajara (más de uno habría ido a Vox), lo que equivale al 6,52% de los votos. Para que la política institucional se lo haga mirar. Al PP le ha salido más competencia con la Fiesta, aunque su victoria es rotunda en nuestra provincia: ha ganado en 28 municipios mayores de mil habitantes y el PSOE es primera fuerza en 6: Azuqueca, Fontanar, Marchamalo, Molina de Aragón, El Pozo de Guadalajara y Trijueque.

Capital: Mientras el PSOE resiste en su feudo de Azuqueca, se desfonda en la capital si lo comparamos con las Europeas de 2019, porque los socialistas pierden 15 puntos. En la comparativa con las Generales, el progreso del PP es más modesto, apenas 1 punto: del 39,64% de los votos al 40,71%. Los socialistas tuvieron el 33,76% en las Generales y en las Europeas bajan hasta el 29,06, lo que parece una tendencia a la baja. Vox es la tercera fuerza, a pesar de que caen 3 puntos sobre las Generales en las que el partido de Abascal sumó 16,95% y ahora solo el 13,16%. Y Sumar cada vez suma menos: baja del 7,57% al 3,70%. Con estos resultados la composición del Ayuntamiento de la capital sería muy parecida a la actual. Un total de 1.986 electores (el 5,67%) se apuntaron en la capital a la Fiesta de Alvise Pérez, que se convierte así en la cuarta fuerza de Guadalajara. También para hacérselo mirar. Pero esto es lo que hay.

Unas elecciones más importantes de lo que parecen

El domingo 9 de junio se celebran las elecciones al Parlamento Europeo para elegir a 720 diputados, 15 más que en las anteriores elecciones europeas. El Brexit ha liberado los diputados que se asignaban al Reino Unido y que pasarán a engrosar la cuota del resto de países. España es el cuarto estado que más representantes elige: un total de 76.

Tradicionalmente ha habido despreocupación sobre estas elecciones, también en España. Se han celebrado 8 y en tres ocasiones fueron convocadas en solitario. En todas ellas la participación cayó por debajo del 50%, un 10% menos que en 2019 cuando coincidieron con las municipales y autonómicas.

Con todos sus defectos, la historia de la Unión Europea se ha correspondido con un ciclo virtuoso de Europa. Compuesta por 27 miembros desde la entrada en vigor del Tratado de Maastrich en 1993, ha respondido al primer objetivo de sus padres fundadores, los alemanes Shuman y Adenauer, que al finalizar la II Guerra Mundial entendieron que la mejor forma de luchar contra el ultranacionalismo, que está en el origen de las dos guerras mundiales, era crear un espacio económico común en el que se conciliaran los intereses de todos los estados y frenara cualquier disputa territorial. Pero ese primitivo Mercado Común fue también un compromiso con la democracia liberal, la separación de poderes  y el Estado de Derecho, que se ha ido reglamentando con las incorporaciones de nuevos miembros y que a su vez debían participar de esos valores democráticos desarrollados por la jurisprudencia europea. Todo ello ha contribuido a que el continente europeo haya conocido el periodo más largo de su historia contemporánea y el de mayor estabilidad económica. Solo voy a poner un ejemplo: piensen lo que habría sido de un país como España en 2020 cuando por la pandemia vio como caía su PIB un 11,3% anual, el mayor desplome de toda la UE por la estructura de nuestro sector productivo. Habríamos asistido a sucesivas devaluaciones de la moneda y problemas financieros en nuestro sistema bancario – sin auxilio del Banco Central Europeo-, que podría haber acabado con la democracia española, como la hiperinflación de la República de Weimar alentó el desarrollo del nacionalsocialismo en Alemania.

Foto: Parlamento Europeo

Europa supo actuar como escudo ante la crisis y conviene recordarlo cuando desde los extremos se cuestionan principios básicos de la Unión y como alternativa se proponen recetas populistas y demagógicas envueltas en el rancio nacionalismo que nos llevó al desastre en los años treinta. Cierto es que la UE tiene grandes desafíos por delante y que el desacierto en el enfoque de algunas de sus políticas -estoy pensando en la inmigración ilegal, el incierto futuro de los jóvenes, el campo y el medio rural, la vivienda y el urbanismo o el fundamentalismo woke a la hora de abordar el cambio climático y la Agenda 2030- están dando munición a la extrema derecha euroescéptica que, de llegar a triunfar en Alemania o Francia, pondría en aprietos el progreso de la Unión: y riesgo hay en estas elecciones.

Pero esta vez Europa se juega algo más que en elecciones anteriores. Porque la invasión de Ucrania por la Rusia imperial de Putin es una amenaza para la Europa libre, porque “no hacer nada no es una opción; Ucrania no puede perder esta guerra y la UE no puede mirar hacia otro lado”, como dice el presidente del Consejo Europeo, Charles Michel. Estamos ante un gran desafío en medio de un caos geopolítico global, que a buen seguro exigirá una nueva ampliación para acabar de unificar Europa. Y los euroescépticos nunca lo harán.

El mundo está pasando de un sistema con una hiperpotencia a otro multipolar, con China como nueva potencia, y en el que Europa necesitará un encaje especial y aprender a volar sola, especialmente en lo militar. Una más que probable victoria de Trump ante la decadencia del candidato demócrata nos va a dejar una América menos trasversal y más aislada en lo político y económico,  que ya no estará por la labor de defender la libertad en Europa ante la agresión rusa. (Pocas cosas me han impresionado más que la visita al cementerio militar de Omaha junto a las playas de Normandía; y lo que ello significó. De esa gesta se cumple esta semana 80 años cuando miles de jovenes americanos desembarcaron para liberar a los europeos de la peste nacionalista, en afortunada expresión de Jorge Bustos. Pagaron un alto precio por ello y no puede ser en vano).

Los gestores habituales de la Unión Europea, conservadores, liberales y socialdemócratas, que han sido los ganadores históricos de las elecciones, van a tener esta vez más competencia, porque el populismo se ha aprovechado de los errores antes apuntados para meter su cuña ultranacionalista y euroescéptica. Y  en la medida de que esa cuña sea más grande más posibilidad hay de que la toxicidad avance en las instituciones europeas poniendo en jaque a las políticas de cohesión -como sucede en España con los nacionalistas-  de las que hemos podido disfrutar en Europa. Los mayores recuerdan cómo era España en 1986, cuando ingresamos en la UE. Pero Europa ha seguido haciendo ese trabajo solidario y que ha permitido que la renta per cápita de los países que participaron en la última ampliación, en 2004, haya pasado del 55% del PIB europeo al 80%. Un avance que sería incompatible con los que en naciones como España se quieren bajar de las políticas de solidaridad y cohesión, para lo que demandan un régimen fiscal especial.

Pero siendo todo lo anterior lo más importante, cada elección Europea es un test para la política interior de los estados miembros, por lo que cada elector tiene también que tener esto en cuenta. Esto es lo que hay, pero esas cuentas en clave nacional, local y regional las echaremos en el próximo post.

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