La sede del PSOE de Azuqueca lleva tiempo cerrada, porque como ya no aportan los cargos públicos lo acordado no hay para pagar el alquiler. Y el Grupo Municipal no se reúne antes de los plenos, con lo que los concejales que están enfrentados al alcalde, José Luis Blanco, no saben cómo se ha cocido, como cualquier edil de la oposición. Son dos ejemplos ilustrativos de la situación por la que pasa el histórico partido en Azuqueca, que siempre ha tenido la responsabilidad de gobernar (excepto la media legislatura del popular Moraga, porque no hubo acuerdo con IU) desde que el PSOE acunó en su seno a Florentino García Bonilla, el primer (y el mejor) alcalde azudense de la democracia, un independiente que se presentó por el PCE de Paco Palero.
El PSOE de Azuqueca ha pasado por muchos avatares, ha sufrido las luchas internas de las familias que se han ido sucediendo en el tiempo, pero nunca ha dado la nota tanto como ahora. Y lo acabará pagando.
Lo ocurrido tras la proclamación por Ferraz de José Luis Blanco como candidato a la reelección, no es ninguna sorpresa, dado la mano que el actual alcalde de Azuqueca tiene en la Ejecutiva Federal, a cuyo comité federal pertenece, después haber encabezado la cruzada sanchista en Castilla-La Mancha, y singularmente las Primarias contra García-Page por la secretaría regional del PSOE, de las que se quitaron de enmedio los primeros espadas del sanchismo regional llamados a otras responsabilidades con más moqueta. Blanco libró esa escaramuza. En el sinuoso mundo de los partidos políticos se cumple como en ningún otro el refrán español de “quien tiene padrino se bautiza”; y el padrino de Blanco es el encargado de manejar el hisopo con el agua bendita desde la Comisión de Ética y Garantías.
No ha sido pródigo Ferraz en explicaciones. La versión de Blanco es que tras llegar avalada su candidatura por el 57,8 por ciento de la militancia de la Agrupación del PSOE de Azuqueca de Henares fue propuesta a la citada comisión y esta la proclamó. Se presupone que en ese porcentaje de apoyos se incluye el grupo de nuevos afiliados que volcó la mayoría en el PSOE de Azuqueca, y que la actual Ejecutiva Local y Provincial considera afiliación “irregular”, porque dice haber comprobado que 47 de ellas aparecen afiliadas en las últimas horas de la fecha de cierre del censo. “Respetar a la militancia de la agrupación e intentar ganar a toda costa inflando el censo en más de un 25% en el último momento no parecen cosas compatibles”, se queja la Ejecutiva Local en un duro comunicado en el que acaba calificando al actual alcalde de “candidato impuesto”. Hay que recordar que para poderse celebrar las Primarias al ser Blanco el alcalde es necesario que lo pidiera la mitad más uno del censo, con lo que esta operación de ampliación del censo taponó esa posibilidad. Claro que también él podrá legítimanente decir que la Ejecutiva Local podría haber hecho lo mismo, buscar nuevas afiliaciones. Lo que demuestra una cosa: en estas elecciones internas, mal llamadas Primarias, en las agrupaciones pequeñas la clave está en el que controla el censo y lo cierra, lo da lugar a corruptelas. Casi me quedo con el antiguo sistema representativo del PSOE de Alfonso Guerra, que controlaba el aparato, pero por lo menos no se engañaba a nadie y evitaba el espectáculo actual de lo que llaman “nueva política”, y que acaba siendo más vieja que el hilo negro. Mientras las Primarias no estén abiertas a los simpatizantes, y puedan elegir a sus candidatos como en Estados Unidos o Francia, esto es pura filfa.
En un segundo plano ha quedado un asunto más farragoso, como es la denuncia interna presentada contra Blanco por la Ejecutiva Provincial por el llamado «asunto de las productividades», y que hace referencia a los pagos por productividad a un alto funcionario municipal. Sucede que por un caso similar y con la misma persona beneficiaria se abrió una investigación judicial al antiguo alcalde popular de Trillo. Los Servicios de Asesoría Jurídica del PSOE Federal señalan que “no existen indicios suficientes tras el examen de la documentación aportada, para iniciar acciones disciplinarias ni judiciales frente a la actuación del Alcalde de Azuqueca de Henares (Guadalajara) por parte del CEF”. Y han dado el asunto por liquidado. En este caso, la Ejecutiva Local nos adelanta en su comunicado que no va a lavar estos trapos en público, y menos en época preelectoral, aunque por aquello de pescar en río revuelto nada impide a otro partido llevar el asunto a los Tribunales. Rumores hay.
Así está el panorama, y no pinta bien para el PSOE en Azuqueca, porque si hay algo que castiga el electorado es la exhibición de las divisiones internas en los partidos. Y si en Andalucía una parte del electorado socialista se quedó en casa por el cansancio, la corrupción y los eres falsos, ya veremos lo que puede pasar en Azuqueca cuando la Ejecutiva del PSOE local termina su comunicado diciendo que “no nos hacemos responsables, dado que se ha tomado a espaldas de la Agrupación y de su militancia la decisión sobre la persona que debe encabezar la candidatura, de los resultados que se obtengan en las próximas elecciones”. Pues cuidado, porque ese día también hay otra urna en la que pone autonómicas (Page) y otra Europeas (Sánchez).
Estoy convencido de que unas Primarias con su urna y la votación de los militantes, los que fueran, no habría cauterizado las heridas del PSOE de Azuqueca, que van más allá de la artificial división entre sanchistas y pagistas, entre Blanco y Bellido, pues se remontan a las guerras púnicas del socialismo local. Pero por lo menos de cara al atribulado electorado socialista, habría sido como un lavado de cara. Le habría venido bien incluso a Blanco. Aunque como he repetido en anteriores artículos y tertulias, era de esperar el desenlace. Feo. Ahora a ver qué pasa con el resto del proceso, porque habrá que confeccionar la candidatura y en última instancia ser aprobada por los órganos del partido a nivel provincial y regional. Tela marinera.
Foto: Blanco recibe la vara de Bellido en la Alcaldía de Azuqueca.