Quédense con esta fecha: 17 de noviembre de 2024. Es el día en que acaba el permiso de actividad de la central de Trillo, y la jornada en que pararía su reactor por última vez, si la propiedad de la planta, encabezada por Iberdrola, no solicita con el tiempo suficiente la renovación de la autorización y le es concedida. Tiene hasta un año antes para hacerlo, pero a estas alturas no está claro lo que va a pasar.
¿El motivo? Lo explicó Ignacio Araluce en una entrevista con este digital. El sector pierde unos 2.000 millones en los últimos años y presenta un flujo de caja negativo de unos 500 millones. Precisando algo más, Iberdrola Nuclear, que tiene una cuenta de negocios diferenciada, anota en balance pérdidas de 1.500 millones desde 2013. A Iberdrola, líder mundial en renovables, la energía nuclear cada día le pesa menos en su cartera de generación y cada vez tendría menos motivos para solicitar la renovación de una actividad que le genera pérdidas por la alta fiscalidad con la que el gobierno trata a las nucleares. Algo así como si dijera, “no os cierro, como me lo pide mi cuerpo antinuclear, porque luego es un lío con las indemnizaciones, pero os voy a freír a impuestos y así seréis vosotros los que toméis la decisión”. Iberdola es la empresa mayoritaria de la central de Trillo.
El presidente del Foro, organismo que hace funciones de portavocía de todo el sector, dice que es optimista, porque a corto plazo no es posible prescindir de las nucleares como el propio Plan Nacional de Energía y Clima contempla. Este fija el funcionamiento de la última nuclear en España, la de Trillo, hacia 2035 hasta que entren más renovables y se monten almacenamientos para gestionar este tipo de energía, inexistentes ahora. Cuando ese proceso se desarrolle irán parando las centrales, pero si las unidades nucleares pierden dinero todos los años a ver quién es el guapo que lo explica ante la Junta de Accionistas. “Evidentemente, si nadie quiere arreglar la situación, si nadie quiere intervenir bajando los impuestos y fijando un precio determinado para la generación nuclear, evidentemente tendría que terminarse. Pero no es que estemos planificando el cierre. Aunque si no hay dinero es como todo. No se podrá seguir en funcionamiento”, advierte el presidente del Foro.
No pintan bien las cosas en el sector, en estos momentos en que la política energética española padece de sobredosis de ideología neoprogre, con lo que nunca se sabe si se priorizará la razón y la economía, y seguirán las nucleares porque aportan estabilidad al sistema, o si las empresas eléctricas deben dedicarse al monocultivo de lo renovable y dejar de perder dinero en sectores politicamente incorrectos como el nuclear. Aunque eso no beneficie a la rebaja del precio de la luz y a la estabilidad del sistema, que podría perder capacidad de suministro porque las renovables no son constantes a día de hoy.
Araluce recuerda que las centrales nucleares funcionan todo los días del año, salvo las recargas, al cien por cien de potencia, de media unas 8.000 horas al año. En un parque fotovoltaico, de media al año funcionan unas 2.000, porque hay muchas horas sin producción. Por ello, para sustituir una unidad nuclear, como la de Trillo, que tiene algo más de 1.000 Mw, habría que instalar unos 4.400 Mw fotovoltaicos para compensar su pérdida.
Un parón nuclear sería un duro palo para la economía y el empleo de Guadalajara, porque el propio sector de las renovables no tiene a corto plazo peso como para sustituir a las nucleares. Solo hay que recordar que la central de Trillo genera 1.300 empleos directos e indirectos en Guadalajara
Así están las cosas en el sector, pero un parón nuclear sería un duro palo para la economía y el empleo de Guadalajara, porque el propio sector de las renovables no tiene a corto plazo peso como para sustituir a las nucleares, aunque en Guadalajara las perspectivas son esperanzadoras. Solo hay que recordar que la central de Trillo genera 1.300 empleos directos e indirectos en Guadalajara, 50 millones de euros de contribución a las arcas de Castilla-La Mancha (aunque su presidente regional nunca haya visitado la central, sí José Bono) y más de 40 millones de inversión promedio anual en actualización tecnológica. ¿Cómo podríamos compensar estos números con un cierre anticipado de CN Trillo, el 17 de noviembre de 2024?
Portavoces tiene el gobierno de Sánchez para parar un tren como para que nos lo explique.
Semáforo de actualidad.
VERDE: Para el programa de actuaciones en las plazas de Guadalajara, la mayoría con grupos locales. El viernes y sábado estaban llenas las terrazas en toda Guadalajara y se pudo mezclar animación con mantener las distancias de seguridad, gracias al acierto del Ayuntamiento, que este año no está cobrando la correspondiente tasa y es generoso con los espacios públicos, para ayudar a un sector que lo ha pasado muy mal. Estas actuaciones están demostrando que el ocio organizado no tiene la culpa de la extensión del Covid, sino los alegres botellones; y que la gran mayoría de los jóvenes está sin vacunar. A eso debe dedicarse la ministra Diarias y no a la propaganda.
VERDE: Para la representación de Los Comuneros, de Gentes de Guadalajara, que se ha quedado corta solo en la jornada del pasado viernes. Habrá que buscar otra excusa para que todo el mundo lo pueda ver. Tal vez en el cierre del 500 aniversario de la guerra de las comunidades, coincidiendo con la batalla de Villalar.
VERDE: Para Carlos Sanz Establés, principal impulsor del Centro de Prensa de Guadalajara, ahora que se cumplen los primeros 20 años de su existencia. Ojalá que a pesar de la incertidumbre en la que se ven envueltos los medios de comunicación profesionales en un ambiente hostil, permita que dure 20 años más.
AMBAR: Para la reforma o remodelación de la Alameda de Sigüenza. Si hay un proyecto complicado es el de reformar, rehabilitar, reordenar, como ustedes quieran llamarlo, un parque con tanta historia como la Alameda. Cada vez que se quiso hacer hubo lío, según tengo leído en la hemeroteca de Flores y Abejas. El Ayuntamiento no debe tener miedo a que se abra un proceso de participación más largo, donde particulares, plataformas y asociaciones de todo tipo puedan aportar sus sugerencias al proyecto. Y después todo el mundo tiene que entender que el que tiene la legitimidad para decidir es el Ayuntamiento. Pero sin prisas.
ROJO: A Ángeles Castellano, secretaria de Políticas Sociales de CC.OO, muy preocupada porque en Castilla-La Mancha haya 130 “ricos”, que declaran por encima de los 611.000 euros. Ojala en vez de 130 tuviéramos a 130.000, sobre todo porque es notorio que en los últimos años las grandes fortunas se alejan de tributar en Castilla-La Mancha, y aprovechando que tienen un piso en Madrid se apuntan a la fiscalidad de Ayuso, más liviana que la de Page. No es la solución por lo tanto subir los impuestos a los que se han quedado. O En Castilla-La Mancha solo tributarán asalariados empobrecidos y las clases medias, que cada vez es más de lo mismo.