El Partido Popular, con Antonio Román al frente, va a gobernar en minoría durante los próximos cuatro años en el Ayuntamiento de Guadalajara. Será por tanto el tercer mandato para Antonio Román, lo que le iguala con otros dos emblemáticos alcaldes que ha tenido esta ciudad, Javier de Irízar y José María Bris, que estuvieron presentes en lugar destacado durante la ceremonia de investidura junto a la presidenta en funciones de Castilla-La Mancha, María Dolores Cospedal. Un gesto de la presidenta regional de los populares con Antonio Román teniendo en cuenta de que esa misma mañana tenía dos tomas más de posesión de alcaldes del PP en Cuenca y Albacete.
Al acuerdo entre Ciudadanos y el PP no se llegó de la mejor manera posible, sino con las prisas de última hora derivadas de que los candidatos del partido de Albert Rivera no conocieron hasta la noche anterior cuáles eran las condiciones para pactar: los beneficiados debían acertar una suerte de decálogo que incluía diversas medidas regeneracionistas y la instrucción de que al primero que se iba a ofrecer la negociación era al candidato local de la lista más votada, siempre que en ella no hubiera imputados. Si este no asumía el decálogo, la negociación pasaría al segundo partido más votado. De hecho, hubo algún ayuntamiento andaluz con el que C’s había negociado con el PSOE, sin ser la lista más votada, y desde Barcelona se lo echaron para atrás.
De igual manera, se prohibía a los concejales de C’s entrar en gobiernos de coalición, algo entendible teniendo en cuenta de que hay unas elecciones Generales a la vuelta de la esquina, aunque yo creo que habría dado mayor estabilidad a las instituciones que los candidatos locales hubieran tenido esa posibilidad de negociarlo.
Cuando la delegación de Ciudadanos entró a las once de la mañana con el recetario en el despacho de Alcaldía, era obvio que los populares iban a aceptarlo y así se lo dieron a entender en ese primer contacto. Y ya no sólo porque todas las condiciones fueran asumibles, sino porque de no haberlo hecho lo habrían firmado los socialistas y Ahora Guadalajara. De ello que a Román no le cabía la más mínima duda. Así que cuando se juntaron menos de dos horas después para elaborar el documento que vestiría el Pacto de Investidura, no había ya grandes escollos que salvar. Aunque seguramente si hubieran dispuesto de algún día más, habrían podido mejorar ese documento de investidura, que para mi gusto queda un poco pobre. Pero lo más importante es su coherencia con los principios que inspiran a los dos partidos, que no han tenido que hacer renuncias vergonzantes. Por ello, creo que la fórmula encontrada debería ser lo mejor para la ciudad, en principio. Un tripartido entre un partido liberal progresista, otro socialdemócrata y una plataforma marxista de corte asambleario, sinceramente sería un gazpacho difícil de digerir. No lo veo. ¿Cómo podía ese tripartido haber digerido puntos esenciales del documento, como el siguiente, se abren comillas: « Nos comprometemos a mantener la estabilidad económica y el equilibrio presupuestario del Ayuntamiento de Guadalajara con tendencia a la disminución de la presión fiscal conteniendo el gásto público”. Hay cosas, como decía el Guerra, el torero, “que no pueden ser y además son imposibles”. Otro escenario bien diferente es que el partido más votado hubiera sido el PSOE y que el pacto se hubiera podido producir bis a bis.
Hechas estas salvedades, hay aspectos interesantes en el acuerdo junto a otros que son meras declaraciones de intenciones. El más importantes es el compromiso de que el Ayuntamiento no se va a gastar lo que no tiene disparando el gasto público en medidas más populistas que efectivas, porque inevitablemente esto nos llevaría a un inevitable aumento de la presión fiscal hacia vecinos y empresas, lo que pondría riesgo la incipiente recuperación del consumo y el empleo. Este es el riesgo que tiene Page en su negociación con Podemos cuando le están pidiendo que se saque de la manga unos 500 millones de euros para hacer fuegos artificiales al principio de la legislatura con unos presupuestos aprobados.
Son de elogiar las medidas que establecen un mayor control por parte de la oposición de la acción de gobierno; y necesarias para evidenciar que algo ha cambiado tras la pérdida de la mayoría absoluta por parte del PP. Entre ellas se encuentra que la Junta de Gobierno Local contará con representación de los portavoces de cada grupo político con voz pero sin voto o que la Mesa de Contratación estará formada por trabajadores públicos municipales. No está de más que se cite laa instalación del Campus Universitario de Guadalajara de acuerdo al protocolo firmado entre el Ayuntamiento de Guadalajara, la JJCCM, el Ministerio de Defensa y la Universidad de Alcalá. ¡Sería una irresponsabilidad absoluta que con el previsible cambio de gobierno en la Junta se vuelva a dar marcha atrás! Está bien avanzar en la revisión de las tasas municipales de ocupación de vía pública y bonificaciones o ayudas del ICIO (el impuesto para la construcción) para reformas y apertura de locales comerciales en el casco. Me gusta que se quiera crear un Museo de la Ciudad. Y respecto a las diversas comisiones que contempla el acuerdo destaca la creación de una Comisión de Transparencia y buen Gobierno, presidido por C´s y con representación de todos los grupos, con vicepresidencias en los grupos de la oposición. Aunque en este asunto de las comisiones, tiendo a creer en el dicho del Conde de Romanones (“si quieres que algo no salga monta una comisión”), está por ver el contenido práctico que puede tener esa Comisión de Transparencia, porque en las instituciones lo que debe ser transparente es el funcionamiento de los órganos de gobiernos per se. En cuanto al casco histórico es una obviedad recalcar que se va a cumplir la Ley de Solares –las leyes están para cumplirse—y sin embargo echo de menos algo más original sobre cuál es el problema de fondo para que en Guadalajara haya cerca de noventa solares sin edificar en la zona 1 (el perímetro de la antigua muralla medieval) y qué se puede hacer para animar a propietarios y promotores a construir. Es triste, pero dejamos pasar una oportunidad histórica para rehabilitar el casco en el boom anterior al estallido de la burbuja inmobiliaria. Especialmente sensibles somos a esa promesa de no utilizar la publicidad institucional de manera partidista, porque hemos sido la prensa profesional que no está en los grupos de agit-prop de los partidos los que hemos sufrido, y más en la Junta que en el Ayuntamiento, ese reparto descarado en favor de determinados medios que no son de prensa, sino de propaganda, y que entraron en el juego sucio en la campaña electoral contra el candidato de Ciudadanos. Tengo los datos precisos que corroboran lo que escribo. Unos medios que curiosamente han desaparecido de nuestros buzones al terminar la campaña electoral, mientras que aquí seguimos la prensa profesional , impresa, digital o audiovisual, acudiendo a la cita con nuestros lectores en las condiciones más difíciles para este sector desde que hay democracia en España. ¿Verdad amigo Juan Solo? La penuria es tal que por la falta de medios han desaparecido aquellas redacciones en las que los más veteranos enseñaban a los jóvenes este apasionante oficio. ¡Pero si los periodistas que están nutriendo las filas de los gabinetes (de lo cual me alegro, claro) nos atiborran de notas que los adelgazados medios profesionales a duras penas podemos contrastar!
Perdonen por el desahogo de este veterano periodista que está de vuelta de casi todo y que tiene que hacer esfuerzos para ilusionarse con cada nueva legislatura, porque teme que la que venga puede ser todavía peor que la anterior…
Y que se deprime cuando se entera de que un representante popular, el portavoz de Ciudadanos, que ha obtenido casi cuatro mil votos, sufre un escrache en la puerta del ayuntamiento por algunas personas y colectivos que estuvieron en la sesión invitados por algún grupo municipal que se sienta en los escaños de la corporación (cada concejal recibió dos invitaciones de libre disposición). La foto de Alejandro Ruiz, serio e imperturbable, mientras le acosaban y le gritaban en sus narices es la imagen viva de la dignidad democrática de la institución municipal que ningún grupo de exaltados puede usurpar. Pero esto es lo que hay.
P.D.1 Entre los puntos que Ciudadanos presentaba en sus negociaciones por España figuran que la oposición presida la Comisión de Vigilancia de Contratración, la participación proporcional de los grupos municipales en la Junta de Gobierno, una auditoría de los últimos 8 años, que no se recoge en los acuerdos, limitación de mandatos a 8 años (Román ya ha dicho que no estaría más legislaturas) y elecciones Primarias, punto este último que escapa a las competencias de Román.
P.D 2 El edil azudense Julio García será el candidato del PSOE a la presidencia de la Diputación de Guadalajara. Una acertada decisión del Comité Provincial del PSOE sobre una persona bien conocedora de la Diputación y con bagaje suficiente para ocupar la presidencia de la misma o la portavocía de la oposición. La decisión, nuevamente, en manos de Ciudadanos.