Tengo un cariño especial por el castillo de Diempures (siglo XI), en el alto Sorbe, por varias razones. Es frágil y delicado; se trata del único castillo provincial construido con pizarra; y está asomado a un acantilado de un centenar de metros sobre el Sorbe en lo alto de un cerrillo sobre lo se cree que fue un castro celtibérico (está sin estudiar), por lo que su bravo entorno fue la mejor de sus defensas.
He marchado hasta él varias veces, siempre me pareció muy delicado, pero la última fue hace unos días, a finales de agosto, y les confieso que me dejó preocupado. Las pizarras y piedras del portón de entrada están cogidas con alfileres y me temo que están en serio riesgo de venirse todo abajo en el crudo invierno que vendrá. El entorno de Diempures es tan bello como inhóspito, porque debe soportar el viento, la nieve, el hielo y temperaturas por encima de los 20 grados bajo cero en el crudo invierno serrano, todo ello favorecedor de desplazamientos en los muros y que podrían desencadenar su derrumbe. Antes de que suceda todo esto, que sucederá, es necesaria la aprobación por la administración competente (ya sea estatal, autonómica, provincial o local) de una actuación coordinada de emergencia para consolidar las actuales ruinas y que por lo menos su proceso de deterioro no siga imparable. Yo aquí les pongo esta foto para que vean que no exagero. Una marcha desde Cantalojas al castillo de Diempures sería un atractivo más para esta comarca, cada vez más volcada al turismo, y una alternativa o mejor un complemento para la visita obliga al hayedo de la Tejera Negra.
Desconozco casi todo sobre quién era Diempures, al parecer un señor de la guerra que murió en la batalla de Aljubarrota contra los portugueses, y es una lástima, porque si fuera catalán tendría más esperanzas de que alguna autoridad se acordara de su castillo, uno de los más curiosos de esta provincia castellana, y por lo tanto con muy poca capacidad de influencia. Así que lo mejor es reivindicar a Diempures como un señor feudal de origen catalán; y esperar.
CON ESTOS BUEYES.- El juzgado de Solsona (Lérida) dejó en libertad con cargos a cuatro CDR detenidos por querer boicotear La Vuelta a su paso por Cataluña. Las criaturas tenían pensado arrojar tachuelas y aceite para dificultar el recorrido de los corredores, sin importarles el peligro que de ello se deriva. Oriol Junqueras, el presidente de ERC, enmarcó esta protesta en el ejercicio del derecho a la libertad de expresión y pidió su libertad; y supongo que si alguna responsabilidad legal pudieran tener, para eso está la ley de amnistía que viene; que eso va a ser mejor que la lejía. Después del portazo a Feijóo, con estos bueyes va a tener que arar Sánchez una legislatura. Esto es lo que hay.
Desde la misma noche del 23-J, la consigna estaba en boca de
todos los ministros (en funciones) y los potentes portavoces mediáticos del
sanchismo. Las elecciones nos han traído una “mayoría progresista” que ha detenido
la “involución” del frente formado por la derecha y la ultraderecha. Pero el análisis
sosegado de los resultados electorales nos indican otra cosa bien distinta. En
palabras de Page: «Hay una mayoría muy amplia, amplísima, que ha querido
evitar la entrada de Vox en el Gobierno, aunque nadie podía imaginar al votar
el 23 de julio en que esta iba a ser una legislatura con mando a
distancia», en alusión al papel estelar que los endiablados
resultados han reservado al prófugo Puigdemont. Comparto que hay una mayoría
amplísima que no ha querido ver a la extrema derecha en el Gobierno (y de ellos
hablaremos luego), pero ni el Page más ingenuo se cree que Sánchez no iba a ampliar
su mayoría Frankenstein II con Carles Puigdemont, y
hacernos creer, además, que es inevitable para “frenar a la ultraderecha” (el “No
pasarán” que se oyó gritar en la calle Ferraz ).Pero no es verdad; es
falso. El pueblo español votó mayoritariamente por la centralidad, por los dos
partidos herederos de la Constitución, que entre ambos suman el 64,75% de los votos, mientras que los separatistas
han perdido apoyo popular, excepto Bildu (beneficiado por el blanqueo de
Sánchez). Los datos son elocuentes: entre ERC y Junts suman solo el 3,3% de los
votos y con Bildu el 4,6%. Así que si
los resultados son “endiablados” es porque Sánchez quiere. Porque el mensaje
que manda el pueblo español es de centralidad, de moderación, pero es Sánchez
el que pone en el centro de la legislatura a Puigdemont y le entrega el mando a
distancia con ese ridículo 1,6% de los votos, porque prefiere reeditar otro
pacto del Tinell aun a costa del trágala que va a sufrir con los
independentistas. Que sí, casi todos se imaginaban lo que está sucediendo estos
días, otra cosa es que algunos miraran para otro lado con la excusa del
fantasma de Vox.
«El pueblo español votó mayoritariamente por la centralidad, por los dos partidos herederos de la Constitución, que entre ambos suman el 64,75% de los votos, mientras que los separatistas han perdido apoyo popular, excepto Bildu. Los datos son elocuentes: entre ERC y Junts suman solo el 3,3% de los votos y con Bildu apenas el 4,6%. Así que si los resultados son “endiablados” es porque Sánchez quiere».
PRIMERA PRUEBA SUPERADA.- La primera prueba que el separatismo puso a Sánchez, la elección de la mesa del Congreso, la superó con suficiencia. Para engrasarlo todo, puso de presidenta a Francine Armengol, una pancatalanista que ha sacado al español como lengua vehicular del sistema educativo de Baleares y ha preferido contar con médicos que hablaran catalán, aunque con ello sea casi imposible cubrir las plazas que se ofertan; lo primero es lo primero, y en este caso no fue la salud. El resto de condiciones para la elección de mesa fue tan etéreo como el presidente en funciones: se podrá usar el catalán, gallego y vasco en el Congreso, aunque no se concreta cómo, y el ministro Albares pide a la Unión Europea que los incluya como idiomas oficiales, aunque sabe que hay una veintena de idiomas regionales en esa situación y ni Francia, ni Italia están por la labor de abrir ese melón. Ahora lo que se lleva es el inglés como idioma franco; no la vuelta a la Europa de Carlomagno. Pero si algún día vemos la foto de un parlamento español con traductores y sus cabinas, como en la UE o la ONU, mandaremos al mundo el mensaje de que España no tiene un idioma común (aunque el español lo hablan casi 500 millones en el mundo), y por extensión que España no existe, que es lo que explica el de Waterloo todos los días en sus redes sociales, prescindiendo de que el estado español es el más viejo de Europa, ¡otra menudencia! De la misma manera, es humo la promesa de constituir una comisión en el Congreso que investigue el atentado yihadista de las Ramblas, porque los Tribunales ya lo han hecho y hasta el que fue jefe de los Mossos, el mayor Trapero, dejó claro que sus responsables son los condenados. Puigdemont sabe que su teoría trumpista de la conspiración (que fue inspirado por los servicios secretos españoles) solo se trata de otra operación de propaganda negra contra España; lo asombroso sería que un Ejecutivo español, que dirige esos servicios secretos, sea el soporte parlamentario de esa mercancía putrefacta.
Un asunto mayor sí es cualquier tipo de condonación de deuda que Sánchez pudiera hacer a la Generalitat en el marco de la negociación del FLA, porque eso sí pondría en un brete al resto de autonomías perjudicadas, la de Castilla-La Mancha entre ellas. Hay que recordar las cifras: hasta 2023, la Generalitat ha recibido del Fondo de Liquidez Autonómica, un invento de Cristóbal Montoro, 131.073 millones, lo que supone el 35,3% del total. Es un porcentaje que casi duplica la participación de Cataluña en el PIB (19% en 2022) y que ha permitido al ejecutivo catalán seguir pagando las nóminas de sus funcionarios, porque la deuda pública catalana estaba calificada de bono basura y carecía por ello de liquidez. Esa España que “nos roba”, al decir del prófugo, les ha permitido financiar una deuda de 85.456 millones a finales de marzo, de la que 76.852 millones se adeuda al Tesoro del Reino de España. Si Sánchez condonara parte de esa deuda, como pago de favores, dejaría en ridículo al resto de autonomías que han gestionado mejor sus finanzas públicas, con lo que Page y el resto de presidentes autonómicos no podrían pasar por ello sin ser reprobados por sus electores.
LA REPRESENTACIÓN.- Como ya nos enseñó Jordi Pujol: independencia se conjuga con paciencia y en estos días vamos a asistir a la segunda parte de la representación de La independencia a plazos, con Puigdemont como actor principal, pero esta vez no se lo va a poner tan fácil a Sánchez. Amnistía y autodeterminación es lo que exige el libreto para que Sánchez pueda seguir en La Moncloa, pero es que además el prófugo lo quiere por escrito. Evidentemente que Sánchez no le puede complacer, porque sería ilegal, así que vamos a ver adónde llega en ese derecho creativo, con Conde Pumpido como mago Merlín. La amnistía no está prevista en la Constitución, porque no es propia de una democracia y solo se emplea como salida de una dictadura que promovió leyes injustas. Por tanto, la amnistía olvida el hecho punible y extingue cualquier responsabilidad derivada de ella, incluso sin haberse celebrado el juicio. La asunción de este planteamiento sería un atentado contra la sala 2ª del Tribunal Supremo y de los jueces que redactaron la sentencia por el intento de golpe de estado en Cataluña el 1-O, un oprobio que ni Sánchez puede tragar con él. Pero Puigdemont exige que le arreglen lo suyo y lo de su tropa, los juzgados y por juzgar, y que ya puestos incluyan a la presidenta de su partido, Laura Borrás, condenada por corrupción política. La alternativa legal inferior a la amnistía sería un indulto general, pero este lo prohibe directamente el artículo 62 de la Constitución, con lo que no imagino qué “alivio penal” se va a buscar Sánchez para satisfacer las exigencias del prófugo. Por tanto, no es descartable que a Puigdemont le dé un ataque de soberbia y acabe impidiendo la investidura de Sánchez, en contra de los pragmáticos de su partido, que le recuerdan que con este inquilino de La Moncloa van a sacar más que con Feijóo.
De momento, al Rey Felipe ya le han puesto en un aprieto con la investidura. Los partidos del separatismo radical han renunciado a ir a La Zarzuela, para desairar al monarca y a la Constitución, con lo que Felipe VI va a tener imposible cumplir con el papel que le reserva la Carta Magna de proponer al candidato para formar gobierno (artículo 62.d). Es así porque Junts, ERC, Bildu y BNG, lo más granado del ultranacionalismo identitario, se han negado a anticipar al jefe del Estado a quién van a apoyar en la investidura, con lo que Sánchez tendría que hacer de portavoz vicario de los separatistas para avanzar al rey que dispone de un mínimo de 176 diputados para ser investido. Esta anómala situación favorece que el rey haga el encargo al candidato del partido que ha ganado las elecciones, Alberto Núñez-Feijóo, aunque sus posibilidades reales sean remotas.
LO DE VOX.- Y termino con Feijóo. El presidente del Partido Popular tiene que bajarse ya del balcón de Génova y empezar a preparar su tarea de oposición o las elecciones de enero de 2024, si hubiera repetición. Y como primera tarea está definir cuál debe ser la relación con Vox, en lo que ha fracasado por olvidarse de que está al frente de un partido presidencialista. En contra de lo que hizo Sánchez con Navarra, que se tapó hasta después de las elecciones, porque necesitaba la abstención activa de Bildu, el líder gallego -un moderado que cree sinceramente en la descentralización- dejó las negociaciones a los barones regionales y esto fue un descalzaperros. Los argumentos que se daban en Extremadura para no pactar con Vox eran los contrarios de los empleados en la Comunidad Valenciana o en Aragón. Feijóo debe aclararse, aclararnos, para lo cual solo tiene dos alternativas: 1º) hacer como los conservadores de la CDU en Alemania, que por estatutos no pacta con la extrema derecha [y lo de Vox es un juego de niños comparado con la Afd (Alternativa por Alemania)], con lo que no caben especulaciones en campaña electoral, la principal baza de propaganda negativa empleada con éxito por el agit prop sanchista en la última semana de las elecciones. 2º) Naturalizar los acuerdos con Vox, porque de lo contrario se arriesga a estar en el Tinell de por vida, y para ello delimitar y publicitar las líneas rojas en las que se mueve la negociación para no espantar al electorado moderado.
Esto es lo que hay; y no hay más, mientras el PSOE siga
atrapado por el peronismo sanchista y el no es no impida el regreso a
los consensos que hicieron posible una Constitución que ha dado a España
riqueza y estabilidad, pero que los potenciales votantes de otra investidura de
Sánchez se han propuesto derogar, aunque sea por la puerta trasera, con el derecho
creativo.
El pacto del Tinell, por el que se dejó fuera al PP en tiempos de Zapatero de cualquier gobierno regional, local o provincial en Cataluña, supuso el primer punto de ruptura con un espíritu que alumbró nuestra Transición, y que por lo que se ve, ahora, Sánchez quiere perfeccionar. Sería un inmenso error, porque no se puede prescindir de media España, pero esto es lo que hay.
Aprovecho una nota de actualidad, que esta semana se ha conmemorado la fabricación del último Seat 600 en 1973, hace 50 años, para recordar la descomunal figura de un alcarreño, que si bien ejerció toda su carrera profesional fuera de Guadalajara, en esta ciudad nació el 2 de agosto de 1886, y en ella se formó como ingeniero en la Academia radicada en Guadalajara y que un pavoroso incendio del 9 al 10 de febrero de 1924 marcó su decadencia; la de ambas. Me estoy refiriendo a José Ortiz Echagüe, a quien es difícil definir solo por alguna de sus profesiones o habilidades. Fue un pionero de la aviación, como piloto e ingeniero de aviones; un ingeniero industrial de postín, siendo el presidente y fundador de las dos industrias con más alta tecnología de la España de la postguerra, Casa y Seat, hasta el punto de que ambas sobreviven en la actualidad, la primera dentro del consorcio Airbus; y un fotógrafo de exquisita técnica, padre del género llamado pictoralismo, que a juicio de revistas americanas como American Photography estaba entre los tres mejores fotógrafos del mundo, y el primero entre los españoles.
Como ingeniero aeronáutico y aviador, Ortíz Echagüe es un ilustre exponente de aquella generación de la preguerra formada en la vieja Academia de Guadalajara, que tanto supuso no solo para la ciudad sino para el nacimiento de la aviación en España, y el logro de grandes retos científicos. José Ortiz había nacido en Guadalajara, porque aquí estaba destinado su padre, el comandante de ingenieros Antonio Ortiz Puertas, y a Guadalajara volvió para ser él mismo uno de sus alumnos. Hay que recordar que de esa academia salieron proyectos que eran el último grito de la época como el dirigible López Quevedo, o gestas como la del comandante Molas que perdió su vida experimentando con globos aerostáticos que subían a capas de la atmósfera donde antes no había llegado nadie. Nuestro Ortiz Echagüe se salvó de milagro de un accidente de avión cerca de Burdeos, en 1913, donde iba a reunirse con el rey Alfonso XIII, y junto con el capitán Emilio Herrera protagonizó el primer vuelto entre África y Europa, sobrevolando el estrecho de Gibraltar con un aeroplano de fuselaje de madera. Su amigo Emilio Herrera había sido compañero de promoción en Guadalajara, y con el tiempo, sus vidas se separaron trágicamente por la guerra civil: Ortíz Echagüe, conservador y monárquico, fue ascendido a teniente coronel y estuvo a las órdenes directas del general Kindelán, otro de los históricos de Guadalajara, mientras que Emilio Herrera, republicano y progresista, fue el jefe de la aviación republicana y tras la guerra civil llegó a ser presidente de la República en el exilio. La política hizo que mientras Herrera, otro de los genios de la aeronáutica, penaba sus últimos años de vida en el exilio suizo y francés, José Ortiz recibió del ministro de Industria, Suanzes, un encargo que le ilusionó: sin dejar de presidir Construcciones Aeronáuticas Españolas (CASA), pilotaría la creación y gestión de la primera industria de fabricación de automóviles españoles a gran escala. España había destacado en la fabricación de automóviles de alta gama, como fue el Hispano Suiza, que tan bien conocía Ortiz, porque tuvo su fábrica en Guadalajara, pero después de la guerra se necesitaba un coche al alcance de la naciente clase media española. En Alemania ese papel lo jugó Wolkswagen, que no en vano se llamó el coche del pueblo, en Italia fue Fiat o en Francia las marcas Renault y Citröen. En España, sometida a embargos tras la guerra mundial para forzar la renuncia de Franco, no había ninguna empresa capaz de construir ese coche popular, y esa orden directa la recibió José Ortiz Echagüe, que en 1950 fundó Seat, con una pequeña participación de la Fiat, y bajo su presidencia se fabricó su primer modelo, el Seat 1400 en 1953 e inmediatamente después el popular y robusto Seat 600, el emblema de la naciente clase media española y del que se produjeron 800.000 unidades entre 1957 y 1973. Hasta solo tres años antes del cese de su fabricación, José Ortíz presidió la empresa que mucho más tarde y en alianza con Wolkswagen ha llegado hasta nuestros días. El último 600 salió de fábrica hace justamente 50 años.
Por si no fuera suficiente perfil como para llenar toda una vida, José Ortiz Echagüe es también, para
muchos, uno de los mejores fotógrafos españoles de todos los tiempos. A esa actividad
llegó Ortíz de rebote, porque él lo que quería ser de verdad era pintor, pero
su familia pensó que con un artista en la familia, su hermano Antonio, ya
tenían bastante y que él debía realizar una carrera de provecho. Por eso
se hizo ingeniero; y en Guadalajara. Lo único que sacó en limpio es que un tío
suyo le regaló una cámara Kodak y allí empezó una afición que culminó
con el reconocimiento internacional. Ortíz está considerado el padre del pictoralismo,
una compleja técnica realizada en papel carbón Fresson y utilizando
gelatinas, que se asemeja al hiperrealismo y que solo un artista detallista y
con mentalidad de ingeniero podía abordar, con éxito, sin desesperarse. Un fiel
exponente de su obra es la exposición que se hace para el Metropolitan de
Nueva York en 1960 y que acabó girando por todo el mundo. Una selección
de sus mejores cuadros llegó hasta el Palacio del Infantado de Guadalajara, y
yo todavía la recuerdo a pesar de ser un chaval; impresionante. La obra de Ortiz
fue editada por el propio autor en cuatro grandes libros (Ortiz no se fiaba de
los editores, porque les achacaba poco rigor) que versan sobre Tipos españoles
(obras con modelos de paisanos que consintieron ser retratados con ropa de sus
antepasados), la España mística (increíbles procesiones que conectan con la
profunda religiosidad de su autor), castillos y alcázares españoles y las
imágenes de Marruecos durante el protectorado español.
Y ya termino: el legado con la obra fotográfica de Ortiz Echague se puede ver en el museo de la Universidad de Navarra, en Pamplona, y es un lujo admirarla, pero debería ser accesible a los vecinos de su ciudad natal mediante alguna exposición temporal en ese Palacio del Infantado, sin olvidarnos de la posibilidad de tener, de forma permanente, algunas de sus copias. Tan importante es la figura de José Ortíz Echagüe como ingeniero, aviador, CEO de empresas de tecnologías punteras y fotógrafo, que no debemos limitarnos a acordarnos de él solo en los aniversarios. Su huella debería tener carácter permanente. Estoy pensando en algún proyecto ambicioso con comisarios como nuestro Pedro J. Pradillo, que con medios lo bordaría.
Esto es lo que hay:
algo deberíamos hacer.
Esto es lo que hay
SANTIAGO BARRA TOQUERO (Guadalajara, 9-11-1955) aprendió el oficio de periodista en la escuela de “Flores y Abejas”, que en su segunda época dirigió su maestro, Salvador Toquero…