Una iniciativa del Congreso que afecta a la Alcarria

Esta semana se ha aprobado en el Congreso de los Diputados una proposición no de ley  (PNL) presentada por el Grupo Popular en la que se instaba al Gobierno a paralizar el plan de cierre de las centrales nucleares españolas, decidido en 2019, y prolongar su vida útil. Tal plan contempla el cierre escalonado de las nucleares entre 2027 y 2035, siendo la última en apagar su reactor la de Trilllo (8.000 millones de kilovatios al año). Hay que aclarar que al ser una PNL, el gobierno de Sánchez no tiene obligación de seguir la recomendación, pero no convendría por ello minimizar la votación del Congreso. Por un lado, demuestra que la soberanía nacional está por rebobinar un plan que ha quedado desfasado en los seis años que han pasado, porque la situación del mundo ha cambiado tras la invasión de Ucrania por Rusia, y hasta países como Alemania, que cerraron su parque nuclear, ahora se lamentan por la excesiva dependencia que tienen del gas procedente de Rusia, lo que compromete su soberanía. Pero también sucede que la Unión Europea ha revisado su política y ahora ha dado la etiqueta verde a la energía nuclear al no producir emisiones de efecto invernadero y eso lo han tenido que asumir antinucleares de la vieja escuela como la socialista Teresa Ribera, actual vicepresidenta de la Comisión Europa. Por estos y otros factores que les ahorro, los socios independentistas catalanes de Pedro Sánchez han revisado viejas política y posibilitaron que prosperara la moción del PP, y no solo los neoconvergentes de Junts sino la izquierda montaraz de ERC que lo justificó por el bien del suministro eléctrico en Cataluña.

Vista de las torres de refrigeración de la central nuclear de Trillo, con las Tetas de Viana al fondo.

Lo que sorprende, por tanto, es el inmovilismo de otras fuerzas de izquierda, sobre todo el PSOE, cuyo portavoz recurrió al populismo barato al decir que la energía nuclear “ni es barata ni limpia” o contraponiendo las energías renovables a la nuclear, cuando todas son necesarias para que España no tenga que comprar energía a Francia, precisamente de origen nuclear.

También se tocó, aunque superficialmente, otro aspecto que debería haber llevado a la reflexión a cualquier diputado elegido por Guadalajara. Los planes alternativos para paliar el cierre de las nucleares han fracasado en España y ya sabemos en Guadalajara, por la experiencia de la central de Zorita, que el declive económico y social llega tras el apagón nuclear a sus comarcas. Me sorprende que en Guadalajara no se ponga el  acento en este punto, no sé si porque ven el horizonte de 2035 muy lejos, aunque tratándose de centrales  nucleares, cuyas decisiones son todas a largo plazo, el apagón está a la vuelta de la esquina.

Como he escrito otras veces: A la seguridad y solo a ella, debería atenerse principalmente un gobierno a la hora de tomar una decisión de la trascendencia que supone acabar con el parque nuclear español; y no guiarse por rancios prejuicios ideológicos que no se sostienen en el mundo actual y que, sin lugar a dudas, empobrecería a nuestra provincia, sin posibilidad de rectificación. Pues esto es lo que hay y lo que nos espera. 

LA FRASE: “Si no conociéramos a Trump y a Putin, la apertura de una negociación de paz en Ucrania sería una buena noticia. Pero conociéndolos, el anuncio ha sido más un mazazo que un respiro”. (José Ignacio Torreblanca, politólogo).                 

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