Sentencias (prácticamente) imposible de cumplir

Hay sentencias (prácticamente) imposible de exigir su ejecución ante un tribunal. Son las que se topa con una administración de por medio, cuyo patrimonio es por lo tanto inembargable, y siempre buscarán una excusa para demorar su cumplimiento. Los jueces no se suelen complicar la vida y acaban haciendo Mutis por el foro. Un ejemplo de esto último es la sentencia del Tribunal Supremo sobre los caudales ecológicos del río Tajo, que deberían suponer un recorte del trasvase Tajo-Segura. El más alto tribunal ha desestimado el recurso interpuesto por el Gobierno de la Región de Murcia, que quería blindar aquel, y cuestionaba el nuevo Plan Hidrológico del Tajo porque podría conllevar una reducción hasta de 100 hectómetros cúbicos al año por motivos medioambientales. El Supremo ha vuelto a confirmar, en el fondo y en la forma, que estos recortes están dentro de la legalidad, con la satisfacción del Gobierno de Castilla-La Mancha que ha pedido, hasta ahora sin ningún éxito, la aplicación de la nueva normativa.  Por tanto, es el gobierno de Sánchez el que debe aplicar la sentencia, aunque por ahora los fundamentos jurídicos del Supremo parece que se van a quedar en agua de borrajas. La última reunión de la comisión de explotación del citado trasvase, celebrada con posterioridad al citado fallo, aprobó la actual normativa a rajatabla y con ella la derivación de 81 Hm3 desde Entrepeñas-Buendía, correspondientes a los meses de octubre, noviembre y diciembre, a razón de 27 Hmn3 mensuales. A estos 81 Hm3 se sumarán otros 168 que están pendientes de trasvasar, porque en el Levante no tienen capacidad para guardarlos; ni necesidad inmediata. Cabe, en consecuencia, preguntarse: ¿Cuándo el Gobierno se dará por concernido sobre la sentencia del Supremo que reconoce la implantación de los caudales ecológicos en el Tajo?

Lamento escribir que no va a ser a corto ni a medio plazo, con un horizonte electoral a la vuelta de la esquina. Una vez más, los votos Valencia, Murcia y la Andalucía oriental, acabarán pesando en el tancredismo del Gobierno más que los de Castilla-La Mancha, como ha sucedido históricamente. Y seguirá pasando, con independencia de quien duerma en La Moncloa. Porque los aspirantes hablan del Plan Hidrológico, como un mantra, pero al final solo se trasvasa del mismo sitio (la cabecera del Tajo) en toda España: sea a Murcia, a Valencia, o también ahora a la cuenca del Guadiana en  La Mancha por la mal llamada tubería manchega. Y esto es lo que hay.

Firma del acuerdo definitivo Junta-Fuerte de San Francisco en 2017, que sigue sin cumplirse por los distintos gobiernos regionales desde entonces. /Archivo GD.

Otro ejemplo de una sentencia (prácticamente) imposible de cumplir es la que afecta a la rehabilitación del Fuerte de San Fancisco. Como muchos nos temíamos, el Gobierno regional no la ha incluido en su proyecto de Presupuestos para 2026, porque si bien hay un anexo de 160.000 euros en su contabilidad formal, es la misma cantidad (insuficiente) que estaba prevista en 2025 y que no se ejecutó; según el Gobierno regional por culpa del ayuntamiento de Guarinos y en boca del portavoz municipal, porque no le da la gana a la Junta, que desde que está el nuevo equipo de Gobierno no ha hecho más bajar su inversión en Guadalajara, protestan. Yo no voy a entrar en esta guerra de números, solo apuntaré que cuando Guarinos decidió desvincularse del proyecto de la Ciudad del Cine en el Fuerte debió imaginarse que esto iba a ocurrir. Y que el cumplimiento de la sentencia para la rehabilitación del Fuerte solo se arreglará desde el pacto y el diálogo Junta-Ayuntamiento, porque en un país tan sectario como el que tenemos ( con tanta gente viviendo de la política) solo tendría visos de encauzarse cuando las dos citadas instituciones tengan el mismo color político. En primavera de 2027 volveremos a tirar los dados otra vez; y a esperar lo que sale.

Coda: Si lo del Fuerte con los presupuestos regionales para 2026 no constituye ninguna sorpresa, subrayo con desilusión que en ellos no se contemple la nueva Estación de Autobuses, que debería estar lista coincidiendo con la inauguración del vecino campus universitario de la Univeridad de Alcalá en Guadalajara. Porque todavía no hemos perdido la memoria, recordamos que su proyecto, con una inversión de 1,8 millones de euros, fue presentado en febrero de 2023 por el propio Page, siendo alcalde Alberto Rojo, y lo único que ha cambiado desde entonces es el titular de la Alcaldía de Guadalajara; no la necesidad sobre una nueva estación que mejore la actual, construida en 1984, con Javier de Irízar de alcalde y José Bono de presidente de la Junta de Comunidades. ¡No ha llovido desde entonces! Pues así está la instalación después de 40 años de desgaste. Herrumbrosa.

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