Archive for febrero, 2015

Sobre imputados e investigados, el caso Bellido

 

Varias precisiones y una reflexión general sobre la denuncia del PP contra Pablo Bellido. Para que no se líen mucho, porque hoy en día la propaganda abunda más que la información. Pero esto es lo que hay.

Diligencias previas. Lo que el juez inicia ante la demanda del PP sustentada en un informe solicitado a dos técnicos  sobre las obras realizadas en el Centro Joven de Azuqueca son  unas diligencias previas.  Y así lo hace constar el juez en su auto, en el que se aclara que “no están determinadas la naturaleza y circunstancias de tales hechos ni las personas que han intervenido”. Para abrir esas diligencias previas, y como la denuncia parte de una situación presuntamente ilegal producida en el Ayuntamiento de Azuqueca, lo que hace el juez es llamar al máximo responsable de ese ayuntamiento a declarar, y lo hace como la situación procesal  lo requiere, en calidad de imputado,  que en este caso es una garantía, porque su señoría no sabe lo que va a deducirse de esas diligencias previas. Lo que hará por lo tanto el juez es determinar la naturaleza y circunstancias de tales hechos, y a partir de ahí tiene dos opciones: o archivar la denuncia porque no encuentre  nada delictivo en su investigación previa, o seguir adelante con ella mediante las imputaciones correspondientes, dando traslado de todo ello al ministerio Fiscal para la calificación inicial de los hechos.  Y a partir de ahí se seguiría con el sumarío correspondiente a cargo del instructor.

Un derecho de la oposición.- La denuncia del PP se fundamenta en el informe de parte encargado a dos técnicos y en el que según el cual el coste real de la obra ejecutada en esta primera fase no llegaría  al medio millón de euros mientras que se ha certificado obra por unos 890.000 euros,  según el proyecto aprobado. La presidenta del PP Ana Guarinos se refería a que no es una cantidad pequeña sobre la que se discrepa, ciertamente casi medio millón de euros sobre una obra de 890.000 en mucho dinero, y que como oposición el Grupo Popular de Azuqueca tiene el derecho   a acudir a los tribunales. Yo no se lo discuto, y por ello nadie se debe rasgar las vestiduras ni montar ninguna escena. Ahora bien, si se demostrase que ese informe  es deficiente o incluso temerario, se les puede volver en su contra y los denunciados podrían ejercer las accions judiciales correspondientes  para reparar su honor y buen nombre a que hubiera lugar.  Por de pronto, en esta fase de diligencias previas, como ha anunciado el Ayuntamiento azudense, los servicios técnicos municipales están trabajando para “desmontar punto por punto” el informe de los técnicos. El juez confrontará ambos informes, podría incluso reclamar un tercero, ya veremos,y decidirá en consecuencia sobre si ha habido o no tanto desajuste, como sostienen los denunciantes.

Los alcaldes no son dioses.- Tengo aprecio personal por Porfirio Herrero, uno de esos políticos que si no pueden arreglar un tema por lo menos no lo complican, que es lo habitual en otros, así que me va a costar sacudirle con la zurriaga, pero supongo que todos tenemos algún día malo en el que  se nos va la cabeza y lo confundimos todo. Mismamente mi estimado senador, que en una rueda de prensa llegó a decir algo como esto: “Bellido tiene que reconocer que él es el único responsable de todas la obras que se realizan en el Ayuntamiento y el ordenador de los pagos, por eso no puede culpar a los técnicos que solamente se limitan a cumplir sus órdenes”.

¿Pero que sostienes con esto, Porfirio? Que lo que dicen los técnicos en sus informes es  lo que previamente les han ordenado los políticos que hagan? Pues si así fuera, no harían falta técnicos, solo un escribiente que recogiera la voluntad de los alcaldes, pero el sistema se nos habría ido por el inodoro. Cualquier desahogado valdría para alcalde, porque carecería de freno alguno, y a sensu contrario ninguna persona medianamente sensata querrá ser alcalde si de cualquier cosa que pase en el Ayuntamiento puede ser responsabilizasdo penalmente. Pues claro que hay una responsabilidad política en los ayuntamientos y en cualquier institución, pero en ninguna ciudad grande un alcalde se dedica a repasar si las farolas o la pintura de una obra es la consignada en el proyecto; o no. Para eso están los técnicos, que son los que deben defender los intereses de la institución frente a los contratistas, luego los concejales de área, después las juntas de gobierno y finalmente los alcaldes como últimos responsables, que a la vista de los informes anteriores confirman o no las decisiones. No conozco ningún caso en que un alcalde haya sido condenado por una cuestión técnica si ha cumplido con todas esas garantías. Y si algún alcalde o un concejal ordena a un técnico lo que tiene que poner en informe, alterando la realidad, estaríamos hablando de al menos dos delitos; pero  por ambas partes. En fin, Porfirio, si yo creyera que esto fuera verdad, que los técnicos hacen sin rechistar lo que les ordenan los alcaldes, me sobrarían todos los técnicos, y no perdería el tiempo yendo a votar el 24 de mayo. Prefiero imaginarme que en el fragor de la emoción por la imputación (previa) de Bellido, perdiste tu habitual buen sentido común.

¿Imputados o investigados?  Si hay un asunto en el que los políticos pierden el oremus y se niegan a ver la viga en el ojo propio es en lo tocante a las llamadas imputaciones. Tal es así, que mientras solo hubiera unas diligencias previas, creo yo que  sería más justo cambiar el adjetivo de “imputado”  por el de “investigado”. Y reservar el término “imputado” a que hubiera una calificación inicial del Ministerio Fiscal y a la apertura de un procedimiento penal, como consecuencia de esas diligencias previas. Populares y socialistas están jugando con las cartas marcadas cuando hablan de imputados, dan una imagen mayor de pobredumbre de la política española en general, y con su cinismo están alimentando el fuego del populismo. Que luego no se quejen de que los bárbaros acaben por saltar el muro de Adriano. Y como nos enseñó Aristóteles se acabe imponiendo la demagogia, como forma corrupta o degenerada de la democracia.

Pues claro que a Bellido le asiste la razón cuando pide declarar “cuanto antes”, para librarse en campaña electoral  del estigma de la imputación. Pero no por ello debemos olvidar tampoco que  el ciudadano corriente debería tener derecho a una justicia, que por su lentitud, muchas veces deja derlo.

CIUDADANOS FICHA A RONALDO.- Llevo varios años siguiendo el blog económico  “Nada es Gratis” de Luis Garicano, y me sorprendió que Ciudadanos lo haya fichado para redactar su programa económico,  porque el profesor de la London Scohool of Economist  es Ronaldo o Messi en terminos  futbolísticos por la frescura y la innovación de sus propuestas económicas frente al lenguaje de los conservadores, que lo están fiando todo a las políticas de austeridad, para no seguir aumentando la deuda –que por otra parte en muchos países sigue in crescendo–, o el keynesianismo puro y duro de los socialdemócratas, que salvo meritorios casos como el de Manuel Valls en Francia, todavía  se piensan que con subir la inversión pública y las prestaciones sociales se va a conseguir una reacción de la demanda y el consumo como pasó tras la segunda Guerra Mundial. Esta Europa y la sociedad que alumbra no tiene nada que ver con esa época, es más, por la salida tan desigual de la crisis que la clase media está sufriendo, recuerdan más a décadas anteriores, como los años veinte y treinta en Alemania, que alentaron los populismos más autoritarios, aquellos que consiguieron engañar a esas clades medias ofreciendo soluciones simples para problemas extremadamente complejos,  y visualizando enemigos comunes como pasó con los judíos.

Me interesa especialmente del paso adelante de Garicano, que va a poner en el debate político algunas de las ideas reformistas que lleva explicando en su blog y en sus libros en los dos últimos años. Me estoy refiriendo a ese contrato único, que tanto asusta a sindicatos y patronales, para combatir la temporalidad y acabar con la precariedad, en el que todas las nuevas contrataciones  se harían con un contrato indefinido con indemnizaciones crecientes, proporcionales a la antiguedad del trabajador en la empresa. Un contrato que no afectaría a los ya existentes.

Estaríamos hablando de esa mochila a la austriaca, formada por las aportaciones empresariales a una cuenta individual de cada trabajador equivalente al  1% de su salario, y que podría disponer de esos fondos acumulados en caso de despido o en el momento de su jubilación, con bonus buenos y malos para las empresas que despidan menos.

O esa propuesta para ese Complemento Anual Garantizado, que no es esa renta básica sin más que proponen algunos  y que no podrían soportar las finanzas de ningún país europeo,  amén de desalentar la actividad, una propuesta que Garitano contempla para aquellos hogares en los que las personas principales hayan obtenido  rentas salariales y/o ingresos del trabajo por cuenta propia, sin llegar a alcanzar una cuantía mínima anual.

Garicano es un gran fichaje para el partido  de Albert Rivera, una fuerza emergente en todos los sondeos, y mal harían los partidos mayoritarios en responder llamándoles por su nombre en catalán, Ciutadans, en lugar de fomentar debates sobre cómo podemos salir de esta con nuevas propuestas que ataquen los males de mercado de trabajo español, la precariedad y la temporalidad, que no se van a resolver volviendo a  viejas prácticas paternalistas que desaniman la contratación y la movilidad laboral.

Ciertamente que hay cosas que matizar en lo que ha expuesto Garicano en estos últimos días, pero nadie puede negar que tienen aroma de agua fresca. Vendrá bien para animar el cotarro.

Román, a por su tercer mandato

Antonio Román confirmó el viernes que volverá a ser candidato a la Alcaldía de Guadalajara. Y lo será por cuarta vez consecutiva. En la primera de ellas, en 2003, el  PP fue el partido más votado, pero el PSOE de  Jesús Alique gobernó en coalición con Izquierda Unida. En 2007, Román ganó contra pronóstico  por una ajustada mayoría absoluta y en 2011, revalidó el gobierno con 16 concejales, la victoria más holgada de la historia democrática de Guadalajara, superando a los 14 concejales de Javier de Irízar en su segunda legislatura. Román llevará  cuando se celebren las elecciones del 24 mayo 16 años años de edil en el Ayuntamiento de Guadalajara, de ellos ocho como alcalde, y si entonces fuera reelegido por tercera vez se convertiría en el alcalde democrático más longevo desde la restauración democrática de 1978, superando a Javier de Irízar ( 1979-1991) y a José María Bris (1992-2003). Cuando terminara su tercer mandato en 2019, si así lo quisieran los electores, y él aceptara tal honor que es a la vez servidumbre, porque el elector le elige a él, y a nadie más, el doctor Román será historia de  la ciudad, y se habrá ganado con creces pasar a formar parte del callejero, como por otra parte es tradición entre los alcaldes arriacenses.

Dicho esto, porque es de justicia, entiendo perfectamente que  Román hubiera tomado la decisión de no presentarse  más, para dedicar todo su tiempo a la familia y a la profesión médica. Así lo dijo él, y yo le creo a pies juntillas. Tal es así, que durante los dos últimos años,  especialmente, Román ha promocionado la candidatura de Jaime Carnicero como su posible sustituto, hasta convertirle en el vicealcalde de facto, aunque el cargo no exista oficialmente en el organigrama de esta corporación, pero las cosas funcionan en los partidos de otra manera, y máxime cuando ya no eres el presidente provincial. Dato muy importante.

Así que Cospedal ha tenido que  pedirle personalmente que siga, porque es la opción más valorada en las encuestas que hace su partido, y él no ha tenido empacho en admitirlo cuando anunció la buena nueva con la presidenta regional del  PP a su lado: “Me han hecho ver que era necesario mi apoyo”. Y eso es exactamente lo que se remató el pasado jueves entre Román y los notables de su partido. No se ha ha hablado de más, y en eso incluyo las (posibles)  elecciones de noviembre, para las que queda un mundo, y cualquier comentario sobre si al Congreso irán Guarinos, Román, Echániz solos o acompañados de algún paracaidista, pues es pura ciencia ficción. Esto ahora no toca, y lo que hay que saber primero es qué va a pasar el 24 de mayo, y quién gana y quién pierde. La sensación a día de hoy es que la Diputación está dificilísima para el PP, por la marea roja en el Corrredor, como vaticinan las encuestas; que las autonómicas van a estar muy disputadas, y que Cospedal se juega otra vez  en Guadalajara el gobierno regional, porque  aquí necesita para la mayoría sacar dos diputados de diferencia  (3 para el PP y los otros dos para el PSOE o a repartir uno entre PSOE y Ganemos-Podemos, ya veremos como se concreta la oferta a la izquierda de los socialistas); y por último queda el Ayuntamiento de Guadalajara,el mayor escaparate de la política provincial, donde cualquier cosa puede ocurrir. Un día las encuestas le dan al PP los 13 concejales, es decir, conservaría la mayoría absoluta, y otras veces se queda al borde, con lo que si no pudiera pactar con algún partido emergente que entrara  el Ayuntamiento (Ciudadanos, UpyD, Vox…) , pues nuevamente estaríamos ante un gobierno municipal en coalición de izquierdas, pero más a la izquierda de lo que es habitual, porque  por primera vez en la historia democrática, el PSOE  de Daniel Jiménez (todo un héroe) va a luchar por seguir siendo el primer partido de la izquierda, no solo por ser el alcalde. Y eso lleva una una prima en términos de voto útil, que puede ser decisivo.

Ante este panorama ex novo, que hace de estas elecciones las más emocionantes desde 1979, hay que reconocer a Román el valor torero de no haberse marchado a su casa y al hospital, porque para él habría sido lo más cómodo, y más después de que su partido no le haya “comprado” su alternativa, porque las encuestas son las encuestas, y en el PP no hay Primarias pero tienen a Arriola. La oposición a buen seguro que explotará el punto flaco de esta historia: si después de haber reconocido que quería marcharse, ¿a Román le queda la necesaria ilusión para acometer una nueva legislatura de cuatro años más? Veremos cómo nos convence de que no hay gato encerrado.

Román tendrá la capacidad de proponer la candidatura, aunque luego ésta tiene que pasar por el comité regional y finalmente por el nacional. El propio Román sabe que él no habría sido concejal en sus primeras elecciones si Luis de Grandes no le llega a pegar un empujón hacia arriba al orden de la lista que salió de Guadalajara.  Hay la lógica expectación por saber quién ira de número dos, por lo que ello lleva consigo,  aunque conociendo la historia de este partido, a muchos no nos cabe la menor duda de que será la presidenta provincial, Ana Guarinos.  Del resto, ya no me mojo, intuyo que habrá cambios, pero tampoco demasiados.

Si Román no fuera reelegido, y eso no es una intuición, lo ha dicho él,  dejaría el escaño. Es lo normal. Cuando se ha sido alcalde, ya no se puede ser portavoz de la oposición. Y eso valdría para la Diputación, como se ha visto por la experiencia de María Antonia Pérez León como portavoz del grupo Socialista. Cuando se ha gobernado, hay tanto peso en la mochila, que es mejor dejársela a otro. Esto es lo que hay.

PD.- Sigo con impaciencia que nos anuncien el contenido y la fecha exacta en que se firma el convenio sanitario con Madrid, porque ya están tardando. También imagino que cualquier día nos anunciarán que se ha llegado a un acuerdo con el ministerio de Defensa para la compra del complejo de Las Cristinas, para campus universitario, por el que hace tiempo que hay una oferta de la Junta, que según me dicen no está nada mal, teniendo en cuenta de que el ministerio no tiene ningún proyecto para el citado inmueble.  Me imagino que pronto tendremos noticia, pero tampoco es cuestión de dejar las cosas para última hora.

Guadalajara, en el fondo del saco

Hace unos días, un pequeño empresario dedicado al sector de las reformas me decía que estaba pensando muy seriamente en trasladar su domicilio social a Alcalá de Henares, aunque seguiría trabajando para todo el Corredor. “¿Y eso”?, le pregunté. “Es que en Guadalajara estamos en el fondo del saco”.

Me dejó pensativo José Félix , porque este empresario había empleado una metáfora muy acertada para definir la situación que vive nuestra provincia al fondo de ese saco, que es naturalmente el Corredor del Henares, el pulmón sobre el que gravita la economía y el empleo provincial. Entre el empresariado local, hay una sensación de que las diferencias internas son cada vez mayores entre el tramo madrileño y el alcarreño, tanto en términos de empleo, actividad económica y fiscalidad, y lo que es peor: que no hay una estrategia de respuesta para armonizarlas.

Los datos de empleo así lo confirman. Mientras en  la comunidad de Madrid, la última EPA de 2014 fijó una tasa de paro del 18,08%, en Guadalajara cerramos el año con el 23,7% de paro, prácticamente en los mismos niveles que la nacional, que está en el 23,7%, cuando históricamente nuestra provincia ha estado varios puntos por encima. No es consuelo apuntar luego que a pesar de todo ello sigue siendo la tasa de paro más baja de las cinco provincias de Castilla-La Mancha, que está en un vergonzoso 28,5%, a pesar de que en 2014 se ha creado empleo neto, porque nuestro territorio natural está en Madrid, y no en La Mancha. Si seguimos con los datos del paro, en este caso del registrado, el aumento del número de parados en enero de 2015 aumentó el 3,62%, un duro mazazo,  porque si bien esta caída está muy ligada a la temporalidad y al sector servicios en particular, que sistemáticamente destruye puestos de trabajo tras las navidades, ese número de 728 parados más en un mes es un duro golpe, se mire como se mire, para el ánimo de las familias alcarreñas, y eso luego tiene su traducción sociológica;y por tanto política. Ni tan siquiera nos debería consolar, que por el tipo de contratos, en Guadalajara se han realizado en enero 505 contratos indefinidos (un 23,17% más) y 8.546 temporales, un 6,17% más. Está bien que se aumente la contratación indefinida, pero digo lo mismo que cuando desde  la oposición se exagera sobre  la excesiva temporalidad del empleo que se creó en los meses buenos.  El empleo de calidad vendrá detrás del aumento del empleo temporal; quien pretenda alterar los términos está haciendo populismo. Y engañando.

Pero si en el fondo de ese saco, cada vez más Madrid nos va sacando mayor diferencia en términos de actividad y empleo (5,38 puntos en tasa de paro es una barbaridad, propia de países diferentes , no de regiones), habría que apuntar a otro factor que preocupa a los empresarios alcarreños como es la fiscalidad. Aunque no hay unas estadísticas incontestables sobre  cuál es la diferencia fiscal entre Guadalajara (y por extensión Castilla-La Mancha) y la comunidad de Madrid,  importantes dirigentes empresariales de Guadalajara me han dicho más de una vez que podrían estar en torno a 2 puntos, entre unas cosas y otras, a favor de Madrid.  En contraste con otras autonomías, Madrid se ha empeñado desde hace tiempo en políticas fiscales de perfil bajo, de las que echan pestes los de siempre, y eso se está traduciendo en que más de la mitad de las empresas extranjeras que vinieron a España en el último año se hayan ubicado en Madrid. En contraste con Madrid, ahí tenemos el caso de Cataluña, la autonomía más intervencionista y en la que más impuestos se pagan de España, para alimentar su  desmesurado gasto público, en gran parte ligado a la estrategia independentista: 18,08% de tasa de paro en Madrid frente al 20,16% de Cataluña.

Pero hay más cosas que están pasado al principio de ese saco, y que no han llegado al final de él.  El gobierno madrileño tuvo el acierto de contemplar al Corredor como una unidad económica diferenciada y así se montó ese «Plan Activa Henares», dotado con 240 millones de euros, para dinamizar la actividad económica del Corredor del Henares, pero ojito: solo en el tramo madrileño.  Lo más importante de ese Plan ya no es tanto el conjunto de la inversión, porque con Plan Activa o sin él, seguramente que habría salido por otro lado, sino el mismo concepto de marketing que para Madrid tiene el Corredor,  hasta el punto de que se  apropió  de todo ese saco. Un hecho que políticamente es inaceptable desde el punto de que no se ha seguido el mismo criterio en asuntos como la propia Universidad, o no digamos el abastecimiento de agua. Nadie en su sano juicio cuestiona que Alcalá de Henares debe seguir formando parte de la Mancomunidad del Sorbe, porque la ciudad pertenezca territorialmente a Madrid, aunque por ello haya que seguir aumentando la infraestructura de la MAS, y financiarla (Alcalá es el primer objetivo de la famosa tubería o tercera conducción).

Aunque me costa de que la Ceoe alcarreña consideró del todo punto «inamistoso» que Madrid se hubiera embarcado en ese plan sin haberlo coordinado con la otra parte del Corredor, y pidió amparo a la Consejería de Fomento, lo cierto y verdad es que no ha habido una respuesta institucional  acorde con la magnitud del problema, ni por parte de los empresarios ni por la consejería. Porque mal o bien, Madrid ahí tiene su Plan Activa Henares: ¿Y nosotros qué tenemos?

Pues eso, la sensación de que cada vez estamos más en el fondo de ese saco, y de que en los últimos años en los mapas del Corredor que llegan a muchas empresas este termina  en Meco. ¿Y qué hemos hecho desde este tramo del Corredor para contrarrestarlo?

Ya sé que más nos vale a los de Guadalajara por no estar con Madrid en la misma autonomía, y sobre todo teniendo en cuenta de que en el Estado hacia el que vamos cada vez tendrán más competencias las comunidades autónomas y menos el gobierno central. A algunos nos queda el consuelo de que lo escribimos hace más de treinta años y  por ello nos condenamos para siempre. Pero insistimos: poner fronteras artificiales en el Corredor del Henares era y es un sin Dios. Solo que perdimos.  Menos mal que ni todas las autonomías del mundo podrán cambiar que Guadalajara esté a 55 kilómetros de Madrid, porque ese es nuestro principal Plan de Empleo. Pero no es un consuelo.

Cada año que pasa, es más difícil hacer negocios en el fondo del saco.  Esto es lo que hay.

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