Coincidiendo con el 75 aniversario de su fundación (1947), el Deportivo Guadalajara asciende a Segunda RFEF, la cuarta categoría del fútbol español tras la última reestructuración. Según escribe Enrique Largacha es la segunda vez que el Deportivo queda primero y sube de categoría [ y aprovecho para decir que no me gusta ese diminutivo “Dépor”, que en realidad lo popularizó otro Deportivo, el de La Coruña, cuando quedó campeón de Liga en la temporada 1999-2000]. El primer ascenso fue un año después de la fundación del club, en la temporada 1948-49, en la que un equipo integrado mayoritariamente por jugadores de Guadalajara (los Toquero, Conejo, Arsenio, Vega y compañía) subió a Tercera División nacional, después de estar solo un año en la categoría de Preferente, que organizaba la entonces Federación Castellana. Estamos hablando de un equipo que hizo historia y que dos años después llegó a clasificarse para la Fase de Ascenso a Segunda División, que ese año jugó entre otros el Real Betis, el flamante campeón de Copa actual. Mucho ha progresado Guadalajara desde entonces. En los años cuarenta era una ciudad empobrecida por la Guerra Civil, que no llegaba a los 20.000 habitantes y ahora está en casi 90.000, aunque este crecimiento de Guadalajara no ha ido acompañado de su club de fútbol, que tuvo épocas en las que perdió foco popular por los éxitos del baloncesto, el balonmano o el fútbol- sala. De hecho, la categoría a la que ahora asciende el Deportivo no deja de ser la cuarta división del fútbol español cuando con ese equipo de chicos de Guadalajara ya se estaba en la Tercera nacional desde 1949.
Pero si bien este éxito hay que situarlo en su justa medida, por salir del pozo de la tercera castellano-manchega, debemos confiar a que este ascenso sea el principio de una nueva época para el Deportivo Guadalajara, en la que deje definitivamente atrás el periodo más aciago, y que sucedió al de su mayor gloria cuando en la temporada 2011-12 consiguió lo que los Toquero, Laso y compañía no habían logrado en esa histórica fase de ascenso de 1950-51: Subir a la Segunda División del fútbol español de la mano de Carlos Terrazas como entrenador y de Germán Retuerta en la presidencia. Lamentablemente el club solo estuvo dos temporadas en el fútbol profesional de la LFP, porque una chapucera ampliación de capital incumplió la normativa vigente, tras rechazar la LFP, el CSD y los tribunales los recursos presentados, y de la situación se aprovechó Tebas para dar ejemplo al resto de clubes que estaban en otras ampliaciones similares. Nunca después se vio tanta mano dura. Por no abrirse a la ciudad, la deriva del club acabó en la ruina y en un concurso de acreedores que puso a la SAD al borde de su liquidación estando ya en tercera división autonómica.
En esas trágicas circunstancias, llegó a la propiedad del club un inversor argentino, Néstor Ruiz, sin ninguna vinculación con Guadalajara, pero que supo calar cuál es el verdadero capital del Deportivo: ser el equipo representativo de una capital de provincias de noventa mil habitantes en el cinturón metropolitano de Madrid. Por lo tanto, un club con potencial para atraer a una afición suficiente y en la que se pueda apoyar la progresión del equipo hacia divisiones superiores, disfrutadas en aquellos años de vino y rosas. El gran mérito de este equipo directivo es haber recuperado a parte de la afición de Guadalajara, especialmente a los más jóvenes, porque los más veteranos aun seguimos frustrados por la decepción que nos supuso el descenso administrativo de entonces. Y nos cuesta más bajar al Escartín.
En la vida se aprende más de los errores que de los aciertos y esta nueva propiedad tiene todo un catálogo de lo que no se debe hacer por saltarse etapas en el crecimiento de una empresa, en este caso de la Sociedad Anónima Deportiva (SAD) Club Deportivo Guadalajara, que no ese cursi “Dépor”, que, por cierto, tenía un escudo muy bien diseñado para la época y que no mejora el actual. Hay cosas que no tienen por qué cambiar. Pero es la moda.
Lo principal es que el Deportivo vuelve a estar en la casilla de salida, aunque sea en la cuarta división del fútbol español, pero con voluntad de reiniciar el camino que Tebas y las chapuzas de algunos bloquearon cuando creíamos haber tocado el cielo. Y es una premonición que este ascenso haya coincidido con el 75 aniversario del club, aunque algunos no lo hayan podido ver. Me estoy acordando especialmente de aquel bravo lateral derecho en el primer Deportivo, Salva Toquero, o de Juan José Laso, 27 años de presidente, después de haber sido un gran jugador, y que murió en el año del Covid. Aquellos pioneros nos trajeron hasta aquí. Y el Deportivo vuelve a estar en la carrera.
Esto es lo que hay. Y no es poco.
CALLE DE PENÉLOPE.- Como en la historia del bordado de Penélope en la Odisea de Homero, quien tejía de día el sudario del rey Laertes y lo deshacía por la noche, para entorpecer su casamiento, han comenzado las obras para deshacer las aceras que se pusieron en el anterior mandato en un tramo de la calle Ramón y Cajal y así volver a duplicar el sentido de la circulación. El sufrido contribuyente de Guadalajara agradecería a los pretendientes del trono de Itaca que se dejaran de tanto tejer y destejer, aunque visto lo cual deberían cambiar el nombre a la calle y renombrarla como calle de Penélope.