Castilla-La Mancha ya tiene nueva Ley Electoral que reduce de 49 a 33 los diputados a elegir apenas a 10 meses de las elecciones y se ha armado la marimorena. Algunos incluso sospechan que Rajoy quiere ver lo que pasa y si no pasa mucho a lo mejor se decide a promover la elección directa de alcaldes, de la que ya hablé en un artículo anterior. Queda feo cambiar las reglas en medio de un partido. Pero el asunto merece una pensada.
¿Estamos ante el mayor pucherazo electoral de la democracia?, como decía ayer Cayo Lara y Emiliano García-Page con lo boquita pequeña. Rotundamente, no, aunque si admitiéramos pucherazo como animal de compañía estaríamos por lo menos ante un puchero de dimensiones similares al que utilizó Barreda para cocinar la reforma Electoral con la que acudió a los de 2011. El meollo de la cuestión está en las provincias impares. Hay que aclarar que en ellas lo normal es que se saque un diputado de diferencia con ganar por un solo voto al partido que queda en segundo lugar. En las provincias pares, en cambio, se necesita ganar por más votos de diferencia para no empatar. Pues bien, Barreda aprovechó que Guadalajara había superado en población a Cuenca, y teniendo un diputado menos, para hacer el siguiente guiso: pongo un escaño más a Guadalajara y otro a Toledo y dejo a todas las provincias pares menos a una, casualmente Ciudad Real, con lo que la provincia natal de ex presidente se convertía en la circunscripción en la que se decidía las elecciones en Castilla-La Mancha. También casualmente Ciudad Real es una provincia en la que tradicionalmente las Autonómicas las ha ganado el PSOE. Este guiso tenía además un ingrediente con mucho picante, que habría contaminado la comida entera: El PSOE podría perfectamente haber ganado por un escaño las elecciones en CLM aun recibiendo menos votos que el PP, con lo que la presentación final del plato habría quedado cochambrosa. Pero algo falló: los populares ganaron en Guadalajara por una diferencia mayor a la esperada y el previsible reparto de escaños entre los dos partidos mayoritarios se convirtió en un 5-3 que anuló la ventaja por 6-5 que los socialistas habían obtenido en Ciudad Real. Y Cospedal se convirtió en presidenta de CLM, a pesar del truco de Tamariz de Barreda.
¿Y cuál es el guiso de Cospedal? Esta vez la benéfica justificación ha sido reducir el número de diputados, con lo que estoy de acuerdo, como luego explicaré. Pero los políticos no dan puntada sin hilo, y lo que ha vuelto a cocinar Cospedal es un puchero con ingredientes muy parecidos a los de Barreda. Con la excusa de que nos vamos a ahorrar 15 escaños, en lo que en principio estamos casi todos de acuerdo menos los 15 diputados que los iban a ocupar, Cospedal hizo otro revuelto con las provincias pares e impares y después de hacer sumas y restas como para calcular la trayectoria de un viaje a la Luna salió la siguiente base para el guiso: todas las provincias tendrán un mínimo de tres diputados y el resto se van añadiendo en función de la población. El mejunje tiene mejor pinta que el pisto manchego de Barreda, pero después de revolverlo todo en qué se queda: que Guadalajara, Toledo y Cuenca se convierten en provincias impares, lo que en principio –solo en principio—parece beneficiar al PP, mientras que Ciudad Real pierde su estatus privilegiado de Princesa de La Mancha y se queda como provincia par, al igual que Albacete. Y el PSOE monta en cólera, porque en teoría les perjudica. Debían haberlo pensado el día en que ellos cambiaron unilateralmente la ley Electoral. Entonces escribí que un mapa electoral que se cambia sin consenso en beneficio propio está condenado a ser modificado por el mismo procedimiento. Ye eso es lo que sucederá cuando la izquierda retorne el poder en esta región, aunque aplicando esta nueva ley no le va a resultar fácil. Por lo menos en 2015. Conclusión: con estos antecedentes no es el pucherazo más grande de la democracia, pero sí se ha perdido una nueva ocasión, otra más, para hacer una ley Electoral por consenso en donde la asignación de escaños sea menos interesada y más objetiva.
¿Son necesarios 49 diputados en Castilla-La Mancha? Ya les digo que no. No hay trabajo parlamentario para tanta tropa. Aunque el ahorro sea entorno al millón de euros, y más de alguno diga que es el chocolate del loro en los parlamentos autonómicos españoles hay tanto loro comiendo chocolate que van a dejar a Guinea sin cacao. Pero esta no es la cuestión de fondo. La izquierda ha vendido bien en los medios el argumento de que no sólo se reducen el número de diputado sino que han quitado el sueldo a los diputados (en realidad les han dejado mileuristas, como varios millones de españoles, que es lo que cobrarán en dietas) y eso es un agravio porque solo los ricos se van a poder dedicar a la política en Castilla-La Mancha. Dejando a un lado que los ricos tienen otras cosas más provechosas que hacer a lo largo del día que ir al parlamento de Toledo, ese razonamiento sería perfectamente defendible si no fuera porque en el fondo es falso. En Castilla-La Mancha, la mayoría de los diputados tienen otro cargo, son alcaldes, concejales de ciudades importantes o fontaneros importantes de sus respectivos partidos, y hasta que Cospedal les hizo mileuristas dedicaban la mayoría de su tiempo no a la actividad parlamentaria sino a las funciones reseñadas. Las Cortes de Castilla-La Mancha se habían convertido en una pagaduría, y eso queda muy feo. Dicho esto, que las Cortes regionales podrán funcionar perfectamente con 33 diputados, sí me parece que los que queden deberían tener unas rigurosas incompatibilidades y solo así serían merecedores de un sueldo superior a mil euros.
¿Es antidemocrático este nuevo sistema electoral? Evidentemente, no, señor Cayo Lara, otra cosa es que a usted le interese unas Cortes con 81 diputados para obtener una mayor representación. Le aseguro que en eso le entiendo, cada uno defiende sus intereses, como el partido de la señora Díez o la fuerza política de moda en la izquierda. Pero argumentar que un sistema no es democrático porque no tiene una representación proporcional pura es tanto como negar que Estados Unidos o el Reino Unido sean democracias, por tener sistemas mayoritarios. Un disparate mayúsculo. En política todo es opinable, y hay bastantes que pensamos que los gobiernos deben tener estabilidad para que puedan trabajar por los ciudadanos, porque para eso elegimos a nuestros representantes, no a que gasten la mitad de su tiempo en mercadear una mayoría en un ayuntamiento o un parlamento. Así que la condición democrática de un país no la garantiza sus sistema electoral sino otros comportamientos y actitudes en las que ingleses, norteamericanos o franceses –que no tienen un sistema electoral proporcional—nos llevan dos siglos de ventaja.
Es más, en la Europa democrática hubo un país en el que había un sistema proporcional químicamente puro y no solo trajo inestabilidad sino corrupción a manta, porque eran tantos los favores a pagar para formar gobierno que hubo que sacarlo hasta de los fondos de la mafia. Un sistema en el que podían nombrar presidente del consejo a un tipo que pertenecía a un partido minoritario y que a lo mejor había sacado un 5 por ciento de los votos, mientras que partidos con casi el 40 % de los votos (los eurocomunistas de Berlinguer) no salían de la oposición, porque si había que unirse todos contra ellos, pues se unían.( Como pasa ahora en España con algunas autonomías y ayuntamiento para que no gobierne el PP). Un sistema que acabó con los muñidores de toda esa podredumbre en los tribunales o refugiados en Túnez para escaparse de la cárcel. El que crea que un sistema proporcional puro y los gobiernos multipartidos es la quintaesencia de la democracia, yo le invitaría a que conociera la vida y milagros de la Italia de Gulio Andreotti y de Betino Craxi.
Esto es lo que hay. A mí tampoco me gusta demasiado, pero antes que la demagogia populista de los que se creen que todo es gratis y que nadie es responsable de nada, pues que quieren que les diga. Por eso me molesta que los dos partidos de gobierno en CLM hayan perdido otra oportunidad para comportarse como Dios manda.