En mi último post escribía que, salvo sorpresa, en Guadalajara el 1-1-1 de las elecciones de 2019 estaba esculpido en mármol. Decía también que lo previsible es que el PP revirtiera el sorpasso de Vox en 2019, y que esta vez fuera el partido más votado, incluso por encima del PSOE. Pero todo ello no sería suficiente como para alterar el reparto de escaños.
Pues bien, ahora nos sale Tezanos con su macroencuesta y con un reparto de escaños como en los mejores tiempos del Partido Popular cuando tenía tan garantizado el segundo escaño, que lo reservaban a algún paracaidista de Génova, como hace ahora Vox con su candidato López Maraver. A favor del pronóstico de Tezanos juega que cuando el PP ha gobernado en España, en Guadalajara ha sumado 2 escaños; siempre. En su contra, lo que yo valoré en mi post de la semana anterior: que para que ello sea posible, el PP debería doblar en votos a Vox, y así adjudicarse el segundo escaño en lugar del candidato de Abascal. Teniendo en cuenta que Vox reunió el 15% en las últimas elecciones municipales en Guadalajara, me parecía muy complicado, pero por lo que estamos viendo, si el PP sigue beneficiándose del voto útil no es descabellado que Tezanos acabe acertando. En favor del PP está, además, que ha presentado al mejor candidato posible, Antonio Román, que además es el de mayor grado de conocimiento, mientras que Vox nos manda a un paracaidista que ha demostrado en los últimos cuatro años que no merece ser diputado por Guadalajara.
No me sorprenden, en cambio, los pronósticos del CIS sobre el conjunto de Castilla-La Mancha. En una comunidad donde el PSOE ganó claramente las Autonómicas con el 44% y 122.345 votos de diferencia con el PP, apenas un mes y medio después, la encuesta del socialista Tezanos nos dice que, ahora, ganará el PP con 3 escaños de diferencia sobre el PSOE, lo que de haber sucedido el 25 de junio le habría dado a Paco Núñez la mayoría absoluta. ¿La diferencia? Que entonces el candidato era Emiliano García-Page, que no suscita rechazo entre el electorado moderado, como le sucedía a Pepe Bono, y que ahora es Pedro Sánchez, el candidato menos trasversal que ha tenido nunca el PSOE desde Largo Caballero.
La encuesta de Tezanos le da impulso a Sánchez, pues rechaza una posibilidad que le están dando los sondeos privados que publican los medios de comunicación, como es que Feijóo podría completar su mayoría (176 escaños) con la derecha populista de Abascal. Pero este sondeo de Tezanos tiene truco, pues da una horquilla de escaños tan grande que es difícil no equivocarse, pero no nos dice cuál es porcentaje de voto directo en el reparto de escaños por provincias, y sobrevalora la potencialidad de Sumar con 45-50 escaños, más del doble de lo que sacaría Podemos en solitario. A mí no me acaba de encajar, aunque sí es cierto que contempla un factor que podría dar a Sumar un paquete de escaños extras. Por esta y otras encuestas, Vox podría perder su condición de tercer partido en beneficio de Sumar y ya sabemos que cualquier porcentaje por debajo del 12 o 13% conlleva una notoria penalización con la ley D’Hont. En 2019, Vox fue la tercera fuerza con el 15% y el escaño le salió a 70.000 votos de media. A Unidas Podemos, cuarta fuerza con un 12,8%, le salió por una media de 88.5000 votos. Con poco más de medio millón de votos entre Vox y Podemos, la derecha extrema sacó 52 escaños frente a los 35 de los neocomunistas.
Esto es lo que hay cuando la campaña electoral arranca esta noche. Feijóo es el favorito, pero Sánchez y sus variopintos socios de legislatura no dan la batalla por perdida.