Cuando escribo este artículo ya van más de doscientos muertos oficialmente contabilizados a consecuencia de la DANA, con lo que se sospecha que el balance oficial será todavía peor. ¿300? ¿400? Desconocemos lo que el barro esconde.
Lo que sí está claro es que esta DANA ha cuestionado el funcionamiento de las emergencias en el Estado Español y a la organización territorial del estado mismo, que ha sido desbordado por los acontecimientos y empequeñecido a sus dirigentes, tanto autonómicos como nacionales, que se han ganado una merecida fama de incompetentes. Al tiempo ha sacado a flote la solidaridad innata del pueblo español que viendo tantas carencias en la actuación pública, en un nuevo 2 de mayo de 1808 optó por la autogestión de la emergencia y plantarse en las zonas calientes de Valencia para echar una mano. Otro de los protocolos a implementar será cómo poder organizar esa ayuda espontánea de la población ante una emergencia para que sea efectiva y no acabe entorpeciendo el trabajo de los profesionales.
Supongo que con el tiempo se creará una comisión de investigación para analizar lo ocurrido en Valencia y oeste de Castilla-La Mancha, una DANA “de las que pasarán a la historia”, según advertía el viernes 25 de octubre el físico J.J. González Alemán, investigador de la AEMET, y al que le llamaron por ello “farsante” y “apocalíptico”. El problema no estuvo esta vez en la predicción sino en la mala comunicación. El veterano meteorólogo José A. Maldonado, el añorado hombre del tiempo en RTVE, subraya que AEMET comenzó a hablar de la DANA a partir del sábado, el lunes se pusieron los avisos naranjas y el martes por la mañana el rojo, que es el peligro máximo. Maldonado dice no entender por qué se tardó tanto en alertar a la población, competencia que atribuye a Protección Civil de las comunidades autónomas (dependientes de los gobiernos regionales) o del Estado (gobierno central). Habría bastado para salvar muchas vidas con que alguna autoridad competente hubiera advertido ese martes por la mañana por televisión que la población se quedara en casa, huyera de garajes y bajos y que no sacara los coches a la calles, que son metralla para cualquier riada.
A partir de ahí, la incompetencia. El presidente regional de Valencia, Carlos Mazón, en la misma mañana del martes afirma que el temporal “se desplaza a la serranía de Cuenca” y se espera que a las 18 horas disminuya su intensidad en la comunidad valenciana. Y no es hasta las 20 horas cuando se decide enviar la alerta telefónica, estando ya muchos pueblos con más de dos metros de agua en las calles. ¿Y qué hizo el Gobierno central (socialista)? Pues apenas nada, amparándose con que la Generalitat no había activado el nivel 3, con lo que las competencias seguían siendo del gobierno regional (popular). Entre unos y otros, la casa…Uno de los mayores reproches de la población ha sido cómo se ha tardado tanto tiempo en enviar al Ejército a la zona, unas fuerzas armadas que disponen de material pesado, cubas y cocinas para haber actuado desde el primer minuto; pero el despliegue fue tardío y escaso (apenas 500 militares de más de 100.000 efectivos). Ante un gobierno regional desbordado y con consejeros manifiestamente inútiles , el gobierno de Sánchez actuó con tacticismo e inanidad, dejando que Mazón se cociera en su propia agua. Ni tan siquiera el Ministerio del Interior contestó al ofrecimiento del Gobierno francés de enviar a 200 bomberos a la zona cero de la tragedia. La única urgencia que parecía tener el gobierno de Sánchez era modificar el consejo de administración de RTVE para poder incluir a sus socios independentistas con un buen sueldo y diluir la representación del PP.
En los próximos días se acrecentará el cruce de reproches sobre cuál de los dos gobiernos lo ha hecho peor cuando lo que se ha puesto sobre la mesa es que la coordinación institucional ha hecho agua y ha sacado los colores al propio Estado de las Autonomías, que en Valencia ha demostrado ser más la acumulación de 17 pequeños estados confederados (como les gusta a los nacionalistas que sustentan al Gobierno) que un estado unitario y vertebrado. Un fiasco teniendo en cuenta que ese estado no tiene ningún inconveniente en agujerear nuestros bolsillos y obtener anualmente ingresos cercanos al 40% del PIB. ¡Con estos resultados! Menos mal que la desviación del río Turia se hizo tras las inundaciones en 1957, en un proyecto descomunal que ahora sería cuestionado, aunque nunca se construyó la presa reguladora prevista (ni con el franquismo ni en democracia) con lo que, hoy en día, solo se dispone de la presa de Forata, que tiene apenas la capacidad de la de Beleña de Sorbe, y que se llenó en una hora. ¡Pero ya sabemos que, ahora, lo guay es que las aguas discurran libres sin regulación humana! Esto es lo que hay.
Guadalajara se libró de la tragedia en términos de vidas humanas, aunque un pueblo allá en la raya con Aragón, Villel de Mesa, un precioso caserío que se asienta en una ladera bajo el imponente castillo de los Fúnez, estuvo a punto de engrosar esa lista negra de Valencia y Albacete. Aunque ese día apenas llovió en el pueblo 40l/m2, en los llanos superiores se superaron los 100l/m2 y por sorpresa se desencadenó una riada que inundó 45 casas y locales. Es la tercera inundación que sufren este año y el alcalde clama en el desierto contra la Confederación Hidrográfica del Ebro, a la que pertenecen, porque como en El perro del Hortelano, ni acomete las obras necesarias para contener las crecidas del río Mesa, ni le permiten hacerlo al Ayuntamiento por su cuenta. Si algo debería salir de este desastre que hemos vivido en España es que en Villel de Mesa, un pueblo con muchos jubilados de la España vaciada, se realicen las obras necesarias para evitar una tragedia, y que así lo reclame y coopere con ello la comunidad de Castilla-La Mancha, que tiene asiento en la Confederación del Ebro.
ASÍ QUEDÓ LA FUENTE DE LA NIÑA.- La foto, tomada hace solo unos días, es ilustrativa del estado en que quedó el estadio de la Fuente de la Niña tras el paso por su césped del Festival Gigante y las actuaciones musicales de la semana de Ferias. ¿Quién se va a hacer cargo de reparar este desastre, que habría sido perfectamente evitable de haber realizado tales actuaciones en la explanada urbanizada en la que se instalaban las grandes atracciones del Ferial, hasta los últimos tres años en que se decidió ubicarlas en los pobres parques de San Roque y Concordia? Esta explanada tiene un espacio similar, está urbanizada, es del Ayuntamiento y se ha dejado de utilizar en la semana de Ferias. Pero esto es lo que hay.