Volvemos a estar otra vez solos. El cierre de los hospitales de Madrid y Aragón a la atención especializada de pacientes provenientes de Castilla-La Mancha solo afecta a la provincia de Guadalajara, y un poco a la de Toledo, por el corredor de la Sagra, limítrofe con Madrid. Al resto de la comunidad, y especialmente a las provincias manchegas ni “fu, ni fa”. O casi “fa” en el caso de Ciudad Real, que está siendo la principal beneficiaria de ese turismo sanitario autonómico hacia su hospital, porque cuando la gente se desplaza desde 300 y hasta 500 kilómetros de distancia para ir al médico tiene que desayunar, comer, merendar y hasta quedarse a dormir en la capital manchega, si hay que repetir consulta o esta se pasa a primera hora.
Volvemos a estar solos, y ya les aviso que este problema, que es tan grave para Guadalajara, ni tan siquiera será noticia regional, sino simplemente algo que les ocurre a los periféricos de Guadalajara, siempre enredando. Ni habrá debates en el parlamento regional como sucede con el cierre de las urgencias nocturnas en 6 puntos de Atención Primaria (un asunto baladí en comparación con el portazo de los hospitales de Madrid y Zaragoza), ni la oposición lo va a priorizar en su agenda reivindicativa, ni tan siquiera los medios regionales radicados en la capital imperial lo van a prestar mayor atención. Sobre este asunto intentarán que caiga un muro de silencio, como si no pasara nada, del que serían cómplices los políticos guadalajareños que deben su cargo al aparato toledano. ¡Ya ven la de mociones que se han promovido al respecto en la Diputación o los ayuntamientos! Ni una. Siguen sin querer enterarse. Y ya no digo de articular una posición común al tratarse de un asunto tan trascendental, que sería lo lógico. No quiero ni imaginarme la zorrera que habría montado el PP de Tomey, si esto hubiera pasado en la época de Bono. ¡Hay que ser autónomos y de Guadalajara antes que del PP o del PSOE!
Los convenios con las comunidades limítrofes ya no valen, como ha quedado demostrado. Son papel mojado. No hay que conformarse con firmar otro convenio con la comunidad de Madrid o con la de Aragón, que reconduzca el problema. Porque ya se ha visto que obliga a muy poco y una cosa tan importante, como es una asistencia hospitalaria cercana, no puede depender del capricho del gobierno de turno. La única solución que se debería aceptar es que el acceso al hospital de Zaragoza de las sexmas molinesas limítrofes se garantizara por Ley. De igual manera que la del resto de la provincia a los hospitales de Madrid. Como se reguló con una Ley la adscripción de Guadalajara a la Universidad de Alcalá, y que nos ha permitido seguir estudiando en la UAH, después de la creación de la Universidad de Castilla-La Mancha.
Necesitamos una Ley que garantice que no vamos a perder nuestros derechos como españoles, por encima de la pertenencia a una comunidad autónoma. Porque esto es lo que nos ha ocurrido con la Sanidad en Guadalajara. Que la Autonomía nos ha alejado de los hospitales que con el centralismo teníamos garantizada. ¡Se dice pronto!
Si no estuvieran dispuestos a ello, nos estarían obligando a buscar otros procedimientos para que los hospitales de Zaragoza y Madrid no nos den con la puerta en las narices. O en la camilla. Y ya saben a los que me refiero.
Esto es lo que hay.