Antonio Román confirmó el viernes que volverá a ser candidato a la Alcaldía de Guadalajara. Y lo será por cuarta vez consecutiva. En la primera de ellas, en 2003, el PP fue el partido más votado, pero el PSOE de Jesús Alique gobernó en coalición con Izquierda Unida. En 2007, Román ganó contra pronóstico por una ajustada mayoría absoluta y en 2011, revalidó el gobierno con 16 concejales, la victoria más holgada de la historia democrática de Guadalajara, superando a los 14 concejales de Javier de Irízar en su segunda legislatura. Román llevará cuando se celebren las elecciones del 24 mayo 16 años años de edil en el Ayuntamiento de Guadalajara, de ellos ocho como alcalde, y si entonces fuera reelegido por tercera vez se convertiría en el alcalde democrático más longevo desde la restauración democrática de 1978, superando a Javier de Irízar ( 1979-1991) y a José María Bris (1992-2003). Cuando terminara su tercer mandato en 2019, si así lo quisieran los electores, y él aceptara tal honor que es a la vez servidumbre, porque el elector le elige a él, y a nadie más, el doctor Román será historia de la ciudad, y se habrá ganado con creces pasar a formar parte del callejero, como por otra parte es tradición entre los alcaldes arriacenses.
Dicho esto, porque es de justicia, entiendo perfectamente que Román hubiera tomado la decisión de no presentarse más, para dedicar todo su tiempo a la familia y a la profesión médica. Así lo dijo él, y yo le creo a pies juntillas. Tal es así, que durante los dos últimos años, especialmente, Román ha promocionado la candidatura de Jaime Carnicero como su posible sustituto, hasta convertirle en el vicealcalde de facto, aunque el cargo no exista oficialmente en el organigrama de esta corporación, pero las cosas funcionan en los partidos de otra manera, y máxime cuando ya no eres el presidente provincial. Dato muy importante.
Así que Cospedal ha tenido que pedirle personalmente que siga, porque es la opción más valorada en las encuestas que hace su partido, y él no ha tenido empacho en admitirlo cuando anunció la buena nueva con la presidenta regional del PP a su lado: “Me han hecho ver que era necesario mi apoyo”. Y eso es exactamente lo que se remató el pasado jueves entre Román y los notables de su partido. No se ha ha hablado de más, y en eso incluyo las (posibles) elecciones de noviembre, para las que queda un mundo, y cualquier comentario sobre si al Congreso irán Guarinos, Román, Echániz solos o acompañados de algún paracaidista, pues es pura ciencia ficción. Esto ahora no toca, y lo que hay que saber primero es qué va a pasar el 24 de mayo, y quién gana y quién pierde. La sensación a día de hoy es que la Diputación está dificilísima para el PP, por la marea roja en el Corrredor, como vaticinan las encuestas; que las autonómicas van a estar muy disputadas, y que Cospedal se juega otra vez en Guadalajara el gobierno regional, porque aquí necesita para la mayoría sacar dos diputados de diferencia (3 para el PP y los otros dos para el PSOE o a repartir uno entre PSOE y Ganemos-Podemos, ya veremos como se concreta la oferta a la izquierda de los socialistas); y por último queda el Ayuntamiento de Guadalajara,el mayor escaparate de la política provincial, donde cualquier cosa puede ocurrir. Un día las encuestas le dan al PP los 13 concejales, es decir, conservaría la mayoría absoluta, y otras veces se queda al borde, con lo que si no pudiera pactar con algún partido emergente que entrara el Ayuntamiento (Ciudadanos, UpyD, Vox…) , pues nuevamente estaríamos ante un gobierno municipal en coalición de izquierdas, pero más a la izquierda de lo que es habitual, porque por primera vez en la historia democrática, el PSOE de Daniel Jiménez (todo un héroe) va a luchar por seguir siendo el primer partido de la izquierda, no solo por ser el alcalde. Y eso lleva una una prima en términos de voto útil, que puede ser decisivo.
Ante este panorama ex novo, que hace de estas elecciones las más emocionantes desde 1979, hay que reconocer a Román el valor torero de no haberse marchado a su casa y al hospital, porque para él habría sido lo más cómodo, y más después de que su partido no le haya “comprado” su alternativa, porque las encuestas son las encuestas, y en el PP no hay Primarias pero tienen a Arriola. La oposición a buen seguro que explotará el punto flaco de esta historia: si después de haber reconocido que quería marcharse, ¿a Román le queda la necesaria ilusión para acometer una nueva legislatura de cuatro años más? Veremos cómo nos convence de que no hay gato encerrado.
Román tendrá la capacidad de proponer la candidatura, aunque luego ésta tiene que pasar por el comité regional y finalmente por el nacional. El propio Román sabe que él no habría sido concejal en sus primeras elecciones si Luis de Grandes no le llega a pegar un empujón hacia arriba al orden de la lista que salió de Guadalajara. Hay la lógica expectación por saber quién ira de número dos, por lo que ello lleva consigo, aunque conociendo la historia de este partido, a muchos no nos cabe la menor duda de que será la presidenta provincial, Ana Guarinos. Del resto, ya no me mojo, intuyo que habrá cambios, pero tampoco demasiados.
Si Román no fuera reelegido, y eso no es una intuición, lo ha dicho él, dejaría el escaño. Es lo normal. Cuando se ha sido alcalde, ya no se puede ser portavoz de la oposición. Y eso valdría para la Diputación, como se ha visto por la experiencia de María Antonia Pérez León como portavoz del grupo Socialista. Cuando se ha gobernado, hay tanto peso en la mochila, que es mejor dejársela a otro. Esto es lo que hay.
PD.- Sigo con impaciencia que nos anuncien el contenido y la fecha exacta en que se firma el convenio sanitario con Madrid, porque ya están tardando. También imagino que cualquier día nos anunciarán que se ha llegado a un acuerdo con el ministerio de Defensa para la compra del complejo de Las Cristinas, para campus universitario, por el que hace tiempo que hay una oferta de la Junta, que según me dicen no está nada mal, teniendo en cuenta de que el ministerio no tiene ningún proyecto para el citado inmueble. Me imagino que pronto tendremos noticia, pero tampoco es cuestión de dejar las cosas para última hora.