La celebración de elecciones Generales, Locales y Autonómicas en el escaso plazo de un mes han alterado el proceso de confección de listas en todos los partidos políticos. Lo comentaba recientemente el alcalde de Guadalajara, Antonio Román, en relación al retraso de la confección de la candidatura del PP al Ayuntamiento hasta no saber si algunos posibles candidatos irían en otras listas electorales. El PP no ha desvelado quién será su cabeza de lista, y si la presidenta provincial Ana Guarinos, que fue la número 2 de Cospedal en las Cortes regionales, da por finiquitada su carrera en Toledo, y aspira a escaño en la carrera de San Jerónimo (el PP solo tiene asegurado uno). Esto dejaría un hueco en la lista para las regionales, que en esta legislatura ocuparon la citada Guarinos y Lorenzo Robisco. Luego está la composición de la candidatura al senado, en la que el PP por primera vez desde 1982 tendrá problemas para renovar los tres senadores por Guadalajara , aunque de ello hablaré con más destalle en mi próximo post. Tampoco es descartable que Antonio Román pueda hacer el doblete en la cámara alta, en donde cualquier ayuda de un rostro conocido será bienvenida. Pronto sabremos algo, por lo menos sobre el cabeza de lista, que es lo primero que se cocina en Génova.
En el PSOE, Magdalena Valerio sigue sin presentar oficialmente su candidatura a encabezar la lista al Congreso, aunque en Ferraz lo dan por hecho. Yo también. Una norma no escrita en el PSOE favorece a que los ministros abran plaza en las provincias, y eso lo sabe el actual diputado por Guadalajara, que además es el secretario provincial, un inconveniente. Yo apostaría a que va a haber acuerdo, a que Bellido va a ceder su plaza, y a que será senador o cabeza de lista a las Autonómicas, siempre que el grupo de Valerio no plantee otras batallas que ahora no tocan, como es el control del PSOE provincial. García-Page ha establecido la Pax Romana, porque a todos ahora les viene bien, y así veremos mítines con Page, Blanco y Bellido en el mismo escenario. Hay un dicho bastante exacto que dice que la política hace extraños compañeros de cama.
En Ciudadanos, andamos con unas Primarias por medio en España y en la región, y bastantes cosas por definir. Habrá que ver cómo se desarrolla la campaña, pero Guadalajara es una plaza muy apetecible para la formación liberal, porque opta, con posibilidades, a obtener el tercer diputado en detrimento del PP. Tal es así, que como ha sucedido en Toledo, en que el catalán Juan Carlos Girauta (el portavoz parlamentario de Albert Rivera) quiere encabezar la lista a las Generales por la capital de Castilla-La Mancha, apelando a que allí tiene una casa. Habrá que ver si alguna otra propiedad entre los cientos de pueblos de Guadalajara pertenece a algún prohombre nacional de Ciudadanos, o si alguno encuentra un parentesco del que agarrarse. O si finalmente la candidatura se hace con los de aquí. Ahí están los nombres de Alejandro Ruiz y Orlena de Miguel, en primera línea. El asunto es cómo colocarlos. Si Alejandro Ruiz es el candidato a la alcaldía, difícilmente podrá serlo también al Congreso un mes antes. Y si Orlena de Miguel encabeza las regionales, después de haber sido la portavoz extramuros de Ciudadanos durante la legislatura, tendrá una posición privilegiada en una provincia que podría ser clave en las alianzas para la configuración del próximo gobierno regional. Ciudadanos está en condiciones de disputar a Podemos el quinto diputado por Guadalajara, y sobre todo después del lamentable espectáculo que esta formación está dando en el final de legislatura por la guerra a muerte entre David Llorente y José Gacía Molina, y que podría terminar con un fracaso político rotundo si no aprueba ninguna de las leyes en las que ha estado trabajando cuatro años. Con sus correspondientes asesores.
Y a la derecha de la derecha está Vox. Calladitos en Guadalajara, pero que ahí están, con altas posibilidades de entrar en el Ayuntamiento de la capital, amenazando seriamente al segundo diputado del PP por Guadalajara, a la mayoría popular en el senado y con algunas opciones para luchar por el quinto diputado en las regionales, si el voto se dividiera en cinco bloques: PSOE, PP, C’s, Podemos y Vox. A falta de encuestas fiables, hay que fijarse en la tendencia que marque Madrid, y a partir de ahí a echar cuentas. Si Vox obtuviera una representación similar a la andaluza, lo sería a costa del adelgazamiento del PP, aunque con una gran paradoja: Francisco Núñez, aun teniendo menos respaldo que Cospedal, tendría más posibilidades de gobernar que la ex lideresa. Todo dependerá de Vox. Y de Ciudadanos, que en las autonómicas y locales no vetan acuerdos con el PSOE, como lo han hecho en las Generales después de que Pedro Sánchez no renunciara a nuevos pactos con los independentistas, e intente absorber a Podemos en su estrategia frentista de erigirse como única alternativa de izquierda frente a la amenaza “de las derechas”.
Esto es lo que hay, y no es poco. Porque vamos hacia las elecciones más abiertas desde la Transición, como explicaré en mi próximo post. También en Guadalajara.
Pie de foto: Magdalena Valerio y Pablo Bellido colocando unas flores en el cementerio de Guadalajara