Y tras al análisis del 28M en el ámbito municipal, vamos en este post con lo Autonómico y Provincial.
No deja de ser curioso, alguno lo calificaría de esperpento, que uno de los grandes activos electorales de Emiliano García-Page haya sido que ha publicitado convenientemente (con especial atención a los medios de comunicación nacionales) su antisanchismo, o por decirlo más finamente: su oposición a importantes leyes del Gobierno PSOE-Podemos y en general a sus alianzas parlamentarias, con especial castigo a Bildu y los independentistas, y haciendo gala de la defensa de la unidad de España y de la Constitución, que atacan dichas fuerzas. Page hizo todo lo posible por alejar a Sánchez de Castilla-La Mancha, y este solo consiguió un mitin conjunto en Puertollano, utilizando para ello a su ex alcaldesa y actual portavoz de Gobierno, Isabel Rodríguez, con un resultado elocuente: el PP conquistó por primera vez en la historia democrática la alcaldía de la ciudad minera.
Con este bagaje, y el correspondiente a una legislatura con una cómoda mayoría y una oposición débil, Page ha alcanzado la única mayoría absoluta entre los presidentes socialistas en una jornada electoral aciaga para el PSOE, porque ha perdido los principales ayuntamientos que gobernaba y comunidades emblemáticas como Comunidad Valenciana, Aragón o Extremadura. Solo Page se ha salvado de la quema, y lo ha hecho siguiendo la receta de José Bono, su padre político, que le enseñó los rudimentos de este socialismo conservador que se despacha en el PSOE de Castilla-La Mancha, y que les permite ganar las Autonómicas en una región en la que el centro-derecha casi siempre ha ganado las Generales. Por ello, si alguien piensa que esta victoria del PSOE de Page se va a repetir en las elecciones anticipadas del 23 de julio, se equivoca de cabo a rabo. Lo más probable es que, entonces, el PP de Feijóo arrase a un PSOE que ya no será de Page sino de Sánchez, porque será ese día cuando miles de electores moderados que han apoyado a Page afilen sus navajas para evitar que se repita una mayoría Frankenstein al cuadrado, que es a lo que aspira Sánchez, no a ganar las elecciones. Sánchez prefiere inmolarse que sufrir una muerte lenta y no asistir a la sedición de la parte bolivariana de su gobierno; y por ello ha privado a su partido de un debate necesario sobre si el PSOE debe recuperar la centralidad o seguir confundiéndose con la extrema izquierda; si el modelo territorial de España es el estado unitario pero descentralizado que encaja en la Constitución de 1978; o si hay que ir a un estado confederal y republicano que reconozca la autodeterminación a las naciones que lo integran, como quieren sus socios parlamentarios; y a resultas de ese debate presentar el candidato más adecuado. No se puede poner delante el carro de los bueyes, como ha hecho Sánchez con este adelantamiento trampa a modo de segundo plebiscito tras perder el primero. Pero Sánchez ha hecho del PSOE un partido peronista, que solo quiere fidelidades inquebrantables, como se vio ayer en el Congreso, y solo se irá cuando pierda el poder.
Este adelanto electoral por lo menos va a dejar tranquilo a Page en Castilla-La Mancha, a quien ya empezaba a mirar ese PSOE de toda la vida y que un mal día perdió las primarias con Sánchez.
Page estuvo a punto de perder Castilla-La Mancha y toda la emoción estaba en el escrutinio de Ciudad Real, después de que en Guadalajara y Albacete igualaran a escaños, Page sacara uno de ventaja en Cuenca y 2 en su Toledo natal. Por ello, decidía Ciudad Real, que al final se decantó por Page, con otros dos escaños de ventaja, que sumaron el 17 de la mayoría absoluta. Contrasta que este resultado de Ciudad Real coincide con el derrumbe socialista en una provincia que siempre le fue fiel al PSOE, y que asistió a la victoria del PP en el ayuntamiento de la capital y en la Diputación.
¿Y Guadalajara? El PSOE tenía aquí una misión casi imposible, como era defender el escaño número 3, que al final recupera el PP, a pesar de sumar 15.505 votos menos. Era lo previsible. También que Vox se llevara el escaño que en 2019 fue a parar a Ciudadanos, partido que se ha extinguido en la región y en toda España, por sucesivos errores propios. Destacar que Vox Guadalajara (16%) es el único partido que está por encima de la media regional de su formación (12%), situación que no se da con PSOE y PP, que suman 3 puntos menos en nuestra provincia. Por tanto, triunfo claro del PSOE de Bellido en una provincia donde en la etapa de Tomey el PP ganaba claramente las Autonómicas, pero disminuyendo su aportación en el conjunto del PSOE de Page, como sucedió en 2019. Habrá que ver si por ello el azudense tiene fuerza para seguir presidiendo las Cortes regionales o regresará al Congreso en las elecciones veraniegas.
Emiliano García-Page es el gran triunfador de estas Autonómicas, porque ha sido capaz de no ser arrastrado por ese mainstream de un intenso color azul; por lo que podríamos colegir que a Paco Núñez, el candidato del PP, le ha sucedido lo contrario. ¿Es por lo tanto el gran fracasado? Es un hecho que Núñez, un político de quien sus compañeros destacan su capacidad de trabajo, no ha sido capaz de plantar cara a Page; y ahora la duda del PP será si aguantar con él otros cuatro años en la oposición a ver si en 2027 ya se ha aburrido Page y no se presenta, o dar la alternativa a otro candidato más joven, que ahora no llama a la puerta.
Si el PSOE no ha recibido premio en las Cortes regionales a pesar de esos 15.505 votos de diferencia, sí lo ha tenido en la Diputación Provincial, institución en la que alcanza una cómoda mayoría absoluta después de haber gobernado en este mandato, en minoría, con Ciudadanos. En estos últimos ocho años, el PSOE, con el impulso de la Junta de Comunidades, ha tomado una gran ventaja al PP en el medio rural guadalajareño, especialmente en los partidos judiciales de Molina y Sigüenza, en donde los conservadores deberían hacer una seria reflexión. Con la desventaja que acumulan en ambos distritos es muy difícil que el PP pueda volver algún día al gobierno provincial.
Esto es lo que hay, y termino. Soy un firme defensor de las diputaciones, porque lo soy de la provincia de Guadalajara, frente a otras administraciones superiores, como la Autonómica, que la veo como más lejana y de la que nos separa territorialmente Madrid, que nos da tanto. Pero es impresentable que la elección de sus diputados sea de tercer grado y en la que solo participan las cúpulas de los partidos. Que a estas alturas no se sepa quién va a ser su presidente (imaginamos que José Luis Vega, que ha repetido un buen resultado en Mondéjar y no ha salido diputado provincial) no es de recibo. Los ciudadanos deberían tener derecho a elegir de una forma directa la Diputación, porque sería además una manera de prestigiar la institución y de que su presidencia y diputados tuvieran una autonomía de la que ahora carecen, al ser unos meros delegados del partido de turno. Lo que no se corresponde con los presupuestos que manejan. 77 millones de euros la de Guadalajara. Ha llegado la hora de democratizar las diputaciones