Se cumplió el axioma de que la buena climatología garantiza unas buenas fiestas en Guadalajara con una nutrida participación. Hasta el miércoles iba todo como un motor diesel, cogiendo fuerza poco a poco, pero a partir del jueves estalló la fiesta en la ciudad y la gente tomó pacíficamente calles, bulevares, terrazas, bares y restaurantes, que felizmente han hecho un buen negocio con estas Ferias. Pero es que además sucedió todo ello entre la normalidad más absoluta, sin ninguna incidencia relevante que reseñar, como nos confirma la policía local, lo que demuestra que es ésta una ciudad de por sí educada, y eso no es fácil cuando hay más de cuarenta mil personas en la calle en un fin de semana, y no precisamente todos ellos son abstemios. Guadalajara tiene unas ferias muy civilizadas, y debe ser un orgullo para todos lo que vivimos en ella. Me comentaban que incluso con señalar a algún perjudicado con un gesto que debía marcharse del recorrido del encierro fue suficiente.
Vamos con algunas consideraciones.
Encierros y feria taurina. Como digo siempre, Guadalajara, y la provincia en general, es más aficionada a los encierros y festejos populares que a la lidia reglada. Aquí, aficionados lo que se dice aficionados, no abundan, y están acostumbrados a Las Ventas con lo que a más de uno le cuesta acercarse a Las Cruces, una plaza de los años cincuenta, con asientos muy incómodos, por cierto. Estamos hablando entonces de un coso con un público típico de feria, que si vienen figuras llena tres cuartos de entrada, y si no las hay pues una media plaza. Así ha sido también este año en el que solo el mano a mano entre Fandiño-Castella suscitó un interés mayoritario. Aun así, hay que dar un aprobado a la nueva empresa Coso de las Cruces, porque se le han visto buenas intenciones, empezando por los descuentos a los abonados y el precio de las entradas más económicas. Estuvo ágil en la sustitución de Rivera por López Simón, la revelación de la temporada, pero una cornada en la tarde anterior nos privó de su presencia en Guadalajara, luego compensada por el buen resultado que dio sus sustituto frente a un buen toro de Fuente Ymbro, aunque no lo bastante como para ser indultado. Pero la imagen de un toro que se libra del desolladero y que vivirá feliz como semental en la dehesa es tan idílica, que la gracia del indulto en plazas que no son de primera se puede generalizar; y tampoco es eso. Los toros no se cayeron; gran noticia tras muchos años en que eran un desfile de inválidos. Aunque de cara al próximo año, hay que poner deberes a la empresa para que haga carteles más redondos y recupere para la feria de Guadalajara a primeras figuras que hace tiempo que la abandonaron. Fandiño, una vez más fue el triunfador de la Feria, con un Joselito Adame que se encontró con el toro de su vida, y lo supo aprovechar.
Los encierros han sido los mejores de nuestra historia. Por toros, corredores, público en las talanqueras y en la plaza, por su eficaz organización, los encierros de Guadalajara ya son los segundos mejores de España. Los aficionados los habían abandonado tras las repetitivas ediciones en que se corrían los mismos toros, todos los días, y han vuelto. El del domingo, con toros astifinos de Adolfo Martín, fue el que reunió a más corredores de la historia local. Y no es de extrañar, porque además de los aficionados de la provincia y de los pueblos cercanos de Madrid, vino gente de Logroño, Navarra y hasta un autobús con aficionados de Soria. Es evidente que se ha encontrado un modelo en el que hay que persistir, y si a alguna figura no le convence, pues es su problema. Aunque demostrado ha quedado que en Guadalajara no sufren los toros durante el encierro, porque son dos minutos de carrera, y nadie les cita. Así que con camelos a otro lado.
La música. Hay muchos gastos, especialmente entre los más jóvenes, por delante va un Festival Gigante que este año ha tenido un cartel de lujo, y va a ser difícil lograr buenas entradas en conciertos de pago en Ferias. Maldita Nerea, un grupo español con tirón, fue un maldito fracaso para ser un sábado de ferias, con menos de tres mil personas y más gancho tuvo entre los jóvenes el Electrosound. Entre los gratuitos, M-Clan cumplió para ser un miércoles, y el llenazo vino con David Bustamente, con más de 12.000 personas en la Fuente de la Niña, aunque no se llegó a cortar el acceso de público. En resumen: que cuando el personal se acostumbra a ir de gratis es complicado hacerle pasar por taquilla, a no ser que traigas algo verdaderamente potente. Un asunto a meditar por el ayuntamiento y la empresa co-organizadora.
Carrozas: muy bien por los grupos participantes en vestuario y ejecución, que tapó unas carrozas solo discretas. Pero globalmente, gustó. Asistencia multitudianria.
Desfile de peñas: hace tiempo que solo es para las peñas, apenas va nadie a presenciarlo, porque hay poco que ver. No sé cuál será la solución, pero no funciona de cara al exterior.
Ferial: chiringuitos con centenares de mesas llenas, menos gente en las atracciones… Pero estaba animado. Como la zona de San Roque y Fuente de la Niña, un césped increíble para el botellón. No cabía un alfiler. Buen negocio para los chinos y los establecimientos abastecedores de alcohol y coca-cola. Pero que nadie se queje, porque las mesas de las terrazas también estuvieron a reventar; y hubo negocio para todos.
Las fechas: El modelo de estas Ferias está claro. Comienzo al ralentí hasta que se llega a explosión el fin de semana. Tocar lo que funciona es imprudente, y es lo que sucedería si se llegara a plantear una fecha fija, como en Pamplona o Soria, para no coincidir con el día 8 de septiembre, fecha de la Patrona. Se podría fijar, fija, el 9 de septiembre, para iniciarlas pero eso significaría que no acabarían casi nunca en fin de semana. Por lo tanto, la solución más factible sería dejar la Antigua dentro de las Ferias cuando toque en lunes y martes (el miércoles ya plantearía problemas logísticos con el montaje de los encierros) y poner la Semana Grande el lunes siguiente al 8 de septiembre, cuando la Antigua caiga entre miércoles a domingo. Esta es la idea que tiene el alcalde, y parece razonable. Siempre se ha respetado que el día de la Patrona no hubiera otras cosas, y hacer coincidir los encierros con las misas matinales y la procesión con la salida de los toros, tendría el rechazo de la Real Cofradía de la Antigua y de sus miles de devotos. El pleno del Ayuntamiento decidirá el próximo mes. De mantenerse el criterio avanzado por el alcalde, la Semana Grande de las Ferias del 2016 sería del 12 al 18 de septiembre, el jueves 8 se reservaría a los actos religiosos, el viernes 9 el pregón, el sábado 10 las carrozas y el domingo 11 el chupinazo.
P.D. Sigo echando de menos algún espectáculo de calidad en el Buero o en los jardines del Infantado, como mínimo, para los que ya no estamos en edad de acampar en un botellón o de bailar pasodobles en las verbenas de jubilados. Otro tema a meditar.