Leo que el Partido Popular piensa organizar una cumbre nacional en Murcia y que por lo que dicen los papeles, estará centrada en reivindicar el trasvase Tajo-Segura y en hacer crítica de la política de la ministra Teresa Ribera, a la que se le acusa de anti-trasvases, aunque durante du mandato se ha mantenido en lo fundamental el Memorándum que regula estas derivaciones, si bien es cierto que con correcciones a la baja. A este respecto hay que decir que si el ministerio no hubiera sido previsor al respecto, los principales perjudicados serían los regantes del Segura, porque habría habido meses en que no se podría haber trasvasado una gota de agua al haber entrado la cabecera en nivel 4, tal y como establece la Ley.
Me preocupa que a estas alturas de la película y cuando empezamos a sufrir las consecuencias del cambio climático, un partido de gobierno, como el PP, caiga en el error de centrar su política sobre el agua en una infraestructura que fue producto de otra época, una dictadura, y de otro mundo climatológico (el principal problema del trasvase es que no se cumplieron las previsiones sobre precipitaciones) y quererlo elevar a una reivindicación central, solo por motivos electoralistas en el levante español. El PP nacional no puede seguir haciendo de la reivindicación del trasvase el eje de su política sobre el agua y mentir con que Ribera ha realizado una gestión antitrasvases cuando el año hidráulico se cierra con la cabecera del Tajo por debajo del 20 %. El presidente del PP de Castilla-La Mancha, Francisco Núñez, se lo debería recordar a sus correligionarios de Valencia, Murcia y Andalucía, si quiere tener un mínimo de autonomía y credibilidad y ser algo más que el delegado del PP en Castilla-La Mancha; porque los pusilánimes no ganan elecciones. La cabecera del Tajo no puede enviar un agua que no tiene a otra cuenca hidrológica, en este caso la del Segura, pero tampoco pueden sustituir alegremente unos trasvases por otros.
Me estoy refiriendo a lo que llaman tubería manchega, por no querer denominarlo trasvase cuando en realidad lo es, ya que se trata de una derivación de agua desde la cabecera del Tajo -otra vez- hasta la llanura manchega y que empezará a funcionar a partir de febrero. Unos de los argumentos que la Junta ha dado para oponerse al trasvase al Segura es que se trata de cuencas hidrológicas diferentes y que el desarrollo de un territorio no puede depender de un recurso, en este caso el agua, que se extrae a más de trescientos kilómetros. Pues estamos en las mismas: el territorio que alimentará el trasvase a La Mancha no está en la cuenca del Tajo, sino en la del Guadiana, a otros trescientos kilómetros y la única diferencia (más allá de que serán menos hectómetros los que se vayan a trasvasar) es de carácter puramente nacionalista: está en la misma comunidad autónoma.
El asunto está claro: la cabecera del Tajo no debería haber aceptado una nueva servidumbre sin haber resuelto la primera, el trasvase Tajo-Segura, y si lo hace es porque afecta a las dos provincias menos pobladas y con menos peso político de la comunidad autónoma: Guadalajara y Cuenca. Y el que tenga dudas que hable con uno de los grandes expertos en la materia, Rufino Sanz Peinado, ex director general de Administración Local, o lea sus artículos publicados por este digital. Aquí les dejo dos piezas reveladoras. Un artículo se titula Sánchez no ha superado la prueba del Kobayashi Maru y el otro La tubería a la llanura manchega
No es tampoco baladí la tercera derivación o trasvase que ha debido soportar la cuenca del Tajo. Me estoy refiriendo al de Las Tablas de Daimiel, que si bien tiene poca trascendencia en lo cuantitativo (solo 3 Hm3), es muy elocuente en lo cualitativo. Me explico: ese magnífico parque natural solo se salvará con sus propios recursos, ya que de nada sirve utilizar 3 Hm3 del agua del Tajo para encharcar 140 hectáreas cuando hay más de 2.000 que están secas en estos momentos. No es serio ni sostenible usar para riegos los acuíferos del parque y luego pedir que lo remedie la exhausta cabecera del Tajo. Una broma o como dice la Plataforma Río Tajo Vivo, “cerrar un trasvase para abrir otro, lo mismo da que da lo mismo”.
Pero esto es lo que hay. No pintamos ni copas.
P.D.Se necesitan entre 25 y 60 toneladas de agua para producir una tonelada del hidrógeno verde que está llamado a sustituir al gas en el sistema eléctrico. Y a eso lo llaman transición ecológica.¿Para cuándo?