Mi principal conclusión de estas elecciones Europeas celebradas en España es que se habló muy poco de Europa y demasiado de política nacional. Así, podemos decir que el PP de Feijóo cumplió parcialmente con el objetivo de ganar de nuevo al PSOE de Sánchez, y por más diferencia (2 escaños y 4,2 puntos), aunque el éxito no es completo porque hace pocos meses la distancia del PP estaba entorno a los 10 puntos y de haberla mantenido podría haber reclamado un adelanto electoral. Por su parte, Sánchez vuelve a perder ante el PP, pero se agarra a un suelo del 30,2%, pero eso no le dió para haber salido con Begoña al balcón de Ferraz. Vox amplía su fuerza electoral, aunque no llega a los porcentajes de la derecha extrema en Alemania, Francia o Italia.
Europa: clara victoria del democristiano Partido Popular Europeo con 185 escaños, de los que el PP aporta 22, lo que aumentará la influencia en su grupo. El partido de Von der Leyen, la presidenta del Consejo, que repetirá, tendrá que pactar con socialistas (137 escaños) y liberales (80) para no caer en manos de la extrema derecha, que multiplica su influencia, pero todavía no es decisoria. Un motivo de reflexión para conservadores y liberales, que deben afinar sus políticas o en las siguientes elecciones perderán el liderazgo de la Unión ante los euroescépticos. A destacar el primer puesto de la derecha ultranacionalista de Le Pen, en Francia, que ha obligado a Macron a convocar elecciones anticipadas a la Asamblea Francesa, después de ser doblado en votos por el candidato ultra. En Alemania es sonrojante que los extremistas de AfD superen en votos a los socialdemócratas del canciller Scholtz. Esto viene bien al PSOE, en clave interna, porque a pesar de no ganar en España obtiene un buen resultado entre la socialdemocracia europea, que está de capa caída. Conclusión: las fuerzas europeístas resisten el embate de la derecha euroescéptica, que ha cambiado de estrategia. Ya no pide salir de Europa y se conforma con frenar el poder de su Comisión y del Parlamento Europeo, en beneficio de los estados miembros. Es decir: para atrás como el cangrejo.
España: el PP de Feijóo amplía su fuerza electoral al reducir 14,05 puntos con el PSOE sobre las últimas Europeas, aunque la mejora sobre las Generales de Julio es menor: apenas 1 punto. La principal conclusión es que el crecimiento del PP es hacia el centro y todavía tiene posibilidad de cierta mejora, mientras que el PSOE de Sánchez ha logrado captar el electorado más a la izquierda, pero a costa de dejar en las raspas a Sumar y Podemos, que están en caída libre y nunca le van a aportar a este PSOE una mayoría de gobierno de izquierdas. El PSOE solo es el partido más votado en Barcelona, Tarragona, Navarra, Álava y Vizcaya, donde se ha convertido en un partido cuasi nacionalista, pero a costa de que perder a chorros votos en el resto de España: el PP ha teñido de azul el mapa. No sería extraño que Sánchez convoque elecciones, si le sale mal la investidura de Salvador Illa a quien no puede relegar a un papel residual después de ganar las elecciones. Los tres diputados del partido gamberro de Alvise Pérez (no tiene ni programa) son un voto de protesta de los que piensan que los partidos tradicionales están a lo suyo, a trincar, y no les representan. Algo parecido pasó con Ruiz Mateos en 1987 y luego no tuvo más trascendencia.
Castilla-La Mancha: El PP ha ganado en las cinco provincias de la comunidad autónoma y en todas ha superado el 40% de los apoyos de los electores, excepto en Guadalajara donde ha conseguido el 37,18% de los votos. Los populares de Lucas Castillo tendrán que analizarlo con detalle, aunque no parece ajeno a que Vox sigue creciendo en la provincia, para desgracia del PP que no consigue capitalizar el voto útil. Estos resultados demuestran que el PSOE retiene Castilla-La Mancha gracias a la política centrista de Emiliano García-Page en la que se ven reflejados electores que no se terminan de reconocer en el candidato popular, Paco Núñez. Los resultados refuerzan a Page frente a los desbarres de Pedro Sánchez con los separatistas, que en Castilla-La Mancha tienen mala venta.
Guadalajara: El PP da la vuelta a los resultados de 2019, donde el PSOE les arrebató su condición de primera fuerza. Los populares crecen 13,25 puntos sobre las últimas Europeas, pero solo 0.8 sobre las Generales. Los socialistas pierden 6,57 puntos sobre las Europeas y 3.38 puntos en comparación con las Generales, lo que denota un descenso de las expectativas de voto para este partido. Vox sigue creciendo 3,53 puntos y ha reunido el 14,45% de los sufragios, y eso que no ha logrado movilizar a todo su electorado potencial, como lo prueba que en la comparación con las Generales (su techo con el 19,25%) pierde 4,8 puntos. Sumar (4,14%) y Podemos (3,11%) caen en picado hasta el punto de que han sido rebasados por el partido ultrapopulista de derechas La Fiesta, que ha sumado nada menos que 6.750 apoyos en Guadalajara (más de uno habría ido a Vox), lo que equivale al 6,52% de los votos. Para que la política institucional se lo haga mirar. Al PP le ha salido más competencia con la Fiesta, aunque su victoria es rotunda en nuestra provincia: ha ganado en 28 municipios mayores de mil habitantes y el PSOE es primera fuerza en 6: Azuqueca, Fontanar, Marchamalo, Molina de Aragón, El Pozo de Guadalajara y Trijueque.
Capital: Mientras el PSOE resiste en su feudo de Azuqueca, se desfonda en la capital si lo comparamos con las Europeas de 2019, porque los socialistas pierden 15 puntos. En la comparativa con las Generales, el progreso del PP es más modesto, apenas 1 punto: del 39,64% de los votos al 40,71%. Los socialistas tuvieron el 33,76% en las Generales y en las Europeas bajan hasta el 29,06, lo que parece una tendencia a la baja. Vox es la tercera fuerza, a pesar de que caen 3 puntos sobre las Generales en las que el partido de Abascal sumó 16,95% y ahora solo el 13,16%. Y Sumar cada vez suma menos: baja del 7,57% al 3,70%. Con estos resultados la composición del Ayuntamiento de la capital sería muy parecida a la actual. Un total de 1.986 electores (el 5,67%) se apuntaron en la capital a la Fiesta de Alvise Pérez, que se convierte así en la cuarta fuerza de Guadalajara. También para hacérselo mirar. Pero esto es lo que hay.