El Grupo Socialista del Ayuntamiento de Guadalajara se apuntó un buen tanto develando al vecindario de esta ciudad un trascendente proyecto que el actual equipo de Gobierno tiene entre manos, hasta tal punto de que se ha gastado ya unos 60.000 euros en una asesoría externa que se encargará de elaborar el pertinente informe jurídico y el pliego de condiciones del citado contrato. Los socialistas se mostraban airados por las condiciones de “secretismo” sobre las que se estaba gestando el citado contrato, e incluso iban más allá en sus especulaciones al decir que “alguien va a sacar tajada de esto”.
Al día siguiente, el alcalde Antonio Román, confirmaba la mayor de la información brindada por el Grupo Socialista. El Ayuntamiento ha encargado asesoría externa para estudiar la gestión conjunta de distintos servicios municipales, que hoy llevan a cabo diferentes empresas en orden a lograr una mayor eficiencia y un menorr coste de los citados servicios. Una explicación razonable sobre la gestión en multiservicio que avanza entre los ayuntamientos españoles, con independencia de su adscripción ideológica. El más cercano, Azuqueca de Henares, del actual líder provincial del PSOE, Pablo Bellido, quien en la presentación del nuevo servicio de “wellness”, que una empresa privada promueve en las instalaciones municipales de la piscina, reconocía ante los medios de comunicación: «Antes había cinco empresas trabajando en la piscina, desde que planteamos el cambio de modelo a través de la gestión conjunta, hemos logrado una ahorro de casi 4,5 millones de euros para los vecinos, impulsando al mismo tiempo una transformación en cuanto a instalaciones deportivas municipales sin precedentes». Palabra de Bellido.
Se apresura, por tanto, la portavoz socialista, Magdalena Valerio, al criticar la filosofía del proyecto municipal de concentrar los servicios, y ya no digamos por avanzar juicios sobre el resultado del mismo: «Pierde la ciudadanía, pierde el Ayuntamiento y pierden los trabajadores que actualmente prestan estos servicios municipales en las empresas especializadas que los tienen adjudicados, pero alguien saca tajada”, sugirió.
Pero dicho esto, también debo añadir que entiendo el enfado de Valerio por no haber sido informada de las pretensiones del equipo de Gobierno, teniendo en cuenta de que estamos hablando de un contrato de unos 300 millones de euros y de una vigencia de unos 15 años. Con lo que si se cumplen los periodos de alternancia política que son habituales en esta ciudad, es muy probable que también afecte a un futuro gobierno municipal socialista, solo o acompañados.
Razonable, por tanto, el propósito del Ayuntamiento de concentrar la gestión de las distintas empresas municipales, en base a lograr sinergias y una mayor eficiencia, pero mal los procedimientos seguidos, hasta ahora, tanto en lo informativo –es la oposición la que informa a la ciudad de lo que hace el equipo de Gobierno- como en la gestión previa de dicho proyecto. Es más cansado, ya lo sé, pero Román debe trabajar especialmente por logar un consenso con la oposición al tratarse de un contrato de larga duración, y no abusar de su actual mayoría absoluta para imponer los criterios de un tema, que por otro lado está bien pensado. Porque una cosa es la mayoría, legítima, conseguida en las urnas, y otra diferente la prepotencia que se gastan algunos concejales de este ayuntamiento. Porque así se empiezan a perder las elecciones. Como la historia nos tiene enseñados.
Esto es lo que hay.