Saludo y valoro positivamente las declaraciones de la ministra de Transición Ecológica (manda huevos, como diría Trillo), que asume las competencias de Medio Ambiente e Industria (agua y aceite), que con Rajoy gestionaba el Ministerio de Agricultura, Pesca y Medio Ambiente hasta que Sánchez lo despiezó en dos y añadió el de Industria.
Teresa Rivera dijo en una entrevista con El País, refiriéndose a los Trasvases, que lo “extraordinario no se puede convertir en ordinario, que todos los meses o todos los años tengamos que hacerlo». Y no es poca cosa.
El famoso Memorando por el que se modificaron las reglas del Trasvase con el gobierno Rajoy tenía una cosa buena y otra muy mala. La buena, que subió de 240 Hm3 hasta 400 Hm3 la cantidad mínima por debajo de la cual no se podían autorizar trasvases. Y la muy mala: que el Memorando convierte en la práctica a los pantanos de Entrepeñas y Buendía en un aljibe del levante español, ya que de una manera sistemática el anterior gobierno concedía un trasvase de 20 Hm3 mensuales cuando se superaban esos 400 Hm3, y lo elevó a los 38 Hm3 en mayo y junio al haberse superado los 688 hm3 embalsados en la cabecera. El Memorando se aplica a rajatabla, iba a decir como si fuera la Constitución -¡ya lo quisiera nuestra cara magma!- con independencia de la situación hidrica en las cuencas del Tajo y del Segura. Por eso es tan importante que la nueva ministra entienda que el recurso del trasvase debe ser algo extraordinario, para que no sea el abuso actual. Aunque me hubiera gustado saber qué opina del asunto el otro ministerio afectado, el de Agricultura, Luis Planas, quien a estas alturas ya está recibiendo presiones del lobby trasvasista.
Estos nuevos principios anunciados por la ministra Ribera van a pasar pronto la prueba del algodón. Con arreglo al Memorando en julio se podría aprobar un nuevo trasvase. ¿Qué hará la ministra en los próximos días? ¿Será propaganda o hay detrás de ella otra forma más sostenible de concebir la política del agua en España, que hasta ahora se resume así: “No a los trasvases, excepto el del Tajo-Segura”.
¿Habrá sorpresa también en el PP? A Pablo Casado se le está poniendo cara de Pedro Sánchez, salvando las diferencias, ustedes me entienden. A medida que pasan los días está logrando extender su idea de que es el candidato de las bases y el que mejor condición está para ofrecer esa imagen de renovación que necesita el Partido Popular, para dejar atrás la sombra de la corrupción. Casado lleva desde niño en el PP, colaboró con Aznar, pero por edad y maneras está dibujando una imagen que, ya digo, me recuerda a aquel Pedro Sánchez que venció a Susana Díaz, una mala candidata de Despeñaperros para arriba, pero que era apoyada en pleno por la inteligencia socialista, desde González a Zapatero. No tengo acceso a ninguna encuesta, ni a ninguna información privilegiada, pero mi instinto, el aire que se respira, me dice que a la final de estas Primarias low-cost del PP van a llegar Pablo Casado y Dolores de Cospedal, y por este orden, con Soraya más retrasada. Y aunque en teoría los compromisarios podrían elegir al candidato que ha quedado segundo en las preferencias de los afiliados, si el resultado no se decide en la foto-finish, es invendible para su electorado que una minoría de compromisarios enmienden la plana a la militancia.
Esta primera experiencia de democracia abierta en el Partido Popular, aunque tan limitada que no ha dado ni para un triste debate entre los aspirantes, por lo menos ha servido para limpiar el censo de este partido, irreal e inflado hasta más de lo sospechado. A nivel nacional, los 869.535 afiliados teóricos que tiene el partido se han quedado en el 7,6% del censo, 66.384. En Castilla-La Mancha los 51.770 se han reducido a 4.803 afiliados. Y en Guadalajara, aunque no se ha hecho público el censo oficial de militantes (los dirigentes populares siempre hablaron de más de 4.000) se han reducido a 423 los inscritos. Esto es adelgazar y no lo que hago yo antes de ir a la playa en verano.
Un sanchista desconocido para delegado del Gobierno.- El delegado del Gobierno en Castilla-La Mancha, González Ramos, el hombre que mandó de avanzadilla a José Luis Blanco a escalar en sandalias el Everest de Page en las Primarias para la secretaría regional del PSOE (“las uvas no están maduras”, ya lo decía la zorra de Samaniego), ha nombrado como subdelegado del Gobierno a Ángel Canales Cerrada, cuya carrera política se reduce a llevar dos meses de alcalde de su pueblo, Prádena de Atienza, 51 habitantes, cargo al que accedió tras sustituir a la alcaldesa dimisionaria. Ingeniero Topógrafo, trabajaba como profesor de un IES en Getafe y residía en la comunidad de Madrid, por lo que apenas es conocido en Guadalajara salvo para el reducido círculo que apoyó desde los inicios a Pedro Sánchez en esta provincia en las dos Primarias que ganó. Me cuentan que en aquellos rudos episodios, que partieron al PSOE provincial, fue muy activo en las redes sociales, no en vano es profesor de tecnología, en apoyo del actual presidente de Gobierno. Y ahora es su subdelegado en lugar de personalidades con más currículo que habían sonado para el cargo. Bienvenido y suerte. Con no meter la pata habrá logrado el 90 por ciento del éxito. Y si encima acierta con el 10 por ciento a lo mejor llega lejos. Ahí tienen a la ministra Valerio. ¡A ver quién es el guapo que la discute ser cabeza de lista en las siguientes, y desconozco si próximas, no lo parece, elecciones Generales!
Esto es lo que hay: estar el sitio justo en el momento más oportuno.