El último sondeo de opinión publicado este lunes por El Mundo sobre las elecciones autonómicas en Castilla-La Mancha viene a refrendar algo ya apuntado por otros similares en diferentes medios de comunicación. Que las elecciones a celebrar el 28 de mayo de 2023 están tan reñidas como las de 2015 en que el PP de María Dolores Cospedal se convirtió en el partido más votado, aunque luego el pacto entre PSOE y Podemos permitió gobernar al candidato socialista. Lo que apunta el sondeo aludido es que podría darse la misma situación, pero al revés. Que el PSOE de Emiliano García Page fuera el partido más votado, aunque un pacto de investidura -o de gobierno- entre el PP y Vox le permitiera al candidato de la derecha con más respaldo, Paco Núñez, alcanzar la presidencia de Castilla-La Mancha. Por ello, al PSOE no le queda más remedio que ganar por mayoría absoluta (17 diputados), por que esta vez Podemos se queda muy lejos de ese 10% en que queda la nota de corte (el sondeo le atribuye el 6,9% de los votos), mientras que Ciudadanos perdería sus cuatro diputados actuales, lo que no constituye ninguna sorpresa teniendo en cuenta la tendencia de las últimas elecciones celebradas en España: Madrid, Castilla y León y Andalucía. Los cuatro diputados que pierde ciudadanos son los mismos que ganaría el PP, aunque si Núñez se quedara en lo más bajo de la horquilla (14-15), con 14 diputados, no le valdría para poder pactar con éxito la investidura con Vox, ya que sumarían solo 16, uno por debajo de la mayoría de investidura.
El periódico que publica el sondeo no desvela en qué provincias Vox sacaría esos 2 diputados decisivos. Otros estudios anteriores los situaban en Toledo y Guadalajara, provincia esta que en las últimas elecciones concedió 3 escaños al PSOE, 1 al PP y 1 a Ciudadanos en lo que fue el mejor resultado de la historia del PSOE en Guadalajara.
La encuesta acredita también, como otras publicadas con anterioridad, que Page es el mejor de los candidatos que comparecerán, pues saca 10 puntos a Paco Núñez en la valoración de líderes (5,3 por 4,3), un dato imprescindible para que los socialistas puedan tener éxito en primavera, dado que Page necesita que una parte del electorado más moderado que votó a los populares en las Generales de noviembre de 2019 en Castilla-La Mancha le otorguen esta vez a él su confianza. Entonces, el PSOE de Sánchez sumó 9 escaños, mientras que el bloque de derechas llegó a 12 (7 PP y 5 Vox). Esta circunstancia se ha producido en varias ocasiones más en Castilla-La Mancha, también con José Bono de candidato, lo que llevará consigo a Page a acentuar su perfil de candidato regionalista aunque españolista y distanciado de la deriva radical de Pedro Sánchez, atrapado por sus pactos con la extrema izquierda y los separatistas. En los últimos días, Page ha incrementado esfuerzos por labrarse un perfil propio concediendo entrevistas a los principales matinales de la radio española, en las que se ha desmarcado de la supresión del delito de sedición o de la ley Sisí, de Irene Montero, que como se dice en Castilla, le ha salido por la culata por la incapacidad de su equipo en la técnica jurídica, y por ende del consejo de Ministros que lo avaló, con tres jueces calentando silla. La mala noticia para Page es que Sánchez sigue teniendo en cartera más leyes polémicas, para el final de legislatura, comprometidas con Podemos, que espantarán a ese elector moderado que debe captar para ganar las elecciones en Castilla-La Mancha, por lo que si al final es reelegido podrá decir, con razón, que lo fue a pesar de Pedro Sánchez.
Una encuesta, si está bien hecha, y Sigma Dos es una casa acreditada, es solo una foto fija de un determinado momento, en este caso lo que va del 18 al 24 de noviembre, por lo que en Fuensalida piensan que hay tiempo para arreglarlo. Pero si para Page, Sánchez es una rémora, porque anima y da cohesión desde la derecha conservadora a la extrema derecha, que tenga cuidado también Paco Núñez porque el eje valenciano-murciano-andaluz le puede montar un teatrillo que no le va a venir nada bien, a propósito de la decisión del ministerio de Teresa Ribera de recortar un 20% el trasvase Tajo-Segura, para aumentar el caudal ecológico del río explotado, recomendación que llega desde las instancias europeas al comprobar que no hay agua suficiente en la cabecera del Tajo. Núñez, hasta ahora, ha carecido de un discurso propio, más allá de reivindicar un Plan Hidrológico Nacional, que el PP tampoco sacó cuando gobernó, así que más vale que se vaya pensando quedar en el lado correcto.
ME SORPRENDERÍA que con un presupuesto municipal recientemente aprobado y que alcanza los 90 millones de euros, no hubiera una partida suficiente para empedrar el suelo de la fachada principal del Palacio del Infantado – con un piso similar al de la fachada del Museo Provincial- que muestra este lamentable aspecto. Es nuestro principal monumento y no es de recibo tal imagen de abandono.
P.D. Sobre las elecciones municipales no se pueden hacer ni sondeos, porque solo hay un candidato anunciado: el socialista Alberto Rojo y actual alcalde. Los demás partidos no han desvelado sus candidatos. Parece que el PP lo hará a primeros de diciembre; y yo ya no me atrevo a hacer pronósticos. La cosa está entre Alfonso Esteban, el actual secretario provincial, y el ex alcalde Antonio Román, pero ni ellos lo saben. Así que como dice el refrán: «si sale con barbas, San Antón, y si no, la Purísima Concención».